La Ciudad de Buenos Aires se ha jactado de ser la ciudad con mayor cantidad de teatros de Latinoamérica y probablemente del mundo. Los porteños se han enorgullecido de la calidad de los espectáculos que se presentan en sus innumerables salas y de las características de excelencia de las mismas. Y no es para menos, Buenos Aires ha sido y es, al menos por ahora, un faro cultural en el mundo entero.
Sin embargo los últimos años han sido bastante oscuros para todo aquel que pretenda ejercer algún tipo de acción cultural en la ciudad, sobre todo si ha pretendido hacerlo por fuera de los circuitos comerciales establecidos.
En Buenos Aires proliferan los centros culturas independientes. Los vecinos los montan. Se juntan unos amigos con inclinaciones por las artes, alquilan una vivienda y lo ponen en marcha. Allí se pueden ver obras de teatro, escuchar conciertos de rock o folclore o tomar clases para aprender a bailar tango o hacer tai chi chuan. Pero desde que el Pro gobierna Buenos Aires ha cerrado centros culturales indiscriminadamente, por presunta falta de seguridad. Enumerar la cantidad de lugares cerrados o clausurados por el Macrismo sería interminable. Sólo en 2014 se cerraron por lo menos 65 centros culturales (que fueron informados y se estima que fueron muchos más) con excusas de cualquier tipo.
Las clausuras se tornaron en algo habitual. Esto nos lleva a replantearnos como sociedad el concepto de cultura que se está poniendo en juego en este proceso, si el de la libre expresión de nuestra identidad o el que está cargado de interés empresarial.
Sin embargo los últimos años han sido bastante oscuros para todo aquel que pretenda ejercer algún tipo de acción cultural en la ciudad, sobre todo si ha pretendido hacerlo por fuera de los circuitos comerciales establecidos.
En Buenos Aires proliferan los centros culturas independientes. Los vecinos los montan. Se juntan unos amigos con inclinaciones por las artes, alquilan una vivienda y lo ponen en marcha. Allí se pueden ver obras de teatro, escuchar conciertos de rock o folclore o tomar clases para aprender a bailar tango o hacer tai chi chuan. Pero desde que el Pro gobierna Buenos Aires ha cerrado centros culturales indiscriminadamente, por presunta falta de seguridad. Enumerar la cantidad de lugares cerrados o clausurados por el Macrismo sería interminable. Sólo en 2014 se cerraron por lo menos 65 centros culturales (que fueron informados y se estima que fueron muchos más) con excusas de cualquier tipo.
Las clausuras se tornaron en algo habitual. Esto nos lleva a replantearnos como sociedad el concepto de cultura que se está poniendo en juego en este proceso, si el de la libre expresión de nuestra identidad o el que está cargado de interés empresarial.
El PRO accedió al gobierno en el año 2007 e inmediatamente dejó ver cuál iba a ser su política en materia de cultura.
La Ciudad de Buenos Aires contaba con un amplio circuito de Centros Culturales en los barrios establecidos en escuelas donde se realizaban una gran cantidad de cursos y talleres gratuitos donde asistían miles de porteños de todas las edades, desde niños hasta ancianos.
Entre las primeras medidas que el gobierno del PRO tomó fue decretar el cierre de casi la totalidad de los centros, dejando solamente unos pocos. Durante todos éstos años, muchos de los centros culturales independientes que existen en la Ciudad fueron perseguidos. El cierre de los Centros Culturales dejó a miles de ciudadanos sin posibilidad de acceder a la cultura.
El siguiente paso se inició aproximadamente en el año 2010 y consistió en la persecución, clausura y cierre de numerosos Centros Culturales, milongas y clubes de música. Amparados en una normativa el Gobierno de la Ciudad, a través de la Oficina Gubernamental de Control, salió a la caza de cuanto Centro Cultural, milonga, bar cultural, peña y club de música que encontrara en su camino.
Ya en el año 2009 se habían cerrado, desalojado o quitado asistencia a varios espacios de cultura popular; el Centro Cultural y Social Almagro, Centro Cultural del Sur, Centro Cultural 20 de la Asamblea de Flores, Casa Zitarrosa, El Sexto Kultural, la fábrica IMPA Ciudad Cultural, Casa de la Cultura Compadres del Horizonte, La Huerta Orgazmika y el Centro Cultural La Sala y el Grupo de Cine Libre de Parque Rivadavia son solamente algunos ejemplos de una política salvaje en contra de la cultura popular. Posteriormente, incluso hemos asistido al cierre temporal de algunos de los espacios culturales más importantes de la ciudad, como Konex, el Café Vinilo y el CAFF.
