Tercer disco en estudio de Renaissance. Un discazo sinfónico con la maravillosa voz de Annie Haslam y las ya clásicas incorporaciones de música académica de la banda. ¡Un imperdible cabezón!
Artista: Renaissance
Artista: Renaissance
Álbum: Turn of the Cards
Año: 1974
Género: Progresivo Sinfónico
Duración: 40:54
Nacionalidad: Inglaterra
Año: 1974
Género: Progresivo Sinfónico
Duración: 40:54
Nacionalidad: Inglaterra
Lista de Temas:
1. Running Hard
2. I Think of You
3. Things I Don't Understand
4. Black Flame
5. Cold Is Being
6. Mother Russia
1. Running Hard
2. I Think of You
3. Things I Don't Understand
4. Black Flame
5. Cold Is Being
6. Mother Russia
Alineación:
- John Tout / Teclados
- Annie Haslam / Voz principal
- Jon Camp / Bajo, voz
- Terence Sullivan / Batería, percusiones, voz
- Michael Dunford / Guitarras acústicas, voz
Y Jimmy Horowitz / Arreglos para orquesta
- John Tout / Teclados
- Annie Haslam / Voz principal
- Jon Camp / Bajo, voz
- Terence Sullivan / Batería, percusiones, voz
- Michael Dunford / Guitarras acústicas, voz
Y Jimmy Horowitz / Arreglos para orquesta
En Turn of the Cards, Renaissance avanza en la construcción de su sonido sinfónico orquestal, mezclado con canciones más "típicas": breves, bonitas. La idea de voltear las cartas tiene que ver con la intención de descifrar lo incógnito, pero cuando la ponemos en el contexto de la estupenda carátula diseñada por Hipgnosis, nos encontramos con que se trata de cartas del tarot (diseñadas por Joe Petagno, artista que trabajó en las carátulas de discos de varias bandas), por lo que no solo es cosa de descifrar sino también de conocer el destino. Como en los discos anteriores, las letras de las canciones son de la poeta Betty Thatcher. Asimismo, en dos de los temas se incorporan composiciones de autores clásicos o académicos: la impresionante introducción de piano del primer tema. "Running Hard", es adaptación de una obra del compositor francés (y héroe de guerra contra los alemanes) Jehan Alain y "Cold Is Being" (track 5) es el famosísimo "Adagio" de Albinoni (o atribuído a él), convertido en canción. Mientras "I Think of You" y "Cold Is Being" son canciones cortas de tipo tradicional, el resto de los temas son mini suites de entre 7 y 10 minutos, con todas las características del mejor rock progresivo sinfónico.
"Running Hard" es una mini suite en la que contrasta la intensidad dramática de la introducción al piano de Alain, con una rítmica alegre y en tonos mayores que cobija un poema sobre el paso del tiempo: la carrera loca que a veces hacemos hacia lo que fue, esa nostalgia que no nos deja porque no la dejamos. Tiene una orquestación sinfónica completa y un puente instrumental tremendo. Los arreglos corales y el lujo de voz de Haslam son notables.
"I Think of You" es una bonita balada romántica, sobre guitarra acústica, que da espacio para el lucimiento vocal de Haslam y la incorporación de los demás instrumentistas.
La sigue una tremenda continuación de lo que apareció primero, pero esta vez en tonos menores, que vuelve a un tema ya abordado en el disco anterior: las cosas que no podemos entender. La música es enérgica, destaca el bajo de Jon Camp (una constante de Renaissance es el poderoso bajo de este músico), y la canción se desarrolla hacia la experimentación armónica, las pausas, los cambios de ritmo y un puente instrumental en el que la voz de Haslam llega a alturas insospechadas, como instrumento, haciendo una especie de scat que termina en coro polifónico. El piano vuelve a ser protagonista en el centro de la suite y viene un cambio radical para abrir paso nuevamente a la voz, que comienza unos diálogos fabulosos con el bajo mientras va creciendo la orquestación. Lo que empezó como la reflexión sobre lo que no entendemos, termina en la firme voluntad de tratar de entender.
El inicio de "Black Flame" recuerda "The Harbour", por el uso de la guitarra acústica punteada. Sobre ella el bajo va desarrollando una melodía, luego acompañada por el piano para dar paso a la voz: un estupendo poema de Thatcher sobre la incomprensión, la angustia, la confusión.
