#Músicaparaelencierro. Resubida de esta joya que nos manda Raúl Fantin a través de la lista de correos, para escuchar otra vez este concierto inolvidable del gran creador del nuevo tango. Raúl lo presenta así: "Corría el año 1987, y el gran Astor Piazzolla brindaba un concierto inolvidable en el Central Park de Nueva York; soberbiamente grabado por el sello audiófilo Chesky Records, y editado en 1997" e incluye una buena reseña de Kurt Keefer (más abajo).
El Mago Alberto nos recuerda un disco que tenemos publicado hace tiempo del gran Astor, ahora con el genio haciendo estragos en yankilandia en un concierto memorable junto a la Orquesta de St. Luke's. Con ustedes, una joyita del nuevo tango en tierras extranjeras.
Artista: Astor Piazzolla
Álbum: The Central Park Concert
Año: 1987
Género: Tango / Tango fusión
Duración: 70:08
Nacionalidad: Argentina
Artista: Astor Piazzolla
Álbum: The Central Park Concert
Año: 1987
Género: Tango / Tango fusión
Duración: 70:08
Nacionalidad: Argentina
Este poderoso concierto fue grabado en vivo en la ciudad de Nueva York el 6 de septiembre de 1987. Piazzolla tocaba con su mejor conjunto: un quinteto compuesto por él mismo en bandoneón, Pablo Ziegler en piano, Fernando Suárez Paz en violín, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica y Héctor Console en el bajo. Piazzolla toca algunos de sus mejores materiales, aproximadamente la mitad de las superficies de Tango: Zero Hour, por ejemplo. También aparecen dos de las piezas más paradigmáticas de Piazzolla : "La Camorra", con sus momentos alternados de ritmos de baile tensos y atmósfera espeluznante, y "Verano Porteño", con sus ritmos bailadores. El concierto se cierra con "Concierto Para Quinteto", una de esas piezas largas de unPiazzolla que visita muchos estilos y estados de ánimo, casi muchas épocas. Sería muy fácil perder el hilo de una composición tan épica en directo, pero el quinteto lo mantiene unido admirablemente. La grabación en vivo es de una calidad sorprendentemente alta; hay un eco apropiado y el equilibrio es casi perfecto. La audiencia es completamente discreta, inaudible excepto cuando aplaude. Y los instrumentos son muy claros, sobre todo cuando los músicos sacan de ellos esos "zings" y "pops" que tanto amaba Piazzolla . Para alguien nuevo en su trabajo, los "efectos especiales" de esta grabación pueden ser una revelación. También hay una maravillosa pista hablada, con Piazzollahablando de sí mismo, del tango y del misterioso bandoneón. Este álbum es un lugar maravilloso para comenzar - o terminar - con este carismático compositor de música de nuevo tango. (Reseña de Kurt Keefner)
* * *
En 1987 viaja a Estados Unidos y graba en vivo en el Central Park junto a la Orquesta de St. Luke's, dirigida por Lalo Schifrin, el Concierto para Bandoneón y Tres Tangos para Bandoneón y Orquesta.
Esta es una presentación registrada en la ciudad de Nueva York por la segunda encarnación del quinteto del señor Piazzolla. Frente a un público masivo, se dice que para Piazzolla fue una reivindicación histórica: la ciudad donde pasó su infancia, donde quedó subyugado por la música de Bach y el jazz y donde fracasó en 1958, finalmente le presta atención a su música.
Un muy buen sonido para un concierto en el que se interpreta mucho de "Zero Hour" y "La Camorra". Se presenta el propio Piazzolla en inglés, español e italiano, y muy suelto de cuerpo comenta que el bandoneón nació en Alemania, en una iglesia, con la idea de crear un "órgano portátil", pero les resultó tan difícil de tocar a los alemanes, que tuvo que cruzar el océano y hacerse tango. Ja, me resultó muy gracioso.
Tremendo disco en vivo del genio Astor. La formación no podría ser mejor: aparte de Astor, Pablo Ziegler en piano, Fernando Suarez Paz en violín, Horacio Malvicino en guitarra (ya había tocado con Astor en el Octeto Buenos Aires, y en otros quintetos) y Héctor Console en contrabajo.Darklord
Creo que esta fue una de las grandes encarnaciones del Quinteto, acaso la formación definitiva para ejecutar la música compuesta por Piazzolla.
