Se pierden las Malvinas en el mapa político argentino, desaparió Maldonado, desaparecen los últimos periodistas opositores de la TV, desaparecen nuestras garantías constitucionales, desaparece Maldonado, y son desaparecidos los millones de silenciados en la economía popular. Todos "desaparecidos", esa muerte argentina de la que ya hablamos en notas anteriores. Esa muerte tan argentina, los desaparecidos, siempre presente en nuestro sentir, y hoy, cuando se propicia la desaparición de la nación en manos del FMI. Y como en el caso de Santiago Maldonado, aparece el submarino pero lo que no aparece es la verdad. La Casa Rosada, apelando a su habitual cinismo especuló lanzarlo cuando viera que la segunda final entre Boca y River no alcanzara a tapar el desastre social que implica la sanción del Presupuesto 2019. En el momento en que se empezaba a desgranar los recortes de $400.000 millones y ningún indicador maquillado del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) servía para dar una cuota de optimismo, salió la información a la luz. El ARA San Juan, otro ícono (al igual que Maldonado, Rafael Nahuel y tantos otros) del dolor y la mentira de un modelo criminal que intenta desaparecer, también, las esperanzas...
Vale recordar lo que publicamos en este blog hace más de un año...
1 de noviembre de 2017:
El ARA San Juan, el submarino argentino desaparecido con 44 tripulantes hace más de un año en alta mar, fue localizado sobre el lecho marino con "el casco totalmente deformado, colapsado e implosionado y sin aberturas de consideración, partes de la hélice enterradas y restos desperdigados en un radio de 70 metros" según dicen los medios. "El submarino está muy cerca de donde se informara la anomalía acústica", dijo el ministro de Defensa Aguad, en referencia a la explosión detectada desde Viena por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.
30 de noviembre de 2017:
Si el ARA San Juan se encontró fue gracias pura y exclusivamente a que los familiares (quienes dudan de la secuencia informativa por la que el gobierno) se pusieron firmes. Las madres, esposas y hermanas de los tripulantes del submarino tuvieron que encadenarse más de 50 días –de lluvias y fríos- en la reja de la Casa Rosada para que el contrato con Ocean Infinity (que encontraría los restos del submarino) se firmara. Hubo meses y meses en que el submarino no lo buscó nadie. Se habían ido estadounidenses y rusos, el submarino se encontró en el último día de búsqueda, cuando ya el Seabed se encaminaba a Ciudad del Cabo para mantenimiento y la Marina estaba a punto de emitir un informe de expertos en el que prácticamente diagnosticaba que hubo una válvula mal manipulada y que eso produjo la entrada de agua y la explosión, lo que significaba echarle la culpa a los tripulantes.
Les recomendamos el video de abajo (hasta el final) y la siguiente nota...
Hermano del Jefe de Máquinas del ARA-San Juan: “A esos cabrones los queremos presos”
Vale recordar lo que publicamos en este blog hace más de un año...
1 de noviembre de 2017:
"el desaparecido es la certeza de la incertidumbre eterna, que es peor que la muerte. ¿Alguien puede entender que un cuerpo roto pueda significar algo parecido a un alivio? ¿En qué mundo de inmundicia vivimos en el que preferimos un huesito, una cadena de adn, un pedacito de pelo, a la incertidumbre? Y siempre el agua, siempre los ríos, siempre los peces acunando a nuestros seres queridos, siempre el agua helada protegiéndolos, como Walt Disney. No hace mucho, en un dictadura cruel, secuestraron en las narices de todos a treinta mil personas, las torturaron las asesinaron y ocultaron sus cuerpos –porque eso es lo que el eufemismo "desaparecido" quiere decir- pero no fue suficiente, porque ahora el monstruo reaparece de múltiples formas y avalado por una mayoría, avalando esa categoría loca que hemos inventado los argentinos. Como si un desaparecido no significara también un asesinado. Nada, ninguna cosa que podamos hacer, nos devolverá la vida de Santiago (que ya dejó de ser un desaparecido), ni la de Julio, ni la de Miguel, ni la de Silvia, asesinados por testimoniar en un juicio por delitos de lesa humanidad. Tampoco a las miles de personas que destrozó la dictadura. Ni los años que millones vivieron en el exilio o en el horror de las cárceles argentinas. Tampoco nada nos devoverá los futuros desaparecidos que traerá la política amarilla en manos de los CEOs de nación, preparados para el saqueo que hará desaparecer a grandes masas de la población."Cabeza de Moog - Los Desaparecidos: la Muerte Argentina
El ARA San Juan, el submarino argentino desaparecido con 44 tripulantes hace más de un año en alta mar, fue localizado sobre el lecho marino con "el casco totalmente deformado, colapsado e implosionado y sin aberturas de consideración, partes de la hélice enterradas y restos desperdigados en un radio de 70 metros" según dicen los medios. "El submarino está muy cerca de donde se informara la anomalía acústica", dijo el ministro de Defensa Aguad, en referencia a la explosión detectada desde Viena por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.