La sigue la adptación del "Adagio" de Albinoni, hecha sobre órgano de tubos y grabada de tal manera que la voz tiene un eco catedralicio. Pero no a todo el mundo le gusta que la melodía mágica de Albinoni se convierta en palabras de una canción sobre la tristeza, la soledad, el cansancio la oscuridad. Estoy de acuerdo en que la música original puede traernos esos sentimientos, pero quizás no era necesario ponerle letra.
El cierre es la estruendosa "Mother Russia", basada en la vida y la obra del disidente ruso Alexandr Soljenitzin, autor del famoso Archipiélago Gulag, el libro que dio a conocer en Occidente las atrocidades del régimen soviético: "Castigado por sus pensamientos escritos, muriendo de hambre por su fama / trabajando ciegamente, construyendo barracas, un número por nombre / su sangre fluye congelada sobre la nieve". La música es totalmente sinfónica, con orquesta completa, con subidas y bajadas, instrumentación compleja, ¡una joya! que hace de este disco un verdadero imperdible cabezón.
Decía César Inca en Manticornio:
En Rockfloyd:
Wikipedia:
Bruce Eder en Allmusic:
Progject en Sputnik Music:
Gordon Fletcher de Rolling Stone:
Una reseña de Real Gone que no se deja copiar, acá
La página del disco en ProgArchives tiene una lista bien larga de reseñas.
Y unos videos pa' probar, empezando con una versión en vivo de "Mother Russia"
Y "Black Flame" en una reunión reciente de la banda (2013)
"Running Hard" es una mini suite en la que contrasta la intensidad dramática de la introducción al piano de Alain, con una rítmica alegre y en tonos mayores que cobija un poema sobre el paso del tiempo: la carrera loca que a veces hacemos hacia lo que fue, esa nostalgia que no nos deja porque no la dejamos. Tiene una orquestación sinfónica completa y un puente instrumental tremendo. Los arreglos corales y el lujo de voz de Haslam son notables.
"I Think of You" es una bonita balada romántica, sobre guitarra acústica, que da espacio para el lucimiento vocal de Haslam y la incorporación de los demás instrumentistas.
La sigue una tremenda continuación de lo que apareció primero, pero esta vez en tonos menores, que vuelve a un tema ya abordado en el disco anterior: las cosas que no podemos entender. La música es enérgica, destaca el bajo de Jon Camp (una constante de Renaissance es el poderoso bajo de este músico), y la canción se desarrolla hacia la experimentación armónica, las pausas, los cambios de ritmo y un puente instrumental en el que la voz de Haslam llega a alturas insospechadas, como instrumento, haciendo una especie de scat que termina en coro polifónico. El piano vuelve a ser protagonista en el centro de la suite y viene un cambio radical para abrir paso nuevamente a la voz, que comienza unos diálogos fabulosos con el bajo mientras va creciendo la orquestación. Lo que empezó como la reflexión sobre lo que no entendemos, termina en la firme voluntad de tratar de entender.
El inicio de "Black Flame" recuerda "The Harbour", por el uso de la guitarra acústica punteada. Sobre ella el bajo va desarrollando una melodía, luego acompañada por el piano para dar paso a la voz: un estupendo poema de Thatcher sobre la incomprensión, la angustia, la confusión.
La sigue la adptación del "Adagio" de Albinoni, hecha sobre órgano de tubos y grabada de tal manera que la voz tiene un eco catedralicio. Pero no a todo el mundo le gusta que la melodía mágica de Albinoni se convierta en palabras de una canción sobre la tristeza, la soledad, el cansancio la oscuridad. Estoy de acuerdo en que la música original puede traernos esos sentimientos, pero quizás no era necesario ponerle letra.
El cierre es la estruendosa "Mother Russia", basada en la vida y la obra del disidente ruso Alexandr Soljenitzin, autor del famoso Archipiélago Gulag, el libro que dio a conocer en Occidente las atrocidades del régimen soviético: "Castigado por sus pensamientos escritos, muriendo de hambre por su fama / trabajando ciegamente, construyendo barracas, un número por nombre / su sangre fluye congelada sobre la nieve". La música es totalmente sinfónica, con orquesta completa, con subidas y bajadas, instrumentación compleja, ¡una joya! que hace de este disco un verdadero imperdible cabezón.
