Y seguimos con la obra del maestro Hammill, en una realización que para los amantes de Hammill les va a llevar luz a sus corazones, esto es poesía y música en estado puro, una impresión que te queda en tu inconsciente, esto es belleza, un disco verdaderamente conmovedor, un Hammill cantando en la cúspide de sus posibilidades, texto de referencia que se usa en Facebook. "In Camera" es un disco importantísimo en la carrera de Peter Hammill. Aunque el ex-líder de Van Der Graaf Generator ya había grabado algunos discos en solitario tras la disolución del grupo, éste fue el primer álbum que grababa verdaderamente en solitario. Un enorme disco, tan grande como oscuro y triste, pero hermoso y bello como pocos.
Artista: Peter Hammill
Álbum: In Camera
Año: 1974
Género: Progresivo ecléctico
Duración: 47:34
Nacionalidad: Inglaterra
En los tiempos en que Van der Graaf Generator se tomaba una pausa, Hammill, siempre prolífico aprovechaba para hacer crecer su bagaje musical solista, a menudo empleando los servicios de sus compañeros de grupo, ahora como sesionistas, aunque en este caso solamente esté Guy Evans. Entre 1971 y 1980 surgieron discos memorables como "Fool’s Mate", "The Chameleon in the Shadow of the Night", "The Silent Corner and the Empty Stage", "Nadir's Big Chance", "Over" y este "In Camera", que establecieron la huella característica de esta otra faceta de su obra: Peter hablaba de romances fallidos, de dudas existenciales, del paso del tiempo, de las contradicciones de la religión, de las trampas del mundo del rock, matizando las canciones más densas con dulces plegarias amorosas. El cuerpo total de su música en esa primera década solista es fascinante y desbordante a la vez: a Hammill no se lo escucha como música de fondo: su voz, su música, sus letras exigen un compromiso igual al que él invierte en cada disco.
Este cuarto disco de estudio es un obra muy acústica, pero también muy oscura, casi tenebrosa, impregnada de tristeza y depresión con un fuerte protagonismo de los sintetizadores.
Y seguimos trayendo los discos que nos estaban faltando en nuestro catálogo, y no podrían faltar estos del maestro Hammill...
Y para empezar, qué mejor que traer el comentario de nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que nos deja su impresión sobre esta belleza de disco:
Pero por suerte tenemos más opiniones de esta obra, copio algunas, pero les aclaro que a todo el mundo le encanta...
Otro indispensable del blog cabezón!!!!
Lista de Temas:
1. Ferret and the Featherbird
2. (No More) the Sub-mariner
3. Tapeworm
4. Again
5. Faint-Heart and the Sermon
6. The Comet, the Course, the Tail
7. Gog
8. Magog (In Bromine Chambers)
Alineación:
- Peter Hammill / vocals, acoustic, 12-string & electric guitars, bass, ARP 2600 synth, Mellotron, piano, harmonium, arranger & producer
With:
David Hentschel / ARP synth programming, mixing
Chris Judge Smith / percussion & backing vocals (8)
Guy Evans / drums (3,7)
Paul Whithead / drums, percussion & (?) cello (8)
Artista: Peter Hammill
Álbum: In Camera
Año: 1974
Género: Progresivo ecléctico
Duración: 47:34
Nacionalidad: Inglaterra
En los tiempos en que Van der Graaf Generator se tomaba una pausa, Hammill, siempre prolífico aprovechaba para hacer crecer su bagaje musical solista, a menudo empleando los servicios de sus compañeros de grupo, ahora como sesionistas, aunque en este caso solamente esté Guy Evans. Entre 1971 y 1980 surgieron discos memorables como "Fool’s Mate", "The Chameleon in the Shadow of the Night", "The Silent Corner and the Empty Stage", "Nadir's Big Chance", "Over" y este "In Camera", que establecieron la huella característica de esta otra faceta de su obra: Peter hablaba de romances fallidos, de dudas existenciales, del paso del tiempo, de las contradicciones de la religión, de las trampas del mundo del rock, matizando las canciones más densas con dulces plegarias amorosas. El cuerpo total de su música en esa primera década solista es fascinante y desbordante a la vez: a Hammill no se lo escucha como música de fondo: su voz, su música, sus letras exigen un compromiso igual al que él invierte en cada disco.
