
Y seguimos tanto con la saga de lo mejor de Brasil como de los discos de Hermeto, ahora la emprendemos con un trabajo impulsado por sus tendencias vanguardistas, profundizando experimentos con la música del Nordeste del Brasil y la cosmología popular brasilera, incluyendo además una buena cantidad de poesía. El eclecticismo e irreverencia que Hermeto imprime acá funciona como un supositorio de creatividad para el tradicionalismo pedante y el convencionalismo armónico en todas sus variantes, acá se mezclan las atonalidades, ritmos sincopados, las polirritmias, lo experimental, la música étnica, lo cinematográfico, llevando su energía mucho más allá del jazz, y mucho más allá de la música brasilera convencional, en un territorio que solo puede describirse como propio de Hermeto... ¿Samba jazz experimental?
Artista: Hermeto Pascoal
Álbum: Zabumbê-bum-á
Año: 1979
Género: Jazz rock / Jazz fusión
Duración: 36:56
Nacionalidad: Brasil
Año: 1979
Género: Jazz rock / Jazz fusión
Duración: 36:56
Nacionalidad: Brasil
Otro gran disco de Hermeto Pascoal, que empezó a hacer discos realmente buenos a finales de los 70 y principios de los 80. Sí, uno de los pocos artistas que tiene buenos discos de los 80.
Uno de los discos más reconocidos y, paradógicamente, más difíciles de conseguir del maravilloso albino mágico.
Este disco salió después de "Slaves Mass", considerada como la gran obra de Hermeto, y es distinto a esa obra maestra, quizás más psicodélico y con tintes religiosos, y tiene además una canción hermosísima como San Jorge, de la cual no tengo mucha data.
Como introducción al disco, les dejo el párrafo que aparece en la parte de atrás de la tapa:
"A música pelo músico, sem experiências nem vanguardas, apenas música sentida nota por nota, formando arranjos nos quais os instrumento, num só tempo, convivem e são individualmente explorados, escute."Ahora bien, reseña en castellano del disco no hay, no encontré, y yo no voy a hacerla, pero les dejo en cambio una completa historia del disco y algunos comentarios en portugués, más algún video para que escuchen ¿qué más quieren?
El mundo de la música instrumental nunca volvió a ser el mismo desde que Hermeto Pascoal surgió con su estilo único y genial de la música de alta calidad que extrae de artefactos como azadas, hoces, botellas, hachas, hervidores, juguetes de plástico, cuencos y hasta registra piados y gruñidos de animales.Virgínia Barbosa
Autodidacta, Hermeto trataba siempre de investigar, estudiar y experimentar nuevos sonidos de los elementos más inusuales. Se dice que, en una determinada ocasión, metió cinta adhesiva en las teclas del piano para conseguir sacar de ello el mismo sonido que emite un pájaro, y que era común en él llevar animales adentro de su estudio de grabación para utilizarlos en sus producciones musicales.
Este polinstrumentista (toca piano, saxo alto, batería, melódica, flauta, guitarra, contrabajo, bombardino, acordeón), reconocido internacionalmente, escribe partituras incluso para la Sinfónica de Alemania, es un brasileño, nordestino, de origen humilde. Nació en Lagoa de Canoa, municipio de Arapiraca, estado de Alagoas, el 22 de junio de 1936. Vino de una familia de pequeños labradores y sólo no tuvo el mismo destino por ser albino (aquel que tiene albinismo, en otras palabras, el individuo o animal que es incapaz de fabricar un pigmento denominado melanina, del griego melan, negro, que da color a la piel y la protege de la radiación ultravioleta tanto del Sol como de cualquier dispositivo artificial; los albinos tienen dificultad de ver en lugares muy claros y pueden sufrir quemaduras por radiación solar con gran fácilidad).
Desde muy temprana edad demostró que tenía aptitudes musicales: ya con ocho años tocaba flauta y acordeón. A los once, Hermeto y su hermano mayor, José Neto, su socio musical, animaban forrós, ferias, bailes, casamientos y bautismos.
En 1950, con catorce años, su familia se mudó a Recife y junto con José Neto, comenzó a ganar dinero tocando acordeón en programas de las radios Tamandaré y Jornal do Commercio. Después de Recife, se mudó a la ciudad de João Pessoa para trabajar en la Rádio Tabajara como integrante de la Orquestra do Maestro Gomes (1958). No pasó mucho tiempo hasta que Hermeto viajó a Rio de Janeiro incentivado por su hermano. En la Ciudad Maravillosa, tocaba en la Rádio Mauá y, en ese período, aprendió a tocar piano. Su trayectoria artística nacional incluyó también la ciudad de São Paulo (1961) donde formó el Grupo Som Quatro y, más tarde (1964), el Sambrasa Trio (en el cual tocaba piano al lado de Airto Moreira, en la batería y Humberto Claiber, en el bajo). En esa época, perfeccionó su práctica en flauta y participó, como flautista, del disco Caminhos, de Walter Santos (compositor, violinista y cantante baiano que siempre valorizó la participación de excelentes músicos y maestros en sus producciones musicales).
