Sin quererlo ni premeditarlo, al comenzar con una simple nota mencionando los puntos en común entre el capitalismo extremo en el que vivimos hoy y el más puro neo-fascismo y su dirección destructiva y suicida, nos vamos topando con varios aspectos de la actualidad que nos van dando la razón en el día a día. El conflicto sanitario entre Argentina y Bolivia reveló una profunda y arraigada xenofobia ideal para los experimentos del marketing político de los amarillos, ya que todo este tipo de paparruchadas tienen por objeto central desviar la atención social de la economía y sus desastrosos derivados en la situación concreta de los argentinos. Sin embargo, estas son las políticas y las acciones que nos llevan, cada día, a estar más cerca de un sistema completamente totalitario y facho, ya que la salida distractiva es siempre para el mismo lado: las propuestas de derecha que alimentan el fascismo de la sociedad. La distracción permanente de la maquinaria de formación de opinión de Corporación Cambiemos está a full tratando de canalizar el descontento social hacia cualquier cosa que no tenga el color amarillo, pero llama la atención que sea siempre para el mismo lado: rechazar y discriminar al extranjero para luego aplicarlo a toda la sociedad.
El conflicto por el sistema sanitario argentino viene de larga data pero se potenció en las últimas semanas cuando el ministro de Salud de Jujuy, Gustavo Bouhid, propuso un proyecto de ley para que los bolivianos que cruzan la frontera a la Argentina paguen por ser atendidos en los hospitales públicos de la provincia. Pronto se sumó todo el arco político conservador y de derecha a nivel nacional.
También nos hicieron discutir si los trabajadores tienen que tener paritarias, licencias por enfermedad o si pueden reclamar por enfermedades o accidentes de trabajo; y hasta relativizaron la importancia de las garantías procesales constitucionales.
Cuestionaron si los jubilados tienen que tener cobertura integral del PAMI en medicamentos, o si los discapacitados tienen derecho a cobrar una pensión, o deben trabajar.
Y hubo también una discusión sobre deportación veloz de extranjeros indeseables, y el derecho o no de los pueblos originarios a reclamar por sus tierras.
Una disposición dictada por el Triunvirato en 1812, ofrecía "su inmediata protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio". En 1949, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, el decreto Nº 21.430 estableció el 4 de septiembre como "Día del Inmigrante".
Ni bien asumido el actual gobierno, se impulsó un nuevo ciclo de regresividad que viene a justificar la oleada de ajustes en todos los rubros y esferas dependientes del Estado, empiezan por los extranjeros pero es solo el principio, porque en su visión están todos los que estamos fueras de su "élite". Pensar que cuando llegaron al poder hubo quien los caracterizó como una derecha moderna y democrática, y nos traen de nuevo a la Argentina de los tiempos de la barbarie.
Pero resulta que, mientras en Jujuy ya niegan atención médica a extranjeros, en esta Argentina amarilla también existen profesionales de la salud que se niegan a cobrarles a extranjeros. Aquí, la historia de los trabajadores del Centro Oftalmológico Ernesto 'Che' Guevara de Córdoba y la "Operación Milagros".
La distracción permanente de la maquinaria de formación de opinión de Corporación Cambiemos está a full tratando de canalizar el descontento social hacia cualquier cosa que no tenga el color amarillo.
Ahora nos quieren hacer discutir si hay que cobrarles o no a los extranjeros por ser atendidos en los hospitales públicos, o por estudiar en las universidades nacionales. Poco antes se había planteado la discusión sobre el arancelamiento en las universidades, pero para todos: argentinos y extranjeros; también contra el texto constitucional. En lo poco que va de éste año nos hicieron discutir sobre la pena de muerte (imposible por la última reforma constitucional) y las ejecuciones extrajudiciales; y el presidente recibió a un policía que asesinó a alguien por la espalda. En estos días salieron a plantear si es necesario tener escuelas rurales en parajes de pocos pobladores, o en las islas del Delta o lugares similares. Antes nos habían puesto a discutir si es necesario sostener la ciencia y la investigación en el país o para qué queremos al CONICET; y el actual presidente decía en campaña para que queremos tantas universidades, o poner en el aire satélites "que no funcionan".
Ahora quieren cobrarles a los extranjeros (no todos los extranjeros, solamente los pobres) por utilizar nuestro sistema de salud y educación, cuando ello se subvenciona por el Estado, Estado que a su vez mantenemos entre todos, y entre "todos" tenemos a los mismos extranjeros a los que se les quiere cobrar por utilizar lo que ya están pagando.
