#Músicaparaelencierro. Tenemos el agrado de tenerlo a Boris (conocido en el blog cabezón porque algunos de sus discos están publicados aquí), que además había resultado ser un excelente comentarista musical. Y para demostrarlo nos presenta un tremendo review de la obra más rara y experimental de la banda yanky The Beach Boys, que supo llevar el estilo y sonido californiano de paseo por todo el mundo con sus pegajosas, entretenidas y rítmicas canciones que ganaron popularidad internacional por sus distintas armonías vocales y letras que reflejaban la cultura juvenil de surf, autos y romances, tomando como arraigo los grupos vocales del jazz, el rock and roll de los años 50 y el doo-wop, estilo nacido de la unión de los géneros rhythm and blues y el góspel. Considerados la banda estadounidense más icónica y una de las bandas más aclamadas por la crítica, una de las bandas más vendidas de todos los tiempos y figuran en el número 12 de la lista 2004 de la revista Rolling Stone de los "100 mejores artistas de todos los tiempos", pero si bien todo eso a nosotros nos importa un bledo, sí lo que nos ocupa son sus más altos picos de experimentación, y Boris va por ello! Bienvenido Boris al blog cabezón!.
Artista: The Beach Boys
Álbum: Smiley Smile
Año: 1967
Género: Surf / Experimental / Pop psicodélico
Duración: 27:31
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU
Dijimos muchas veces que, de los tantos que hay, el mejor camino que puede tomar quien compone música (o cualquier artista) es el espiritual, porque está totalmente ligado al sentimiento, y que una de las infinitas definiciones de la música podría ser “un sentimiento que se escucha”. Este camino es de los más y arduos y atípicos, y en general es un sendero en el cual no es difícil perderse. Para que podamos entendernos vamos a pensar algunos ejemplos: John Coltrane a partir de A love supreme, Eduardo Mateo cuando encara Cuerpo y alma, John Lennon a partir de la composición de Tomorrow never knows, Spinetta a partir de Fuego Gris (o a partir de Artaud, intermitentemente), Charly García en Clics modernos, etc.
Muchos de estos ejemplos terminan en lo que podríamos llamar “el delirio, el desvarío”, o “la enfermedad y la muerte”, ya sea una muerte física o una muerte del proyecto artístico/espiritual en sí. En este camino no se llega a destino, ya que este es la santidad (algunos seres de luz proponen a Spinetta como quien superó esa barrera sin perder la vida o la cordura, no me parece). E l residuo de ese camino inconcluso es la obra maestra.
Elegí hablar de Smily Smile, de The Beach Boys, porque creo que es el momento de autoconciencia de este camino que en Brian Wilson empezó con Pet Sounds. La historia es más que conocida: graba ese disco para competir con Rubber Soul, de los Beatles, disco que, él cree, todavía hoy es insuperable. Ellos le responden (los Beatles no tenían interlocutor) con Revolver, así que toma el camino más ambicioso. Al proyecto lo llamó SMiLE Y apuntó a lo más alto. Obviamente, el proyecto fracasó, él quiso hablarle al dios de la locura o al de la naturaleza cuando ni siquiera podía mantener la salud su salud mental. Viajando hacia un atardecer turquesa con rayos que anaranjaban las nubes, en la radio del auto escucha Strawberry Fields Forever, que recién había salido. “Listo”, dijo, “ellos lo lograron antes que yo, yo quería que Smile fuera eso”. Estacionó y después de reír un buen rato, lloró.
Había compuesto su obra a partir de segmentos musicales intercambiables que pensaba concatenar según convenga. Llegó a la conclusión de que no podía reunirlos, que no podría sacar nada bueno de eso. La depresión y la locura estaban entre su canto y la otredad. Cuando asume que no le es posible cumplir esa meta se da cuenta que el verdadero camino es hacia adentro. De lo particular a lo general. San Agustín se tocaba el pecho y decía Dios está acá. Tenían que cumplir con el contrato discográfico, así los Beach Boys se meten al estudio a grabar el disco del que quiero charlar.