Temas. Grandes clásicos: una enorme y conmovedora versión de "Verano Porteño"; "Lunfardo" te lleva aceleradamente a alguna esquina porteña de principios de S.XX. A continuación, dos grandes composiciones: "Milonga del Ángel" y su eterna melancolía porteña que te llega hasta el fondo del alma, y la "violenta" "Muerte del Ángel", de la que hay infinidad de versiones y variaciones, y en la que siempre queda demostrado que el ensamble y la química entre los músicos era simplemente perfecto, y donde siempre resulta sorprendente escuchar que tan intensa puede llegar a ser la música de Astor tocada en vivo.
¿Intensidad? Escuchá "La Camorra" y no vas a poder creer que esto sea "nuevo tango", porque está más cerca de tener esa actitud rockera que contagia todo lo que se le atraviesa. Después, y para calmarse un poco (y calmar a quien escucha), el Quinteto te ataca con la tristeza y la desolación de "Mumuki", y te vuelve a sorprender; para cuando entra el bandoneón de Astor a los 3'52, ya te falta el aire, y Suarez Paz te termina de dar la estocada final, para que mueras de tristeza con el hermoso sonido de su violín.
Y así, de a poco, me voy quedando sin palabras...pero antes aparece una de las mejores versiones de uno de los grandes clásicos de Astor, compuesto en honor a su padre (que acababa de morir), "Adios Nonino". Después de este tema, el disco podría terminar y no haría falta decir más nada. Porque lo que logra transmitirse gracias a la música en este caso, es algo difícil, y te lleva desde la tristeza por la muerte de un ser querido, hasta la alegría de despedir a esa persona que fue realmente amada, y que por lo que se deja escuchar, vivió intensamente ( o por lo menos así lo percibió su hijo), atravezado por esa eterna sensación de melancolía tan característica de las obras de Astor.
Bueno, a continuación, la oscuridad se hace presente en "Contrabajissimo" para ser dejada atrás en pos de ese frenesí llamado "Miquelángelo", otra demostración de intensidad y poder. El disco cierra con "Concierto para Quinteto", bajando las revoluciones y sumándole cierta experimentación, cosa que por otro lado Piazzolla siempre procuró, explorar y explotar hasta el límite tanto las sonoridades de los instrumentos como la pericia de los ejecutantes de los mismos. El resultado, está en este disco. Y Astor lo hizo de nuevo.
This powerful concert was recorded live in New York City on September 6, 1987. Piazzolla was playing with his best ensemble: a quintet consisting of himself on bandoneon, Pablo Ziegler on piano, Fernando Suarez Paz on violin, Horacio Malvicino on electric guitar, and Hector Console on bass. Piazzolla plays some of his finest material -- about half of Tango: Zero Hour surfaces, for example. Two of the most paradigmatic Piazzolla pieces show up too: "La Camorra," with its alternating moments of tense dance rhythms and creepy atmosphere, and "Verano Porteño," with its dancing-bear rhythms. The concert closes with "Concierto Para Quinteto," one of those long pieces that Piazzolla favored that visits many styles and moods -- almost many eras. It would be very easy to lose the thread on such an epic composition in live performance, but the quintet keeps it together admirably. The live recording is of surprisingly high quality; there is an appropriate echo and the balance is nearly perfect. The audience is completely unobtrusive -- inaudible except when they applaud. And the instruments are very clear, especially when the musicians coax those "zings" and "pops" out of them that Piazzolla loved. For someone new to his work, the "special effects" on this recording can be a revelation. There is also a wonderful spoken track, with Piazzolla talking about himself, the tango, and the mysterious bandoneon. This album is a wonderful place to start -- or finish -- with this charismatic composer of nuevo tango music.Steve Sacks
