Hace pocos días descubrí en la red algo que ni me imaginaba: Jon Anderson tiene un hermano que anduvo por España haciendo música... Quien es este hermano? Como le fue en la España de Franco? Qué le ha llevado a ir allí? Como cantaba? Como era?... Todas esas preguntas se arremolinaron en mi cabeza y al final dejé otras tareas que tenía pendientes para darles respuesta. El resultado es este pequeño post, que he preferido hacer al estilo del admirado colega Dark-ius. Y la razón es que, salvo en youtube, esta música no se encuentra en ninguna parte. Lanzo a los mas avezados el reto de encontrarla!
Veamos entonces: ¿quien era Anthony Anderson?
Si, es el cantante, y se parece bastante a su hermano, verdad? Anthony, el hermano mayor de Jon, un tipo sereno, amable y sin afán de protagonismo (cosa de lo más infrecuente en los cantantes), anduvo por España, reclutado por el grupo Los Bravos, una banda que antes de que los Canarios se lanzaran al éxito ya había triunfado en el resto de Europa con "Black is Black".
El vocalista de Los Bravos, Mike Kogel (cuyo nombre artístico después fue Mike Kennedy) acababa de abandonar el grupo, por lo que Miguel y Tony, dos de sus miembros, se dedicaron a seleccionar un nuevo cantante en Londres. Por qué Londres? porque, aunque era una banda española, gran parte de sus temas era en inglés y aspiraban a seguir manteniendo una proyección internacional. Para que se hagan una idea, he aquí un video de los Bravos con Mike Kogel, interpretando su tema más éxitoso, Black is Black:
(fue apenas tres años antes y que antiguos se les ve...)
Volviendo a lo nuestro, le hicieron una prueba a Anthony (Andy para los amigos) pero fue descartado, y se decidieron por un cantante al que habían puesto a prueba en la audición anterior, un tal Bob Wright. Sin embargo, algo no fue bien con Bob, porque meses después buscaron a Andy para ofrecerle cantar en la banda. El aceptó, permaneciendo en el grupo desde 1969 a 1971.
Aquí podemos ver el tema de Yes "Look Around" en la version de Yes, y en la de Los Bravos con Andy:
Este tema, según parece, fue escrito por los dos hermanos
Tras su marcha del grupo, monta uno nuevo junto a Miguel Vicens ( también ex Bravos) y el guitarrista David Wimsley. Lo llaman Zebra. En el proyecto estaba implicado un versatil guitarrista catalán: Joan Bibiloni. Graban un single, con el tema “This is a Happy Song”, y cuando estaban a punto de grabar un álbum, que iba a ser producido por el gran hermano Jon en persona… Andy, por cuestiones que desconozco, se ve obligado a regresar a Inglaterra.
Aquí terminan las aventuras de Anthony Anderson por la “piel de toro”. Es curioso, pero todas las recopilaciones que conozco de Los Bravos, se acaban en 1969, con la salida de Mike Kennedy, y no incluyen ningún tema de la etapa de Andy… una lástima, porque esta fue la etapa mas brillante y progresiva de la banda. Solo hubo una recopilación que si incluía algún tema con Andy, pero no se encuentra por ninguna parte. Fue editada por “Circulo de Lectores” y esta es su portada:
Si hay algún sabueso capaz de encontrarla se merece la más alta distinción de la "Antigua y Mística Orden Cabezona"
Dos reseñas para terminar:
Los Bravos, tercera formación (1969-1971):
O Los Bravos de Andy, como se les llamó en aquella época, en la que hubo una curiosa conexión: Yes y Los Bravos.
Esta historia la cuenta maravillosamente bien Guzmán Alonso Moreno en su fantástico libro Los Bravos: Recuerdos de una leyenda, en el que hace una exhaustiva cronología de la historia del grupo, sus grabaciones, fotografías, anécdotas y revelaciones.
Anthony Anderson, Andy, es el hermano de Jon, el solista de Yes. Los Bravos le conocieron en 1968 durante unas audiciones en Londres en las que buscaban un cantante con el que sustituir a Mike Kennedy. Entonces no le escogieron, y se decantaron por Bob Wright, con quien grabarían el single “Individuality/Vive la vida” (Columbia, 1969). Cuando se disponían a grabar nuevos temas en Londres dejaron plantado a Bob y buscaron a Andy. Y este aceptó.
La etapa con Andy fue musicalmente la mejor de Los Bravos como grupo, alejado de las masas de fans, y sin tanta repercusión en las listas. Los Bravos más duros, más músicos, e incluso undergrounds. Anthony Anderson era un tipo bastante sereno, lejos del estilo estrella de Mike o Bob, de la misma edad que el resto de la banda, con capacidad de trabajo en conjunto, conocedor del rock y blues, instrumentista y compositor, y con experiencia junto a su hermano Jon en un grupo llamado The Warriors. En directo Andy conectaba bastante bien con el público y poseía una voz muy personal.
