Artista: Zaedyus Project
Álbum: Santos Vega
Año: 2013
Género: Folk Metal Progresivo / Power metal
Duración: 15:21
Nacionalidad: Argentina
Año: 2013
Género: Folk Metal Progresivo / Power metal
Duración: 15:21
Nacionalidad: Argentina
Lista de Temas:
1. Intro
2. The Minstrel's Song
3. Outro 00:56
4. The Voice Of Progress...
5. A Legend Will Raise
1. Intro
2. The Minstrel's Song
3. Outro 00:56
4. The Voice Of Progress...
5. A Legend Will Raise
Alineación:
- Marcela L. Rotela / Voz líder
- Jano Schroeder / Guitarras
- Luis Monrocle / Teclados
- Leopoldo Oneto / Bajo
- Román Peusner / Violín
- Ezequiel Uhart / Bandoneón
- Ale Brukman / Batería y Percusión
- Marcela L. Rotela / Voz líder
- Jano Schroeder / Guitarras
- Luis Monrocle / Teclados
- Leopoldo Oneto / Bajo
- Román Peusner / Violín
- Ezequiel Uhart / Bandoneón
- Ale Brukman / Batería y Percusión
Gaucho el mundo me ha nombrado,"Lázaro" - R. Gutiérrez
y me arranca de su seno
como planta de veneno
que mata al que la ha pisado;
canalla en fin me ha llamado
con toda indignación,
y en toda la creación,
con mi angustia y con mi vida
no tengo ya mas cabida
que en mi propio corazón.
Yo creo que podemos dar por nacido, de manera oficial, como corresponde, el folkmetal argentino, con varias banda muy buenos y muy relacionado con el progresivo, en este caso (ya que todas las bandas de este estilo que he escuchado se emparentan con el progresivo). A ver, ¿cuantas bandas de este estilo hemos presentado en este blog?; hago memoria pero seguro me olvido de alguna: Alkimia, Arraigo, Raza Truncka, Solsticio, casi casi que los metería a los bahienses Eidyllion... y ni hablar de las bandas que meten acordes de tango o chacarera y otras fuentes en medio de sus temas pero no por ello metidos en el género, a lo Uranian por ejemplo... pero de esas podemos encontrar muchas que se suscriben al metal o al progresivo.
La cuestión es que hay todo un movimiento que nos permite hablar de folkmetal argentino. Así que vamos con otro disco de folkmetal argentino, esta vez de la mano de una banda liderada por el baterista Ale Brukman que se ha comunicado amablemente con nosotros para que conozcamos esta obra, que les comento que vale mucho la pena conocer.
Ale Brukman's ZAEDYUS Proyect is a Folk Progressive Metal band from ARGENTINA. In some manner it's a gathering of music, where Heavy Metal, Argentinean Folk, Progressive Rock and Classical Music meets.
"Santos Vega" is a concept album that tells the myth of the undefeatable minstrel from the Argentinean pampas. To bring together this masterpiece, we gathered 12 of the best musicians available in Buenos Aires. This is a carefully concived mixture of Heavy Metal instruments with south american woodwinds, percussion and other typical instruments from the southern region of the world! The result... check it out by yourself!
Vamos con la biografía de la banda, como para presentarlos, y luego nos centramos en contarles un poco del disco:
Zaedyus es una banda de Folk Metal Progresivo de Buenos Aires, Argentina.
El proyecto comenzó en 2005. En aquel entonces, Alejandro Brukman (baterista y compositor) escribió y arregló algunos temas de música progresista para la banda. Sin embargo, algunas dificultades entre los músicos hicieron que la banda se disuelva unos meses más tarde.
Nada ocurrió hasta 2009, cuando Alejandro y Agustín Konsol (tecladista y cantante original) se reunieron y comenzaron a grabar aquellos temas escritos originalmente en 2005.
En cuanto finalizaron las grabaciones, el proyecto se reanudó y Sebastian "TT" Gallardo (guitarrista) se unió a la banda.
Con esta formación, siguieron escribiendo y grabando nuevo material hasta octubre de 2011, momento en el cual decidieron llevar a cabo un único show con Julián Pérez Oldani en el bajo.
Luego de este concierto, el proyecto quedo inactivo por un par de años.
En 2013, después de la grabación y filmación de la obra "Santos Vega" compuesta por Ale Brukman, el proyecto tomó otra forma.