This powerful concert was recorded live in New York City on September 6, 1987. Piazzolla was playing with his best ensemble: a quintet consisting of himself on bandoneon, Pablo Ziegler on piano, Fernando Suarez Paz on violin, Horacio Malvicino on electric guitar, and Hector Console on bass. Piazzolla plays some of his finest material -- about half of Tango: Zero Hour surfaces, for example. Two of the most paradigmatic Piazzolla pieces show up too: "La Camorra," with its alternating moments of tense dance rhythms and creepy atmosphere, and "Verano Porteño," with its dancing-bear rhythms. The concert closes with "Concierto Para Quinteto," one of those long pieces that Piazzolla favored that visits many styles and moods -- almost many eras. It would be very easy to lose the thread on such an epic composition in live performance, but the quintet keeps it together admirably. The live recording is of surprisingly high quality; there is an appropriate echo and the balance is nearly perfect. The audience is completely unobtrusive -- inaudible except when they applaud. And the instruments are very clear, especially when the musicians coax those "zings" and "pops" out of them that Piazzolla loved. For someone new to his work, the "special effects" on this recording can be a revelation. There is also a wonderful spoken track, with Piazzolla talking about himself, the tango, and the mysterious bandoneon. This album is a wonderful place to start -- or finish -- with this charismatic composer of nuevo tango music.AllMusic
Directing four other fine musicians was the bandoneon of Piazzolla himself - asserting, elaborating, cajoling, and crooning in a way only possible for this instrument with a "surrealistic life." A life mirroring the self-acknowledged surrealism of the life of the man playing it - a man who nonetheless succeeded in identifying and speaking to the reality within everyone who heard his music. Astor Piazzolla's The Central Park Concert is a delight verging on pure brilliance.Ivan Avila
La obra del tipo consigue una singularidad creadora e insoslayablemente argentina, que tuvo y tiene influencias sobre músicos de todo el mundo y de distintos géneros, como el violinista Gidon Kremer, el chelista Yo-Yo-Ma, el Kronos Quartet, los pianistas Emanuel Ax y Arthur Moreira Lima, el guitarrista Al Di Meola, los hermanos Assad, y numerosas Orquestas de Cámara y Sinfónicas. Es que no se parece a ninguna otra música: al escucharla estamos obligados a cuestionar los géneros y empezar por decir: esto es Piazzolla. Impacta y fascina. Se trata de un "lenguaje" con tanta personalidad que ha conseguido un estilo inquebrantable. Con elementos dispares y rebeldes (el jazz, la música clásica, la exploración tímbrica) produce una obra única bajo el drástico pulso de su tango.
Piazzolla nos deleita con el que puede ser uno de los mejores álbums de su repertorio. Su calidad, y más aún, su técnica, queda manifiesta por completo en este disco en la ciudad que cobijó su infancia.
Me lo pidieron, lo tienen. Veo si en estos días resubo los demás álbums de este monstruo.
Saludetes.
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ResponderEliminarMuy bueno tu blog. Muchas gracias!
ResponderEliminarGracias!
ResponderEliminarEste disco es una excelente foto del momento que Astor estaba pasando, momento altísimo en su carrera, particularmente en su calidad como intérprete. Además, la formación es soberbia. Qué suerte tenemos de poder escucharlo.
ResponderEliminarHace poco compre este disco en una feria y me senti tan contento, era como si hubiera ganado la Loteria.... También Tengo el "Lausanne Concert" en Suiza del '89. Me gustó un poquito mas que este... Y eso que este es Sólido. Saludos
ResponderEliminarLeo esto y finalmente siento que alguien dice lo que siento hace tanto:
ResponderEliminar" Es que no se parece a ninguna otra música: al escucharla estamos obligados a cuestionar los géneros y empezar por decir: esto es Piazzolla. Impacta y fascina. Se trata de un "lenguaje" con tanta personalidad que ha conseguido un estilo inquebrantable. Con elementos dispares y rebeldes (el jazz, la música clásica, la exploración tímbrica) produce una obra única bajo el drástico pulso de su tango. "
Volver a escucharlo es magico , como magico es poder cerrar los ojos y volver a estar alli, en el 87 esa tarde en el parque que tanto amo... lo pario... no fue ni Baires ni NYC, fue Astor.!
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