Los Bravos grabaron en el verano de 1969, en Londres, el single “Love and simpathy/Rudi is in love” (Columbia), antes de trasladarse a España con su nuevo cantante. “Love and simpathy” era una canción de Charles Ward, a la que Jesús Gluck hizo los arreglos. En España la titularon malamente “Amor y simpatía” (en lugar de Amor y Compasión, que sería su traducción real). Comienza con una fuerte entrada de batería, que continúan bajo y guitarra. Los Bravos introducen metales y coros en el tema que dan la entrada a la voz de Andy. Destaca el órgano de Jesús Gluck, que despuntaba sus primitivos sonidos progresivos. Un tema muy bien grabado, y comercial, del que Los Bravos no quedarían satisfechos. Lo achacaban a que era una canción originalmente elegida para Bob Wright y no para Andy, que poseía una voz bastante vigorosa y nada pop.
“Rudi is in love” fue la cara B del single, también con arreglos de Gluck. La canción era una versión del tema de Norman Haines que habían grabado en 1968 The Locomotive, un grupo de ska de Birmingham, pioneros del sonido que años más tarde adoptarían los UB40. Un estilo nuevo en el repertorio de Los Bravos, donde coquetearon con los calientes sones del reggae y el ska. Su letra habla sobre los ghettos jamaicanos, donde confluyen música, religión y pobreza. En “Rudi is in love” Andy se ve más suelto, usando mejor su voz, y donde Los Bravos se sienten mucho más a gusto que en la cara A.
Para promocionar el single “Love and simpathy/Rudi is in love”, Los Bravos rodarían un corto de cine, con la empresa Cinecorto, dirigido por Enrique Torán y Julio Madurga, con guión de Miguel Vicens, donde presentaban su nueva imagen y el single. Una película que se vendió bastante bien a las salas de cine españolas, de estética hippie, y con técnicas del cine pop de la época.
“Love and simpathy/Rudi is in love” no resultó un éxito de ventas, a pesar del cortometraje. Los Bravos ya no ocupaban la posición de privilegio de los años anteriores, pero en cambio multiplicaron sus actuaciones en directo, que gracias a los ensayos y evolución musical, se habían vuelto bastante buenos. Tras una gira por España, Los Bravos, con Andy, se presentaron en Madrid en el Club J&J, logrando un éxito absoluto. La crítica fue unánime con su nuevo sonido, y sobre todo su evolución. Los Bravos habían pasado de ser el grupo de acompañamiento de un cantante estrella, a una banda sólida de directo.
Los Bravos finalizarían 1969 con un concierto insólito, en Valencia, en el interior de una jaula con Angel Cristo y sus leones.
En 1970 estaban preparando lo que sería su nuevo LP cuando su compañía los inscribió en el Concurso Internacional de Conjuntos que la Discoteca Barbarella de Palma de Mallorca organizaba. Los Bravos se midieron a bandas como Big Sleep, Focus, Arrival, Joy Unlimited, Smash y Z-66, entre los 142 que se presentaron a concurso.
Los Bravos ganarían, no sin polémica, aquel Barbarella´70, con el tema “Stop look around”, que una vez grabado pasaría a llamarse “People talking around”, y a ser una de las mejores canciones de Los Bravos.
“People talking around” parte de unos apuntes de Jon Anderson, que Andy acabaría y firmaría para Los Bravos. Muy en la onda hippie, cantan a la paz, el amor y a la amistad. Producida por José Nieto, “People talking around” nos ofrece a los mejores Bravos. Sin adornos, ni metales, ni coros, ni orquesta. Un grupo unido y compacto. La canción comienza con un punteo de guitarra española. Bajo y batería respaldan la voz de Andy, mientras la guitarra de Tony avanza hasta toparse con geniales ráfagas de Hammond. Una canción llena de ricas armonías vocales, pletórica de principio a fin.
“Every dog has his day” otra composición de Anthony Anderson, ocupaba la cara B del single “People talking around/Every dog has his day” (Columbia, 1970). Muy distinta a la otra, y también producida por José Nieto. Una canción con nervio y fuerza, potente, y de nuevo con Los Bravos que se salen. Nuevas armonías y estructuras para el sonido de la banda.
De nuevo el grupo produjo otro corto para promocionar “People talking around/Every dog has his day”. Dirigido por Raul Peña, se rodó en la Plaza Mayor de Madrid.
“People talking around” devolvió a Los Bravos el éxito pasado, y de nuevo el número 1. El single se editó en toda Europa, y Los Bravos empezaron a hacer conciertos con grandes aforos. El 7 de septiembre de 1970 tocarían en el Parque de Atracciones de Madrid ante seis mil personas y el 30 de octubre en el I Festival de Música Progresiva, en Barcelona, junto a Máquina!, Crac, Agua y Regaliz, Canarios, Dos + Un, Brincos, Buzz, Green Piano, Cerebrum, Free, Música Dispersa, Pau Riba, Evolution, Puntos y Smash. En TVE actuaron en directo en Estudio Abierto, de José Maria Iñigo antes de lanzarse a una gira por Sudamérica.
En 1971 aparece un LP de éxitos, en una edición especial del Círculo de Lectores, con temas de sus tres formaciones (“Love is a simphony”, “Trapped”, “Como nadie más”, “Black is black”, “Bring a little lovin´” y “I want your name”, con Mike Kennedy. Individuality” y “Vive la vida”, con Bob Wright. “People talking around”, “Every dog has his day”, “Love and sympathy” y “Rudi is in love”, con Andy Anderson). Este album es hoy una auténtica joya de coleccionistas.
A final de marzo de 1971 se publica lo que sería la última grabación de Los Bravos con Andy, el single “Inside your shadow(En tu sonrisa)/Caminos del ayer” (Columbia).