Ya empezaron a recortarles los accesos a nuestros viejos que se atienden por PAMI (ya de por sí deficitaria), al igual que los discapacitados y quienes accedían a políticas sociales. Luego seguirán con los que vienen de las provincias, aunque sean argentinos. Baste recordar que no hace mucho se pensó cobrar a los que viajaban desde Provincia de Buenos Aires a atenderse en Capital Federal, o sea que no es para nada muy descabellado. Y por último, lo que realmente quieren es que todos nos tengamos que pasar a pagar la medicina privada ya que habrán echo desaparecer los hospitales públicos, las obras sociales y los sindicatos. Toda la xenofobia, en realidad, va en esa misma dirección.
El ceoliberalismo abomina de las rigideces de los (viejos) Estados y su manía de reconocer e impulsar derechos sociales. El Estado de Bienestar de postguerra y los últimos procesos progresistas de este siglo en la región concedían derechos a partir del reconocimiento de necesidades, traduciéndose esto en un aumento al acceso de los bienes y servicios públicos por parte de las poblaciones vulneradas. Por su parte, para estos liberales, la gestión de los riesgos sociales no refiere a derechos, sino que cada quien es responsable de su propia situación. Es decir, asocian pobreza a la irresponsabilidad individual, a un déficit, una falta, una impericia propia para manejar los riesgos de la vida. En este esquema meritocrático, cualquier ayuda proveniente de las arcas estatales vendrá siempre acompañada de condicionalidades, generalmente referidas a la disposición a buscar un empleo, a capacitarse, tomar algún microcrédito, etc.
Los ciudadanos que rechazan al extranjero (al extranjero pobre; con el rico no tienen problema) no piensan en integrarlo. Le temen, y sospechan que viene a quedarse con alguna parte de las prebendas del Estado. Uno de los motivos es un mito profundamente inserto, alentado por los políticos de todos los palos. La vaga idea que hay unos "fondos", que se formaron con sus aportes de tiempo atrás, y que están guardados en algún lado. Temen el gobierno se los va a dar a los extranjeros.
Les resulta difícil asumir el hecho obvio que las buenas pensiones y beneficios sociales no tienen relación con aportes previos sino con la riqueza del país. Y a los grandes grupos económicos no les interesa aclararlo. A ver si les aumentan los impuestos...
Pero resulta que en esta Argentina amarilla también existen profesionales de la salud que se niegan a cobrarles a extranjeros.
Los trabajadores del Centro Oftalmológico Ernesto 'Che' Guevara de Córdoba comunicaron que no les cobrarán a los extranjeros que decidan atenderse en esta clínica, en el marco de la polémica desatada por la decisión del gobierno argentino de arancelar la atención médica y la educación universitaria de personas no residentes en el país.
"Esta institución pertenece al programa visual cubano Operación Milagro, el cual se basa en los valores del internacionalismo en salud y la solidaridad entre los pueblos. Defendemos la salud como derecho humanos para todos y todas", escribieron los profesionales en un cartel que pegaron en la entrada del centro médico.
"No cobramos ni cobraremos a nuestros hermanos de otros países", finalizaron, en medio de las negociaciones entre Argentina y Bolivia para avanzar en un intercambio de reciprocidad en la atención sanitaria para residentes de esos países.
Desde 2009, el Centro Oftalmológico Ernesto 'Che' Guevara ha realizado más de 7.000 cirugías de ojos gratuitas en el marco de la Operación Milagro, un programa de salud visual impulsado por Cuba y Venezuela, lanzado a través de la Alianza Bolivariana de Nuestra América (ALBA) en julio de 2004.
El proyecto regional tiene como objetivo erradicar en América Latina y el Caribe las cegueras prevenibles ocasionadas por cataratas y pterigión (una enfermedad que afecta a la conjuntiva y a la córnea del ojo).
La iniciativa ya se instaló en 15 países latinoamericanos, donde "se han operado a más de 3 millones de personas de forma completamente gratuita, de las cuales más de 50.000 son argentinas (36.000 se atendieron en Bolivia)".
A su vez, los médicos suelen realizar recorridas en los barrios más periféricos y humildes para identificar a pacientes de bajos recursos que puedan requerir una intervención.
La campaña en Argentina es implementada por la fundación Un Mundo Mejor Es Posible (UMMEP), y cuenta con el apoyo de universidades y sindicatos. Sin embargo, junto con Haití, son las únicas naciones que no se hacen cargo de mantener los centros, donados principalmente por Cuba.
