Artista: Aire Liquido Ensamble
Álbum: Mantra
Año: 2014
Género: Música contemporánea / Rock sinfónico ecléctico
Nacionalidad: Argentina
Año: 2014
Género: Música contemporánea / Rock sinfónico ecléctico
Nacionalidad: Argentina
Lista de Temas:
1. Mantra
2. Antena
3. Apolo
4. Lengua Muerta
5. Pequeña
6. Sangre
7. 1979
1. Mantra
2. Antena
3. Apolo
4. Lengua Muerta
5. Pequeña
6. Sangre
7. 1979
Alineación:
- Cristian Luzza / Dirección y composición
- Lara Moccio / Violín
- Ezequiel Falcon / Violín
- Natalia Martino / Violín
- Andrea Bianchi / Violín
- Santiago Seta / Violín
- Marilina Calo / Viola
- Alesio Sojak / Violín
- Alejandra Stefanich / Violín
- Sofia Trapiella / Violín
- Sofia Nacarato / Violín
- Valeria De Giorgio / Violín
- Eliana Calvete / Violín
- Laura Burastero / Flauta traversa
- Juan Leandro Andreé Larribo / Flauta traversa
- Ailín Sofia Barsanti / Flauta traversa
- Cristian Martinez / Instrumentos electrónicos caseros
- Lucas Novak / Viola y composición
- Walter Sojak / Viola
- Diego Navarro / Viola
- Martin Barragan / Guitarra
- Juan Manuel Flores / Guitarra
- Diego Hernán Moreno / Batería
- Facundo Javier Geli / Bajo eléctrico
- María Elena Mello / Trombón
- Nicolás della Valentina / Saxo y clarinete
- Nicolas Cerrato / Trompeta
- Sofía Repetto / Voz
- Cristian Luzza / Dirección y composición
- Lara Moccio / Violín
- Ezequiel Falcon / Violín
- Natalia Martino / Violín
- Andrea Bianchi / Violín
- Santiago Seta / Violín
- Marilina Calo / Viola
- Alesio Sojak / Violín
- Alejandra Stefanich / Violín
- Sofia Trapiella / Violín
- Sofia Nacarato / Violín
- Valeria De Giorgio / Violín
- Eliana Calvete / Violín
- Laura Burastero / Flauta traversa
- Juan Leandro Andreé Larribo / Flauta traversa
- Ailín Sofia Barsanti / Flauta traversa
- Cristian Martinez / Instrumentos electrónicos caseros
- Lucas Novak / Viola y composición
- Walter Sojak / Viola
- Diego Navarro / Viola
- Martin Barragan / Guitarra
- Juan Manuel Flores / Guitarra
- Diego Hernán Moreno / Batería
- Facundo Javier Geli / Bajo eléctrico
- María Elena Mello / Trombón
- Nicolás della Valentina / Saxo y clarinete
- Nicolas Cerrato / Trompeta
- Sofía Repetto / Voz
Aire Líquido es una orquesta tirando al minimalismo, al serialismo, y una banda de rock convencional, es un exquisito ensamble que ya hemos presentado en este blog y que compone e interpreta música instrumental contemporánea pero con intenciones de rock, conformado por 23 músicos que también practican diversas disciplinas artísticas y profesiones. Este ensamble trata de fusionar lo eléctrico y el rock con todo lo relativo al mundo clásico.
"Mantra" es un disco-libro con textos y fotografías alusivas a Dennehy, un pueblo cercano a 9 de Julio que fuera olvidado y que hoy está siendo repoblado. Y el objetivo de este trabajo es ayudar a repoblar Dennehy, y tratando de juntar fondos para un proyecto a largo plazo: entrenar a los vecinos a desarrollar huertas ecológicas y promover un festival de producción regular en el pueblo para que el arte también sea sustento de los pobladores. Entre todas las acciones destinadas para tal fin, está este CD-libro, mitad álbum y mital libro, que habla, por supuesto, de Dennehy.
