¡Muchas gracias Fernando, nos encantó tu crónica para el blog y esperamos más comentarios así tuyos! ¡A disfrutarla en el blog!
¡Cabezones, escriban su experiencias de aquellos inolvidables conciertos!
“CRÓNICA DEL CONCIERTO DE KING CRIMSON"
México DF 18 de Julio de 2017
La mente lo sabía y el corazón vibrante latía ansioso al notar la escena de fuera del teatro Metropólitan por estar todo lleno de referencias a la banda, desde playeras que lucían sus portadas famosas, tazas, llaveros, hasta mandalas con el grabado de la portada del disco Discipline de 1981.
Caminando por dentro del recinto rumbo al teatro, se reúnen personas de todos tipos, complexiones, educación y estratos económicos, como interesante comunidad bajo el común denominador del gusto por esta banda que a menos de un año está de cumplir medio siglo de edad, un auténtico titán, cual dios sempiterno que anida en el corazón de una época, inmortalizándose en la inspiración que nace como luz en los ojos de sus afortunados escuchas, trascendiendo el tiempo desde el instante de plenitud sonora.
Ya dentro del teatro, caminando rumbo mi butaca con mi camarada Alonso, entramos en un ambiente enrarecido por la ambientación musical de fondo, previo al inicio del concierto, una armonía típica del sounscape de Robert Fripp y de la banda, que puedo describir en lo general como densa, oscura y espesa, y también por otro lado como una ventana musical hacia lo indiferenciado, un asomo hacia ese caos originario del que todo lo que hoy tiene número, forma y contenido proviene.
Cuarto acto, entran a escena los músicos, ante todo el mítico Robert Fripp, todo un alienígena, como llegado de un lejano planeta a compartir un espacio, un momento y una idea hecha música, comunicándola como sólo es posible por su naturaleza irreductible, con su extraño lenguaje musical, despertando en no pocos una súbita y creciente emoción al punto del paroxismo, porque, detrás de la música de este señor esta latente entre las líneas que conforman sus pasajes laberínticos, exorbitantes, caóticos, sutiles y contradictorios, un pensamiento, una filosofía, rayana en lo místico, que se puede constatar en la búsqueda espiritual que dicho personaje emprendiera en los 70s en la escuela mística del cuarto camino de Piotr Ouspensky y Gurdjjeff , lo cual para algunos es todo un gusto descifrar y conocer pese a cuan críptica haya sido en un
principio.
Inician con todo, tocando el tema Pictures of A City del 1971, con tres baterías tocando intercaladamente, sin mas parafernalia que su energía vital transformada en ígnea inspiración que articulaba sus extremidades para tocar acordes inexpugnables, teniendo sólo de fondo un tono azul rey, color frío y receptivo, que captura y hace caer en un profundo sortilegio y que invita a la meditación y el sosiego espiritual, algo a lo que los largos pasajes invitaban también, como para cerrar los ojos y echar a volar; llegando así a un nudo catártico en la novedad de un tremendo ensamble como introducción a su tema the Power to Believe, dando paso al intermedio del concierto.
A decir verdad, y más allá de alusiones poéticas, pese a la baja calidad de sonido del recinto, que básicamente sacrifica fidelidad a detalles sonoros por potencia, así como un inicio lento en los primeros temas y, seguramente una actitud expectante de mi parte al no saber que diablos harían tres batacos, sintiendo a momentos muy forzados los movimientos y que uno solo podría más elástica y libremente interpretar temas ya clásicos como en un tiempo lo hiciera de maravilla Bill Bruford, fue por los nuevos temas que no había escuchado, que quede rápidamente seducido, hipnóticamente hechizado y entendido de la razón de traer tres batería en su gira Radical Action, para lo cual se tiene o bien que presenciar el show en vivo o mínimamente en video.
Comenzando la segunda y última parte del concierto y ya ambientados todos en la vibra crimsoniana, interpretan otros temas del disco Circus, como ya lo hieran en la primera parte, de una sutileza exquisita, sonando el mellotrón de fondo y el saxo de Mel Collins, para finalmente tocar un homenaje a David Bowie con el tema Heroes en el cual Fripp toco originalmente la guitarra. Luego de varios aplausos que expresaban la emoción de muchos por que salieran de nuevo conceden e interpretan el clásico 21st Century Schizoid Man de 1969 con Jeremy Stacey a la batería estilo Jazz de la pieza original, terminando con un tremendo solo de batería por parte del músico de Porcupine Tree Gavin Harrison.
Así, transmutándose con la llegada de nuevos músicos de alta talla y en la
presentación de nuevos temas compuestos por un eclecticismo e integración de todas sus etapas, músicos de entre 50 y 70 años, que como rueda de la fortuna hicieron retornar figuras del pasado pero entrando en un ciclo superior de creación, King Crimson cierra su presentación, dejando en muchos una transfiguración , como si de sombras que recién hubiesen entrado a otro mundo de pronto salieran vueltos sol niños, momentáneamente iluminados por dicho Arcano.
Impresionante comentario el de Fernando! Bien haríamos en tenerlo en el staff si él quisiera. Muchas gracias por esas impresiones!
ResponderEliminarY... yo no sabía que Fripp siguó las enseñanzas de Ouspensky y Gurdjjeff, mirá vos! 80!!!!