Empezamos el lunes, y que mejor que hacerlo con resubidas... acá traemos el tercer disco de Pez, uno de los más ásperos y con sonido más punk. Lo pidieron, bueno, acá lo tienen gracias a Sandy, y esta es otra banda de la que tendríamos que completar su senda disografía.
Artista: Pez
Álbum: Pez
Año: 1998
Género: Punk Rock / Rock Progresivo
Duración: 35:32
Nacionalidad: Argentina
Artista: Pez
Álbum: Pez
Año: 1998
Género: Punk Rock / Rock Progresivo
Duración: 35:32
Nacionalidad: Argentina
Lista de Temas:
1. Ahogarme
2. Y la calma
3. El desengaño
4. Ya nadie lee en estos días
5. Ma huang
6. El fútbol por lo menos les enciende el alma
7. Malestar
8. Malo
9. Lo están tocando mal
10. El cuerpo es un momento
11. Siesta
12. Pelos de gato
13. Tapas de discos y pósters de la Pelo
14. Miedo
15. Yalumbraba
1. Ahogarme
2. Y la calma
3. El desengaño
4. Ya nadie lee en estos días
5. Ma huang
6. El fútbol por lo menos les enciende el alma
7. Malestar
8. Malo
9. Lo están tocando mal
10. El cuerpo es un momento
11. Siesta
12. Pelos de gato
13. Tapas de discos y pósters de la Pelo
14. Miedo
15. Yalumbraba
Alineación:
- Franco Salvador / drums
- Fósforo / bass
- Ariel Minimal / vocals and guitar
Invitado:
Álvaro Villagra / Piano
"Pez" es el tercer disco de Pez. Uno de los que tiene sonido más punk, con canciones muy cortas y ásperas en su faceta más demoníaca con una placa que desarrolla un vibrante, eléctrico, salvaje y agresivo rock. Quizás acá no encontremos mucho de progresivo, pero esta es el alma de este grupo siempre inquieto y cambiante.
Aclaremos algo, no tengo mucho tiempo de escribir, pero al menos quisiera dejarles algún comentario escrito por otro, que se pude tener muy en cuenta por ser bastante atinado.
Pez nunca se disolvió, pero quedó postergado en el momento en que Ariel Minimal empezó a colaborar con los Fabulosos Cadillacs. Pero no fue lo único que revolucionó la banda. Habría un nuevo cambio de formación. Iris Auteri abandonaría a Pez siendo reemplazada por Gustavo “Fósforo” Garcia. De esta forma Pez reaparecería con su tercer álbum de estudio en 1998, que se denominó como Pez ante la falta de nombre.Persy
En esta oportunidad Minimal y su prole se alejan de la rama progresiva para abocarse íntegramente al Punk. Las canciones del álbum son veloces y agresivas, y además bastante cortas (la mayoría dura 2 minutos y medio o menos que eso) como si se tratase de un disco de los Ramones.
Ya desde “Ahogarme” Pez deja en manifiesto su punk rock rabioso, destacándose clásicos como “El Desengaño”, temas pesados como “Malestar” y “Malo”, y especialmente la implacable “Siesta”, con ese riff heavy que se conecta de gran forma con la melodía lenta de la canción. También hay tiempo para homenajes, en este caso Minimal deja en claro su idolatría hacia Pete Towshend en “Tapas de Discos y posters de la Pelo”.
El álbum es muy bueno. Tiene una energía constante que te mantiene enchufado. Y por eso tuvo una buena recepción de parte de la crítica, aprovechando que la atención en Pez había aumentado tras la incorporación de Minimal a los Cadillacs.
Yo no concidero, sin embargo, que el álbum sea tan bueno, me aburre un poco, pero claro, me gusta más otra faceta de la banda que aquí no se ve demasiado...
Quizás una de las bandas más interesantes y variadas del rock argentino. La mejor (o que más me gusta) de los últimos 20 años, seguro. Con discos totalmente opuestos entre sí y quiebres musicales inimaginables, como la transición del disco Hoy en 2006, donde se dedicaron a hacer hermosas y tranquilas canciones de folk-rock fogoneras (?) sin distorción a Los Orfebres en 2007, donde mandaron todo al carajo y sacaron un disco plagado de distorción y tecladitos locos (sin dejar de lado la genialidad de la obra, claro), que citando a Ariel Minimal es "hardcore 30 años después". Este es el tercer disco y quizá el más crudo de todos. 35 minutos de punk rock, distorción, gritos, rock.Flavio
Desde que llegó a mis manos nada volvió a ser lo mismo. Fueron canciones salvadoras, llevadoras de emoción, que si bien bastante explotaron en mi habitación (y lo siguen haciendo) el epicentro de tan poderosa explosión fue dentro de mi cabeza.