Bajo la dirección y composición de Cristian Luzza, este ensamble de casi 20 músicos interpreta básicamente Música Instrumental Contemporánea sumando instrumentos de Rock, en una línea melódica Neo Clásica próxima a Gatto Marte.Viajero Inmóvil Records
Aire Líquido es un ensamble que compone e interpreta Música Instrumental Contemporánea, conformado por músicos que también practican diversas disciplinas artísticas y profesiones. Fue fundado en marzo de 2010 por Cristian Luzza con la premisa de funcionar como ensamble escuela, potenciar la musicalidad de sus integrantes e interpretar obras de Música Contemporánea de autoría propia. Desde las primeras presentaciones en vivo mixtura el repertorio musical con proyecciones. Por la estructura abierta del ensamble han pasado muchas personas y la colaboración con espacios culturales, técnicos y artistas de otras disciplinas lo mantienen en transmutación permanente
El ensamble se propone difundir la belleza de un pueblo que busca la reexistencia. Para ello, encaró la producción de "Mantra", un disco-libro compuesto por siete obras musicales y un ensayo fotográfico que cuenta la historia y el presente del pueblo y la relación entre la vida urbana y la rural.
Cristian Luzza, director del ensamble musical, destaca que gran parte de la labor de Aire Líquido son las relaciones humanas. Fue justamente a partir del vínculo de este grupo de músicos con Miguel Ángel Leyes, archetier encargado del mantenimiento de varios instrumentos del ensamble, que conocieron Dennehy. Leyes recicló la antigua comisaría del pueblo y construyó allí su casa. Fue él quien inició el proyecto de repoblarlo con artistas y le ofreció a Luzza ir a conocer el lugar.
Y se produjo una simbiosis... entre el grupo de música y el pueblo. Y así nació esta historia un tanto extraña.
El vínculo entre el ensamble y los pobladores de Dennehy está basado en la retroalimentación: el grupo ingresó en la historia del pueblo y éste cambió los objetivos de los músicos. “Dennehy nos inspiró para darle forma a todo el proyecto, desde la tapa hasta la idea de hacer la orquestación más presente para dar sensación de soledad”.
En el pueblo, Aire Liquido dió el primer concierto een el andén en el aniversario 130 de la estación de trenes y meses después fue la primera orquesta en tocar en la capilla, con un set de instrumentos electrónicos de fabricación casera dispuestos sobre el altar ante una entusiasta concurrencia. En ambas oportunidades asistieron habitantes de pueblos cercanos y de 9 de julio, la ciudad cabecera de la zona.
Por la estructura abierta del ensamble han pasado muchas personas y la colaboración con espacios culturales, técnicos y artistas de otras disciplinas lo mantienen en transmutación permanente.
Aire Líquido está compuesto por violines, violas, un cello, batería, bajo, guitarras eléctricas, voz, sintetizadores, flautas traversas, un saxo, una trompeta y un trombón. Ah, también instrumentos caseros. Lo particular del grupo es que además de músicos, uno es imprentero; otro empleado en un sindicato; hay un abogado; un programador de software; hay fotógrafos; un director de fotografía; un ingeniero; dos asistentas sociales; una acompañante terapéutica; una psicóloga; un ingeniero de sistema; un editor de video que trabaja en el video del subte porteño; una despachante de aduana; una distribuidora de ropa; una modelo; y una bailarina contemporánea.
Y en esta entrada un tanto rara, empezamos hablando de un pueblo, para luego hablar del conjunto y por último del disco. Y para ello que mejor que las sabias palabras de nuestro columnista involuntario de siempre:
Hoy presentamos al nutrido colectivo musical AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE, el cual acaba de publicar hace poco su trabajo “Mantra” – más exactamente, a inicios de junio pasado. Encuadrad dentro de las coordenadas de música contemporánea renovadora con excelsa base académica que también comparten otras asociaciones como ORQUESTA METAFÍSICA, COMPAÑÍA OBLICUA y LA MÁQUINA CINEMÁTICA, lo que nos ofrece este colectivo al cual nos referimos ahora es una propuesta que revitaliza de una forma cautivadora y original el prototipo del chamber-rock (en oaralelo con lo que hacen bandas como ARANIS y GATTO MARTE en el continente europeo). Tal como se indica en su página web, AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE fue fundado “en marzo de 2010 por Cristian Luzza con la premisa de funcionar como ensamble escuela, potenciar la musicalidad de sus