Enseguida recordé a Bajtin. Esos momentos en la cultura del medioevo donde el carnaval permitía al pueblo liberarse de la dominación cotidiana por un rato. Recordé a Bajtin y pensé que la historia de la humanidad juega siempre el partido para los de arriba. Pocos momentos los de abajo pudieron encaramarse a una historia mejor para ellos mismos. Para los de abajo no queda más que la resistencia. Porque lo que sucede en Chile es algo similar a un momento donde la resistencia al orden establecido se libera. Eso no significa que ahora el pueblo comanda, sino que se rebela gritando al mundo que no soporta más la injusticia y el abuso. Pero esos momentos donde el grito puede encarnarse en un auténtico paso hacia adelante, es decir, hacia arriba, el Poder se encarga de sojuzgarlo.Lidia Ferrari
La eficacia neoliberal sabe que las fuerzas que desean justicia y liberación existen y no podrán ser eliminadas. También sabe que con el Poder narrativo que posee las puede liberar en pequeñas dosis. Estemos atentos a estos monstruos de la dominación. Han dejado un país arrasado y ahora se lo entregan al Frente de Todos con una amplia limitación de acción política que le dan estos números que hoy a la mañana me despertaron. Volvimos, es cierto, pero limitados. Hemos vuelto, pero condicionados y cercados, como lo han dicho en estos días los garantes de nuestra vuelta: Alberto, Cristina y Axel. El neoliberalismo nunca se relaja. Es una maquinaria que no descansa. Disfrutemos este ansiado y merecido triunfo, como dijo Alberto. Pero no nos descuidemos.
Si de algo sirven las malas experiencias es para aprender de ellas. La Dictadura y el Menemato fueron experimentos neoliberales impuestos con sangre y camuflaje. El que abandonamos ahora, que conquistó las preferencias con engaños, dejó en evidencia a los que se benefician siempre con las crisis, algo que no había quedado tan expuesto en los episodios anteriores. Empresarios y ceos pusieron la cara para esta nueva etapa de despojo, la que consideraban definitiva.
“En lo que se refiere a las restricciones que solo afectan a determinadas clases sociales, la situación se nos muestra claramente y no ha sido nunca un secreto para nadie. Es de suponer que estas clases postergadas envidiarán a las favorecidas sus privilegios y harán todo lo posible por libertarse del incremento especial de privación que sobre ellas pesa. Donde no lo consigan, surgirá en la civilización correspondiente un descontento duradero que podrá conducir a peligrosas rebeliones. Pero cuando una civilización no ha logrado evitar que la satisfacción de un cierto número de sus partícipes tenga como premisa la opresión de otros, de la mayoría quizá -y así sucede en todas las civilizaciones actuales-, es comprensible que los oprimidos desarrollen una intensa hostilidad contra la civilización que ellos mismos sostienen con su trabajo, pero de cuyos bienes no participan sino muy poco. (…) No hace falta decir que una cultura que deja insatisfecho a un núcleo tan considerable de sus partícipes y los incita a la rebelión no puede durar mucho tiempo, ni tampoco lo merece”.Sigmund Freud, El Porvenir de una Ilusión (1927)
Las crisis de cada estadio capitalista engendraron nuevas ideas que germinaron en una nueva etapa, como respuesta a la crisis que la precedió. Así ocurrió con la emergencia del keynesianismo en la salida de la crisis del liberalismo de 1930. Keynes abordó el problema moral del libre mercado en su incapacidad para generar ocupación plena y planteó la necesidad de regular el sistema económico y la responsabilidad del Estado para lograr el pleno empleo: “no es verdad –sostuvo- que los individuos poseen, a título prescriptivo, una libertad natural en ejercicio de sus actividades económicas”. La expansión del gasto, la distribución del ingreso y la regulación del comercio fueron instrumentos para salir de la “anarquía económica” derivada de los principios “metafísicos” del Laissez-Faire. Así, en la EmploymentAct de 1946 se institucionalizó la idea de que la ocupación plena era una obligación del Estado. El liberalismo económico fue superado por tres décadas de Estado de Bienestar, donde la producción y el empleo ganaron centralidad.Fernanda Vallejos