Con la incorporación de instrumentos folklóricos tales como violín, quena, charango, guitarra clásica, bandoneón bombo legüero y caja chayera, y por otro lado, instrumentos de rock aportando un sonido Heavy Metal más agresivo que nunca, es ahora muy clara la direccionalidad del proyecto.
En 2014 Zaedyus brindara una serie de conciertos en Buenos Aires presentando "Santos Vega" en vivo.
Vamos ahora con la reseña del disco. "Santos Vega" es una obra musical compuesta por Ale Brukman para Zaedyus. Reúne excelentes músicos de Buenos Aires, grandes talentos enfocados tanto en Prog Heavy Metal como en música folklórica argentina, obteniendo un resultado impresionante. Lo pueden disfrutar en el video, y el disco está disponible para la descarga directa en Bandcamp.
Y hablando de Ale Brukman, aquí lo vemos dando clases de cómo se debe tocar una chacarera en batería, maesstría en su instrumento que en este disco muestra a montones...
Además, debemos decir que el señor Ale Burkan también toca en el grupo de folcklore instrumental Don Layo. Y disculpen que introduzca algo de esa banda en esta entrada, pero la verdad es que me gusta esa onda y podríamos hacer una entrada a algún trabajo de Don Layo dentro de poco. Aquí, tocando la zamba "Cuando llegue el alba":
¿Lindo no?
Pero volvemos al disco de Zaedyus...
Creo que si algo caracteriza al proyecto nacido del talento de Ale Burkan es la pasión que le pone a su obra y la sinceridad con la que la enfrenta su búsqueda para mezclar de raíz mezclar el folklore con el metal progresivo, audaz pero atrapante y creativa paleta de estilos y sonidos que cruzan el tango, la zamba, la chacarera y múltiples ritmos argentinos con el metal pero muy enraizados desde su base, siendo la batería y el bajo quienes marcan los ritmos que luego son seguidos magistralmente por el resto de los músicos.
La banda busca marcar su propio camino y expandirse en el universo del heavy metal progresivo, buscando no solamente incorporar elementos del género folcklórico, sino que además suenen naturales insertos en sus temas, cosa que queda realmente muy agradable, siendo otro de los grupos que buscan su propio sonido mediante esta fusión sabiendo que lo realmente original no está solamente en la sonoridad sino en las ideas y el sentimiento que impulsan la construcción de la música, y cada uno con su propia impronta, y todos suman.
Lo que sí debo destacar, aunque no sé si es una cuestión mía y de la que no habría que darle damasiada importancia o realmente varios piensan como yo, pero... que bueno sería que este disco este ENTERAMENTE en castellano! es el único punto flaco que le veo, y así como otros idiomas quedan raros cantados en el rock puro (unido no sólo culturalmente al idioma inglés), algo me suena raro escuchando algo tan de acá en anglosajón ¿se imaginan a los temas de Arraigo o Raza Truncka cantados en inglés? la verdad que yo no, no pega, no combina... y en este disco las secciones cantadas en castellano me resultan mucho más agradables al oído y como que combina mejor, y lo repito mil veces, personalmente me gusta que un grupo cante en su propio idioma porque es uno de los tantos elementos que le dan identidad propia, pero salvando ese tema, que a veces (y según la calidad del disco) es un puntomenor, vamos al comentario de lo estrictamente musical.
Bueno, esa es la única parte negativa que le veo y con mi duda de que sea algo demasiado subjetivo, pero bueno, yo escribo la entrada y comento qué es lo que me parece. Luego, instrumentalmente, el grupo suena impecable. Con unos cortes sumamente insteresantes, perfectamente arreglados, sumamente armónicos y libres de cualquier prejuicio de estilos, con arreglos insteresantísimos y complejos de a momentos, el grupo se planta en en su estilo y lo hace con muchísimo talento y musicalidad, contando la historia de Santos Vega quien recordamos fue un gaucho argentino y payador invencible, del cual se desconoce prácticamente todo, excepto que dió origen a una leyenda en la cual terminó cayendo derrotado nada menos que ante el Diablo, en la persona de Juan sin Ropa, el único que lo podía vencer. Y si bien yo lo consideraba un personaje de leyenda, encuentro varias referencias sobre su existencia real y hasta se dice también que está enterrado en el paraje Las Tijeras, en el partido de General Lavalle (provincia de Buenos Aires).