“Inside your shadow(En tu sonrisa)” es un tema escrito por John Kongos, C. Demetrion y John Russel, que Los Bravos llevaron a un terreno sonoro de aires góticos y de alto valor instrumental. Geniales las voces sobre planos de órgano, y sin muchas concesiones comerciales. “Caminos del ayer” es pop, con una guitarra acústica de corte folk y un órgano brillante. Una canción de sabor hippie, y bastante bella
“Inside your shadow(En tu sonrisa)/Caminos del ayer” apenas tuvo aceptación, y, entre los rumores de la vuelta de Mike a Los Bravos, Andy se marchó a Mallorca junto a Miguel Vicens, y formarían Zebra. Los Bravos se habían disuelto.
Los Bravos (1969-1971): Tony Martinez, guitarras, voces. Anthony Anderson, Andy, voz. Miguel Vicens, bajo, voces. Jesús Gluck, teclados. Pablo Sanllehi, batería, voces.
La historia y las fotografías de este post están sacadas del fantástico libro Los Bravos: Recuerdos de una leyenda”, de Guzmán Alonso Moreno. Un descomunal trabajo indispensable para entender toda una época, y conocer hasta el más mínimo detalle la historia de uno de los mejores grupos de las historia de la música moderna en España: Los Bravos.
17 PREGUNTAS A UN CANTANTE : ANTHONY ANDERSON por Guzmán Alonso Moreno
G.A.- Antes de formar parte de Los Bravos estuviste en grupos como The Warriors - con los que grabaste en 1964 un disco dirigido por Ivor Raymonde: Don´t make me blue/You came along- y Wami. ¿Cómo definirías el trabajo musical que realizaban estos conjuntos? A.A.- Cuando mi hermano Jon y yo entramos en The Warriors estos ya estaban en funcionamiento. Éramos muy jóvenes haciendo nuestro aprendizaje actuando en bares, salas de baile, clubs..., donde se podía. Como teloneros The Warriors tuvimos amplia trayectoria: Ike and Tina Turner, Tom Jones, The Hollies... El repertorio era diverso: Everly Brothers, Elvis, rock and roll en general, Beatles...... Más tarde el grupo tuvo una oferta para irse a Hamburgo. Jon marchó con ellos, pero yo no. Ya tenía familia y me quedé; entré a trabajar en una fábrica. Hacia 1968 me incorporé al grupo de David Walmsley, The Wami. Pretendíamos trascender los esquemas del pop y del rock hasta ese momento vigentes, incorporándonos a la corriente creada por Led Zeppelin. No llegamos a grabar ningún disco. G.A.- ¿ Por medio de quién accedes a la audición por la que conoces a Los Bravos y por qué te presentas a ella? A.A.- De nuevo en la fábrica tras finalizar la experiencia Wami, David Foster, el bajista de The Warriors, me llama al trabajo comunicándome que Los Bravos están buscando cantante y que han organizado una audición. Era una oportunidad que ningún solista hubiera rehusado. De su repertorio sólo conocía Black is black. Acudí a la audición en Londres acompañado de The Warriors, a excepción de Jon que ya estaba con The Yes. Interpretamos dos o tres canciones ante Miguel, Norma, su mujer, y Toni. No resultó. En la anterior audición habían escuchado a Bob y ya se habían decidido por él. Desde luego que fue una desilusión para mí, ya que pensaba que era mi opción para volver a cantar. G.A.- Tras haber sido rechazado, ¿qué supone para ti que te vayan a buscar a Accrington algunos meses después para incorporarte al grupo? A.A.- Fue una absoluta sorpresa encontrarles a la puerta de mi casa. Pablo y Toni se presentaron cuando yo ya estaba en la cama. Les abrió mi mujer; "españoles", me dijo, también absolutamente sorprendida e incrédula. Yo bajé enseguida y allí estaban ellos proponiéndome que fuera su cantante y con la demo de Love and Simpathy y de Rudy is in Love. Preguntándome si me sentía en condiciones de grabarla. Yo les contesté que sí, que no había ningún problema y cuando me dijeron que en qué momento estaría dispuesto para ir con ellos, respondí: AHORA. G.A.- ¿Qué es lo que te hace decidir integrarte en Los Bravos y venir a España? A.A.- Los Bravos me parecieron unos tipos estupendos que como equipo eran muy prometedores; me inspiraban confianza. Por otra parte, me ofrecían la oportunidad de incorporarme a una estructura ya constituida, en funcionamiento. G.A.- En el momento en que te enrolas en el conjunto reina en su seno una notable inestabilidad. A tu juicio, ¿cuáles son las claves del asentamiento del grupo y su evolución hacia la posterior solidez, que se hace notoria para todos especialmente a partir del I Premio de Barbarela 70 de Conjuntos? A.A.- Trabajo duro. De inmediato, desde el primer momento. encaminado a construir una buena banda profesional y asumir el reto de adentrarse en otros estilos más allá del rock clásico. Trabajo intensivo y exhaustivo en el desarrollo de un repertorio amplio para sacar el máximo provecho a las capacidades individuales y colectivas del grupo. Recuerdo muy bien los primeros meses de este trabajo, hasta llegar a nuestra presentación oficial en J.J. en Madrid. Salió muy buena actuación, con mucho calor entre el público y nosotros. La gente en general deseaba el éxito del grupo, como el aficionado que va a la cancha a apoyar a su equipo. Este momento fue para mí muy importante porque era crucial para ganarme a la audiencia. El repertorio que teníamos montado era realmente bueno: Blood Sweat and Tears, Chicago, Animals...y Black is black. G.A.