Es difícil hablar de la banda que le cambió la vida a uno. Hace algunos años había leído muy buenas críticas acerca de Pez en internet y me habían convencido de escuchar algo. Como no soy muy fan de los archivos en mp3s que recortan frecuencias, comprimen la música y sodomizan el alma (?) directamente fui por algún original. Frágilinvencible fue el primer disco que compré y escuché de ellos, comprado por recomendación de gente de la internet como disco inicial y en gran parte por la suerte de encontrarlo en una disquería de acá hace unos dos años, más exactamente el 25 de octubre de 2010, dos días antes del último censo nacional, día en que falleció Néstor. Hablo de suerte de encontrarlo por el hecho de que el disco en ese momento estaba cuasi agotado y así estuvo hasta hace un par de semanas que se volvió a fabricar independientemente por el sello Azione Artigianale (fundado por los peces allá por el año 2000).
Cuando que llegué a mi casa y escuché Frágilinvencible me gustó, y mucho, a la primera escucha y eso generó que empezara a comprar compulsivamente todo disco de Pez que encontrara. Así fue como, desde octubre de 2010 hasta mayo de 2011 (cuándo los ví por primera vez en vivo) completé toda su discografía hasta ese momento, a excepción del DVD Sesión de espiritismo agotado y reeditado hace poco. Fue difícil encontrarlos por el hecho de vivir en el interior de Argentina, donde no llegan tantos discos de bandas independientes porteñas. Por eso cada vez que veía algo iba pa'dentro sin pensarlo dos veces.
El disco que ilustra este post lo encontré cuando se hizo la Feria Internacional del Coleccionismo Discográfico (!) en Rosario allá por marzo de 2011. En el momento en que ví discos de Pez en uno de los stands se me iluminaron los ojos (?) y me traje todos los que ví que aún no tuviera hasta el momento: Pez, Los Orfebres, ¡Viva Pez! y Folklore.
Cuando escuché el disco homónimo de Pez del '98 por primera vez no me agradó en un principio. Se me hacía progresivamente cada vez más ruidoso en cada tema sin llegar a entender nada en las últimas dos canciones del disco que en mis oídos aún inexpertos (?) sólo escuchaba distorsión. Luego con un par de escuchas más aprendí a apreciarlo y rápidamente a amarlo y se convirtió en mi favorito de Pez. Hoy en día diría que comparte ese puesto con mi tan querido Los Orfebres. Las semanas siguientes a escuchar (y escuchando) este álbum todo cambió definitivamente. De un latigazo me dio vuelta la cabeza y el mundo se transformó en algo más libre y lindo, con ganas de romper todo (?). Pez explotó en mi cabeza a mis 16 años y hoy en día ya bajó y se alojó en mi corazón.
...y eso que vos definirías distracción, al fin de cuentas fue mi educación.
Y si, Pez es como parte de la cultura del rock marginal y alternativo, desde hace mucho tiempo. Tiene razón Flavio.
Debe haber sido difícil grabar –siquiera imaginar– al sucesor de Quemado (1996), el segundo disco de Pez. Después de un primer álbum urgente (en un sentido bien literal: fue grabado en vivo en el estudio en un solo día), el trío había sorprendido con un disco gigante, multifacético, largo, repleto de invitados y colores, de una creatividad infrecuente en el rock hecho en Argentina. Luego, en 1997, ocurrieron al menos dos acontecimientos fuertes: cambiaron de bajista (salió Iris Auteri, entró Fósforo García) y dejó de existir Discos Milagrosos, el sello que los albergaba. Aparece, entonces, la molesta pregunta: ¿cómo dar el siguiente paso? Es imposible, e indeseable, aventurar el proceso creativo del trío. Sí conocemos, sin embargo, algunos hechos: el siguiente paso fue un álbum sin nombre, autoeditado (luego se convertiría en el primer disco del sello Azione Artigianale), breve (de los cerca de 70 minutos de Quemado pasamos a 35), con un solo invitado y ningún color. En la contratapa, una aclaración: “No muy producido por Pez”.Miel y Miedo
Es cierto: ese tercer disco, sin título ni sello ni colores, suena crudo. La apertura es potente y no necesariamente pesimista. En Ahogarme, Minimal canta: (…) esta canción / es un animal de sangre y de sal que ahora / ya vuelto fuego, surca el cielo de hoy. Pero hacia el final admite con desencanto: total no hay nada que yo quiera hacer. La música acompaña: es melódicamente memorable, con elementos mod, aunque la velocidad y la distorsión de la guitarra la emparentan con el punk. Sin embargo, nada de estribillos repetidos hasta el infinito. Esa es la mitad “progresiva” de la expresión en apariencia contradictoria que suele acuñarse para describir al disco: “punk progresivo”. Más allá de si la expresión es o no adecuada, lo cierto es que las canciones de este álbum están demasiado preocupadas por ir hacia delante, atropelladamente. No pueden tomarse el tiempo para volver sobre sí mismas. Si Quemado tenía motivos que reaparecían con insistencia, para recordar que se trataba de una obra más allá de la heterogeneidad, este Pez puede ser entendido como un disco sin memoria.
