Hablando de mujeres innovadoras, una de las compositoras croatas más distinguidas, Dora Pejačević, nació este día. Procedía de una familia noble, pero se rebeló contra el boato y las restricciones del estilo de vida aristocrático. Durante la Primera Guerra Mundial fue enfermera voluntaria y sus ideas políticas la llevaron a romper con su familia y a que la calificaran de «socialista».
Su madre fue una glamurosa condesa húngara que le dio clases de piano durante su infancia, pero al margen de esto, Dora Pejačević fue básicamente autodidacta. Políglota y llena de curiosidad, empezó a componer a los doce años y nos legó más de un centenar de obras de un lenguaje romántico tardío, entre ellas piezas para piano como este encantador impromptu, canciones, música de cámara y obras orquestales de gran aliento. Por lo general se la considera la primera sinfonista moderna de Croacia y la primera compositora croata que compuso un concierto, a pesar de lo cual casi toda su música sigue inédita. Falleció al poco de dar a luz a su hijo Theo, a causa de las complicaciones del parto.
Algo conmovedor es que, unos meses antes de dar a luz, Dora Pejačević había escrito a su marido una carta en que pone de manifiesto sus principios feministas y al mismo tiempo confiesa que tiene la premonición de que no verá crecer a su hijo:
Espero que nuestro hijo sea un gran ser humano, auténtico y sincero […] Que crezca como una planta […] si tiene talento, estimúlaselo […] dale libertad cuando la busque […] obra igualmente tanto si es un chico como si es una chica; todo talento, todo genio necesita la misma consideración y no podemos permitir que el sexo sea un obstáculo.
Clemency Burton-Hill
Comentarios
Publicar un comentario