- ¿Qué aspectos destacarías del método de trabajo de Los Bravos en los ensayos, la creación de canciones y las actuaciones en directo? A.A.- En los ensayos, entusiasmo, ideas emergentes, experimentaciones y trabajo final acabado. En directo, aplicación de lo ensayado, echando el resto para lograr un contacto caliente con el público, establecer complicidad y comunicación, formar una gran familia con la gente. componiendo había dos líneas: trabajar sobre lo escrito por alguno o varios de los componentes del grupo, hacerlo en conjunto desde cero. G.A.- A tu juicio, ¿qué es lo que hace que la formación de Los Bravos en la que participas vaya dejando atrás la imagen anterior del grupo entre crítica y público? A.A.- Esto podrían explicarlo los restantes miembros del grupo mejor que yo. Es difícil de responder porque yo llego con pocos elementos de juicio sobre la imagen primera de Los Bravos al no haberla vivido y no tener prácticamente conocimiento de la trayectoria de la formación. Esta falta de referencia me permitió proyectarme con libertad y desarrollar mi personalidad, sin la presión o intimidación que podía haberme causado una mayor información. G.A.- Barbarela y People talking around significan la consolidación y legitimación del conjunto. ¿Puedes decirme cómo recuerdas aquello?; ¿De qué modo compusiste People talking around?; y ¿de qué modo valoras su resultado final? A.A.- Bueno, a mí no me gustan las competiciones, aunque es cierto que te sientes fantástico cuando ganas...Barbarela tenía alguna componente de muestra, además de competición. Me sorprendió mucho la victoria. A nosotros nos había gustado mucho un grupo con fuerza progresiva: Focus. Cómo fue compuesta People talking around no lo recuerdo bien. Era un trabajo de Jon, con participación de Miguel en la letra..., no sé...¿Está firmada por mí? Bueno, no está mal saber esto, pero el caso es que no lo recuerdo. G.A.- Junto a People talking around se publicó otra canción tuya muy original Every dog has his day. ¿Cómo describirías esta canción? A.A.- (Después de escucharla de nuevo) Es un buen funky-rock, si un buen funky-rock. Tampoco la recordaba. G.A.- ¿Podrías dar tu opinión musical de Los Bravos uno a uno y como conjunto, comparándolo también con la escena musical del momento? A.A.- Éramos un grupo muy profesional, del que sobresalía la formación musical de Jesús Gluck. Lo importante independientemente de la calidad individual de cada uno era la actitud, que provocaba un resultado colectivo muy satisfactorio; producto propio con el que disfrutábamos. Buscábamos el máximo de nosotros mismos. Y así formábamos un grupo con una posición aceptable en el panorama general, dentro del cual nos veíamos con mucha confianza en nosotros mismos. Nos presentábamos como lo que éramos, no como lo que no éramos, o lo que nos hubiera podido gustar llegar a ser. Un indicador de nuestra fuerza como grupo puede constituirlo el que gustábamos a diversos tipos de audiencia, en tamaños, gustos y edades, aunque es cierto que a nosotros nos falta habernos visto desde el punto de vista de esa audiencia. Un análisis comparativo desde una perspectiva temporal larga no me atrevo a darte porque no he estado dentro del panorama musical en muchos años. G.A.- ¿Qué aportabas a Los Bravos humana, profesional y artísticamente y qué te aportaban ellos a ti ? A.A.- Los Bravos me dieron su aceptación y yo a cambio les di un sentimiento de correspondencia. Trabajábamos como un equipo y yo me sentía uno más del mismo, ni más ni menos importante, dando ese cien por cien que nos hacía ser respetados por el público. Incorporé al grupo aspectos de seriedad y solidez inglesa y ellos me infectaron de la vitalidad y alegría españolas. Me introdujeron en vuestra comunidad haciéndome sentir como miembro de una gran familia que cautivó mi corazón dándome su aprecio en todos aquellos lugares a los que llegaba el grupo. G.A.- Una de las actuaciones más significativas de Los Bravos es la que tuvísteis en el Festival de Varadero 70 en Cuba. ¿Qué destacarías de ello? A.A.- Recuerdo muy bien las "descargas" de los cubanos entre las actuaciones, en los ensayos; cómo nos mezclábamos con la gente, sus obsequios de amistad. Y en especial la jam que tuvimos con la Orquesta del Festival, de la que quedamos muy honrados por la calidad que esta Orquesta tenía y porque inició la improvisación de tocar todos juntos, que tuvo un gran efecto en el público. Fue una de las presentaciones más memorables del grupo. G.A.- Finalizado 1970, la madurez, el prestigio y el rendimiento de Los Bravos ha alcanzado de nuevo el primer plano. Colaboraciones con otros músicos importantes como con tu hermano Jon y una cierta recuperación del mercado internacional ofrecen buenas perspectivas para el grupo. ¿Qué faltó para que Los Bravos en lugar de disolverse dieran un salto adelante? A.A.