Uno de los tres o cuatro mejores trabajos de Peter Hammill en mi opinión. Peter logra innovar en varios niveles, por ejemplo mediante los soundscapes de parte del álbum. Sus atmósferas góticas son prominentes y se obtienen debido a ello pasajes instrumentales verdaderamente asombrosos, la pieza Gog-Magog es de lo mejor que hizo el maestro en su extensa carrera y una de las mejores obras de la música moderna en general. El disco en su totalidad es brillante.Diego Ojeda
A decir verdad, junto a The Silent Corner, es de lo mejor que hizo no solo en los ´70 (su época más extraordinaria) sino que puso encauzar gran parte de sus ambiciones artísticas y visiones particulares sobre la existencia humana y los aspectos que ya venía trabajando con VDGG.
Este cuarto disco de estudio es un obra muy acústica, pero también muy oscura, casi tenebrosa, impregnada de tristeza y depresión con un fuerte protagonismo de los sintetizadores.
Y seguimos trayendo los discos que nos estaban faltando en nuestro catálogo, y no podrían faltar estos del maestro Hammill...
Y para empezar, qué mejor que traer el comentario de nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que nos deja su impresión sobre esta belleza de disco:
Este es mi disco favorito de Peter Hammill, basicamente porque en mi opinion es en In Camera donde se dan la produccion de sonido e instrumentacion lo suficientemente adecuadas para crear un trasfondo musical que complemente las delirantes ideas composicionales, liricas e interpretativas de Hammill, dando lugar a un ambiente de dramatismo lleno de exquisitez y sofisticacion.César Inca
Curiosamente, el disco comienza con una balada acustica eterea, Ferret and Featherbird, que data de los primeros tiempos de VDGG. Es como la calma que precede a la tormenta emocional que empieza a descargarse en (No More) The Submariner, un lamento sobre la renuncia a los sueños y aspiraciones que viene con la madurez, expuesto sobre una densa parafernalia de sintetizadores. La energia expresiva se mantiene con Tapeworm, que en clave netamente rockera expone un sonido bastante afilado en perfecto contrapunto con el furioso canto de Hammill. La cosa se pone un poco mas relajada con la balada romantica Again, que en clave acustica esboza un efectivo retrato de nostalgia por el ser amado que ya se fue. El extraño final de esta balada, una nota sostenida de guitarra slide en crescendo, da entrada a Faint-Heart and the Sermon (mi favorito de toda la carrera del Sr. Hammill), elaborado sobre cortinas y texturas de teclado, mellotron y sintetizador que le dan un tono fastuoso, entre lo sinfonico y lo gotico, semejante a lo que ya encontramos en el Pawn Hearts de VDGG, pero con la aspereza distante que habria poco despues de caracterizar a los dos primeros discos de la segunda etapa de la banda... pero esta referencia no nos debe sorprender, pues algunas porciones de Faint-Heart ya existian cuando VDGG aun no cancelaba su primera etapa, y ademas, paso a ser parte de su repertorio en la primera gira de su segunda etapa.
Con el siguiente tema, The Comet, The Course, The Tail, Hammill prosigue con la misma tonica meditativa, pero dando ahora mayor protagonismo a los rasgueos de guitarra acustica y electrica, centrandose en el tema de la relacion entre el yo y los otros. La dupla Gog / Magog cierra el disco con un desgarro emocional vertido en un clima sonoro de violencia apocaliptica. Según el Libro de Ezequiel, Gog es el caudillo que gobernara las fuerzas del Mal en el tiempo de la conflagracion final Hammill retrata la autoridad de este personaje en primera persona, sobre un fondo tetrico de organo, y una base ritmica consistente en mas de una bateria, creando un clima combinado de ritual tribal y urgencia marcial. Magog, por su parte, es una exhibicion de efectos de grabacion de elementos percusivos y electronicos, muy a lo krautrock, que durante casi 10 minutos nos traslada a una dimension que se cae a pedazos por causa de su putrefaccion: el breve soliloquio distorsionado electronicamente no tiene pierde, terrible y patetico a la vez.
En suma, este es uno de los discos donde Hammill muestra con mayor soltura buena parte de sus mas osadas inquietudes experimentales. La expresion de su mundo interior a traves de sus letras tambien adquiere tonos bastante dramaticos y diversos. Siento que no puedo elogiarlo todo lo justamente que merece; simplemente termino afirmando, como ya hice en un principio, que In Camera es mi disco favorito de la carrera solista de este gran creador, y posiblemente sea mi disco solista favorito de todos los tiempos.
Pero por suerte tenemos más opiniones de esta obra, copio algunas, pero les aclaro que a todo el mundo le encanta...