integrantes e interpretar obras de música contemporánea de autoría propia” y gusta de “mixturar el repertorio musical con proyecciones visuales”. Eso último se nota también en la presentación física de “Mantra”, al modo de un libro de fotos con un papel muy elegante y una óptima definición de colores. Los paisajes forestales ocupan un lugar predominante, pero también podemos ver una bandada al atardecer, raíles de ferrocarril, además de una foto de familia del ENSAMBLE junto a varios aldeanos. El libro es una obra de arte en sí misma, en propalcote. Otro dato relevante es el personal tan nutrido que se hizo cargo de la instrumentación del repertorio de este disco: el baterista Diego Moreno, los guitarristas Cristian Luzza y Juan Flores, el bajista Facundo Geli, Sofía Repetto al canto, Sebastián Sarobe a los sintetizadores, los violistas Diego Navarro y Lucas Neyra, las violinistas Catalina Neyra, Agustina Sala, Lara Moccio, Sofía Tapiella, Eliana Calvete y Natalia Villar, un trío de flautistas con Juan Larribaud, Manuela Rodríguez y Ailin Sofía Barsanti, y bronces completados por el saxofonista Nicolás Della Valentina, el trompetista Nicolás Cerrato y la trombonista María Mello. Bastantes ejecutantes realmente, todos ellos creando sonoridades articuladas y explorando diversos recursos de magnificencia a lo largo y ancho del disco.César Inca
Durando poco más de 6 ½ minutos, la pieza homónima pone en marcha el repertorio del álbum con un pasaje inicial marcado por una tremenda maquinaria orquestal que ostenta su esencial fastuosidad con desgarradora liberalidad. El guitarreo inicial parece orientarse hacia modismos Crimsonianos pero en realidad su labor es la de pautar la cadencia general de las cuerdas y maderas. Con el surgimiento de un pasaje etéreo y flotante, se prepara el terreno para el clímax conclusivo de una pieza que cumple cabalmente con asentar una introducción impresionante a la experiencia del AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE. ‘Antena’, el siguiente tema, instaura un clima de alegría majestuosa, basado en no poca medida en el peso que tienen las cuerdas a la hora de sostener el desarrollo temático. Si ‘Antena’ era manifestación de alegría, ‘Apolo’ es manifestación de ceremoniosa extroversión, algo que se explaya a todas luces sin dejar de lado la seriedad, una seriedad destinada a dejar que un designio grave del orden del universo se manifieste sin tapujos. El interludio moderadamente sombrío contrasta abiertamente con las saltarinas líneas de flauta que habían dado inicio a la pieza; la sección final combina espiritualidad grave y dinamismo extrovertido con una magnificencia totalizante y envolvente. ‘Lengua Muerta’ ostenta un groove más ligero, dejándose llevar por el factor alegre con una arquitectura musical bien llevada sobre los hombros de la dupla rítmica, en plan celebratorio. ‘Pequeña’, por su parte, regresa a la actitud de solemne gravedad, pero renunciando a lo sombrío, oponiéndose a él, creando una luminosidad imponente que se instala perfectamente sobre la cadencia de la batería. ‘Sangre’ sí aporta una cierta aureola de sombrías vibraciones a través de su arquitectura sónica tan exuberante: definitivamente, el dramatismo de la ocasión se halla sólidamente acentuado mientras la intensidad de los arreglos de cuerda se acrecienta, culminando finalmente con espartanas escalas de una solitaria guitarra. ‘1979’ cierra el repertorio fungiendo como su perturbador epílogo: las capas minimalistas de cuerda se expanden y agitan como una niebla de Purgatorio en un momento de oscura pesadez, al modo de una tristeza cósmica cuyos ecos nunca se llegan a apagar.
“Mantra” es, ante todas las cosas, una belleza de álbum, una belleza suprema, demoledora y conmovedora; a través de los continuos derroches de cerebral conceptualización en cada una de las composiciones del repertorio de este disco, el personal de AIRE LÍQUIDO ENSAMBLE se muestra siempre comprometido con la estimulación de imágenes y evocaciones en la mente y el espíritu del oyente. A prestar debida atención a este ensamble tan fabuloso... no merece menos.
Y para terminar me gustaría cerrar con alguna nota referida al pueblo, su gente, y su actitud.
Dennehy, un pueblo olvidado que busca renacer a través de la músicaEsteban Schoj
Como muchas pequeñas localidades del campo sufrió en la segunda mitad del siglo XX el flujo de pobladores hacia la ciudad. Hoy, de la mano de un luthier y un ensamble de músicos, quiere repoblarse a fuerza de conciertos.
