Si Jauretche viviera y escribiera el "Manual de Zonceras Argentinas" en el día de hoy, tendría que hacer una enciclopedia de demasiados tomos. Cuando tengo algún ratito disponible (que son muy pocos) a veces me engancho con las respuestas a nuestras notas publicadas en el Facebook, donde trato de hacer notar a algunos la poca lógica que generalmente tienen las fraces hechas (generalemente lanzadas desde los medios y las redes sociales) que algunos repiten como loros, sin pensarlas pero creyéndolas ingenuamente. Aquí, una nota que le prometí a Pablo Augusto Sznajdleder, que viene repitiendo eso de que apoya al Sr. Tijeras Macri porque cambió el rumbo de Argentina para que no llegue a ser Venezuela (ojo que no voy a hablar de "Venezuela" en sí porque es un tema que me supera, en todo caso puedo hablar de la construcción que los medios hacen de Venezuela). Primero, que el rumbo autoritario de los amarillos es lo que más se parece a un gobierno dictatorial como dicen los medios que es Venezuela, y por otro lado, ni políticamente o económicamente Argentina estuvo ni cerca de orientarse a tratar de ser algo parecido a nuestro hermano país, pero fue uno de los cuentos chinos que le funcionó tan bien al relato amarillo, engatusando a tanto ingenuo (digamos boludo) que los llevó a la Casa Rosada. Hasta hay una nota publicada en el portal financiero internacional Boomberg que hace referencia a los más destacados esloganes del relato macrista ("Brotes verdes", "Plan B", "Lluvia de inversiones", etc.) que ahora se confrontan con la dura realidad ante el deterioro acelerado de la gestión. Una historia de cómo muchos se fanatizan con infiernos imaginarios y salvadores con salvavidas de plomos.
Esta nota deriva de esta conversación, disponible en el Facebook del blog cabezón.
Maravillosa nota que describe ala perfección la campaña permanente de Macri-Pro-Cambiemos que a través de sus medios convencieron y convencen a diario a millones de argentinos de haber logrado algo improbable y que nunca pasó. El condicional contrafáctico llevado a su máxima expresión.
Un presente que ni Gabriel García Marquez hubiera imaginado con comunicadores de esta realidad Narnia que nos cuesta tanto a todos.
Una nota imperdible que podrás leer completa aquí.
Esta nota deriva de esta conversación, disponible en el Facebook del blog cabezón.
Pablo Augusto Sznajdleder Eso te gustaría. Pero, por dos años más; y luego por otros cuatro: a comeeeeerlaaBueno, la nota no se llamaba "El Encantador de Elefantes" sino "El Espantador de Elefantes", pero lo que vale es la intención. Y la nota en cuestión viene a continuación.
Cabeza de Moog Los que nos la comemos somos todos los millones de argentinos que tenemos que soportar esta lacra en el poder. Bueno, a joderse porque votaron semejante enjendro. Pero yo que vos no estaría tan contento con un gobierno que hizo exactamente lo contrario de lo que prometió y nos está llevando a la ruina. Y para que sepas, vos y tu descendencia también se la están comiendo, al igual que todos.
Pablo Augusto Sznajdleder Cabeza de Moog estamos destinados a comérnosla sólo por el hecho de ser argentinos. Pero, como vos decís, prefiero que el gobierno nos lleve a la ruina y no que nos lleve a Venezuela.
Cabeza de Moog la verdad, yo no puedo creer que haya gente que sea crea tan al pie de la letra las pavadas y los relatos de los poderosos. Nunca Argentina estuvo ni cerca, ni soñando, de llegar a ser Venezuela porque principalmente aquí nunca hubo un modelo ni similar al generado en Venezuela, y como seguro te referís al gobierno de CFK y del kirchnerismo en general, debo decirte que el modelo era básicamente uno basado en un capitalismo con cierta mirada "social", totalmente opuesto al sistema cuasi socialista (según tengo entendido) de Venezuela. No se puede repetir todas las gansadas que te llegan, repetirlas sin pensar, sin analizarlas. En definitiva, lo que estás diciendo es una pelotudez en mayúscula y es lo que dicen muchos (por lo que se nota que es una estupidez impuesta por alguien). Mirá, te voy a dedicar una nota titulada "El encantador de elefantes" y que justamente habla de cómo se impuso ese mito estúpido a pesar de ser totalmente irreal.