Vamos a introducirnos en la historia para comprender el el concepto del disco.
Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre este sombrío trovador, cuya tradición no morirá nunca en la asombrosa memoria de nuestros gauchos.Juan María Gutiérrez
Sus trovas más sentidas y sus más tristes décimas se sienten en la campañ a, allí donde suena una guitarra, habiendo sido citadas muchas de ellas por nuestros más eminentes poetas, como un modelo clásico de sentimiento y de arte.
Tan asombrosa ha sido la existencia de aquel ser desventurado y fuerte, tan soberbias las prendas de su corazón, que muchos han llegado a sostener que Santos Vega era un ser fantástico a quien se le atribuía todo lo bueno y anónimo de nuestra poesía gaucha.
Y, sin embargo, nada más cierto que la existencia de aquel hombre extraordinario, cuya vida fue un cúmulo de desventuras, muchas de ellas terriblemente trágicas, como la muerte de su querido Carmona, pérdida que lloró hasta que la muerte batió sus alas sobre su hermosa cabeza.
Santos Vega vivía sufriendo y cantando.
Sufriendo, porque según él decía, para sufrir había venido al mundo; cantando porque el canto era el medio de manifestación de su alma artística.
Cuentan que cuando Santos Vega cantaba, se conmovía de una manera poderosa, enterneciendo a sus oyentes hasta las lágrimas, no sólo por sus trovas, llenas de sentimiento, cuanto por su voz poderosa y sollozante, que conmovía como un lamento.
La guitarra, bajo la presión de sus dedos, rendía admirablemente toda la melancolía de que estaba impregnado su espíritu, explicándose sólo así que con su canto, Vega tuviese entretenidos, días y noches, a todos los vecinos de un partido, que como a una feria y fiesta extraordinaria, caían hasta con caballos de tiro a la pulpería o la estancia donde se decía estaba don Santos.
Al principio de su popularidad, Santos Vega era sólo conocido por el payador invencible, pues no había hallado competidor en sus célebres payadas de tres o cuatro días con sus correspondientes noches, tiempo en que vencía a todos los payadores de monta que se le iban presentando.
Pero desde la muerte de Carmona, sus cantos cambiaron como cambió su carácter.
De alegre se volvió sombrío, y sus payadas se convirtieron en las tristes décimas que todos conocen y que hemos recogido nosotros de la memoria de algunos paisanos viejos que lo conocieron y payaron con él.
Santos Vega era un hombre superior por todas las condiciones de su carácter.
Poseía un corazón esencialmente artístico y conocía que su esfera de acción no era el fogón de los ranchos, ni la cocina de los peones en las estancias. El había tratado de acercarse a sus patrones y alternar con ellos: los ojos de más de una hermosa mujer habían sido la inspiración de sus trovas, pero se había sentido despreciado por los primeros, que lo trataron como a un peón ruin, y halló que las segundas ocultaban como cosa vergonzosa el afecto que les había inspirado o la impresión que sintieron escuchando sus amorosas décimas.
Y es que Santos Vega cargaba con el terrible anatema de ser gaucho, como si en aquella raza sencilla e inteligente no se hallaran los caracteres más nobles y los corazones más intrépidos.
Si actualmente el gaucho es perseguido por el solo delito de ser gaucho, calculen ustedes lo que sucedería en el año 1820, época de la que arranca nuestro relato.
Hoy el gaucho es un elemento electoral que se lleva a los comicios, intimado por el sable del comandante militar y la amenaza del juez de paz, verdadero señor de vidas y haciendas.
Su derecho no alcanza ni aun siquiera a tener una opinión, ni a dejar de tenerla, pues tiene que opinar siempre como se lo manda el comandante militar, árbitro del partido.
Su misión sobre la tierra se reduce a votar en las elecciones y ocupar su puesto de carne de cañón en los cuerpos de línea que guarnecen la frontera.
Para esto sobran motivos, y hasta lo es suficiente y grave, tener una mujer o hija hermosa cuyo honor pretende hacer respetar, o haber negado al juez de paz su mejor parejero o su vaca más lechera.
Este es un crimen monstruoso, es la violación de los derechos que posee cualquier animal en la tierra, pero, ¿qué importa?
El gaucho no es ni siquiera un animal: es una propiedad del juez de paz del partido.
Y tan habituado está a esta existencia miserable, que no se queja, pues sabe que su palabra sólo servirá para enconar contra él a la justicia.