- Falta de visión e insuficiencia de management. Aunque el papel de administración lo llevaba bien Pablo dentro del grupo, alguien desde fuera podía haber valorado mucho mejor nuestras posibilidades de cara al futuro. En ese momento no teníamos un enfoque claro. Hay dos tipos de grupos: uno que solamente actúa, hace canciones y puede ser bueno; y hay otros que hacen su música sin pensar en la trascendencia del entorno, se concentran exclusivamente en sus gustos. Los Bravos estaban entre ambas posiciones. En un sentido habían ya alcanzado lo que les era necesario, habían llegado al tope de posibilidades del modelo que habían seguido. Y no habían generado una nueva meta musical como grupo que al mismo tiempo les estuviera situando en otro estadio. La separación no fue por una ruptura entre personas, sino por agotamiento de un modelo. G.A.- ¿Qué opinión te merece la discografía de Los Bravos de los que formaste parte? ¿Qué aportaba en su momento? A.A.- Nunca estuvimos totalmente satisfechos. A la hora de escuchar lo que acabas de grabar, siempre te das cuenta de que aunque hayas echado el resto todavía podías haber redondeado más el trabajo; lo que conlleva el comienzo de la insatisfacción. Lógicamente esta apreciación no tiene por qué ser compartida por el público, al que le gusta o no le gusta lo que has producido y te acepta incluyendo tus defectos. Esto es satisfactorio, pero a pesar de ello, tú si tienes la percepción de lo no definitivo de tu trabajo y a nosotros no nos gustan nuestros defectos. G.A.- ¿Tuviste ocasión de conocer el trabajo de los siguientes Bravos posteriores a vuestra disolución? A.A.- No, no tuve oportunidad. G.A.- Tras los Bravos, formas en Mallorca junto con Miguel Vicens y otros músicos Zebra. ¿Qué suponía esta nueva formación? A.A.- Teníamos el propósito de desarrollar nuestro propio trabajo, una línea inédita. Buscábamos un melting pot musical. La música es algo más que personas tocando; emana del intercambio, la comunicación, la relación. Esta concepción es la que sustentaba Zebra. G.A.- En 1973 estás instalado otra vez en Inglaterra. Actualmente por lo que sé por Pablo y Miguel sigues cantando para los presos de las cárceles inglesas. ¿Podrías hacernos un breve resumen de tu relación con la música y de cualquier otro aspecto personal que desees desde que dejaste España? A.A.- En Mallorca tomé la decisión de orientar mi vida hacia Jesucristo. Después de dejar Mallorca me di más cuenta que nunca que estaba preparado para escribir, contar mis últimas experiencias, para el amor y el perdón de Cristo. Como predicador en cierto momento me vi invitado a tocar en prisiones; con una sola guitarra, sin grupo. Desde el punto de vista musical un cambio significativo que nunca había imaginado. Con frecuencia me introduzco ante los presos como antiguo cantante de Los Bravos y les pregunto si conocen Black is black. Funciona para captar su atención inicial, por lo que estoy muy agradecido. -------------------------------------------------- Esta entrevista se produjo el 27 de agosto de 2000 en Santanyí, Mallorca. Previamente las preguntas escritas le fueron remitidas a Anthony Anderson a la isla de Wight, donde reside. La traducción al inglés la realizó Anette Olsson, esposa de Pablo Sanllehí, este estuvo en el transcurso de la entrevista, facilitando la interpretación simultánea. Yo sabía que Andy vivía en Wight y durante mucho tiempo y de diversas maneras intenté ponerme en contacto con él sin llegar a localizarlo. Durante las conversaciones con Pablo Sanllehí para el libro "Los Bravos recuerdos de una leyenda", fue comentada esta imposibilidad en distintas ocasiones. Sanllehí tuvo la idea de dirigirse al periódico local anunciando que se estaba buscando al antiguo cantante. El editor publicó el campo y la respuesta fue inmediata: distintos ciudadanos de Wight telefonearon a Pablo Sanllehí dándole indicaciones de cómo podía encontrar a Anthony Anderson. Después de casi treinta años volvían a hablar. Conversaciones posteriores propiciaron el encuentro en Mallorca. El mismo 27 de agosto los viejos Bravos improvisaban una actuación inédita: Pablo Sanllehí, Miguel Vicens, José Romero, Toni Obrador, Joan Bibiloni, Mike Kögel, Robert Wright, Anthony Anderson, tocaban ante sus amigos y aquellos que llegaban, en la terraza de la Cafetería Santanyí, propiedad de Miguel Vicens. Algunos de ellos nunca habían tocado juntos y otros superaban la veintena de años sin hacerlo. Fue una gran fiesta. (Guzmán Alonso) (Nuestro más sincero agradecimiento a Guzmán Alonso Moreno por cedernos para la web esta entrevista que en principio estuvo pensada para ser incluida en su libro "Los Bravos recuerdos de una leyenda")
17 PREGUNTAS A UN CANTANTE :
ANTHONY ANDERSON
por Guzmán Alonso Moreno
G.A.- Antes de formar parte de Los Bravos estuviste en grupos como The Warriors - con los que grabaste en 1964 un disco dirigido por Ivor Raymonde: Don´t make me blue/You came along- y Wami. ¿Cómo definirías el trabajo musical que realizaban estos conjuntos?