En 1965, entró en el grupo Trio Novo, que pasó a ser Quarteto Novo con la participación de Hermeto. El grupo tenía propuestas nuevas, mezclando ritmos nordestinos con arreglos sofisticados de jazz y en él participaban: Airto Moreira, Théo de Barros, en el bajo, y Heraldo do Monte, en la guitarra. Este grupo, que fue figura de la música instrumental brasileña, grabó apenas un disco (1967) y en él se encuentra la primera composición de Hermeto (O Ovo), clásico de la música instrumental. El grupo se deshizo (1969) con la ida de Airto que viajó a los Estados Unidos.
A principios de la década del 70, Hermeto fue a los Estados Unidos invitado por Airto Moreira que incluyó en uno de sus discos la Gaia de Roseira, canción con arreglo de Hermeto.
Según la crítica inglesa, la mejor canción del año, hecho que impulsó su reconocimiento artístico en el exterior. En Nueva York, se presentó en una audiencia selecta que incluía, entre otros, a Wayne Shorter (considerado uno de los más influyentes músicos del jazz moderno) y Miles Davis (trompetista americano, considerado por los críticos musicales como la “fuerza propulsora del jazz durante más de cuarenta años”). A Miles le gustó tanto lo que vio y escuchó que propuso la participación de Hermeto en un concierto en Washington D.C.
El resultado de este concierto fue el disco Live Evil, que trae dos composiciones de Hermeto, "Capelinha" (Little Church) y "Nem Um Talvez".
Hermeto volvió a Brasil en 1973 y lanzó su primer disco brasileño A Música Livre de Hermeto Pascoal. En él están incluidas las canciones Carinhoso (Pinxinguinha) y Asa Branca (Luiz Gonzaga). Vuelve a los Estados Unidos (1977) y graba el disco Slave Mass, elogiado por la crítica y considerado un hito de la música instrumental. En este disco, Hermeto cuenta con a participación de dos cerdos - que, según él, tuvieron cada uno su micrófono, y los cachês debidamente pagos.
Entre los años 1977 y 1988, Hermeto Pascoal participó de festivales nacionales e internacionales (São Paulo, Berlín y Montreaux), produjo y grabó discos, y su carrera artística se consolidó en el exterior, siendo aplaudido de pié en los festivales internacionales.
En la década del 90, rompe con las grabadoras y pasa casi ocho años sin lanzar discos. En ese período, se dedicó a la composición de canciones y a la creación de proyectos. En 1999, su vuelta al mercado discográfico se registró con el lanzamiento del disco Eu e Eles, por el sello Rádio MEC, donde él toca todos los instrumentos convencionales y los que él mismo inventa.
Se suele decir que la música de Hermeto Pascoal es indescriptible. Esto es esencialmente cierto, aunque encontrarás sus discos en la sección de "jazz", no siempre encaja cómodamente allí.
Y el siguiente texto es una guía de escucha de Hermeto, a ver que les parece:
Lo podés escuchar desde acá:
https://open.spotify.com/intl-es/album/62BT0ckrJPXXb3CCEkRryj
Entrar en el universo musical de Hermeto Pascoal es una experiencia en el sentido lato del término, un verdadero experimento que termina en aprendizaje que condiciona los conceptos estéticos del oyente. Se trata de un universo formado por ritmos como samba, frevo, baiao o forró, superpuestos a lo que solía llamarse fusión más ciertos conceptos musicales que remiten a los impresionistas, Berg, Boulez o un Zappa menos grave y hasta más festivo. Si este genio inclasificable (y pocas veces mejor utilizado el tópico) se dio a conocer internacionalmente al colaborar con Miles Davis en Live Evil, de 1970, para el que compuso dos temas, Little Church y Nem um talvez (que aparece firmado por Davis), llevaba ya años dando sobradas muestras de su talento. Para comprobarlo, el aficionado puede empezar por cuatro discos, el homónimo del Conjunto Som 4 (Continental, 1964), Em som maior, del Sambrasa Trio (Som Maior, 1965), el homónimo del Quarteto Novo (Odeón, 1967) y Brazilian Octopus (Fermata, 1969).Jonio González
El primero, en el que intervienen el propio Hermeto en piano y flauta, Papudinho en trompeta, Azeitona en contrabajo y Edilson en batería, fusiona jazz, bossa nova y samba. Los temas que lo componen pertenecen a pesos pesados de la música popular brasileña, como Baden Powell y Vinicius (Consolaçao), Tom Jobim (Inutil Paisagem), Carlos Lyra, Edu Lobo, Durval Ferreira, Marcos Valle o Moacir Santos, y es una buena muestra de lo que por entonces se cocía. Mejor muestra es, sin embargo, el disco del Sambrasa Trio, integrado por Hermeto, Humberto Claylor (uno de los mejores contrabajistas brasileños de su tiempo, que se doblaba en armónica) y Airto Moreira en percusiones varias. El repertorio es similar al anterior, con composiciones de Edu Lobo, Vinicius, Marcos Valle o Roberto Menescal, pero instrumentalmente es más rico y, además, Hermeto graba su primer tema, Coalhada, con un magistral solo de Claylor.