Smily Smile es un camino de descenso, hacia el corazón propio, atravesando el infierno del inconsicente, o el inconsciente infernal. La tapa muestras una selva difícil de penetrar, en la que nos espera un hogar, donde en el camino podemos encontrar un pájaro más azul que el cielo a punto de tocar una flor también celeste o un tigre que nos asecha. El camino en busca del verdadero yo que no existe hasta que lo alumbramos con el sentimiento. Cada canción en Smily Smile es lo que esa linterna alumbra en el interior de quien canta y por lo tanto en nuestro interior. Esta selva nocturna nos presenta todos los peligros del sentimiento, los recuerdos de desamor, las heridas que no sanan, cada golpe que es imposible de borrar porque el olvido no existe. El propósito de este viaje es abrazar cada bestia que surja de la oscuridad. Aceptar la sombra dijo alguno.
El primer tema, Heroes And Villains, nos introduce en al disco con algo que casi suena a los beach boys de siempre, los de la playa y el amor, pero notamos que algo cambió, no sabemos qué, pero algo cambió. La melodía es sarcástica, como si se estuviera riendo o poniendo entre paréntesis toda su música anterior, por superflua o errada. A los cuarenta segundos tenemos la respuesta: el estribillo llega a partir de un corte abrupto, el ritmo y clima cambian y nos sentimos en un viaje espiralado hacia ese centro tonal que cambia a cada un par de compases, hasta llegar a ese lugar que está vació. Sólo un teclado que nos dice que erramos el camino, y vuelve la estrofa playera que se ríe de sí misma. El puente hacia la intimidad reflexiva de la parte C es una tarareo que parece caótico o regido por el capricho de una intención, y concluye en el rugido de un tigre (sabemos que no es casual) y se empieza a delinear la escalera hacia abajo, poblada de silencios y de órganos que intentan ser esenciales pero que fallan, y donde se busca siempre un camino más elemental y peligroso.
La canción no intenta fluir, no busca ir sutilmente entre una sección y otra y estos saltos abruptos son parte del corazón del disco, Escuché a alguien decir que es un disco “cubista”, donde cada tema, o cada sentimiento que puede motivar melodías y armonías, es visto de distintos puntos a la vez buscando mostrar algo más que la forma, o una forma en oposición a la vista parcial, que muestre lo complejo y contradictorio del sentimiento.
En los primeros escalones de la bajada nos encontramos con el segundo tema “Vegetables”, que es un encuentro con la infancia, con complacer a nuestros padres, decirles que amamos lo que nos hace bien, jugar con una pelota, andar saltando, estar avergonzado. Este tema es un intento de curarse, de purificarse desde el comienzo, cosa que anhelamos al enfrentar nuestros demonios, empezar de nuevo, tomar agua, la necesidad pureza (se escucha un vaso llenándose, que puede ser agua o escabio, no sabemos), de bienestar inmediato.
Smily Smile debía grabarse rapído, fue así, a las apuradas, y la instrumentación fue mínima: bajo, piano, y algunos órganos, en especial el Balwin, que es el corazón del sonido del disco. Siempre que se remite a lo más silencioso, a lo más profundo, Brian usa este órgano como si fuese el viento, o el ruido más grave de nuestra voz resonando en nuestra garganta y caja torácica. En Vegetables el bajo marca la tónica y las voces los acordes y la melodía, y esa es la forma en que se van a dar todos los arreglos a partir de acá. Para quienes estamos interesados en el canto este disco es revelador, la interpretación es brillante, nunca se pasa de dramatismo, nunca hay sobreactuaciones en los temas crueles o tristes, todo tiene una justa medida que llega inmediatamente en la primera escucha y que guarda para los escuchas más atentos un cruel revés.
La producción también tiene sus vueltas interesantes, el uso de tecnología para el cambio de afinación de una voz sin alterar la velocidad, el uso de sonidos cotidianos (ya nombramos el vaso de agua) donde se destaca en este tema el invitado Paul McCartney que muerde algún vegetal crujiente para la percusión de este tema algunos muy inteligentes efectos especiales (el rigido del tigre y la risa de algún villano de una película de Disney).