A fines del año 2014 se aprobó la Ley de Centros Culturales pero mientras se debatía su votación las clausuras siguieron. La nueva norma abarca la incorporación de la figura de los centros culturales dentro del Código de Habilitación y modifica el Régimen de Planeamiento Urbano local. Asimismo, incluye un listado de actividades permitidas en los centros culturales y un régimen tributario especial para aquellas entidades que funcionen sin fines de lucro.
Luego de la sanción de la Ley de Espacios Culturales la situación no ha variado ni un ápice. La Agencia Gubernamental de Control se mueve como una fuerza de choque que no atiende razones, no brinda asesoramiento y solamente se asegura de que cada visita a un centro cultural, bar, milonga o peña tenga como resultado una clausura.
Las malas lengüas dicen que lo único que buscan los paladines de la transparencia es recaudar, coima mediante, para que los Centros Culturales hostigados puedan trabajar en paz. Como la "protección" de las mafias, y queda más que claro que el tema de la corrupción no le interesa a nadie...
Así surgieron distintas asociaciones que buscar parar el abasallamiento de la cooltura Pro contra la cultura verdadera: Abogados Culturales, Meca (Movimientos de Espacios Culturales y Artísticos), ATACA (Asamblea de Trabajadores Autoconvocados de Cultura de la Argentina)
Si reflexionamos sobre la situación que se está produciendo, no debemos olvidar que en estos espacios se da gran parte de la actividad cultural de la ciudad, en la que muchos ciudadanos participan como forma de autodescubrirse, identificarse, expresarse, entre otras cosas. De esta manera, es la libre expresión de la identidad de una sociedad la que está en juego y debe ponerse en discusión. La propia comunidad es la que se define en estos espacios que necesitan seguir cumpliendo su rol para que la cultura siga manteniéndose viva.
Marioneta Macri, Larreta (actual responsable del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) y la ideología de derecha en general, aunque esté disfrafrazada de muy Pro, en realidad odian todo lo que tenga un aire de independencia, de autogestión, con la Cultura Libre. Como decía un cabezón ayer en un comentario, ellos creen que la cultura son Violetta, Tan Biónica, Ricky Martin, Tinelli y las multitudes que mueven y los millones que generan.
La Cultura NO se Clausura
A continuación, una entrevista del 2014 a Claudio Gorenman, uno de los impulsores de la Ley de Centros Culturales y de la movilización "La Cultura NO se Clausura"...
La Ciudad de Buenos Aires contaba con un amplio circuito de Centros Culturales en los barrios establecidos en escuelas donde se realizaban una gran cantidad de cursos y talleres gratuitos donde asistían miles de porteños de todas las edades, desde niños hasta ancianos.
Entre las primeras medidas que el gobierno del PRO tomó fue decretar el cierre de casi la totalidad de los centros, dejando solamente unos pocos. Durante todos éstos años, muchos de los centros culturales independientes que existen en la Ciudad fueron perseguidos. El cierre de los Centros Culturales dejó a miles de ciudadanos sin posibilidad de acceder a la cultura.
El siguiente paso se inició aproximadamente en el año 2010 y consistió en la persecución, clausura y cierre de numerosos Centros Culturales, milongas y clubes de música. Amparados en una normativa el Gobierno de la Ciudad, a través de la Oficina Gubernamental de Control, salió a la caza de cuanto Centro Cultural, milonga, bar cultural, peña y club de música que encontrara en su camino.
Ya en el año 2009 se habían cerrado, desalojado o quitado asistencia a varios espacios de cultura popular; el Centro Cultural y Social Almagro, Centro Cultural del Sur, Centro Cultural 20 de la Asamblea de Flores, Casa Zitarrosa, El Sexto Kultural, la fábrica IMPA Ciudad Cultural, Casa de la Cultura Compadres del Horizonte, La Huerta Orgazmika y el Centro Cultural La Sala y el Grupo de Cine Libre de Parque Rivadavia son solamente algunos ejemplos de una política salvaje en contra de la cultura popular. Posteriormente, incluso hemos asistido al cierre temporal de algunos de los espacios culturales más importantes de la ciudad, como Konex, el Café Vinilo y el CAFF.
A fines del año 2014 se aprobó la Ley de Centros Culturales pero mientras se debatía su votación las clausuras siguieron. La nueva norma abarca la incorporación de la figura de los centros culturales dentro del Código de Habilitación y modifica el Régimen de Planeamiento Urbano local. Asimismo, incluye un listado de actividades permitidas en los centros culturales y un régimen tributario especial para aquellas entidades que funcionen sin fines de lucro.