A.A.- Cuando mi hermano Jon y yo entramos en The Warriors estos ya estaban en funcionamiento. Éramos muy jóvenes haciendo nuestro aprendizaje actuando en bares, salas de baile, clubs..., donde se podía. Como teloneros The Warriors tuvimos amplia trayectoria: Ike and Tina Turner, Tom Jones, The Hollies...
El repertorio era diverso: Everly Brothers, Elvis, rock and roll en general, Beatles......
Más tarde el grupo tuvo una oferta para irse a Hamburgo. Jon marchó con ellos, pero yo no. Ya tenía familia y me quedé; entré a trabajar en una fábrica. Hacia 1968 me incorporé al grupo de David Walmsley, The Wami. Pretendíamos trascender los esquemas del pop y del rock hasta ese momento vigentes, incorporándonos a la corriente creada por Led Zeppelin. No llegamos a grabar ningún disco.
G.A.- ¿ Por medio de quién accedes a la audición por la que conoces a Los Bravos y por qué te presentas a ella?
A.A.- De nuevo en la fábrica tras finalizar la experiencia Wami, David Foster, el bajista de The Warriors, me llama al trabajo comunicándome que Los Bravos están buscando cantante y que han organizado una audición. Era una oportunidad que ningún solista hubiera rehusado. De su repertorio sólo conocía Black is black. Acudí a la audición en Londres acompañado de The Warriors, a excepción de Jon que ya estaba con The Yes. Interpretamos dos o tres canciones ante Miguel, Norma, su mujer, y Toni. No resultó. En la anterior audición habían escuchado a Bob y ya se habían decidido por él. Desde luego que fue una desilusión para mí, ya que pensaba que era mi opción para volver a cantar.
G.A.- Tras haber sido rechazado, ¿qué supone para ti que te vayan a buscar a Accrington algunos meses después para incorporarte al grupo?
A.A.- Fue una absoluta sorpresa encontrarles a la puerta de mi casa. Pablo y Toni se presentaron cuando yo ya estaba en la cama. Les abrió mi mujer; "españoles", me dijo, también absolutamente sorprendida e incrédula. Yo bajé enseguida y allí estaban ellos proponiéndome que fuera su cantante y con la demo de Love and Simpathy y de Rudy is in Love. Preguntándome si me sentía en condiciones de grabarla. Yo les contesté que sí, que no había ningún problema y cuando me dijeron que en qué momento estaría dispuesto para ir con ellos, respondí: AHORA.
G.A.- ¿Qué es lo que te hace decidir integrarte en Los Bravos y venir a España?
A.A.- Los Bravos me parecieron unos tipos estupendos que como equipo eran muy prometedores; me inspiraban confianza. Por otra parte, me ofrecían la oportunidad de incorporarme a una estructura ya constituida, en funcionamiento.
G.A.- En el momento en que te enrolas en el conjunto reina en su seno una notable inestabilidad. A tu juicio, ¿cuáles son las claves del asentamiento del grupo y su evolución hacia la posterior solidez, que se hace notoria para todos especialmente a partir del I Premio de Barbarela 70 de Conjuntos?
A.A.- Trabajo duro. De inmediato, desde el primer momento. encaminado a construir una buena banda profesional y asumir el reto de adentrarse en otros estilos más allá del rock clásico. Trabajo intensivo y exhaustivo en el desarrollo de un repertorio amplio para sacar el máximo provecho a las capacidades individuales y colectivas del grupo. Recuerdo muy bien los primeros meses de este trabajo, hasta llegar a nuestra presentación oficial en J.J. en Madrid. Salió muy buena actuación, con mucho calor entre el público y nosotros. La gente en general deseaba el éxito del grupo, como el aficionado que va a la cancha a apoyar a su equipo. Este momento fue para mí muy importante porque era crucial para ganarme a la audiencia. El repertorio que teníamos montado era realmente bueno: Blood Sweat and Tears, Chicago, Animals...y Black is black.
G.A.- ¿Qué aspectos destacarías del método de trabajo de Los Bravos en los ensayos, la creación de canciones y las actuaciones en directo?
A.A.- En los ensayos, entusiasmo, ideas emergentes, experimentaciones y trabajo final acabado. En directo, aplicación de lo ensayado, echando el resto para lograr un contacto caliente con el público, establecer complicidad y comunicación, formar una gran familia con la gente. componiendo había dos líneas: trabajar sobre lo escrito por alguno o varios de los componentes del grupo, hacerlo en conjunto desde cero.
G.A.- A tu juicio, ¿qué es lo que hace que la formación de Los Bravos en la que participas vaya dejando atrás la imagen anterior del grupo entre crítica y público?
A.A.- Esto podrían explicarlo los restantes miembros del grupo mejor que yo. Es difícil de responder porque yo llego con pocos elementos de juicio sobre la imagen primera de Los Bravos al no haberla vivido y no tener prácticamente conocimiento de la trayectoria de la formación. Esta falta de referencia me permitió proyectarme con libertad y desarrollar mi personalidad, sin la presión o intimidación que podía haberme causado una mayor información.
G.A.- Barbarela y People talking around significan la consolidación y legitimación del conjunto. ¿Puedes decirme cómo recuerdas aquello?; ¿De qué modo compusiste People talking around?; y ¿de qué modo valoras su resultado final?
A.A.- Bueno, a mí no me gustan las competiciones, aunque es cierto que te sientes fantástico cuando ganas...Barbarela tenía alguna componente de muestra, además de competición. Me sorprendió mucho la victoria. A nosotros nos había gustado mucho un grupo con fuerza progresiva: Focus.