30 de noviembre de 2017:
Estos miles son una parte de muchos otros que el régimen quiere dejar afuera. Con ver los medios de comunicación, preocupados por el suicidio de una modelo o por el no acontecimiento del no hallazgo del submarino extraviado, uno podía advertir cuáles son los sectores sociales que el actual régimen quiere excluir.Cabeza de Moog - Las Víctimas del Modelo: los Nuevos Desaparecidos
Si el ARA San Juan se encontró fue gracias pura y exclusivamente a que los familiares (quienes dudan de la secuencia informativa por la que el gobierno) se pusieron firmes. Las madres, esposas y hermanas de los tripulantes del submarino tuvieron que encadenarse más de 50 días –de lluvias y fríos- en la reja de la Casa Rosada para que el contrato con Ocean Infinity (que encontraría los restos del submarino) se firmara. Hubo meses y meses en que el submarino no lo buscó nadie. Se habían ido estadounidenses y rusos, el submarino se encontró en el último día de búsqueda, cuando ya el Seabed se encaminaba a Ciudad del Cabo para mantenimiento y la Marina estaba a punto de emitir un informe de expertos en el que prácticamente diagnosticaba que hubo una válvula mal manipulada y que eso produjo la entrada de agua y la explosión, lo que significaba echarle la culpa a los tripulantes.
Les recomendamos el video de abajo (hasta el final) y la siguiente nota...
Hermano del Jefe de Máquinas del ARA-San Juan: “A esos cabrones los queremos presos”
Hermano del suboficial mayor Hernán Rodríguez, jefe de máquinas del ARA San Juan, Claudio Rodríguez recordó ante el diario Página/12 los objetivos de los familiares de los 44 submarinistas: “Búsqueda, verdad y justicia”. Y sacó una conclusión veloz: “La búsqueda terminó. Ahora faltan la verdad y la justicia. A esos cabrones los queremos presos”. Docente en General Alvear, Mendoza, de donde también era el maquinista, Rodríguez fue usando su curiosidad profesional para averiguar cada detalle del submarino y de la tragedia.Martín Granovsky
–Ahora ya sabemos que el cilindro está entero –dijo–. ¿Entonces? ¿Los dejaron porque sabían que se había agotado el oxígeno? A nosotros nos hicieron parir.
–¿A quiénes?
–A los familiares. A todos. El ministro de Defensa hasta dijo que había estallado en pedazos. ¿Cómo es? ¿El submarino estalló y el cilindro está entero? Por eso digo que los quiero presos.
–¿A quiénes?
–A los que corresponda. A los de la Armada, al ministro o a quien corresponda. Que la Justicia investigue las responsabilidades y vea quiénes son culpables. No vamos a frenar.
El ministro Oscar Aguad figura en los cuestionamientos más duros de los familiares desde hace mucho tiempo. El 15 de mayo provocó un gran revuelo con este tuit: “Hoy se cumplen seis meses de la desaparición del ARA San Juan. Seguiremos haciendo todos los esfuerzos por encontrarlos y traer a sus 44 tripulantes de vuelta. Es el compromiso que tenemos con la patria y con los familiares”. Los parientes de las víctimas reaccionaron. Luis Tagliapetra, padre del teniente de corbeta Alejandro Tagliapietra, denunció penalmente al ministro por incumplimiento de los deberes de funcionario público, abandono de persona, encubrimiento agravado y traición a la patria.
–Aguad dijo que cuando hubo un incendio en el Puerto de Mar del Plata los bomberos estuvieron 24 horas, y con el submarino abierto –dijo Claudio Rodríguez–. Hay que imaginarse. Si así es en tierra, lo que debe ser en el mar… El 14 de noviembre de 2017 informaron sobre un principio de incendio. Después dijeron que tenían una batería incendiada y recién mandaron un avión el 16. ¿Por qué no mandaron la ayuda el mismo día? ¿Por qué ningún avión? Abandonaron a todos.