"Cambiemos es nuestro espantador de elefantes. Aún entre sus entusiastas, el gobierno de Mauricio Macri es más valorado por lo que supuestamente logró evitar que por lo que consiguió implementar. Como explicó hace unos días Diego Santilli, vicejefe de gobierno de la CABA, retomando una tenaz letanía oficialista: "A Macri se lo recordará como el presidente que salvó a Argentina de ser Venezuela"."
Maravillosa nota que describe ala perfección la campaña permanente de Macri-Pro-Cambiemos que a través de sus medios convencieron y convencen a diario a millones de argentinos de haber logrado algo improbable y que nunca pasó. El condicional contrafáctico llevado a su máxima expresión.
Un presente que ni Gabriel García Marquez hubiera imaginado con comunicadores de esta realidad Narnia que nos cuesta tanto a todos.
Una nota imperdible que podrás leer completa aquí.
El espantador de elefantesRinconet
De chico, mi madre solía contarme la historia del espantador de elefantes. Era un hombre que recorría las calles de Manhattan chasqueando los dedos y que explicaba, cada vez que le preguntaban por qué lo hacía, que era “para espantar elefantes”. Cuando le señalaban que en Manhattan no hay elefantes, él contestaba: “¡Justamente!”, y se alejaba satisfecho por haber probado la importancia de su labor.Cambiemos es nuestro espantador de elefantes. Aún entre sus entusiastas, el gobierno de Mauricio Macri es más valorado por lo que supuestamente logró evitar que por lo que consiguió implementar. Como explicó hace unos días Diego Santilli, vicejefe de gobierno de la CABA, retomando una tenaz letanía oficialista: "A Macri se lo recordará como el presidente que salvó a Argentina de ser Venezuela".Entre los electores de Cambiemos están quienes lo eligieron para terminar con la larga noche kirchnerista y resultaron satisfechos en sus expectativas: efectivamente, CFK ya no gobierna. Para esos ciudadanos, como bien lo señala el sociólogo Ignacio Ramírez, haber frenado al kirchnerismo sigue siendo el mayor logro del presidente, una promesa cumplida que por ahora apuntala su entusiasmo oficialista. Pero también están quienes, como el vicejefe de gobierno porteño, consideran que íbamos directo hacia alguno de los múltiples infiernos inminentes, aunque siempre esquivos, denunciados durante años por nuestros medios serios. Íbamos a ser Venezuela, Cuba, Norcorea o cualquier país que el denunciante detestara o simplemente desconociera. Estos electores también fueron satisfechos en sus expectativas: no somos Venezuela, ni Cuba ni tampoco Norcorea. Si en 12 años, el kirchnerismo no logró transformarnos en esos destinos inexorables fue por impericia más que por falta de voluntad. Al parecer, los kirchneristas eran más inútiles que satánicos.Según el diagnóstico que repetían los actuales funcionarios de Cambiemos cuando todavía eran opositores, los subsidios incrementaban el déficit a un nivel explosivo; pero luego descubrimos que no sólo aquel déficit monstruoso era falso, según las propios cálculos del actual ministerio de Finanzas, sino que desde que el gobierno empezó a reducir los subsidios, el déficit aumentó.Por otro lado, el kirchnerismo buscaba implementar un feroz control sobre los medios, casi stalinista; por eso durante los dos mandatos de CFK, éstos apenas podían tratarla de chorra, asesina o bipolar mientras que hoy, liberados de esa terrible censura, pueden alabar al presidente en total libertad mientras que los periodistas menos amigables buscan un lugar en youtube o facebook.El kirchnerismo quería también controlar a la Justicia, pero ningún opositor fue encarcelado sin condena durante sus años de gobierno mientras que hoy ese procedimiento se ha transformado en la regla: lo padecen desde Milagro Sala hasta Julio De Vido o Luis D’Elía, pasando por el empresario Cristóbal López, quién conoce un rigor judicial por deudas fiscales que ninguno de sus colegas en similar situación, como Bartolomé Mitre o Héctor Magnetto, conoció jamás. Incluso la ex presidente tiene un pedido de desafuero del Senado por una guerra imaginaria.Los infiernos inminentes aunque esquivos son los elefantes de Manhattan, la contraparte necesaria para que valoremos a un espantador como Cambiemos. No es seguro que puedan compensar la falta de éxitos económicos hacia las mayorías pero al menos permiten que nuestros medios serios se sigan explayando sobre aquello que ya no seremos.
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