Despues de la edicion del que para mi es una de sus cuspides creativas a nivel compositivo The silent corner & the empty stage le siguio In camera. Ambos discos editados en el 74, epoca en la que las ideas fluian en el cerebro de Hammill casi de una forma imparable. Peter Hammill en los 70 se considero como un creador incansable y con una fuente de ideas casi inagotable. Ciertamente Hammill dejo el liston muy alto con su anterior trabajo, una autentica obra maestra y para mi unos de los discos mas alucinates e imprescindibles de la historia del rock (probablemente estara en mi top ten particular). Asi pues, Hammill se encontro ante la dificil situacion de igualar o mejorar su anterior obra. En In camera las unicas aportaciones de otros musicos corrieron a parte del bateria Guy Evans y Paul Whitehead en las percusiones. Hammill, de este modo, tambien se erigira como pionero en los musicos que gestionan sus obras casi en la mas absoluta soledad. De algun modo la figura de Hammill, como artista rompe los convenionalismos del mundo musical siempre unidos a los intereses de discograficas, y esta mas proxima a la de un pintor, que gestiona sus obras en su propio taller siempre atento a las idas y venidas de la caprichosa inspiracion. Pero las ambiciones de Hammill se pasean por otros horizontes, y conduce su musica a las cotas mas lindas del romanticismo trangresor que solo podia existir en la maravillosa e irrepetible decada de los 70.Jordi Boix
En el disco podemos encontrar temas con un corte mas intimista y delicado como Ferret and Featherbird, Again o The Comet, the course, the tail o Fant-heart and the sermon. Tres temas realmente fantasticos dominados por la sensibilidad tan propia de Hammill. (No more) The sub-mariner y Tapeworm exploran su lado mas salvaje y desgarrador. Y capitulo a parte merece el comentario de Gog/Magog, uno de los momentos creativos mas sorprendentes de Hammill. Sin duda un paseo por el lado mas visceral de Hammill con un organo inquietante. Uno de los momentos mas alocados del legado musical de Hammill. Las percusiones y la bateria acercan aun mas el tema al salvajismo y recupera de algun modo la musica mostrada en Pawn Hearts. A partir del minuto 7 (el tema dura unos 20) el tema se convierte en una especie de ambient caotico con percusiones y efectos sonoros varios. Un tema indescriptible que segun tu estado emocional te puede dar el billete directo al frenopatico mas proximo.
A nivel instrumental me parece por debajo del disco The silent corner & the empty stage, que hay que reconocer que fue toda una apuesta innovadora. Aunque In camera, teniendo en cuenta la calidad de su trabajo predecesor no podia tampoco suponer una muy gran decepcion. Momentos interesantes hay muchos y como en cualquier disco de Hammill de esa etapa, su audicion provoca un viaje en el que las emociones se sucederan. In camera de algun modo combina terrenos mas convencionales en la musica de Hammill (no se si es muy correcto utilizar este calificativo tratandose de Hammill) con otros mas atrevidos y trangresores como el tema Gog-Magog. Sin duda todo un universo para explorar.
Puntuacion: 8,5/10
In Camera es un disco importantísimo en la carrera de Peter Hammill. Aunque el ex-líder de Van Der Graaf Generator ya había grabado algunos discos en solitario tras la disolución del grupo, éste fue el primer álbum que grababa verdaderamente en solitario. Los otros discos eran, según él mismo reconoce, obras en que todavía buscaba su sonido en solitario, una especie de puente entre lo que hacía en Van Der Graaf Generator y los nuevos caminos que estaba explorando. De hecho eran obras con un sonido muy similar al de Van Der Graaf Generator, tanto por el tipo de composiciones (muchas estaban pensadas inicialmente para aparecer en un hipotético nuevo disco de la banda) como por el hecho de que los tres miembros restantes aparecían en ellos interpretando sus instrumentos. No digo esto como algo negativo, de hecho considero The Silent Corner and the Empty Stage una obra maestra y el mejor disco que he oído hasta ahora de Peter Hammill en solitario, pero sí como algo significativo.In the lap of the gods
De entrada, en In Camera, Hammill interpreta la mayoría de temas él solo (el único instrumento que tocan otras personas en el disco es la batería), lo que le da un sonido más personal. De hecho grabó buena parte del disco por su cuenta y luego pasó las canciones al estudio, lo cual era una práctica bastante inusual por entonces.
Pero no debe pensarse por ello que In Camera es básicamente un disco acústico, ya que de hecho es una obra muy oscura - casi tenebrosa diría yo - impregnada de tristeza y depresión con un fuerte protagonismo de los sintetizadores.
El tema inicial, la bonita "Ferret and Featherbird" es la única excepción, la única composición que arroja algo de luz y de optimismo, una canción intimista preciosa. Pero justo cuando acaba descubrimos que no irán por ahí los tiros al escuchar los sintetizadores de "(No More) The Sub-Mariner", una de las mejores composiciones del disco. Hammill, quien no debemos olvidar que es uno de los más grandes cantantes de la historia del rock - y eso no es discutible - suena poderoso y agresivo. Es una canción que de entrada intimida al estar dominada por esa voz y los sintetizadores.