En realidad, más que no poder recordar, creo que Pez no quiere recordar. No es para menos: su tono es gris; su universo, autodestructivo, doloroso hasta el desprecio. Cuando logra remontarse al pasado, descubre que la tristeza persiste (Todo sigue igual que ayer, pero hoy más que ayer quizás / El desengaño es nuestro eterno tango) y los breves destellos de alegría desaparecieron (El tiempo pasó y nos hizo olvidar / todo lo que alguna vez nos emocionó y nos hizo cambiar). En el presente hay pastillas, rutina, furia, cansancio, miedo y pedidos de salvación. Casualmente, las canciones en que aparecen con más fuerza estos dos últimos elementos (Siesta y, justamente, Miedo) son las más lentas y densas, con una distorsión que sumerge con violencia en los terrenos del dolor auditivo. Son, también, las dos canciones con menos humor. Tal vez sean, por qué no, las más personales y representativas del espíritu del álbum.
El tono lúdico que marcaba a los dos discos anteriores sigue presente. Esto es visible, sobre todo, cuando Minimal lleva el dolor al paroxismo. Un caso es Ya nadie lee en estos días, una canción sobre un hombre que asesina a su pareja y esconde el cadáver en una biblioteca. Como sugiere el título de la canción, el cadáver jamás es encontrado, por la sencilla razón de que “ya nadie lee”. La perversión es diversión. Es posible emparentar a la letra con la famosa escena de Frenzy (Alfred Hitchcock, 1972), donde presenciamos el asesinato de una mujer, con cámara subjetiva, desde el punto de vista del asesino. La tensión de la escena es un riff simultáneamente directo y enrevesado. Una de las características del cine de Hitchcock es su capacidad para narrar historias accesibles y complejas a la vez, con una construcción minuciosa de cada escena. Por un lado, miradas atravesadas por desvíos y artilugios; una obra atiborrada de McGuffins. Por el otro, humoradas nihilistas que disfrazan a un compositor siempre sensible: pero este miedo no me paraliza, no / Y es más la risa que la sensación de vacío.
El otro ejemplo de dolor extremado se llama Malo. El título es directo y la temática también: el narrador se siente “malo” y quiere asesinar a todo el mundo. El máximo grado de ridiculez llega al final: Ya me molestan los hijos que no tengo / Y deseo la muerte de todos ustedes. Acá no hay guiños ni tensiones ni desvíos. La música acompaña: empieza con un riff limpio y dos minutos después guitarra y bajo se atropellan, varias voces distorsionadas se entrechocan, el nivel de ensimismamiento y paranoia llega al límite, con arcadas y gritos de bronca. Es comprensible: después de los primeros minutos, de esa canción salvadora que se convertía en ave, efectivamente nos ahogamos. Ahora todo es terrenal y concreto: después del desengaño sólo hay costumbrismo, y dos salidas: para algunos, jugar (El fútbol por lo menos les enciende el alma); para otros, dormir (Nada le pido a la vida / nada más que una siesta a la sombra / A la sombra de todos los hombres / a la sombra de todas sus cosas).