"Nosotros atendemos a pacientes que no pueden pagar, son gente de pueblo que durante mucho tiempo han tenido patologías que pueden ser resueltas fácilmente, sin embargo por problemas de distancia o materiales no han alcanzado a resolverlas", enfatizó Aleida Guevara, hija del 'Che', la principal propulsora de la apertura de la clínica en la capital cordobesa.
El conflicto por el sistema sanitario argentino viene de larga data pero se potenció en las últimas semanas cuando el ministro de Salud de Jujuy, Gustavo Bouhid, propuso un proyecto de ley para que los bolivianos que cruzan la frontera a la Argentina paguen por ser atendidos en los hospitales públicos de la provincia. Pronto se sumó todo el arco político conservador y de derecha a nivel nacional.
"Esto es una noticia que lanza el gobierno para distraer a la opinión pública de los verdaderos problemas que tenemos los argentinos, porque el impacto real y concreto que tiene en el gasto total de salud la atención que se hace en Argentina de personas sin residencia en el país es ínfimo. Ni siquiera un argentino medio egoísta puede llegar a pensar que si le negamos atención a todos los no residente en Argentina va a haber más plata para tratarnos nosotros. Que no se ilusionen con eso porque no va a ser así. El problema de desfinanciamiento de la salud en nuestro país se explica por las políticas públicas que aplica este gobierno, no porque le pagamos a los extranjeros".Daniel Gollan - Ex ministro de Salud de la Nación
También nos hicieron discutir si los trabajadores tienen que tener paritarias, licencias por enfermedad o si pueden reclamar por enfermedades o accidentes de trabajo; y hasta relativizaron la importancia de las garantías procesales constitucionales.
Cuestionaron si los jubilados tienen que tener cobertura integral del PAMI en medicamentos, o si los discapacitados tienen derecho a cobrar una pensión, o deben trabajar.
Y hubo también una discusión sobre deportación veloz de extranjeros indeseables, y el derecho o no de los pueblos originarios a reclamar por sus tierras.
Una disposición dictada por el Triunvirato en 1812, ofrecía "su inmediata protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio". En 1949, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, el decreto Nº 21.430 estableció el 4 de septiembre como "Día del Inmigrante".
Ni bien asumido el actual gobierno, se impulsó un nuevo ciclo de regresividad que viene a justificar la oleada de ajustes en todos los rubros y esferas dependientes del Estado, empiezan por los extranjeros pero es solo el principio, porque en su visión están todos los que estamos fueras de su "élite". Pensar que cuando llegaron al poder hubo quien los caracterizó como una derecha moderna y democrática, y nos traen de nuevo a la Argentina de los tiempos de la barbarie.
Pero resulta que, mientras en Jujuy ya niegan atención médica a extranjeros, en esta Argentina amarilla también existen profesionales de la salud que se niegan a cobrarles a extranjeros. Aquí, la historia de los trabajadores del Centro Oftalmológico Ernesto 'Che' Guevara de Córdoba y la "Operación Milagros".
La distracción permanente de la maquinaria de formación de opinión de Corporación Cambiemos está a full tratando de canalizar el descontento social hacia cualquier cosa que no tenga el color amarillo.
Ahora nos quieren hacer discutir si hay que cobrarles o no a los extranjeros por ser atendidos en los hospitales públicos, o por estudiar en las universidades nacionales. Poco antes se había planteado la discusión sobre el arancelamiento en las universidades, pero para todos: argentinos y extranjeros; también contra el texto constitucional. En lo poco que va de éste año nos hicieron discutir sobre la pena de muerte (imposible por la última reforma constitucional) y las ejecuciones extrajudiciales; y el presidente recibió a un policía que asesinó a alguien por la espalda. En estos días salieron a plantear si es necesario tener escuelas rurales en parajes de pocos pobladores, o en las islas del Delta o lugares similares. Antes nos habían puesto a discutir si es necesario sostener la ciencia y la investigación en el país o para qué queremos al CONICET; y el actual presidente decía en campaña para que queremos tantas universidades, o poner en el aire satélites "que no funcionan".
Ahora quieren cobrarles a los extranjeros (no todos los extranjeros, solamente los pobres) por utilizar nuestro sistema de salud y educación, cuando ello se subvenciona por el Estado, Estado que a su vez mantenemos entre todos, y entre "todos" tenemos a los mismos extranjeros a los que se les quiere cobrar por utilizar lo que ya están pagando.