En cuanto al tercer disco, el multipremiado en su día del Quarteto Novo (Hermeto y Airto, más Theo de Barros en contrabajo y Heraldo do Monte en guitarra y viola nordestina), ya son palabras mayores. Nacidos para acompañar al cantante Geraldo Vandré (y escuderos de otros como Maria Medalha y Edu Lobo), a la consabida fusión de jazz y bossa (con temas del citado Lobo, Dori Caymmi, etc.) suman la música de su Nordeste natal, concretamente el baiao, que adquiere lo que suele llamarse “carta de ciudadanía” tanto en su propio país como internacionalmente y anuncia el futuro musical de Hermeto, que firma un par de temas antológicos, Canto geral y, especialmente, O Ovo. Con sus elaboradas texturas y cambios de clima se trata de uno de los discos más importantes de la música brasileña de todos los tiempos y de un enorme disco a secas.
Brazilian Octopus probablemente sea el disco más raro que grabó Hermeto en su vida. Encabezado por el pianista Cidio Bianchi (que había colaborado con Milton Banana y a quien algunos llegarían a considerar una suerte de nuevo Sergio Mendes) e integrado entre otros por Alemao Stocker (autor de un himno generacional como O Caderninho) y Lanny Gordin, se trataba de un grupo eminentemente comercial que mezclaba pop con música cubana, temas de Edu Lobo y versiones semitropicalistas de la Pavana de Fauré. El disco es casi inconseguible, pero vale la pena cierto esfuerzo (aunque, ya puestos, quizá sea preferible dedicar éste a hacerse con los registros de Som Imaginário).
Tras sus colaboraciones a comienzos de los años setenta con Miles Davis, Duke Pearson y Airto Moreira, su etapa estadounidense produce dos discos, Hermeto (Buddah, 1972) y Slaves Mass (Warner, 1976), acompañado de músicos de la talla de Joe Farrell, Thad Jones, Joe Newman, Ron Carter o Hubert Laws en el primero, Hugo Fattoruso, Laudir de Olivera, Alphonso Johnson o Raul de Souza en el segundo. En el primero, con orquestaciones que recuerdan por momentos a Gil Evans, Hermeto multiplica los climas, los contrapone, aniquila y resucita, yendo de lo etéreo a lo macizo, o viceversa. En el segundo, uno de los discos más populares de nuestro hombre, tal vez, nos sume en el desconcierto al interrumpir la más sutil melodía para internarse en terrenos próximos al free, yendo constantemente de la improvisación libre al samba y del samba a la fusión en collages que incluyen coros angelicales, gritos, llanto, risa y chillidos de cerdos, literalmente. Entropía en constante movimiento, como ha escrito el crítico Eduardo Hojman.
Entre uno y otro de los discos anteriores encontramos otra obra clave de O Bruxo, como se lo conoce: A Música Livre de Hermeto Paschoal [sic] (Sinter, 1973). Primer disco a su nombre editado en Brasil, acompañado por músicos de la calidad (y el cuasianonimato) de los saxofonistas Mazinho y Bola, por mencionar dos, Hermeto ofrece lo que se espera de él: riesgo, sorpresa, belleza (ahí están Asa branca oCarinhoso, de Pinxinguinha), sobre todo en una composición que podría definirse como su ars poetica: Gaio da Roseira. Con sus múltiples atmósferas, sus quiebros inesperados, desconcertantes, turbadores, sus voces grabadas, manipuladas y empleadas como instrumentos, nos hallamos ante una suerte de sinfonía de la libertad.