A veces sólo toma el camino de la venganza, como preferible al del suicidio.
Para él toda equidad y justicia ha desaparecido.
Si se bate en duelo leal, con todas las reglas de ese acto y da muerte a su adversario, siempre es un homicida asesino para quien se abre la puerta de la cárcel o del cuartel, mientras este género de duelo no está calificado ni penado así para el que no es un gaucho.
Si se suele embriagar por humorada, va al cepo de cabeza, y si protesta va a los cuerpos de línea; mientras que el mismo que lo condena de aquella manera inicua, está ebrio hasta no poder tenerse en pie.
El calificativo de gaucho, como palabra de desprecio, hiere sin cesar sus oídos, mientras lleva una eterna paliza suspendida sobre su cabeza.
Así aquel tipo nacido para el arte, como Santos Vega, va juntando en su corazón todo el odio que a él arrojan los que se creen sus superiores, hasta que se lanza al camino de la venganza, pues los del honor le están cerrados y el del crimen le repugna.
La palabra "justicia" suena para él como la de suprema desventura, pues ella representa el azote de toda su vida.
Y es contra la justicia que se lanza implacablemente, pues su venganza importa la de toda su raza.
El trabajo desaparece para él, no lo halla en ninguna parte.
Se encuentra miserable y proscripto en su propia tierra, y es entonces que toma la guitarra y exhala su queja en inspirada décima. Para él, combatir importa vivir.
Sabe que no tiene más amparo, ni más derecho, ni más razón que los que puede darle la punta de su puñal; y entonces ¡ay del que se ponga a su alcance!
Los cuerpos de línea están llenos de historias tristes.
En ellos, y por los delitos que hemos mencionado más arriba, han entrado gauchos jóvenes, llenos de vida, fuertes como unos hércules y bravos como unos leones.
Y estos hombres, para quienes la vida sonríe con todos sus encantos, han salido con la barba y la cabeza blancas, viejos, decrépitos, con los músculos destrozados por el cepo colombiano y la frente bordada de hachazos recibidos en el cuartel.
Han sido dados de baja por inútiles y porque no valen la ración que casi nunca se les da.
Y ¿para qué sirve esa libertad que se les otorga como una gracia a la puerta de la tumba?
Ella sirve para que el gaucho apure la última y más formidable desventura de la vida.
La de ver su hogar desquiciado, saber que su mujer ha muerto de miseria, que sus hijos han seguido el camino del vicio; y el mayor de sus hijos, aquel en quien cifraba todas sus esperanzas, ha ido a morir en un presidio después de haber recorrido palmo a palmo el camino del crimen.
Y, si este hombre desesperado, da una puñalada como débil desquite al infierno que se le ha hecho apurar, la justicia volverá a ensañarse con él, convirtiendo en un nuevo infierno los pocos días que le quedan de vida.
Y si esto sucede hoy en día, si aún vemos decretos del gobierno mandando remontar los cuerpos de línea con los gauchos que no votan con el juez de paz, ¡calcule el lector lo que sucedería el año 1820!
Entonces no había como hoy un ejército de línea donde destinarlos, pues el ejército, que guarnecía la frontera, era todo de gauchos, y gauchos impagos, que no recibían ración ni uniforme, y que eran licenciados después de dos o tres años de constante servicio.
¡Y este ser extraordinario nunca se queja!
Después de una patriada donde ha dejado un jirón de su carne en cada batalla, vuelve a su pago contento como quien regresa de una fiesta, sin acordarse de la pasada fatiga, ni aun de los sueldos que le debe el gobierno.
Ha cumplido con su deber de soldado, de hijo del país, como él dice, y se da por satisfecho contando a su familia, al amor de la lumbre, las fatigas de las batallas.
Nunca tiene una frase para ponderarse a sí mismo, pues todas sus ponderaciones son pocas para tributarlas al comandante o a su capitán, mozos más o menos lindos, cuyo valor daba coraje.
Y es en ese hombre abnegado y noble en quien se ceba la justicia de paz, hasta el extremo de convertirlo en un mártir o en un bandido.
A pesar de haber sido tachados de defensores del crimen, hemos levantado más de una vez nuestra débil voz en defensa del gaucho de nuestra pampa, porque lo hemos conocido de cerca y hemos podido apreciar las raras prendas de su corazón y el temple formidable de su alma.