Decía César Inca en Manticornio:
Si para RENAISSANCE, "Ashes are Burning" supuso la concreción de su madurez estilística, "Turn of the Cards" encarnó el primer pináculo de dicha madurez en lo referente a la explotación de sus inquietudes fastuosas, así como en lo referente a la solidez de su propia ideología progresiva. La cohesión performativa alcanzada en este punto por RENAISSANCE tiene como punto neurálgico a los aportes del teclista John TOUT (preferentemente en el piano) a la hora de realzar el acento estilizado de las composiciones del guitarrista Michael DANSFORD. Y qué decir del canto refinado y entusiasta de la gran dama Annie HASLAM, quien se apropia de las letras de los temas con el sello tan distintivo de su clase. Aunque no se le suele mencionar mucho, cabe también destacar la labor del bajista John CAMP, cuyo carácter y sentido melódico nos recuerda bastante a los de Chris SQUIRE.
‘Running hard’, todo un clásico de la banda, abre el disco con un tenor épico contundente y llamativo. Los motivos principales, tan floridos y juguetones como son, hallan un anticipo más que apropiado en la ágil introducción de piano a cargo de TOUT. Tras una bonita balada bucólica como es ‘I think of you’, el asunto fastuoso es retomado en ‘Things I don’t understand’, aunque esta vez la dosis de solemnidad es menor que en el tema de apertura. ‘Things I don’t understand’ tiene una aureola más intimista en comparación, aunque los motivos portan un similar tenor florido. HASLAM brilla a su antojo, a veces de forma muy lucida, otras de una manera más medida, según lo exija el momento. ‘Black flame’, una semi-balada rebosante en líneas melódicas sobrias y texturas evocativas, destaca como una gema con valor propio dentro de este repertorio. Le ha sido difícil destacarse en un disco que tiene a ‘Running hard’ y ‘Mother Russia’ en su formato, pero todas las grandes bandas progresivas tienen canciones de este tipo, joyas musicales que, por razones caprichosas, se ven opacadas por otras. Las cualidades más sobresalientes de ‘Black flame’ se basan en el modo tan delicado que el bajo y los teclados van poco a poco aunándose en diálogos con los arpegios de guitarra, hasta que con la entrada de HASLAM el tema adquiere su prestancia definitiva. ‘Cold is being’ se basa en un Adagio de Tomaso ALBINONI con letra de Betty THATCHER (poetisa habitual de la banda), haciendo que RENAISSANCE establezca una suerte de paralelo con la faceta más académica de un PROCOL HARUM. Y bueno, hasta que llegamos al tema de cierre, ‘Mother Russia’ – un canto épico, un canto de lamento frente a las fuerzas de la opresión que imponen su esquema sobre las voluntades de los individuos. TOUT reitera su protagonismo crucial, contando con la orquesta como un aliado esencial a la hora de desarrollar y completar el dramatismo inherente a la partitura. Ese toque de dramatismo también está presente en el breve pero conmovedor tarareo que emite HASLAM en una parte del interludio. ‘Mother Russia’ es, con mucha justicia, un clásico inapelable del grupo, y puesto en perspectiva, una declaración de principios respecto a la línea de trabajo que habrán de continuar en su siguiente álbum "Scheherazade and Other Stories".
Un gran disco es "Turn of the Cards", en verdad – RENAISSANCE plasmó en él varios de sus momentos más arquetípicos, y por eso mismo debe ser considerado como un referente inapelable del progresivo sinfónico.
En Rockfloyd:
Como ya dije en mis anteriores artículos dedicados a esta excelsa banda, hay tres álbumes de Renaissance que son de obligada escucha para todo aquel que busque hacerse con una discografía como tiene que ser, y son: Ashes are Burning, Scheherazade and Other Stories y, por supuesto el que comentamos hoy, Turn of the Cards, álbum grabado en 1974. Se trata de una trilogía que, junto a su doble álbum en directo Live at Carnegie Hall conforman un corpus de rock progresivo de los que hay-que-tener-obligatoriamente.
Cada vez que hablo de Renaissance hago un exceso de adjetivos relacionados con belleza pero es que quién haya escuchado todos o alguno de estos discos, creo que me dará la razón.