"Tapeworn" es por otro lado lo más parecido que encontramos aquí a Van Der Graaf Generator aunque curiosamente, es la que menos me gusta del disco. Seguidamente nos topamos con otro de los breves interludios semi-acústicos, "Again", canción con la que le gusta acabar sus conciertos interpretándola a cappella (véase abajo).
Mi otro gran favorito del disco junto a "Ferret and Featherbird" es "Faint-Heart and the Sermon" (los títulos ya dan a entender mucho sobre las letras, sobre las que no me voy a detener pero que merecen ser leídas con calma). Ambos son muy similares al ser composiciones dominadas por la voz y los sintetizadores, pero para los que crean que Hammill usa esos sonidos para esconder una canción vulgar, la edición en CD del disco tiene una maravillosa sorpresa que justifica la existencia de los Bonus Tracks. Se trata de unas versiones en vivo de estos dos temas junto a otro de Van Der Graaf Generator interpretados a piano. Cuando uno escucha estas canciones en esta versión tan desnuda, queda patente que son dos composiciones maravillosas, y que de haber preferido grabarlas en un formato más convencional también serían de lo mejor de su repertorio. Recomiendo encarecidamente escuchar las dos versiones de cada una, ya que es uno de esos casos en que cada versión es complementaria y te aporta algo diferente a la otra.
Un ejemplo de las Peel Sessions en que interpreta este tema él solo a piano. Pelos de punta.
En el último tramo tenemos "The Comet, The Course and the Tail", un tema que se inicia de forma más tranquila y acaba volviéndose cada vez más furioso y que Peter interpreta muy a menudo en directo. Y por último, la sorpresa final: "Gog/Magog". Aquí ya Hammill directamente suena descontrolado y más agresivo que nunca cantando (¿o vociferando?) acompañado de un órgano y la batería. Se trata del tema más oscuro en un disco no especialmente ligero. Y para rematarlo, la parte de "Magog" son 10 minutos de música concreta. Para entendernos, nada de melodía, simplemente atmósferas y ruidos varios para deleite del espectador. Un cierre espectacular que demuestra que Peter en aquella época se atrevía con todo y podía ser muy transgresor casi sin proponérselo (porque lo interesante es que este tipo de composiciones suenan naturales en él, no como experimentos).
Un disco sumamente especial, algo espeso pero que vale mucho la pena. Sirva esta reseña para reivindicar a un grandísimo y olvidado compositor con una carrera demasiado interesante como para no ser recordada más a menudo.
PD: por cierto, la portada me encanta.
Otro indispensable del blog cabezón!!!!
Lista de Temas:
1. Ferret and the Featherbird
2. (No More) the Sub-mariner
3. Tapeworm
4. Again
5. Faint-Heart and the Sermon
6. The Comet, the Course, the Tail
7. Gog
8. Magog (In Bromine Chambers)
Alineación:
- Peter Hammill / vocals, acoustic, 12-string & electric guitars, bass, ARP 2600 synth, Mellotron, piano, harmonium, arranger & producer
With:
David Hentschel / ARP synth programming, mixing
Chris Judge Smith / percussion & backing vocals (8)
Guy Evans / drums (3,7)
Paul Whithead / drums, percussion & (?) cello (8)
Barrilete cósmico!!
ResponderEliminarYa no me queda ninguna duda acerca de Peter Hammill, es el mejor músico del siglo XX. Su música en conjunto (tanto en su tremendamente original trabajo en VDGG como en su extraordinaria faceta solista) es un verdadero tratado de la naturaleza humana, abarcando todos los tópicos posibles, y abordando cada uno de ellos con una sensibilidad, seriedad y profundidad de un nivel supremo. Peter ha ido escribiendo a lo largo de más de 50 años de carrera sobre temas literarios, científicos, sociales, políticos, filosóficos, y un sin fin de escrituras de enorme calado emocional. Sus temáticas se conjugan con una amplia variedad de sensaciones que van desde la nostalgia, el amor y la soledad, hasta la incertidumbre del devenir humano, la unión fraternal de padres e hijos, hasta atmósferas y sentimientos lúgubres relacionados íntimamente con la claustrofobia el suspenso y una ambientación gótica donde se expresa más perfectamente el terror. Su obra global representa los límites de la existencia general, el cosmos y y la individualidad, donde todos los elementos narrativos y musicales construyen un universo de inagotable creatividad.
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