Tras este puñado de obras maestras (con Hermeto la expresión puede utilizarse sin miedo a exagerar), el oyente que todavía quiera más puede recurrir a una serie de auténticas joyas que llevan por título Zabumbé-bum-á (Warner, 1979), Cérebro magnético (Warner, 1980) Hermeto Pascoal & Grupo (Som da Gente, 1982), Só Não Toca Quem Não Quer (Som da Gente, 1987), Per diferentes caminhos (Som da Gente, 1989) y Festa dos deuses (Warner, 1992). En ellos el Brujo demuestra, una vez más, que para él todos los sonidos son músicas, de un manojo de llaves a los ladridos de un perro (que dista, por fortuna, de ser el de Steve Marriott grabado por Pink Floyd en Meddle) pasando por la ejecución, a veces en un mismo tema, de más de diez instrumentos (Suite Paulistana), o por solos de piano cargados de evocaciones múltiples que suponen encuentros entre el folclore, el jazz y la llamada música contemporánea de raíz europea, en una amalgama tan bella como literalmente mágica (Fale mais um pouquinho, por mencionar un tema), que la experiencia que propone al oyente a través de su inventiva rítmica, melódica y armónica no tiene límites, que todo es musicalmente posible, que el free puede hermanarse con el forró y en el camino convertirse en fusión o, sencillamente, jazz (versionando Round Midnight, por ejemplo), que la melancolía, el humor y la alegría que destilan temas como O gaio do airan(con canto de gallo incluido) o Pensamento positivo, con su manipulación de la voz humana, surgen de la misma alma a la que dan forma.
Para la etapa final de Hermeto nos quedamos con Mundo verde esperança (Selo Rádio, 2003) y Chimarrao com rapadura (Tratore, 2006). En el primero, acompañado de la Itiberé Orquestra Familia, entre otros, incluidos su hermano Elisio y su hijo Fabio, Pascoal ofrece composiciones de gran dinamismo que llevan su sello inconfundible y se encuentran entre las más logradas de su fructífera carrera, como Taiane o Celso. En el segundo, un disco a dúo con su actual esposa, Aline Morena, el genio estrábico da más preponderancia que en otras obras a la parte visual y, como es normal en él, se atreve con todo, desde el tango (Divina na milonga) hasta Kein Wort, el aria del acto segundo de La flauta mágica. Por cierto, entre los múltiples instrumentos que Hermeto y Aline tocan deben incluirse la puerta del estudio de grabación (él) y el vestido de frascos de yogurt con sombrero de castañuelas (ella), lo que sin duda contribuye (aunque no determina) el que su música no sólo hechice sino que cree adicción.
Lo podés escuchar desde acá:
https://open.spotify.com/intl-es/album/62BT0ckrJPXXb3CCEkRryj
Lista de Temas:
A1. Sâo Jorge
A2. Rede
A3. Pimenteira
A4. Suite Paulistana
B1. Santo Antonio
B2. Alexandre, Marcelo E Pablo
B3. Suite Norte, Sul, Leste, Oeste
B4. Susto
B5. Mestre Mará
A1. Sâo Jorge
A2. Rede
A3. Pimenteira
A4. Suite Paulistana
B1. Santo Antonio
B2. Alexandre, Marcelo E Pablo
B3. Suite Norte, Sul, Leste, Oeste
B4. Susto
B5. Mestre Mará
Alineación:
- Hermeto Pascoal / arrangements, piano, clavinet, acoustic guitar, flutes, keyboards, saxophones, vocals and percussion
- Cacau / flute and saxophones
- Jovino Santos Neto / keyboards, clavinet and percussion
- Antônio Celso / guitars and mandolim
- Itiberê Zwarg / bass
- Nenê / drums, percussion and keyboards
- Pernambuco / percussion
- Zabelê / vocals, percussion and acoustic guitar
Mauro Senise / flute and saxophone
Hermeto Parents (Seu Pascoal & Dona Divina) / vocals
- Hermeto Pascoal / arrangements, piano, clavinet, acoustic guitar, flutes, keyboards, saxophones, vocals and percussion
- Cacau / flute and saxophones
- Jovino Santos Neto / keyboards, clavinet and percussion
- Antônio Celso / guitars and mandolim
- Itiberê Zwarg / bass
- Nenê / drums, percussion and keyboards
- Pernambuco / percussion
- Zabelê / vocals, percussion and acoustic guitar
Mauro Senise / flute and saxophone
Hermeto Parents (Seu Pascoal & Dona Divina) / vocals
Aqui estuvieron bien. Pimenteira, saaaaaben.-
ResponderEliminarMuchas gracias por este disco tan bueno y tan difícil de conseguir.
ResponderEliminarThis record captures me from the very first second. What a wonderful masterpiece, a truly original piece of art. Many thanks for your work.
ResponderEliminarThis music is sheer, pure beauty, "alien beauty" (Stockhausen) radiating from a faraway, inaccessible place we call truth.
ResponderEliminarEste disco lo compré el 26/06/1980, así que hace 35 años que lo estoy disfrutando....
ResponderEliminarLa vieja gritando Santo Antoooonio! (increible). A mí me hubiese fascinado estar durante la grabación.
Este álbum es un documental poético-musical. Otro álbum documental más de estilo etnográfico es Polkas de mi Tierra del Chango Spasiuk.