Hoy, sin más, he vuelto a escuchar Turn of the Cards después de mucho tiempo y os aseguro que, en más de un momento he tenido que volver al comienzo en más de una canción alucinando de lo que estaba escuchando. Han habido momentos que casi se me saltan las lágrimas escuchando pasajes de inenarrable belleza y me remito al ejemplo de Things I don't Understand o Mother Russia, momentos en los que como en el resto de sus obras antes mencionadas, me producen un estado emocional sublime. Ya me contaréis vuestro estado cuando escuchéis la voz de Annie Haslam. Por cierto, tened cuidado con esta voz, podéis caer en un estado de eterno enamoramiento de esta cantante. Mejor os atáis a un poste cuando la escuchéis para no caer en la perdición.
Sencillamente, y ya para acabar, una obra para el alma. Inenarrable.
Wikipedia:
Turn of the Cards is the fifth studio album by the British progressive rock band Renaissance, released in 1974. It was the last Renaissance studio album to include excerpts from existing classical pieces.
In the UK, this was the very first release (BTM 1000) on Miles Copeland's fledgling label, BTM Records (British Talent Managers). In 1977, after releasing a total of 10 albums, including 2 more by Renaissance (BTM 1006: Scheherazade and Other Stories, and the double LP, BTM 2001, Live at Carnegie Hall), the label folded due to bankruptcy.
The cover picture features Warwick Castle. The first BTM UK pressings had an alternate back cover, with a moody close-up portrait of Annie Haslam framed in one of the 'cards'. Later pressings, and in the US, a rather bland picture consistent in style and size with the other members portraits were added.
"Things I Don't Understand" was founder member Jim McCarty's last contribution to the band. "Running Hard" quotes a melodic phrase first used in "Mr. Pine" from the Illusion album, as well as the piece "Litanies" by French composer Jehan Alain. The music to "Cold Is Being" is taken entirely from "Adagio in G minor" (attributed to Tomaso Albinoni) and, contrary to the album credits, was not composed by Michael Dunford; it was, however credited in the back notes ("Thanks to Jehan Alain for the opening piece of RUNNING HARD and Albinoni for COLD IS BEING"). "Mother Russia" is cited by Jon Camp as being a case where he made major compositional contributions without being credited for them.
Some credits on the original album were later inexplicably cropped: "Many thanks to Miles Copeland, Julian, Shirley" had originally read, "Many thanks to Miles Copeland, Julian, Shirley, Richard and Natalie Halem."
Bruce Eder en Allmusic:
The third album by this incarnation of Renaissance was a match for their previous success, Ashes Are Burning, with equally impressive performances and songwriting and a few new musical twists added. The songs here fit more easily into a rock vein, and the prior album's folk influences are gone. Turn of the Cards rocks a bit harder, albeit always in a progressive rock manner, and Jon Camp's bass and Terence Sullivan's drums are both harder and heavier here, the bass (the group's only amplified instrument) in particular much more forward in the mix. This change works in giving the band a harder sound that leaves room for Jimmy Horowitz's orchestral accompaniments, which are somewhat more prominent than those of Richard Hewson on the prior album, with the horns and strings, in particular, more exposed. Annie Haslam is in excellent voice throughout, and finds ideal accompaniment in Michael Dunford's acoustic guitar and John Tout's piano. The writing team of Dunford and Betty Thatcher also adds some new wrinkles to the group's range -- in addition to progressive rock ballads like "I Think of You," they delivered "Black Flame," a great dramatic canvas for Haslam and Tout, in particular; and "Mother Russia" is a surprising (and effective) move into topical songwriting, dealing with the plight of Alexander Solzhenitsyn and other victims of Soviet repression (you had to be there in the 1970s to realize what a burning issue this was). And then there were the soaring, pounding group virtuoso numbers like "Things I Don't Understand," which managed to hold audience interest across nine or ten minutes of running time.
Progject en Sputnik Music:
First working with an orchestra on Ashes are Burning, Renaissance further expanded on their classic style with Turn of the Cards, their fifth album overall and third with their best line-up. The group are known as one of the very few in progressive rock who successfully integrated a classic ensemble in their sound, able to make band and orchestra work as a seamless whole.
