La justicia argentina debate si darle a Bayer-Monsanto la propiedad de una secuencia genética de la soja -conocida como Intacta- más resistente al glifosato.
La asamblea Semillas Libres YA, que nuclea a diversas organizaciones
sociales y ambientales, presentó un recurso para apoyar la apelación del
Instituto Nacional de Propiedad Industrial a la jugada
corporativa-judicial. La palabra final está en manos de la Corte
Suprema. Los argumentos de la multinacional contaminante, y qué es lo
que está en juego, según el comunicado que emitió la Asamblea.
En noviembre de 2020, el Juzgado Federal Civil y Comercial Nº8 de la Ciudad de Buenos Aires, le reconoció a la empresa Bayer- Monsanto el derecho de patente sobre la secuencia genética que le da tolerancia a mayor cantidad del herbicida glifosato a los cultivos de soja para, supuestamente, un mayor rinde. “Según Monsanto, eso es resultado de una tarea inventiva que merece el otorgamiento de un derecho de patente. El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI) apeló el fallo, pero en agosto de 2022, la Cámara de apelaciones lo ratificó. Una nueva apelación del INPI llevó la resolución a la Corte Suprema de la Nación que ahora debe expedirse”, explican desde la Asamblea Semillas Libres YA, y aseguran: “Esta avanzada judicial es un nuevo intento para privatizar las semillas y restringir la libre circulación y uso de las mismas”.
La perseverancia de Bayer-Monsanto no es reciente. “Queda demostrada en los sucesivos intentos por llevar adelante una reforma legislativa de la Ley de Semillas, hasta la firma de contratos con productores del agronegocio. Incluso, en el año 2015 reclamó el derecho de patentes sobre la molécula de ADN recombinante de doble cadena y de las células vegetales que llevan insertada esa molécula”. En aquel entonces, la Sala II de la Cámara Federal Civil y Comercial de la Capital Federal rechazó el reclamo señalando que “la Ley de Patentes en Argentina (N° 24.481) no permite el patentamiento de las molécula de ADN recombinante, las células vegetales transformadas por ella y las plantas generadas a partir de estas últimas, por ser material vivo”.
La compañía más grande de agrotóxicos y semillas del mundo busca presentar de manera fragmentada las partes de una planta, planteando que la secuencia genética contenida en un gen, puede considerarse separada de una semilla, y de una planta y sus partes. “Con esto, la empresa busca saltar el límite que establece la ley para patentar materia viva, sustancias preexistentes en la naturaleza y la totalidad del material biológico y genético existente en la naturaleza”, expresa la asamblea en la presentación de un Amicus Curiae a la Corte Suprema, contra el patentamiento de la secuencia genética de la Soja Intacta.
Monsanto-Bayer: Los argumentos contra la privatización
En el documento, se enumeran múltiples razones por las que la Corte debe rechazar el patentamiento:1) La secuencia genética no puede ser considerada un invento, ya que es un descubrimiento casual realizado en el laboratorio. Su intervención sólo supone la combinación de material genético preexistente. Considerando el planteo de la empresa ¿Quién sería el dueño de la patente de estos genes que ya existían? ¿La empresa o los/las históricos/as productores/as que han modificado la diversidad biológica de las semillas? La 2° directriz de la Res. 283/15 del INPI, establece que no puede patentarse una planta, aunque haya sido modificada a través de procedimientos biotecnológicos incluso cuando “la intervención técnica del hombre sea significativa”.
2) La secuencia genética no puede ser patentada ya que la misma es una parte inescindible de un ser vivo: la semilla. En caso de que se brindara este derecho de patente, el mismo podría extenderse a la semilla o a la planta misma. Las semillas, brotes, tallos, células, frutos, bulbos, tubérculos, yemas, flores, las moléculas de ADN, los genes y las secuencias genéticas son un todo que no puede ser separado o modificado sin alterar al resto. Dado que la ley no habilita al patentamiento de las semillas, ese carácter de impatentabilidad se proyecta a todas sus partes (1° Directriz, Res. 283/15- INPI).
3) La ley de patentes establece que esta protección tiene como objetivo fomentar la investigación y mejorar la calidad de vida y el bienestar de la sociedad. ¿Cómo podemos pensar que una secuencia genética que brinda tolerancia a un agrotóxico como el glifosato (considerado por la OMS potencialmente cancerígeno) podría beneficiar a la sociedad? No hay más que acercarse a los pueblos que han sido expuestos a este agrotóxico para observar los enormes perjuicios al ambiente y salud de estas poblaciones, que hoy padecen de enfermedades endocrinas, efectos teratogénico e implicancias nocivas en varios componente biológicos. La única mejora que se obtiene, a través de un aumento en el uso del agrotóxico, es el crecimiento de los rindes y, por lo tanto, de las ganancias potenciales para esta empresa.
Monsanto-Bayer va por la propiedad de una semilla de soja
El comunicado de la Asamblea Semillas Libres.
La historia de la asamblea
Integrada por numerosas organizaciones sociales, ambientales, de derechos humanos el año pasado se constituyó la Asamblea Semillas Libres Ya, con el objetivo de resguardar las semillas y, con ellas, una mejor calidad de vida. “Las transformaciones del modelo agrario en los últimos 45 años han consolidado una producción agrícola dependiente de las corporaciones productoras de insumos agropecuarios (agrotóxicos, fertilizantes y semillas) que genera el corrimiento de la frontera agropecuaria, desplazando pueblos enteros hacia las zonas más pobres de las ciudades, excluyendo a la producción campesina e indígena y provocando la deforestación (a través de diversos mecanismos que incluyen los incendios que asedian nuestros bosques y humedales), inutilizando millones de hectáreas de tierra al dejarlas sin nutrientes. Al mismo tiempo, este modelo genera contaminación, muerte, enfermedades y enormes desigualdades. Esta producción nos ha llevado a la pérdida del 75 % de las semillas agrícolas producidas en los últimos 60 años. Semillas que han sido el producto del trabajo de agricultores y agricultoras familiares que, gracias a la circulación, intercambio y desarrollo de nuevas producciones, han sabido generar alimentos diversos y nutritivos, como resultado de la transmisión de saberes comunitarios de generaciones, anclados en esas semillas”.
Hoy, desde la asamblea, están dando una batalla para evitar “un nuevo intento de privatizar las semillas”.
https://lavaca.org/
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