El tercer tema “Fall breaks and back to winter” es efectivamente una llegada al frío, me gusta pensarla como una cena real, opuesta a la anhelada en “vegetables”, acá una melodía también espiralada nos lleva y trae siempre a los mismos lugares mientras se escucha el ruido de cubiertos y una risa oscura. También podemos pensarla como la llegada al inferno, lo que es claro es que nada lindo está pasando. Otra opción es el desfile de aquellas cosas que nos atormentan. El fade out nos comunica que pudimos alejarnos de ese lugar maldito o, mejor, que lo logramos sintetizar.
“She´s goin bald” es una de mis favoritas, y la más lograda de estas obras cubistas que Brian Wilson se propone. La imagen es muy buena y perturbadora, una mujer que va a perdiendo el pelo hasta que podemos ver su cráneo brillante. El narrador nos confiesa que no puede parar de reirse, que la risa misma le vuela la cabeza, no da más. Puede entenderse como un viaje en ácido (Brian estaba muy en esa aquellos día) o una de estas imágenes de su infierno, porque más tarde podemos entender que el personaje femenino es la madre: “You're too late mama/ Ain't nothin' upside your head/ No more no more no more no more”. Esta risa que provocada por la imagen se representa en un “shanana” típico de sus canciones playeros pero que (con ayuda de la tecnología antes mencionada) se va volviendo más aguda y estridente, ganando tensión y sombra. Como todo lo dicho, todo esto es una interpretación muy personal, así que les puedo comentar que al escucharlo puedo ver la misma imagen del viento llevando el pelo de una madre, pero en llamas. Este paisaje desemboca en un corte de cinta muy poco disimulado. A voz y piano, y haciendo explicito que se trata de una historia de terror, nos cuentan los intentos por curarse que tuvo esta persona que perdió todo su pelo. Es muy tarde, mamá, ya no hay nada detrás de tu cabeza. Sería lindo tener todo el día y pensar en el alcance simbólico de este tema y todos… Pero dura dos minutos, estamos obligados a la relectura. En una entrevista uno de ellos cuenta que la letra trata sobre sexo oral.
“Little Pad” es el encuentro de dos faros o dos enemigos que se fueron anunciando durante todo el disco pero que todavía no podíamos enfrentar de forma plena: la risa como burla y la nostalgia, el coro ni puede cantar la expresión de deseo que es la acotada letra del tema “si pudiese tener un lugarcito pa descansar en Hawaii…”, porque se ríen, algún otro, en el fondo simula una trompeta con la boca en el puño. Después del corte abrupto llegan la nostalgia explicita y ese dolor en dos melodías hawaianas típicas, después de otro corte abrupto vuelve la expresión de deseo y después… otra vez la melodía hawaiana. La forma en que están concatenadas estas secciones musicales nos hace sentir que no hay avance, que es un deseo frustado, tapado por la humillación y la tristeza. Esa repetición irreflexiva de los mismo elementos nos da la sensación de estancamiento, remite a la locura, como aquellos que repiten el mismo procedimiento y esperan diferentes resultados. La instrumentación es piano, voces, ukelele y órgano Balwin. También hay diversos ruidos de ambiente, nunca suenan todos estos instrumentos a la vez.
“good Vibrations” no pertenece a las sesiones de grabación de Smily Smile, no vamos a tratarla aunque tenga muchos puntos en común con los temas del disco, no desentona y sin duda pertenece a sus obras más altas.
Uno de los temas más bellos y con más “unidad” es “With me tonight”, también su letra es mínima, una sola frase que se repite y que a la vez se va interrumpiendo. “Sé que esta noche estás conmigo, estoy seguro” se dice tantas veces hasta que entendemos que es una noche terriblemente solitaria, ese with me significa, sé que estás, de alguna forma, conmigo en esta absoluta ausencia. Por eso el discurso se va interrumpiendo, no hay interlocutor, nadie nos escucha. Sólo escuchamos voces y órganos. Y las voces van más al frente que nunca.
El Balwin en “wind Chimes” es protagonista. La voces a penas lo superan en volumen, Las notas planchadas tienen una textura que nos hiere, revelando paisajes que no queremos ver. Una escucha desatenta capaz zafa, pero quien realmente se compromete con lo musical que le rodea no puede evitar sentirse golpeado por este sonido. El órgano es cómo una pala que se mete en nuestro pecho y saca aquel dolor fosilizado al que no queremos dejar de reprimir ni negar, llega a irrumpir la paz de lo más oscuro.