Ya empezaron a recortarles los accesos a nuestros viejos que se atienden por PAMI (ya de por sí deficitaria), al igual que los discapacitados y quienes accedían a políticas sociales. Luego seguirán con los que vienen de las provincias, aunque sean argentinos. Baste recordar que no hace mucho se pensó cobrar a los que viajaban desde Provincia de Buenos Aires a atenderse en Capital Federal, o sea que no es para nada muy descabellado. Y por último, lo que realmente quieren es que todos nos tengamos que pasar a pagar la medicina privada ya que habrán echo desaparecer los hospitales públicos, las obras sociales y los sindicatos. Toda la xenofobia, en realidad, va en esa misma dirección.
El ceoliberalismo abomina de las rigideces de los (viejos) Estados y su manía de reconocer e impulsar derechos sociales. El Estado de Bienestar de postguerra y los últimos procesos progresistas de este siglo en la región concedían derechos a partir del reconocimiento de necesidades, traduciéndose esto en un aumento al acceso de los bienes y servicios públicos por parte de las poblaciones vulneradas. Por su parte, para estos liberales, la gestión de los riesgos sociales no refiere a derechos, sino que cada quien es responsable de su propia situación. Es decir, asocian pobreza a la irresponsabilidad individual, a un déficit, una falta, una impericia propia para manejar los riesgos de la vida. En este esquema meritocrático, cualquier ayuda proveniente de las arcas estatales vendrá siempre acompañada de condicionalidades, generalmente referidas a la disposición a buscar un empleo, a capacitarse, tomar algún microcrédito, etc.
Los ciudadanos que rechazan al extranjero (al extranjero pobre; con el rico no tienen problema) no piensan en integrarlo. Le temen, y sospechan que viene a quedarse con alguna parte de las prebendas del Estado. Uno de los motivos es un mito profundamente inserto, alentado por los políticos de todos los palos. La vaga idea que hay unos "fondos", que se formaron con sus aportes de tiempo atrás, y que están guardados en algún lado. Temen el gobierno se los va a dar a los extranjeros.
Les resulta difícil asumir el hecho obvio que las buenas pensiones y beneficios sociales no tienen relación con aportes previos sino con la riqueza del país. Y a los grandes grupos económicos no les interesa aclararlo. A ver si les aumentan los impuestos...
Pero resulta que en esta Argentina amarilla también existen profesionales de la salud que se niegan a cobrarles a extranjeros.
Los trabajadores del Centro Oftalmológico Ernesto 'Che' Guevara de Córdoba comunicaron que no les cobrarán a los extranjeros que decidan atenderse en esta clínica, en el marco de la polémica desatada por la decisión del gobierno argentino de arancelar la atención médica y la educación universitaria de personas no residentes en el país.
"Esta institución pertenece al programa visual cubano Operación Milagro, el cual se basa en los valores del internacionalismo en salud y la solidaridad entre los pueblos. Defendemos la salud como derecho humanos para todos y todas", escribieron los profesionales en un cartel que pegaron en la entrada del centro médico.
"No cobramos ni cobraremos a nuestros hermanos de otros países", finalizaron, en medio de las negociaciones entre Argentina y Bolivia para avanzar en un intercambio de reciprocidad en la atención sanitaria para residentes de esos países.
Desde 2009, el Centro Oftalmológico Ernesto 'Che' Guevara ha realizado más de 7.000 cirugías de ojos gratuitas en el marco de la Operación Milagro, un programa de salud visual impulsado por Cuba y Venezuela, lanzado a través de la Alianza Bolivariana de Nuestra América (ALBA) en julio de 2004.
El proyecto regional tiene como objetivo erradicar en América Latina y el Caribe las cegueras prevenibles ocasionadas por cataratas y pterigión (una enfermedad que afecta a la conjuntiva y a la córnea del ojo).
La iniciativa ya se instaló en 15 países latinoamericanos, donde "se han operado a más de 3 millones de personas de forma completamente gratuita, de las cuales más de 50.000 son argentinas (36.000 se atendieron en Bolivia)".
A su vez, los médicos suelen realizar recorridas en los barrios más periféricos y humildes para identificar a pacientes de bajos recursos que puedan requerir una intervención.
La campaña en Argentina es implementada por la fundación Un Mundo Mejor Es Posible (UMMEP), y cuenta con el apoyo de universidades y sindicatos. Sin embargo, junto con Haití, son las únicas naciones que no se hacen cargo de mantener los centros, donados principalmente por Cuba.
"Nosotros atendemos a pacientes que no pueden pagar, son gente de pueblo que durante mucho tiempo han tenido patologías que pueden ser resueltas fácilmente, sin embargo por problemas de distancia o materiales no han alcanzado a resolverlas", enfatizó Aleida Guevara, hija del 'Che', la principal propulsora de la apertura de la clínica en la capital cordobesa.
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