Cómo fue compuesta People talking around no lo recuerdo bien. Era un trabajo de Jon, con participación de Miguel en la letra..., no sé...¿Está firmada por mí? Bueno, no está mal saber esto, pero el caso es que no lo recuerdo.
G.A.- Junto a People talking around se publicó otra canción tuya muy original Every dog has his day. ¿Cómo describirías esta canción?
A.A.- (Después de escucharla de nuevo) Es un buen funky-rock, si un buen funky-rock. Tampoco la recordaba.
G.A.- ¿Podrías dar tu opinión musical de Los Bravos uno a uno y como conjunto, comparándolo también con la escena musical del momento?
A.A.- Éramos un grupo muy profesional, del que sobresalía la formación musical de Jesús Gluck. Lo importante independientemente de la calidad individual de cada uno era la actitud, que provocaba un resultado colectivo muy satisfactorio; producto propio con el que disfrutábamos. Buscábamos el máximo de nosotros mismos. Y así formábamos un grupo con una posición aceptable en el panorama general, dentro del cual nos veíamos con mucha confianza en nosotros mismos. Nos presentábamos como lo que éramos, no como lo que no éramos, o lo que nos hubiera podido gustar llegar a ser. Un indicador de nuestra fuerza como grupo puede constituirlo el que gustábamos a diversos tipos de audiencia, en tamaños, gustos y edades, aunque es cierto que a nosotros nos falta habernos visto desde el punto de vista de esa audiencia. Un análisis comparativo desde una perspectiva temporal larga no me atrevo a darte porque no he estado dentro del panorama musical en muchos años.
G.A.- ¿Qué aportabas a Los Bravos humana, profesional y artísticamente y qué te aportaban ellos a ti ?
A.A.- Los Bravos me dieron su aceptación y yo a cambio les di un sentimiento de correspondencia. Trabajábamos como un equipo y yo me sentía uno más del mismo, ni más ni menos importante, dando ese cien por cien que nos hacía ser respetados por el público. Incorporé al grupo aspectos de seriedad y solidez inglesa y ellos me infectaron de la vitalidad y alegría españolas. Me introdujeron en vuestra comunidad haciéndome sentir como miembro de una gran familia que cautivó mi corazón dándome su aprecio en todos aquellos lugares a los que llegaba el grupo.
G.A.- Una de las actuaciones más significativas de Los Bravos es la que tuvísteis en el Festival de Varadero 70 en Cuba. ¿Qué destacarías de ello?
A.A.- Recuerdo muy bien las "descargas" de los cubanos entre las actuaciones, en los ensayos; cómo nos mezclábamos con la gente, sus obsequios de amistad. Y en especial la jam que tuvimos con la Orquesta del Festival, de la que quedamos muy honrados por la calidad que esta Orquesta tenía y porque inició la improvisación de tocar todos juntos, que tuvo un gran efecto en el público. Fue una de las presentaciones más memorables del grupo.
G.A.- Finalizado 1970, la madurez, el prestigio y el rendimiento de Los Bravos ha alcanzado de nuevo el primer plano. Colaboraciones con otros músicos importantes como con tu hermano Jon y una cierta recuperación del mercado internacional ofrecen buenas perspectivas para el grupo. ¿Qué faltó para que Los Bravos en lugar de disolverse dieran un salto adelante?
A.A.- Falta de visión e insuficiencia de management. Aunque el papel de administración lo llevaba bien Pablo dentro del grupo, alguien desde fuera podía haber valorado mucho mejor nuestras posibilidades de cara al futuro. En ese momento no teníamos un enfoque claro. Hay dos tipos de grupos: uno que solamente actúa, hace canciones y puede ser bueno; y hay otros que hacen su música sin pensar en la trascendencia del entorno, se concentran exclusivamente en sus gustos. Los Bravos estaban entre ambas posiciones. En un sentido habían ya alcanzado lo que les era necesario, habían llegado al tope de posibilidades del modelo que habían seguido. Y no habían generado una nueva meta musical como grupo que al mismo tiempo les estuviera situando en otro estadio. La separación no fue por una ruptura entre personas, sino por agotamiento de un modelo.
G.A.- ¿Qué opinión te merece la discografía de Los Bravos de los que formaste parte? ¿Qué aportaba en su momento?
A.A.- Nunca estuvimos totalmente satisfechos. A la hora de escuchar lo que acabas de grabar, siempre te das cuenta de que aunque hayas echado el resto todavía podías haber redondeado más el trabajo; lo que conlleva el comienzo de la insatisfacción. Lógicamente esta apreciación no tiene por qué ser compartida por el público, al que le gusta o no le gusta lo que has producido y te acepta incluyendo tus defectos. Esto es satisfactorio, pero a pesar de ello, tú si tienes la percepción de lo no definitivo de tu trabajo y a nosotros no nos gustan nuestros defectos.
G.A.- ¿Tuviste ocasión de conocer el trabajo de los siguientes Bravos posteriores a vuestra disolución?
A.A.- No, no tuve oportunidad.
G.A.- Tras los Bravos, formas en Mallorca junto con Miguel Vicens y otros músicos Zebra. ¿Qué suponía esta nueva formación?