Las Wind chimes (campanas de viento) son esos colgantes para el patio, de tubitos de metal de diferentes tamaños que al ser movidos por la brisa causan un sonido relajante para algunes, molesto para otres. En argentina les decimos llamadores de ángeles. Voy a esbozar una traducción de la letra, que me parece muy lograda, para que se entusiasmen y vayan a reescucharla:
“cuelgan de mi ventana
esas son mis campanas de viento
en el hondo atardecer
estás colgado de las campanas de viento
aunque es difícil
intento no mirar mis campanas de viento
de vez en cuando cae una lágrima por mis mejillas
en una brisa cálida tintinean
los llamadores de ángeles
cerrá los ojos, ponéte cómodo
y escuchá las campanas de viento
hay tanta paz cerca de este arrullo…
y las campanas de viento tintinean…
y las campanas de viento tintinean…”
El estado del alma que comunica, esa reflexión sobre el viento y el sonido, como esa campana “traduce” la intención del viento, que es sanadora, y le permite llorar su lágrima. Creo que este es el lugar más bajo del disco (el más alto), creo que por primera vez el descenso tiene un aspecto saludable, un lugar donde recostarse y llorar. Está presente en la palabra “viento” el sentido del destino y en “colgar” la idea del suicidio. Me parece, que en algunas ocasiones los coros dicen, en vez del nombre de la canción, “wind charm”, que sería, “el encanto del viento”, refiriéndose a la seducción de esa música aleatoria.
Después sigue “gettin hungry”, que es un tema que suena a banda, esta vez con guitarras con tremolo, un poquito más de percusión y órganos alucinantes. Este tema habla de la apetencia. Es el tema más psicodélico y creo que el que menos me gusta.
“Wonderfull” vuelve a la estructura cubista de varios módulos, de risas y de niebla. Pareciera cantar con las ultimas fuerzas de un cuerpo que yace en el piso, parece estar en la puerta de la locura. Creo que después de “wind Chimes” se supera el delirio, y se entra en la locura, y “whistle In”, la que finaliza el disco, y bien podría ser un módulo más del tema anterior es el viaje espiritual frustrado, no se pudo emerger de lo bajo y sólo se queda en este estadío intermedio, la locura. El tema también es una frase que se repite sin avance, sin reflexión y de gran contenido: “acordáte del día/ acordáte de la noche/ durante todo el día”.
Es muy interesante escuchar las versiones de estos temas que aparecen en la edición del disco SMiLE de 2011, cuando Brian Wilson pudo darle orden y sentido a tanta música. Es ahí donde se evidencia el cambio de sentido de anhelar lo supremo a buscar la sombra, el ejemplo más claro es el citadísimo “Wind Chime”, donde podemos ver la amplitud sentimental que tiene una buena canción y cómo, mediante la producción, se puede guiar hacia arriba o hacia abajo.
Pensar SMiLE junto al disco que tratamos es muy fácil, el primero fue grabado en grandes estudios, con más de cien músicos y por largos meses. Smily Smile fue grabado en la casa de Brian Wilson, con un estudio portátil, los intergrantes de la banda tocan los pocos instrumentos. Ambos, bajo la producción del líder de la banda, toman caminos opuestos utilizando casi las mismas canciones. Hay que recalcar que la salida de Sgt. Pepper termina de eclipsar a la banda, es por eso que se apunta hacia hacer un disco minimalista, cosa que nadie estaba haciendo, todos corriendo hacia todas direcciones, menos la del camino interior.
Boris
Lista de Temas:
01. Heroes and villains
02. Vegetables
03. Fall breaks and back to winter
04. She's goin' bald
05. Little pad
06. Good vibrations
07. With me tonight
08. Wind chimes
09. Gettin' hungry
10. Wonderful
11. Whistle in
Alineación:
- Al Jardine – vocals, water bottle on "Vegetables"
- Bruce Johnston – vocals
- Mike Love – vocals
- Brian Wilson – vocals
- Carl Wilson – vocals
- Dennis Wilson – vocals
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