Luego de la sanción de la Ley de Espacios Culturales la situación no ha variado ni un ápice. La Agencia Gubernamental de Control se mueve como una fuerza de choque que no atiende razones, no brinda asesoramiento y solamente se asegura de que cada visita a un centro cultural, bar, milonga o peña tenga como resultado una clausura.
Las malas lengüas dicen que lo único que buscan los paladines de la transparencia es recaudar, coima mediante, para que los Centros Culturales hostigados puedan trabajar en paz. Como la "protección" de las mafias, y queda más que claro que el tema de la corrupción no le interesa a nadie...
Así surgieron distintas asociaciones que buscar parar el abasallamiento de la cooltura Pro contra la cultura verdadera: Abogados Culturales, Meca (Movimientos de Espacios Culturales y Artísticos), ATACA (Asamblea de Trabajadores Autoconvocados de Cultura de la Argentina)
NUEVA CLAUSURA Y MAS PERSECUCIÓN PRO:Centro Cultural El Surco
Anoche, inspectores de la AGC del Gobierno de la Ciudad volvieron a clausurar el Centro Cultural El Surco.
Se trata de la tercera clausura que sufrimos en lo que va de 2016 y, al igual que en los casos anteriores, fue realizada en una clara actitud persecutoria. La misma que desde hace años lleva adelante el PRO contra los espacios culturales y artísticos independientes y que, en los últimos meses, se ha intensificado notablemente.
Desde el Centro Cultural El Surco decimos ¡Basta de persecución! ¡Basta de Clausuras recaudatorias!
Si reflexionamos sobre la situación que se está produciendo, no debemos olvidar que en estos espacios se da gran parte de la actividad cultural de la ciudad, en la que muchos ciudadanos participan como forma de autodescubrirse, identificarse, expresarse, entre otras cosas. De esta manera, es la libre expresión de la identidad de una sociedad la que está en juego y debe ponerse en discusión. La propia comunidad es la que se define en estos espacios que necesitan seguir cumpliendo su rol para que la cultura siga manteniéndose viva.
Marioneta Macri, Larreta (actual responsable del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) y la ideología de derecha en general, aunque esté disfrafrazada de muy Pro, en realidad odian todo lo que tenga un aire de independencia, de autogestión, con la Cultura Libre. Como decía un cabezón ayer en un comentario, ellos creen que la cultura son Violetta, Tan Biónica, Ricky Martin, Tinelli y las multitudes que mueven y los millones que generan.
La Cultura NO se Clausura
A continuación, una entrevista del 2014 a Claudio Gorenman, uno de los impulsores de la Ley de Centros Culturales y de la movilización "La Cultura NO se Clausura"...
Pasa lo siguiente: Para un gobierno neoliberal lo mas peligroso que hay, es que exista personas que piensen y con poder de autodeterminación, mas peligroso es aun que estas personas se junten y formen grupos comunitarios que difundan esas ideas subversivas.
ResponderEliminarLo que el neoliberalismo necesita son personas como LTA, dóciles, manejables y fieles al sistema, para ello es necesario embrutecerlo y aislarlo al individuo. Todo lo contrario que sucede en los centros culturales, clubes y demás eventos comunitarios.
Por eso es necesario para este sistema capitalista salvaje, cerrar todos los centros clandestinos de pensamiento subversivo comunistarojopunzo, como museos y centros culturales y crear una psicosis de miedo e inseguridad, para que las personas se queden guardadas en sus casas y no salgan.
Me redondeaste la idea perfectamente... a veces me falta terminar de rodondear y cerrar el tema. Gracias!
EliminarY en cuanto a ese aislamiento de cada persona, el capitalismo se vale de los adelantos tecnológicos: ¿para qué salir de la casa? uno tiene todo lo que necesita en Internet, en Netflix, podés ver un video o un recital en casa, para qué salir al frío y... ¡con toda la inseguridad que hay! ¿para qué juntarse con gente si está Facebook, Twitter y todas las redes sociales? Si tenés el celular y el Whatsapp. Y si te aburrís tenés la Play. En fin, todo está destinado a que la gente se quede en su casa.
Pero siguen estando esos desubicados que salen, encima se juntan, y encima abren un lugar para que se junten otros!!!! ESO ES SUBVERSIVO PARA ESTE SISTEMA!!! Y bueno, hay que cerrarlo... naturalmente
Queremos dedicar este dialogo (entre El Cuchi y Moe) a nuestro fiel seguidor LTA.
EliminarAh! Ese facho que sigue nuestras pelotudeces?... pobre, no debe tener nada que hacer.
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