En Dennehy, el tiempo transcurre a otro ritmo. Allí, a sólo 250 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, uno se guía por la luz del sol y no por las agujas del reloj. Los conceptos cambian, y más aun cuando las personas acostumbradas a la vida urbana y populosa experimentan el encuentro con un pueblo. En Dennehy, la señal de los teléfonos celular no es buena, casi no es. Por eso, abunda el diálogo cara a cara, y entonces perder la noción del tiempo no es un problema.
Fundado el 25 de noviembre de 1883, el primer hito en su historia se escribió en 1897, en el marco de una hipotética guerra con Chile, cuando el pueblo fue escenario de la segunda conscripción de soldados argentinos que se entrenaban para la batalla. En este lugar, donde los zapallos crecen a la intemperie, como plagas, y donde todo lo que se entierra brota y entrega algo para comer, llegaron a vivir 3500 personas, cuya principal actividad económica era el trabajo del campo. Pero desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy, el número de sus pobladores descendió drásticamente: actualmente, los habitantes permanentes de Dennehy son apenas 76.
Pero lejos de resignarse a ser un pueblo fantasma, Dennehy ansía "reexistir". "Este pueblo va a salir adelante si vienen artistas." La frase la repite una y otra vez Miguel Ángel Leyes, un cordobés de 58 años, de Coronel Moldes, "donde nació Agustín Tosco", dice. Cuenta este luthier, restaurador de arcos de violines, que un día fue a pasear por el pueblo, que le gustó una casa y la compró. Esa casa es la antigua comisaría del lugar, que cayó en desuso cuando Dennehy –que muchos mapas confunden con Marcelino Ugarte, otro pueblito a un puñado de kilómetros, y cuya grafía inglesa nadie respeta, todos pronuncian "deney"– quedó casi desolado. Para Miguel, "la única forma de no perder el pueblo es ir recuperando casas, aunque sea para ir el fin de semana". Con esa idea recicló, hace ocho años, lo que hoy es su hogar.
Los artistas por los que clamaba Miguel son la otra pata de la "reexistencia", como dicen ellos, de Dennehy. Aire Líquido es un ensamble integrado por 30 músicos que componen e interpretan música instrumental contemporánea, ajena y propia. Fundado en marzo de 2010 por Cristian Luzza, funciona precisamente gracias al trabajo de Miguel, que mantiene muchos de los instrumentos del ensamble. Y fue por ese vínculo que el arte y Dennehy confluyeron en el mismo camino con un objetivo común: que en un pueblo semiabandonado, la gente se acerque a la música, y que esa música sume a más gente. "Eso le da riqueza cultural al pueblo en distintas variedades", afirma Miguel, quien no duda en imaginar en voz alta un Dennehy "repoblado, con la orquesta tocando, rescatando la historia del pueblo".
En ese viaje por la Ruta Nacional cinco transcurren muchas otras cosas. Porque la ruta también es intercambio. "Es una vena, un canal de información", la define Cristian, el director del ensamble, camino a Dennehy. "Venimos acá –continúa– a tocar, pero también a intercambiar información. Porque el venir nos cambia el concepto que tenemos de la ciudad. Al venir al campo, nos damos cuenta de que el ritmo de vida cambia. Eso, ese nuevo concepto, esa nueva sensación, te la llevás vos, y el pueblo se queda con la música que hacemos." Cristian cuenta que cuando vuelve a Buenos Aires tras unos días en el campo, narra las historias que escuchó, que vivió, y que hasta compone música en base a eso. "Y a los que viven acá, les cambiás la historia de su propio pueblo", reflexiona.
Cristian y Rocío, su pareja, compraron un terreno en Dennehy. La idea es ir a vivir allá. Al igual que Pablo Andrés Bobadilla Echenique, y Débora Florencia Pita, su mujer, artista plástica y docente. Pablo es el productor ejecutivo del nuevo trabajo de Aire Líquido, "Mantra" (ver aparte). "No estamos refundando un pueblo de la nada. Los pobladores son unos campeones que sobrevivieron al abandono y al olvido. Viven como saben y están en un punto tal que si traés una propuesta y sos consecuente, la entienden. Por eso nos dan tanto espacio. Porque ven lo que generó Cristian viniendo. Acá no había nada, sólo un rancho que se caía a pedazos. Y ahora está lleno de vida", dice Pablo mientras come una de las pocas mandarinas que quedaron del árbol que habita la casa desde hace años. Una hambrienta comadreja dejó su huella y muchas cáscaras tiradas.