Ashes was already a really good symphonic progressive album, particularly standing out because of Annie Haslam’s beautiful voice, applied to its full effect in the vocal leads and harmonies. Turn of the Cards followed the same path, but the similarity between the two was anything but disappointing. Renaissance’s next record featured lengthier and more complex tracks, filled to the brim with beautiful melodies and grandiose symphonic arrangements. If anything, it is more balanced than both its predecessor and Scheherazade and Other Stories, which would follow after.
The music is driven first and foremost by John Tout’s classical-inspired piano playing and the crystal-clear, pitch-perfect voice of the inimitable Haslam. Her spectacular vocals add a compelling beauty to Renaissance's sweeping, romantic soundscapes, and Turn of the Cards contains some of her best performances, at turns commanding and soothing. Grand piano and acoustic guitar remained at the core of the group’s sound, with drums and electric bass being the only traditional rock elements still present. Apart from his leading role on the acoustic, Michael Dunford had already played an important part as composer for the band, even though he only became an official member from this recording onwards. Bass player Jon Camp’s work is comparable to that of Chris Squire, but without Yes’ self-indulgence. Terrence Sullivan rounded out the formation on drums.
Most of the compositions show a blend of classical music with amounts of jazz, pop, folk and rock, worked into one cohesive offering and uniquely enhanced by the orchestra. The interplay between musicians is terrific, and the overall result not overly bombastic. The truly symphonic instrumentals within the longer songs are all arranged orchestral parts. There is no room for soloing or jam sessions here; everything is carefully arranged.
Renaissance had a lot of talent in both the writing and performing department. Turn of the Cards represents another evolutionary step for them, mostly in terms of arrangement, dynamics and production. The pieces flow naturally from start to finish, encompassing melodious singing and vivid instrumentals in a continuous wave of crescendo and lull. If Prologue created the formula and Ashes are Burning defined the template, then here is where the band found the spark of creativity that lasted throughout their next couple of albums.
Highlight opener Running Hard is often considered one of Renaissance's greatest songs. It is the first to include a lengthy piano intro (something which would return more strongly on Scheherazade), and home to intricate, yet accessible vocal harmonies. Things I Don’t Understand has an absolutely haunting first section, with a powerful melody and choral effects, almost sounding like mellotron; later on, Haslam demonstrates her lyricism and exceptional vocal harmonization.
Black Flame is another magnificent composition, one that’s actually too short for its own good. Its brilliance builds from the interaction between keyboards and bass, with the guitar arpeggios soon entering the spectrum, and ultimately, Haslam completing the sonic palette. The record’s best piece is however Mother Russia. While not diverting from a standard structure, it is executed exceedingly well and has a strong sense of purpose. The mood is more sombre, and heavier in tone than anything else on the album.
Turn of the Cards proved that Renaissance could develop the symphonic sound they created to further and even greater results. Together with the preceding Ashes are Burning, the album led the band towards a wider audience, and easily stands among their strongest efforts. The mysterious and ethereal nature of their music is a perfect fit for Annie Haslam's angelic reverberations. After all, when you have a vocalist with the voice of an angel, all you need to do is play some great songs for her to sing.
Gordon Fletcher de Rolling Stone:
From its origins as a final resting place for fallen-by-the-wayside Yardbirds, Renaissance has evolved into a band proficient at early classical rock. Annie Haslam is an amazing vocalist, with an unusually wide range and a comprehension of emotive manipulation which is awesome. The Michael Dunford-Betty Thatcher writing team consistently produces strong material, and the production is such that Renaissance seems able to summon the gist of a thousand years' experiences at the snap of their finger. Nevertheless, the band lacks the virtuoso instrumentalists necessary to place their superior compositions on a popular par with those of Yes, EL&P and other giants in their field -- limiting Renaissance to the level of development classical rock knew in 1970. Within that restriction Turn of the Cards is a knockout, but one can't help get the feeling that time is passing this band by.
Una reseña de Real Gone que no se deja copiar, acá
La página del disco en ProgArchives tiene una lista bien larga de reseñas.
Y unos videos pa' probar, empezando con una versión en vivo de "Mother Russia"
Y "Black Flame" en una reunión reciente de la banda (2013)
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ResponderEliminarEspectacular CalleNep! Un disco ideal para terminar otra semana llena de discos maravillosos!
ResponderEliminarY me lo llevo! Gracias!!! :)
Que lo disfrutes Moe!
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