Otra característica de Pez: la autorreferencialidad. En Cabeza, aquel primer disco de 1994, proliferaban los cuentos, la fantasía; había personajes y tercera persona. En Quemado, si bien abundaban las experiencias personales (sobre la falta de fe, sobre vivir en departamentos, sobre tatuarse, sobre jugar al fútbol), las texturas eran de ensueño y de viaje; los sintetizadores y el sitar nos invitaban a atravesar cielos, aguas, galaxias y ciudades. Nada parecido hay en este tercer álbum, tan obsesionado con el sufrimiento propio. Por ejemplo, los “yo” son numerosos. Las canciones que refieren a terceros (Lo están tocando mal, Yalumbraba) terminan hablando en primera persona. El eterno narrador lo tiene claro: en un tema extraño, con partes muy distintas inexplicablemente enganchadas, dice: yo siempre hablo de mí / y acá me ves, en mi pedestal de pus y grasas. El tema se llama El cuerpo es un momento, pero también podría llamarse El cuerpo es una jaula. En definitiva, ¿dónde es más evidente esto que en las oscuras, nihilistas, caracterizaciones de la paternidad? Por un lado estaban, recordemos, esos futuros hijos ya molestos de Malo. Pero es todavía más delicioso lo de Y la calma, uno de los picos de este gran retrato del asco existencial, que abre con una referencia a la crianza como estrategia para disfrazar conflictos emocionales: Quiera el tiempo bendecirnos / con los hijos y la calma / Sería como delegar la furia en alguien más / y amortiguar la explosión.
La tarde ventosa en la ciudad me transporta al recuerdo del pueblo que en invierno se caracteriza por tener este clima al que por cierto hay que agregarle el frío típico que ofrecen los campos. Un día como hoy solo me dan ganas de escuchar discos aguerridos, poderosos y sentimentales para equilibrar ese estado que siente el alma gracias al paisaje de la calle: Uno de esos discos podría ser Pez...Montoto
Pez es el tercer trabajo de la banda que lleva el mismo nombre, Pez. Este material fue lanzado en 1998 y tiene la particularidad de ser el primero editado independientemente por el grupo. Esto fue todo un logro para estos muchachos que habían podido, con gran esfuerzo, llegar a su cometido para que empresas asesinas no les chupen su arte intelectual con la presión de sus millones y las facilidades a cambio de ganancias abultadas.
A diferencia de sus antecesores, Pez contiene muchos cambios a nivel musical que marca un antes y un después con sus hermanos de estudio, Cabeza y Quemado. Aquí la banda se desliga un poco de la experimentación que venia practicando y se dedica a grabar de forma mas cruda, sin tantos instrumentos, las composiciones de su cantante y maquiavélico guitarrista Ariel Minimal, dejando un producto casi sin filtro para los oyentes.
Las letras son muy vividas y tienen mucho de la historia personal de este, a veces pelo largo enrulado y otras veces pelado, ser musical que con los años ha ido evolucionando en todos los sentidos profesionales.
El día que lo escuche quede sorprendido por la fuerza, el ímpetu y la energía que Pez había plasmado dentro de este trabajo lleno de distorsiones y acordes electrizantes que te hacen sentir ganas de tomar una guitarra y acompañarlos en cada canción.
Otro dato importante es que Ahogarme, tema que abre el disco, tomo envión gracias a un video clip de MTV y eso ayudo a que mucha gente que no los conocía comiencen a seguirlos dándole reconocimiento al grupo a nivel local ya que siempre se mantuvo con un perfil bajo y tocando en el under.
Este disco fue el primero que escuche de la banda y el hecho se dio por pura suerte ya que teniendo la posibilidad de oír los dos primeros me incline a este por azar y la verdad es que mi instinto no me fallo.
Aquí van a apreciar canciones clásicas bien al estilo Pez como por ejemplo El Futbol Por Lo Menos Les Enciende El Alma, Malestar, Malo y Miedo. Todas ellas infaltables en algún recital de este grupo de los barrios de Parque Patricios, Pompeya y Boedo.
También contiene para mi a uno de los mas exquisitos productos que haya realizado la banda llamado Siesta: magnifico, reventado, lleno de genética Minimal y la energía de Fósforo García (Bajo) y Franco Salvador (Batería) que junto a Ariel conforman un power trío abrumador y aplastante que en vivo parece pintar retratos sonoros llenos de encrucijadas y respuestas que dejan al espectador despojado de sus expectativas e iluminado de algo mágico. Aclaro que hoy son cuatro los integrantes.
En estos días donde solo algunos buscan vender discos y hacerse millonarios es bueno encontrar músicos que aun se la juegan por sus sentimientos y expresan a través de la música su arte sin pensar en si va a gustar o no, solo lo hacen por la inercia natural de lo que son y de lo que les sale hacer. Eso nos da la posibilidad de saber que no todo esta perdido y que en la correntada de la vida aun seguimos siendo un pez.
Nada le pido a la vida, nada mas que una siesta a la sombra. A la sombra de todos los hombres, a la sombra de todas sus cosas. Siesta lávame...