"Ellos piensan que están vivos, no que están sobreviviendo, y valoran que nosotros vemos como un tesoro la vida que llevan", explica Pablo, y traza la línea entre agonía y reexistencia: "Es el rebrote de un pueblo, como un árbol viejo que vuelve a vestirse de gala para la primavera."
El pueblo que renace al son de la músicaHoracio Cecchi
Un pueblo olvidado en la pampa bonaerense, a 250 kilómetros de Buenos Aires, donde resisten 76 habitantes. Un grupo de música busca repoblarlo presentando un libro- disco cuya venta será invertida para generar trabajo.
Está a unos cuatro kilómetros hacia el norte de la vera de la Ruta 5, que atraviesa el centro de la provincia de Buenos Aires, entre Bragado y 9 de Julio, y a unos 250 kilómetros de Buenos Aires. El camino de acceso desde la 5 es de arena afirmada. Afirmación que con lluvia se transforma en dudas. No está despoblado: quedan 76 personas, de las 3500 que alguna vez vivieron allí, que resisten el paso del tiempo y la lógica moderna, desperdigadas en un área escasamente definida pero que está lejos de las nociones urbanas. Dennehy es el nombre de la estación, agrietada por el tiempo, y corresponde al andén del pueblo de Marcelino Ugarte que con Dennehy vienen a ser lo mismo. Las grietas, las plantas invadiendo tres enormes galpones de chapa, no hacen más que hablar de fantasmas. A mediados del siglo pasado, ya con más de 50 años de vida (Dennehy fue fundado en 1883), llegó a tener tres mil y pico de habitantes, pero su época de gloria la vivió en 1974, cuando el Dennehy F.C. ganó el torneo de la liga Nuevejuliense, el tercero en su haber, y congregó a las prácticamente 3500 personas que vivían en el lugar. Claro, ahora, lo que queda del Dennehy F.C. es imagen del pueblo: los cactus invadieron su sede. Una orquesta de 30 músicos intenta ahora realizar una movida cultural para repoblar el lugar. El proyecto incluye la presentación de un disco libro, Mantra, el 3 de julio, en el que se relata la historia del pueblo en fotos, y la utilización de los fondos recaudados para abrir huertas ecológicas y otros impulsos en Dennehy. Para empezar, algunos de los músicos empezaron comprando lotes y casitas de adobe semiderruidas. Parece de locos peleársela al tiempo, a la costumbre y al ánimo. Un poco sí, lo necesario.
El cartel, de cartón, al costado de la ruta 5 dice en tinta negra manuscrita: “Dennehy 4 kilómetros”. A la derecha se abre el camino de arena con dudas porque un día antes llovió. Pero para la flamante 4x4 de Cristian Luzza, director del grupo de músicos dispuestos a repoblar Dennehy, no es más que un barrito en el camino. El día ayuda. Sol a pleno que también reduce el frío a nada, o mejor dicho, lo desplaza hacia la tarde noche. En las calles despobladas de Dennehy el sol del mediodía pega tanto como el frío de las seis de la tarde. “Ayer, el cartel no estaba”, dirá más tarde Luciano, un porteño –como llaman en el pueblo a todos los que vienen de por allá que no sea de Bragado ni 9 de Julio– que se coló en el viaje de vuelta. Aparentemente no le faltó razón. Todo indica que la movida de los porteños genera entre los 76 habitantes dudas y expectativas.
