Nota del diario Clarín fechada en el 2008. Las víctimas: todo tipo de comunidades indígenas, hijos de inmigrantes latinoamericanos, o simplemente pobres de toda raza, religión y color. |
La clave para entender las adhesiones al macrismo, esa indudable derecha dudosamente democrática y moderna, está en desentrañar su potencia simbólica, ideológica y cultural, mucho más que en medir su performance “material” (económica).
Hace ya muchos años, quizás por 1995, recuerdo que el periodista Jorge Guinzburg, en su programa de radio, entrevistó telefónicamente al filoso pensador mendocino Silo, conocido por su lucha ideológica y esperitual contra los regímenes militares, la violencia y la discriminación, y le preguntó las razones por las que cuales consideraba que avanzaba la derecha y la extrema derecha en todo el mundo (vale recordar que Jorge Guinzburg ya hablaba del resurgimiento de los nazis en la década del 80, incluso con varias notas, recuerdo una publicada en la revista Humor). A lo que el mendocino respondió muy lacónicamente: "Lo que está creciendo no es la derecha, lo que está creciendo es la discriminación. El crecimiento de la derecha es solamente un efecto y no la causa. Y la discriminación crece con el odio que se instaura en los corazones de todas las personas". Guinzburg terminó el programa repitiendo las palabras "Lo que está creciendo no es la derecha, lo que está creciendo es la discriminación".
Pero de ese tiempo a esta parte el odio y la discriminación a avanzado a pasos agigantados, y bien vale esta interpretación para entender en el mundo en que nos movemos. Por ejemplo, cómo un pueblo puede elegir a su propio verdugo, con el único placer de joder también a otros. Un caldo de cultivo perfecto para un moderno pobres contra pobres versión 2.0. Copio una nota que me ha parecido muy interesante y que creo que no está muy lejos de la realidad.
Supongamos que el macrismo sostiene un pacto más o menos implícito con su electorado llamémosle (y que mis colegas rigurosos me perdonen, pero esto es un post en un blog) “de clase media”.Paula Canelo
¿En qué consiste ese pacto? Por un lado, estos votantes aceptan sin muchas vueltas una reducción de su poder adquisitivo (más o menos significativa de acuerdo al caso). Por otro lado, el gobierno promete mantenerlos a salvo del achicamiento de las distancias sociales: a salvo de tener que mandar a sus hijos a la misma escuela, al mismo hospital, al mismo club, que los hijos de los “sectores populares” (y que mis colegas rigurosos me perdonen otra vez).
Y por supuesto, claro está, a salvo de la amenaza de los sectores populares movilizados, de la politización de la vida pública, de la grieta K, de las cadenas nacionales, y de esos etcéteras intolerables.
Solemos considerar a ese votante como irracional. Nos preguntamos “-¿Cómo (CÓMO?) van a votar a un gobierno que los empobrece? Es que no se dan cuenta? Ya van a ver cuando no puedan pagar las tarifas de la luz, del gas, de la prepaga”, y etcéteras.
Sin embargo, y a la luz de los hechos cotidianos, creo que es hora de que abandonemos estas acusaciones de irracionalidad. Llamémosles “interpretaciones economicistas” o materialistas, que a los sociólogos nos gustan TANTO.
El fin de este despojo, curiosamente asistido por el despojado, no va a empezar cuando éste no pueda pagar la factura de luz, ni cuando no pueda pagar la prepaga, ni cuando no pueda pagar la escuela privada, y esos etcéteras.
Porque, precisamente, esas facturas impagables son el precio que paga, voluntariamente, para mantenerse a salvo del otro. Que, no lo dudemos a este paso, va a ser, lejos, el primero en no poder pagar y en empezar a transformarse en un número de la UCA.
El malestar de los adherentes al macrismo va a empezar cuando el gobierno deje de garantizarles el mantenimiento de las jerarquías y de las distancias sociales, del orden de clase que había sido puesto en tensión por las políticas de inclusión del kirchnerismo, más allá de todos sus errores.
El rico, que mande. La clase media, media. El pobre, bien pobre, y bien lejos de todos.