–¿Qué significa que los familiares van a seguir?
–Primero que lo saquen. Que llamen a quien sea. Ahora dicen que no se puede, pero antes también decían que ni siquiera se podía realizar la búsqueda. Y como hubo presión, la continuaron en lugar de suspenderla. Que llamen a quien sea para que ayude pero que los saquen de ahí. Yo los quiero culpables a los que sean culpables y presos a los que se lo merezcan. A ver si todavía la culpa termina siendo de los 44… A nosotros nos quitaron la vida. Que paguen, empezando por los jefes de la Armada que estaban a cargo. Están sumariados y suspendidos pero hasta siguen cobrando el sueldo. No me explico (en serio: no me explico) por qué no mandaron el auxilio a tiempo. Por qué ni probaron. Y después otros se prendieron en la mentira. ¡El Ministerio de Defensa se prendió! Hasta el Presidente dijo que la bandera sería depositada en el Mar Argentina, para homenajearlos.
–¿Cuál sería la conclusión?
–Me acuerdo bien de lo que dije en ese momento: “Familias, estos cabrones saben dónde están los nuestros”. Ahora no sé si el cilindro está roto o no. Habrá que verlo. La primera parte de la lucha era encontrar el submarino. Ahora la lucha sigue, y si la Justicia no actúa vamos a ir donde sea. Vamos a recurrir a todas las instancias internacionales. Porque los buscaron gracias a nuestra persistencia. Fue gracias a las marchas y a que permanentemente les reclamamos a los funcionarios que buscaran y que investigaran.
Los problemas del Gobierno con los familiares, a quienes por algún motivo misterioso imaginaban dóciles, empezaron pocos días después de la desaparición del submarino, cuando altos oficiales reunieron a 100 parientes de los submarinistas.
El jefe de la Base Naval Mar del Plata, contralmirante Gabriel González, no pronunció la palabra “muerte” pero mencionó a los tripulantes como seres humanos ya idos. Hasta que en un momento dijo: “Por fin ahora los medios de comunicación van a poder a hablar de héroes de verdad y no de tipos como Maldonado”.
Se refería a Santiago Maldonado, desaparecido el 1° de agosto de 2017 en medio de un operativo ilegal de la Gendarmería contra la comunidad mapuche de Chubut y hallado muerto en el río el 17 de octubre.
Sin embargo los familiares no se contentaron con la diferencia que les entregaba el contralmirante.
–¿Y eso qué tiene que ver? –preguntó uno.
Otro directamente se enojó y lo encaró:
–¿Usted quiere darnos a entender que los muchachos ya no están y no se anima a decirlo?
Después del encuentro con los familiares González pidió el retiro.
Claudio Rodríguez, el hermano de Hernán, posteó en Facebook una foto del contralmirante y este texto: “Primero encontralos, capo. Después que te juzguen tu ‘ineptitud’. Encima te borrás y te querés ir cobrando. ¿Y los 44? ¿Y sus familiares? ¡Sos un traidor a la Patria!”
El diputado Guillermo Carmona, mendocino del bloque FpV-PJ dijo a este diario que “el submarino encontrado tiene una fuerza probatoria importante”. Opinó que fue encontrado “a pesar de las dilaciones, de las idas y vueltas, del ofrecimiento de recompensa que no funcionó y de contrataciones fallidas”.
Carmona fue quien tuvo la idea de formar una comisión parlamentaria de ambas cámaras, que actúa desde hace casi un año bajo la presidencia del justicialista fueguino José Ojeda. Aunque la convivencia de los distintos parlamentarios fue cordial, según el relato de macristas y opositores, hubo encontronazos con la propia presidenta del Senado, Gabriela Michetti. En octubre último Ojeda llegó a reprocharle: “Hay decenas de notas con requerimientos presupuestarios pero la presidenta tiene la agenda muy ocupada, es decir que no puede atender a seis diputados y seis senadores que todas las semanas y días ponen la cara frente a los familiares de los 44 tripulantes que seguramente hoy descansan en el fondo del mar”. Ojeda contó que ninguna reunión dura menos de tres horas y muchas veces llegan a las 14 horas seguidas.
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