El primer eslabón de la movida sucedió hace unos siete años, cuando se estacionó el primero de los porteños, Miguel Leyes. Como paradoja, Leyes compró la comisaría. O lo que quedaba de ella. Pueblo ideal, diríase, sin comisaría, con Leyes y con escuela, podría constituir un paradigma de la sociedad futura anclada en el pasado. El único policía, al que algunos llaman comisario como quien llama rey a un monarca sin palacio ni corona, está inubicable burocráticamente hablando, porque vive en lo de una querencia, lo que es totalmente lógico porque un comisario de pueblo no está pa’ chupar mate solo. Burocráticamente hablando, porque en el pueblo todos lo ubican, pero que ni falta hace. Allí el único crimen de que se tiene memoria, o al menos de que se habla, en sus 130 años y medio de historia ocurrió en marzo de 2005 cuando uno de los vecinos apareció ajusticiado de un tiro en la frente, en medio de la calle principal, luego de haber sido puesto de rodillas. La investigación, en manos de la Bonaerense, concluyó por el lado más fácil, un asunto de polleras. Acusó al personaje más acusable, un pintor del pueblo. El fallo del tribunal de Mercedes lo absolvió por falta de pruebas y porque cualquiera de los hombres del lugar podría haber sido responsabilizado por el entuerto. El fallo cayó muy mal en la moral dennehísta y muy bien para las hipótesis no investigadas por la Bonaerense. Especialmente la que mencionaba por entonces que el Camino Real –como llaman a la avenida de tierra que atraviesa al pueblo en dirección al cercano Naón y a 9 de Julio, paralelo a la Ruta 5 pero 4 kilómetros tierra dentro– era la ruta de la droga y que el baleado habría visto lo que no tenía que ver. Sea como fuere, la hipótesis pasional primó hasta la sentencia y luego, el Oscar, como lo llaman al pintor, siguió tan sin trabajo como lo estuvo desde que quedó con la chapa de los celos. Recién ahora empezó a tener changas en las nuevas construcciones de los músicos y de los porteños que se están viniendo.
Leyes cambió el nombre de la ex comisaría, su casa, por El Casco. Leyes es archetier, es decir, luthier, y especialmente de arcos de violín. Entre sus clientes del taller de San Telmo, figuran algunos de los 30 músicos. Entre ellos, Cristian Luzza, el dueño de la 4x4 y director de la orquesta de 30, conocida como Ensamble Aire Líquido (ver aparte). Si es cuestión de nombres, Luzza también tiene otra orquesta, de menor cantidad de instrumentos, que se llama Tercero por Escalera. Hace dos años, Leyes convenció a Luzza de comprar una casita en Dennehy. Si ve el horizonte, Luzza es de convencerse sin vueltas. De hecho, en 2001 viajó a España para cursar un conservatorio especializado. Algo salió mal y terminó sin plata para volver, y viviendo debajo de una autopista, con su violín, un tachito para las monedas, otro para prender fuego y no morir de frío, y dos compañeros de sintechismo, durante un año hasta que remontó. En 2009 volvió y organizó el ensamble. Y en 2011 Leyes se lo llevó a Dennehy. Convencido por Leyes, compró una casita de adobe venida abajo con retrete externo en peores condiciones, petisona, de 1,90 metro de altura, con techo destruido. Ahora es un chalet de adobe reforzado, más alto. Se llama La Antena y queda sobre la calle de tierra (todas son calles de tierra) Domingo Becce, según dicen, peluquero del pueblo. En La Antena, claramente se ve la línea demarcatoria de la altura, a 1,90 a partir de la cual la pared tiene otra consistencia. Cuando Cristian llevó a Rocío, su pareja, para mostrarle la casa que estaba por comprar, ella al verla respondió casi tartamudeando y señalando con el dedo: “Eso no, eso no”. Hoy, la línea demarcatoria en el techo es conocida como la línea del eso no.
Entrando por la calle principal y después de traspasar el Camino Real, aparece el Club 25 de Mayo, fundado en 1920 y con un enorme y vistoso salón de fiestas. Tiene unos 200 socios. ¿Que cómo que tiene más socios que habitantes el pueblo? Sencillo. Alquilar el salón a no socios sale 2 mil pesos. A los socios, 500. Hacerse socio es instantáneo y sale 50 pesos por año. Sobre una de las paredes de la pulpería del club, que antecede al salón, un cartel sostiene que el pueblo tiene 165 habitantes, según un conteo digital entre vecinos. El censo de 1991 contó 146. El de 2001, un crecimiento del 0,68 por ciento: 1 habitante más. En 2010 cayó a la mitad, 76. Al 25 de Mayo lo cuida Luis, El Chileno. Vino del Chile de Pinochet antes del plebiscito de 1988. Dio por hecho que ganaba Pinochet y se quedó en Argentina como peón de estancia. Pinochet perdió, pero El Chileno decidió quedarse. El 25 de Mayo es parada obligada para Cristian y la troupe musical cada vez que llegan hasta Dennehy. Si se le avisa a Luis un día antes prepara comidas exquisitas a 10 pesos. Esta vez no se le pudo avisar, preparó una parrillada bastante sustanciosa, ensalada, vino y gasesosa. El precio no era el mismo: 25 pesos.