Y vamos con mis típicos comentarios copiados de gente que escribe (y también seguramente habla) en inglés:
The bio from the band published on PA (and which comes from the band's website) describes this album as such: "The music changed again, this time it was a fast and heavy style of the trio that approached punk rock songs in an elaborate manner". The only thing I could not find while listening to this album was the "elaborate manner".Daniel
Punk it is for sure. The opener which lasts for 90 seconds (another characteristics) shows lots of influence from the Australian punk-rock band "The Saints". Same heavy-speedy- punk but less catchy (don't expect anything à la "Stranded". They'll do even better with "Fútbol?" which clocks at 60 seconds!
Most songs share the same format. And even if "Ya Nadie Lee En Estos Días" (a premonition which means: nobody is reading nowadays) offers some more variety, the global feeling is still very much of the same.
If they would have released such an album twenty years earlier, one might have found this alright probably. But a post-punk Argentinean rock album in the late nineties: is it relevant? What's more: is it relevant on PA???
It is only my third review from the band and so far I could only listen to pure heavy metal and punk rock. But to be honest, when I want to listen to some punkish tunes I prefer the likes of "The Clash", "The Damned", "Generation X", "The Adverts" or the Pistols. But I don't expect to review their albums on such a site.
The epic from this album is "Miedo" (fear). Almost five minutes of heavy noises; which means that the other fourteen tracks available are good for half an hour. Damned elaborate?
In terms of prog, it is a very thin work. Maybe some vague Crimsonian guitar during "Siesta". It should be considered as the best track: it offers some fine vocals as well as a good guitar break.
In terms of rating: two stars for a punk album (and even there I'm generous). Close to nothing in terms of prog music.
Bueno, el Daniel del comentario de arriba definitivamente es un amargo, tampoco es que el disco es una porquería, y si bien no se lo puede catalogar como progresivo hay que verlo todo en contexto y junto con la discografía de la banda, para entender un poquito que todo el conjunto es una cosa y si miramos cada álbum por separado vamos a tener una percepción totalmente diferente. Aunque quizás algo me está faltando, quizás Pez sean de esos fenómenos culturales que corresponden a un lugar, un país y un tiempo determinado, y no sirva para otro lugar u otro momento. Pez es aquí y ahora y se lo puede y debe entender así, un producto bien argentino y actual, que no sé si puede tener tanto impacto en otros lugares del mundo.
Punk is not the correct label on the music Pez delivers here. Yes, it is simple, primitive aggressive music. But it very much fits the heavy metal segment. Heavy metal light though because it is obvious Pez tries to go down the power pop route here. The likes of Blink 182 has dominated this segment so far.toroddfuglesteg
The sound on this album is excellent and the musicians is also doing a great job. The music on this album is simple and will be shunned as in hopeless and the opposite of progressive rock. Which it is. But it is not Christmas turkey material, this album. The band knows how to play and there are some pretty intricate structures here too. The vocals is pretty bad though as they were on the first Pez albums. The lack of any good songs is also a major problem here. But this album is still not a flippy flappy flaming turkey though. It is actually a decent album. And it is also a free download album. Not so bad deal after all.
Espero que estas palabras, mías y de otros les haya servido para sacar alguna conclusión del disco, pero no creo, si conocés a la banda no hace falta, sabés que es un disco de Pez de los más agresivos, y te puede gustar o no pero eso casi no importa, este grupo puede sobrepasar los gustos, las estructuras, los esquemas y los estilos musicales, y ahí radica el espíritu progresivo aunque específicamente este disco no pueda catalogarse como tal.
Les dejo un par de videos... Saludos.
Download: (Flac)
ResponderEliminarhttp://link-safe.net/folder/a13a67e5-4b38
Muy bueno el review!
ResponderEliminarhola! podrían resubirlo?? y será q anda el Cabeza por ahi también?? aguante el FLAC!
ResponderEliminarS Franz, lo resubimos cuando podamos, estate atento
EliminarDownload: (Flac - No CUE - No Log - No Scan)
ResponderEliminarhttp://pastebin.com/smZyjpqF
Hola, de primera....gracias por esta página (la primera que pispeo cuando entro en la red), ...y de segunda, algún alma minimalina, como la mia, se apropincuaria a re-subir este disquito de la cultura nacional, de la TERCERA mejor banda de America (despues de Rush y Legiao Urbana, claro).
ResponderEliminarMuchas Gracias.
Hola paos, gracias por estar. Queda en la lista de discos por resubir. Hey! a Legiao Urbana no lo conozco!!! ¿qué onda?
EliminarAbrazos
Links caidos.....
ResponderEliminarLinks caidos.....
ResponderEliminarNuevos links:
ResponderEliminarhttp://pastebin.com/7VThmuBh