A.A.- Teníamos el propósito de desarrollar nuestro propio trabajo, una línea inédita. Buscábamos un melting pot musical. La música es algo más que personas tocando; emana del intercambio, la comunicación, la relación. Esta concepción es la que sustentaba Zebra.
G.A.- En 1973 estás instalado otra vez en Inglaterra. Actualmente por lo que sé por Pablo y Miguel sigues cantando para los presos de las cárceles inglesas. ¿Podrías hacernos un breve resumen de tu relación con la música y de cualquier otro aspecto personal que desees desde que dejaste España?
A.A.- En Mallorca tomé la decisión de orientar mi vida hacia Jesucristo. Después de dejar Mallorca me di más cuenta que nunca que estaba preparado para escribir, contar mis últimas experiencias, para el amor y el perdón de Cristo. Como predicador en cierto momento me vi invitado a tocar en prisiones; con una sola guitarra, sin grupo. Desde el punto de vista musical un cambio significativo que nunca había imaginado. Con frecuencia me introduzco ante los presos como antiguo cantante de Los Bravos y les pregunto si conocen Black is black. Funciona para captar su atención inicial, por lo que estoy muy agradecido.
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Esta entrevista se produjo el 27 de agosto de 2000 en Santanyí, Mallorca. Previamente las preguntas escritas le fueron remitidas a Anthony Anderson a la isla de Wight, donde reside. La traducción al inglés la realizó Anette Olsson, esposa de Pablo Sanllehí, este estuvo en el transcurso de la entrevista, facilitando la interpretación simultánea. Yo sabía que Andy vivía en Wight y durante mucho tiempo y de diversas maneras intenté ponerme en contacto con él sin llegar a localizarlo. Durante las conversaciones con Pablo Sanllehí para el libro "Los Bravos recuerdos de una leyenda", fue comentada esta imposibilidad en distintas ocasiones. Sanllehí tuvo la idea de dirigirse al periódico local anunciando que se estaba buscando al antiguo cantante. El editor publicó el campo y la respuesta fue inmediata: distintos ciudadanos de Wight telefonearon a Pablo Sanllehí dándole indicaciones de cómo podía encontrar a Anthony Anderson. Después de casi treinta años volvían a hablar. Conversaciones posteriores propiciaron el encuentro en Mallorca. El mismo 27 de agosto los viejos Bravos improvisaban una actuación inédita: Pablo Sanllehí, Miguel Vicens, José Romero, Toni Obrador, Joan Bibiloni, Mike Kögel, Robert Wright, Anthony Anderson, tocaban ante sus amigos y aquellos que llegaban, en la terraza de la Cafetería Santanyí, propiedad de Miguel Vicens. Algunos de ellos nunca habían tocado juntos y otros superaban la veintena de años sin hacerlo. Fue una gran fiesta. (Guzmán Alonso)
(Nuestro más sincero agradecimiento a Guzmán Alonso Moreno por cedernos
para la web esta entrevista que en principio estuvo pensada para ser
incluida en su libro "Los Bravos recuerdos de una leyenda")
Me despido con "This is a Happy Song" de Zebra, ultima grabación de Andy en España, con "It's all been a Dream" en la cara B. ¡Que sean felices!
Excelente artículo !!!!!! Cabezones, son increíbles, no pueden encontrar tanta historia y material progresivo !!! Felicitaciones !!
ResponderEliminarMe uno al comentario de Pablo. Gracias Canario!!! Que enormes aportes estàs haciendo, ideales para conocer un poco la gran historia del progresivo español
ResponderEliminarCompa, lo que me gusta es que las anécdotas le dan calor a la vaina! La incógnita que me gustaría saber, es a qué película pertence el clip de Black is Black, porque ese corre-corre al final de la canción y la actuación del señor ese, me llevan a pensar que hay un contenido dramático detrás de esa acción. Del libro que extraes la entrevista sería bueno incluir la tapa para que uno lo visualice. Y te agradezco los halagos, aunque me ruborizan un poquitín...
ResponderEliminarIgualmente el tema Black is black me resulta muy simpático, ya que tengo una cuñada que cuando la fastidian o contradicen empieza a canturrear burlonamente el tema!
ResponderEliminarHola a todos los amigos cabezones! Tengo que hacer una pequeña puntualización: Zebra grabó no uno, sino varios singles, y un LP homónimo en el año '76. Lo comprobé contrastando varias fuentes muy fiables ( La Fonoteca, por ejemplo). Pido disculpas por esta errata, y si lo ves oportuno, Moe, puedes incluír esta corrección en el post. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reconocimiento a mi trabajo y por tantos comentarios cariñosos, que había leído tiempo atrás. Hoy lo he vuelto a leer y me ha parecido que era necesario hacerte saber mi agradecimiento. Conocer a Andy fue uno de los momentos especiales de todo el proceso de elaboración del libro, y lo fue también gracias a la colaboración de Pablo y Anette, que contribuyeron a que el ambiente fuera propicio para la comunicación de primer orden que se produjo en ese encuentro. Aunque ZEBRA hizo los discos que señalas, es verdad que Andy solamente grabó el primero. Al morir su primera esposa es cuando decide volver a Inglaterra
ResponderEliminarVeo que no ha salido mi nombre en el comentario de agradecimiento que te acabo de hacer, sino unknown. Evidentemente soy Guzmán Alonso Moreno
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