De la ruta de acceso, sobre la que se encuentra el 25 de Mayo, a pie se llega al Camino Real o calle Esteban Penette. Curva y contracurva para retomar. Camino de tierra rodeado de campo. En la esquina, un cartel de entrecasa dice “Precaución. Circule despacio”.
Ahí nomás, a metros del cartel de precaución están las oficinas del delegado municipal, Ariel Zanetti, mecánico del pueblo. En diagonal a la delegación, la plaza Víctor García. Sobre uno de los lados de la plaza, la escuela 10 Almirante Brown, fundada 14 años después que el pueblo, tiene 38 alumnos entre jardín y primaria. Cristina, su directora, y las maestras Cecilia y Marcela, están encargadas de fomentar el aprendizaje que, si se continúa, expulsa a los jóvenes porque secundaria no hay en Dennehy. Y si se va ya no se vuelve. De eso se trata. La movida musical intenta recuperar al pueblo. Pablo Bobadilla, productor del disco libro Mantra de Ensamble Aire Líquido, eje de la movida para repoblar Dennehy (ver aparte) y que también está en plan de comprar en Dennehy, ofrece a Cristina una moderna pizarra para colgar en un aula y promete tener hijos y mandarlos a la escuela.
En otro de los laterales de la plaza, sobre la esquina y frente a la delegación, se levanta la salita de salud del pueblo. Tiene una enfermera y una psicóloga que no puede atender en la misma sala frente al empleado administrativo, por lo que sale a caminar con el paciente para tener intimidad. En el pueblo la intimidad es difícil: todos saben que cuando la psicóloga sale a caminar con alguien lo hace con un paciente. Lo llaman el paseo de los locos. En la misma cuadra de la salita, también frente a la plaza, vive Zoe, la benjamina del pueblo de apenas meses y posiblemente responsable de un incremento poblacional del 1,32 por ciento.
En la otra cara de la Víctor García, frente a la escuela, se levanta la capilla a la Virgen del Carmen. No tiene párroco sino monje. Se trata de Erik, monje trapense que hizo votos por una vida de ermitaño y Dennehy le vino de milagro, por no decir de maravilla. Antes de monje quería ser piloto, se metió en la Escuela de Aeronáutica de Córdoba y lo convocaron como reservista para las Malvinas. También fue guardavidas en el country Jagüel, “donde tiene casa Carlitos Balá”, recuerda el trapense. En el fondo de la capilla, Erik tiene 11 tambores donde cría lombrices californianas. “Lo más difícil es prepararles la comida”, asegura. Precisamente el humus de las lombrices está en la mira de Bobadilla, dispuesto a generar en Dennehy la idea de que la producción vegetariana en huertas puede servir de base a la economía del pueblo.
A unos 300 metros de la parroquia, y de la plaza, vive Rubén Candia. De 71 años, trabajó como placero. Se nota. Cuando se llega a su casa la tierra está prolijamente rastrillada. Y, raro, se escucha tango en la radio. Candia es la memoria del pueblo y se define como poeta. La producción del Ensamble Aire Líquido lo tomó como imagen del pueblo. Durante una grabación para la preventa del disco libro, Candia dijo: “A mí me dicen ¿cómo es estar solo acá? Muchas veces me pregunto ¿cómo es estar solo allá, en la ciudad? ¿Es como una enfermedad larga que se lleva a la persona de a poquito? Acá pasó así: la gente se fue yendo, como el agua se lleva al lodo, despacito. Y nos acostumbramos”.
El disco está buenísimo, por supuesto que no lo vamos a publicar ya que les daremos la posibilidad de que lo compren y puedan ayudar a esta causa, les dejo el link para ello.
aireliquidoensamble.com.ar
gracias :P
ResponderEliminar¿Alguien me podría aclarar porque en bandcamp sólo esta disponibles tres canciones para comprar? Pequeña, Apolo y Sangre
ResponderEliminar¿Dónde están las demás canciones? ¿Hay forma de conseguirlas? ¿Por qué la banda no ofrece el disco completo en bandcamp? ¿Dónde se puede conseguir el disco completo?
Anónimo, al disco completo lo podés conseguir, decime de dónde sos y dame un mail para saber dónde estás y coordinar por donde podés pasar.
EliminarSaludos!
Claro, puedes escribirme a: latinorocker100@latinmail.com
EliminarMuchas gracias por responder.