La clave para entender las adhesiones al macrismo, esa indudable derecha dudosamente democrática y moderna, está en desentrañar su potencia simbólica, ideológica y cultural, mucho más que en medir su performance “material” (económica).
Por eso el macrismo no para de buscar, recrear, agitar, a toda costa, un clima de visceral odio social. Porque es allí donde está su fortaleza, su parte del pacto: su capacidad para mantener las distancias sociales.
Así que dejemos de esperar que "dejen de votarlos cuando se den cuenta que no pueden pagar la luz". Porque esa factura impagable es el precio que muchos pagan, voluntariamente, por mantenerse a salvo del otro.
Me parece excelente la nota porque ahonda en el tema de fondo.- Y es que la victoria de la runfla macrista + cómplices, no tiene raíces de ideología política, sino de racismo y discriminación.- A principios o mediados de 2015 le contesté por mail a mi mejor amigo (a quien no hablo desde fines de ese año) que lo que a él y otros como él les molestaba era ver a la gente humilde que por primera vez en años estaba en un shopping, iba a Mar del Plata o gastaba su dinero bien ganado.- Y que para ellos los “negros” solo servían para limpiarles el inodoro en la casa.- Y de eso se trata todo: el racismo no es una “idea argentina”, existe en TODO el mundo y tengo decenas de ejemplos.- La cuestión primordial es que eso se enseña: nadie nace siendo racista y de pensamiento miserable.- Su entorno (familia, escuela) le enseñan esa basura cuando chicos, la cual asimilan.- Si a eso se le suma el repulsivo bombardeo mediático (que no hace sino exacerbar y alimentar esas ideas ya conocidas) lo que tenemos es un racista que, aunque viva en el conurbano o en una casa tomada o en la villa, se siente mejor que otros.- Y cree que esos “otros” le quitan sus oportunidades, su trabajo, su dinero.- Que sus hijos no deben ir a la escuela con los hijos de los “negros cabezas”.- Son los que en 12 años pudieron terminar su casa y hasta jubilarse cuando hace 30 años que no aportaban un peso (siempre trabajando en negro) o sus esposas cobran un beneficio cuando fueron amas de casa toda su vida.- Uno de mis cuñados es así: se llama peronista de siempre y es un enérgico votante de la Marioneta Retardada y Mafiosa.- Pero a no engañarse (yo ya aprendí a no hacerlo): no son o fueron engañados por el Multimierda y sus clones… eligieron alimentarse de esa cloaca porque es la que mejor representan sus ideales racistas y miserables.- Y esta gentuza, son los que (como dice el artículo) no les importa que les vacíen el bolsillo.- Son los que alegremente aceptan ser vaciados, sodomizados y maltratados por aquellos a los que tratan de parecerse y que, no solo en el fondo sino en la mera superficie, los odian y aborrecen.- Macrinútil y cía. ODIAN y se asquean de los pobres y muchos de estos, ciegos y zonzos, lo apoyan y pagan alegremente de su bolsillo la cuota del club de los masoquistas. Y eso que ese bolsillo fue llenado durante los años de los KK…¡pero andá a hacérselos entender!
ResponderEliminarTal cual, el problema de fondo es interno de cada uno, hasta casi espiritual: el odio y el miedo. La discriminación, el miedo, el desprecio es el germen de esta vuelta a lo más inferior del ser humano, en un viaje que arrastra todo y a todos. Es el antihumanismo en acción. La hijaputez al extremo de joderse uno mismo con tal de joder a otro (vamos, también una estupidez suicida).
EliminarY creo que, la lucha no debe ser en términos políticos, sino más bien en términos casi casi "espirituales", porque la raíz está ahí. Habrá que resucitar a M.L. King, Gandhi y todos los humanistas porque será la única manera de lograr algo, no va a ser por la política ni por las ideas, sino por el corazón.
Abrazos Marce
Y es para mencionar la lucidez de los videos de Capusotto, que me parecen increíbles y afiladísimos aunque hagan reír. El tipo no te muestra un nazi contra los judíos, el nazi está en contra de los pobres. Claro, también entrarán los judíos y los bolivianos y los peruanos y así siguiendo, pero te dice lo mismo que la nota pero en versión humorísitica. Me parece importante resaltarlo.
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