Y hemos visto, entristecidos, que el paisano era un hombre destituido de todo derecho y de toda voluntad, sin otra defensa que abatir humildemente la cabeza y sufrir el martirio a que ha sido condenada su raza, o alzarse como Moreira contra la justicia, y morir de una manera fantástica, después de haber postrado a sus pies a todo representante de ella, que se puso al alcance de su daga.
Y Santos Vega venía a la vida con aquella herencia terrible que lleva el gaucho en su nombre.
Había luchado todo lo que le había sido posible, hasta que se entregó a seguir su destino, como quiera que viviese. Al principio había tratado de huir del fogón del rancho, pues se había sentido un ser superior y comprendía que aquel no era su centro.
Pero ya lo hemos dicho: se había sentido despreciar en todas partes, hasta por los mismos que él veía cautivos con su canto, sin otra razón que la supremacía del dinero.
El no tenía más fortuna que su guitarra, su daga y un par de caballos; y con semejante bagaje no se podía aspirar a alternar en la sociedad de la gente rica.
Las prendas de su corazón no valían nada, ni nada valía su espíritu esencialmente artístico.
En su tirador no había onzas de oro ni reguera de patacones; en su apero no se veía ni una sola virola de plata, y con esto no se puede dejar de ser un perdido vagabundo.
Santos Vega vio todo esto y se refugió en su corazón donde juntó una buena dosis de odio y desprecio a los que así lo habían tratado.
Santos Vega concurrió desde entonces al fogón y a la pulpería, cantando las amarguras de su vida en famosas payadas, la mayor parte de las cuales viven hoy mismo en la memoria de los paisanos.
De cuando en cuando solía preludiar un estilo y cantar un triste.
Entonces puede decirse que toda su alma se volcaba en su canto enamorado, dejando entrever el lamento de una pasión desgraciada.
Y es que Santos Vega había amado con toda la intensidad de su alma ardiente; pero según se desprendía de su canto, la jerarquía del dinero lo había apartado de la mujer querida, en cuyo amor había soñado por un momento mitigar la orfandad de afectos en que había vivido.
(...)
Santos Vega no hablaba nunca de su pasado, y cuando le dirigían alguna pregunta que a él se refiriera, contestaba secamente: "No me acuerdo", en un tono que no daba lugar a insistencia.
Su carácter era franco y cariñoso, alegre cuando lograba olvidar por un momento los pesares que roían su alma, y taciturno y reconcentrado cuando estaba absorto en sus recuerdos.
Bravo hasta lo novelesco como la mayor parte de los gauchos, no era difícil hacerle desenvainar su facón, haciendo alarde de su destreza en el manejo de aquella arma, sin herir a su adversario, marcando sólo con la empuñ adura los golpes, que habrían sido mortales a ser dados con la punta de la daga.
El había sabido inspirar tal cariño primero y tal respeto en seguida entre los paisanos, que bastaba su sola presencia para poner término a cualquier camorra.
Siempre estaba del lado dócil y en contra de la justicia cuyas crueldades y cobardías habían sublevado muchas veces su noble espíritu.
Y la justicia en aquel tiempo era algo formidable.
Una simple orden de presentarse arrestado era acompañada de un golpe de sable.
Cuando se trataba de conducir preso a un paisano por andar divertido, no se hacía esta operación sin una lluvia de garrotazos y de hachazos muchas veces.
Santos Vega vivía siempre de rancho en rancho y de tapera en galpón, como decía Hidalgo.
Su domicilio era su propio recado, que le servía de cama, de montura, de silla, y hasta de carpa, ayudado con algunos palitos con que solía armar.
A veces llegaba a las pulperías y poblaciones, donde era recibido con las muestras de la más franca alegría, pero no calentaba mucho el asiento, a no ser que le saliera al encuentro un payador de fama.
Entonces permanecía todo el tiempo que necesitaba para vencerlo, y se alejaba en seguida para otro pago u otra estancia amiga, donde pasaba dos o tres días, según el halago que hallaba.
Sus inseparables compañeros eran un caballo alazán tostado, famoso parejero del que no se separaba un momento, y un potrillo guacho que seguía al parejero y a quien llamaba el "Mataco" a causa de la redondez de la barriga.
En cuanto Vega desmontaba, el alazán y el Mataco se echaban detrás de él como si hubieran sido dos perros.
Lo primero que pedía era una "ración" para sus amigos, que cuidaba con esmero y una prolijidad curiosa.
