Grabado y producido en 1977, recién salió al mercado en 1992 gracias a la tecnología digital. El grupo sueco Dice logró con este postergado "disco debut" crear una de las sorpresas discográficas más interesantes dentro de la tradición sinfónica setentera – "The Four Riders of the Apocalypse" es un disco que comprime la fastuosidad épica de ELP, la energía de Focus y la estilizada complejidad de Trace en una unidad sonora bastante efectiva. Por supuesto, los teclados imprimen el sello y marcan el paso del grupo, cargando con el planteamiento y el desarrollo de las líneas melódicas y orquestaciones sobre las que se basan los motivos de los cuatro temas. Con todo, cabe señalar que la guitarra sabe hacerse notar con sus precisos riffs y bien armados solos. Cada uno de éstos se basa en un respectivo Jinete del Apocalipsis, tal como indica el concepto del título. La historia de esta pieza progresiva es muy larga, teniendo en cuenta que el grupo estuvo trabajando lentamente pero con perseverancia en ella desde inicios de los 70s, cuando Larsson y Strandberg firmaron el grupo bajo la inspiración de The Nice, ELP, Yes y otros clásicos del prog sinfónico. Aunque ya tenían compuesto el material en 1973, recién pudieron registrarlo en 1977, tal como dijimos al principio.
Edición
César Mendoza
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Rockarte
‘War’ comienza con una solemnidad muy a lo Beethoven, antes de adentrarse en ambientes claroscuros y compases mayormente marciales, además de la inclusión de pasajes más joviales. ‘Disease’ tiene un carácter un poco más ligero en comparación, yendo más hacia lo lírico, aunque siempre con cambios de ritmo y motivo inesperados. El veloz motivo en 7/8 que emerge en la segunda mitad porta un gancho climático bastante peculiar. ‘Greed’ sigue a continuación, erigiéndose como la pieza más explosiva del disco, así como el mejor ejemplo del estilo progresivo del grupo. Los motivos son amables y claramente pronunciados, pero ciertamente las vibraciones extrovertidas del tema y sus infaltables cambios de ambiente sirven para que, en conjunto, la pieza adquiera una buena dosis de polenta. En fin, ‘Death’ cierra el disco con un tenor inicialmente fúnebre, acorde con la idea del título. Tras este réquiem sigue una danza diabólica (‘Dance of the Devils’) que se desplaza raudamente por lo oscuro y áspero, incluso citando al ‘Larks’ Tongues in Aspic Part II’ de KC por algunos instantes. La cosa se aligera un poco con un solo de sintetizador a lo Bardens y unos fraseos de guitarra que citan al ‘In the Mood’ de Glenn Miller, pero se trata sólo de una distracción momentánea. Al final las cosas viran hacia climas más etéreos, efectivamente marcados por el mellotron, en clara alusión al descanso eterno celestial de quienes saldrán bendecidos tras el Apocalipsis.
“The Four Riders of the Apocalypse” es un ítem de colección valioso para los melómanos de arraigado corazón sinfónico. Dice se revela como un grupo bastante importante para el sinfonismo escandinavo.
“The Four Riders of the Apocalypse” es un ítem de colección valioso para los melómanos de arraigado corazón sinfónico. Dice se revela como un grupo bastante importante para el sinfonismo escandinavo.
César Mendoza
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