Si se quedaba a dormir en la casa donde había llegado, "tendía" a campo y era curioso verlo entonces entregado al reposo con el caballo que no se alejaba dos varas de su cuerpo y el potrillo hecho una rosca a sus pies, como si hubiera sido el perro encargado de velar su sueño.
El Mataco no tenía más amistades que su amo: relinchaba alegremente cuando lo veía ponerse de pie a la madrugada y corría a mordiscones y manotones al que por broma se acercaba a su amo durante el sueño.
El potrillo no tenía más misión que llevar encima dos maletitas que contenían los avíos de tomar mate, la pava y una carguita de leña más o menos abultada, según el paraje donde los tres compañeros habían hecho noche.
Lo que es la guitarra, prenda verdaderamente inseparable de aquel gaucho artista, él la llevaba siempre a media espalda, llena de cintas y lazos de colores, con que la habían adornado indudablemente las muchas beldades a quienes había dedicado sus trovas.
La sección rítmica brinda el marco al resto de los intrumentos para que cada uno haga su aporte, y no solamente referidos a la guitarra y al teclado, también a las guitarras criollas, flautas, bandoneones, charangos, voces y violines tienen su parte en el lucimiento de una labor donde prima la sinergia alcanzada, ya que no hay lucimientos particulares de cada uno de los músicos. Es de destacar el gran trabajo para encastrar los elementos de cada instrumento en algunos pasajes. Las veces están muy bien y son adecuadas al trabajo, operando casi como una ópera ya que distintos músicos interpretan distintos personajes. Debo decir que, por el estilo, las secciones más crecanas al power metal son las que menos me llaman la atención, y obviamente son las más predecibles, pero nunca durarán mucho porque siempre aparecerá algún elemento disruptivo, ya sea en la utilización de instrumentos no tradicionales, la inclusión de melodías folcklóricas o arreglos poco convencionales.
En definitiva, un muy buen trabajo que nos hace poner a la banda en el tapete, destacando otra vez todo el movimiento que aparece permanentemente en el under argentino, aunque no existan quizás las condiciones objetivas, pero hay algo que ha nacido, se está moviendo, está creciendo y se hace presente cada vez con más fuerza. Y brindamos por ello!
Bueno, pero yo ya escribi mucho, mejor lean algún otro comentario de alguien que haya escuchado el disco y que no sea yo:
Amigos de Dioses del Metal, si tan solo fuera reseñar un disco de Folk Metal Progresivo, no habría mayor problema, muchos son ya los caídos a mis pies en mi Cueva del Metal. Ahora bien, si además se mezcla ese estilo con instrumentos folklóricos argentinos, con multitud de matices que, incluyendo los propiamente escandinavos, te llevan aromas de tango y Pampa, entonces puede ser que, incluso a mí, me empiecen a temblar las piernas.luishard
Zaedyus se llaman, de Buenos Aires (Argentina), dirigidos por el compositor y baterista Ale Brukman y con una tortuosa vida musical. Aunque fundados en 2005, sacando el álbum conceptual Patagonia, tuvieron un parón por disolución hasta retomar otra vez la actividad en 2009, volviendo a desaparecer y resurgir finalmente como el ave Fénix en 2013, sin duda Ale es perseverante.
Cantado en los idiomas inglés y cervantino, una de las cosas que más me han llamado la atención son las letras. Nos cuentan mitos y leyendas propios de la literatura gauchesca, en donde cada personaje mítico es encarnado por un cantante diferente, totalmente cautivador. Concretamente está basado en el gaucho Santos Vega, el invencible payador, solo derrotado por el Diablo. (Ver payada. Arte poético musical, una batalla de rimas con guitarras entre dos contrincantes, típico del Cono Sur americano). Prueba de ello es que la portada representa ese envite. Puede que le falten a esos dibujos un poco más de realismo, para dar más tensión a la escena, pero no está mal.
El sonido es bueno, fundamental en una obra así. Múltiples matices, aromas y melodías bien llevadas por la instrumentación, sin que en ningún momento dejemos de seguir la música. Guitarreo distorsionado con garra, buenos parches marcando carruseles de ritmos y voces competentes, con esos instrumentos foráneos nada intrusitos, porque cuando participan lo hacen para aportar, sin restar nada a cambio.
Estamos hablando de poco más de veinte minutos de música en donde se fusionan los sonidos típicos del Metal con instrumentos como la quena, charango, bandoneón y bombo legüero, entre otros, pero en la justa medida para que me resulte atractivo, distinto y con cierta pegada. Aquellos aventureros que busquen algo nuevo, lo tienen ya disponible en descarga gratuita en www.zaedyus.bandcamp.com.
La intro, según nuestros estándares, se hace demasiado larga, comenzando con una voz chamánica, que utilizando la técnica de “canto andino” o “canto con caja”, nos inicia en la historia, dando paso a sentidos decibelios instrumentales, muy melancólica. En contraposición, The Minstrel's Song, el tema más extenso con casi seis minutos, en inglés y español, llega con tensión, veloz, múltiples sonidos engarzados en torno a una poderosa guitarra y batería, con vozarrones, incluyendo una femenina que me resulta fascinante. El tempo derrapa en el 2´20”, casi deteniéndose para que tus sentidos disfruten de “extraños” sonidos propios de la tierra, ganando fuerza otra vez según pasan los segundos, un temazo.
A continuación un outro, que comienza con esa voz de la intro y cadencioso golpeteo a madera, pasa casi sin darnos cuenta a The Voice Of Progress, que nos llega con una vorágine musical, en cuyo inicio los parches y teclados parecen protagonistas con el beneplácito de la guitarra. Aquí también tenemos sonidos foráneos y mucha marcha, porque esta pista rebosa fuerza. Eso sí, nos estamos moviendo en un huracán de cambios melódicos, que hace que cada segundo de canción sea como una nueva puerta a la que haya que abrir.
La corta A Legend Will Raise, que pasa de medio balada a rebosar sentimiento puro en esa letra, con un toque muy peculiar al oír las frases en los dos idiomas en que está cantado este corte. Finalizamos con Chasing The Dreams, en versión acústica y como bonus track. Sencillamente hay que sentarse relajado, darle al reproductor el volumen justo y dejarte acariciar por la guitarra y voces, sin duda, un paseo entre icebergs.
Innovador, apasionado, distinto, por momentos intensos, otros más relajantes, creo que es un trabajo para darle unas escuchas. Puntuado con 8 puntos sobre diez, espero que saquen pronto un LP. Un saludo metálico a todos.
Sumamos algún comentario en inglés, como siempre, ya vamos al disco...
Zaedyus is a self-tagged “folk progressive metal” group from Argentina and was formed by Ale Brukman who wears many hats here (songwriter, producer, percussion and backing vox). There are a total of 6 tracks on “Santos Vega”, based on a poem by Rafael Obligado. (Santos Vega is an Argentinian minstrel of legend and lore) Clocking in at around 20 minutes, I would call this an EP due to the overall length and this is where I am confused about this particular release. I would call this a concept based release, so why only have it be less than 20 minutes long and not a proper full length? Think of Iron Maiden’s “Rime of The Ancient Mariner”, one song that is 13+ minutes long also based on a poem. If you are going to attempt a concept release, I think you should either make it a longer release or put additional material to fill in the blanks (King Diamond’s “Fatal Portrait” did this to success…a few concept songs with other non-concept tracks on the same release). Whatever the case for the abbreviated release here, I was certainly hoping to hear something symphonic and full of instrumentation, based on the amount of musicians involved in the process of making this, 12 including Ale. Unfortunately, that is not the case, as most tracks are very stripped down in structure and I would call more “acoustic” based with female vocals. There are two tracks here (“The Minstrel’s Song” and “The Voice Of Progress…”) that are the most successful in my opinion, having a style reminiscent of a less progressive Dream Theater.Jeff
At the end of the day, I was disappointed at the lack of “folk”, “progressive” and “metal” as they proclaim themselves to be. There are obviously some talented people involved here and I think it is just a matter of getting a fully realized concept together as I think “Santos Vega” was great as an idea but misses the mark for me. I would like to think a future release will have more of an edge to it with a more focused approach and identity to it.
Great tune. It seems that the more you people sounds like argentinians, the better your music gets. Looking forward to more from you :D Favorite track: A Legend Will Raise.Tom Just Jensen
En definitiva, un excelente trabajo para que conozcan y esperemos juntos un larga duración, porque este proyecto promete. En principio, no se pierdan este muy disfrutable EP!
Download: (Flac + Mp3)
ResponderEliminarhttp://zaedyus.bandcamp.com/releases