Sin embargo, en 1947 el austríaco Von Hayek fundó la Sociedad Mont Pellerin, desde donde los intelectuales neoliberales, con apoyo del poder económico y financiero, prepararon la ofensiva contra las ideas heterodoxas. La Universidad de Chicago fue la usina que cobijó al neoliberalismo, incluyendo–con apoyo financiero del gobierno de Truman- el convenio con la Universidad Católica de Chile, que permitió formar cuadros neoliberales que entraron en escena tras el golpe de estado contra Salvador Allende, al que siguieron otros en la región, entre ellos el del 24 de marzo de 1976 en nuestro país. Desde Chicago, Milton Friedman, temprano integrante de MontPellerin, había emprendido, financiado por la Fundación Rockefeller, el desarrollo de teorías y políticas que hegemonizaron el pensamiento y la política económica desde la década del ’70. Del debate con el keynesianismo, la ortodoxia terminó reconociendo que el capitalismo de libre mercado no asegura el pleno empleo, y que exige una “tasa natural no-inflacionaria” de desocupación. De esa conclusión, siguió una ofensiva contra los trabajadores, acusados de inflexibilidad por defender las conquistas sociales, que sigue marcando las recetas de “reforma laboral” impulsadas por el FMI en nuestros días.
El Aluvión Alienígena
Por Sebastián Fernández
Desde hace algunos días, Chile padece la peor crisis política desde el golpe de 1973. De “oasis” latinoamericano, según palabras del propio Piñera, y referente de nuestra derecha por su continuidad política y su paz social, Chile se transformó en un sangriento campo de batalla contra un enemigo tan implacable como imaginario.
En febrero de 1946, Juan D. Perón ganó las primeras elecciones no fraudulentas desde el golpe de 1930 que derrocó a Hipólito Yrigoyen. La victoria del entonces Partido Laborista contra una amplia coalición formada por radicales, demócratas-progresistas, socialistas y comunistas, apoyada con ahínco por la embajada de EEUU y su extravagante embajador Spruille Braden, generó un odio tenaz hacia el ex Secretario de Trabajo y Previsión.
En la Cámara de Diputados, los votos se tradujeron en 158 diputados peronistas y 44 radicales que, como no podían imponer ningún proyecto de ley, aprovecharon sus bancas para atacar al nuevo gobierno y, sobre todo, dejar en evidencia la inexperiencia parlamentaria que tenía la mayoría de los legisladores oficialistas.
El diputado radical Ernesto Sammartino se refirió a éstos con una expresión que quedó en la historia: “El aluvión zoológico del 24 de febrero parece haber arrojado a algún diputado a su banca, para que desde ella maúlle a los astros por una dieta de 2.500 pesos. Que siga maullando, que a mí no me molesta”.
Unos años antes, cuando todavía no existía el peronismo, el aluvión zoológico estaba conformado por los correligionarios del diputado Sammartino. La Fronda, periódico reaccionario dirigido por Francisco Uriburu, denunciaba en 1929 el “predominio de la mentalidad negroide” como consecuencia del triunfo de Hipólito Yrigoyen: “La manumisión de los negritos en masa es un fenómeno característico del yrigoyenismo (…) hablan, actúan, hacen ruido, expresan opiniones e impregnan de catinga la atmósfera política del país”.
Años después, en 1956, el escritor Ezequiel Martínez Estrada, quien confesó padecer de “peronitis aguda”, escribió: “El 17 de octubre parecía una invasión de gentes de otro país hablando otro idioma”.
Desde hace algunos días, Chile padece la peor crisis política desde el golpe de 1973. El aumento del precio del transporte decidido por el gobierno de Sebastián Piñera generó manifestaciones estudiantiles que fueron reprimidas duramente por la policía, decisión que sólo logró amplificar el conflicto. Desbordado por las protestas generalizadas, el Presidente decretó el Estado de Emergencia en siete regiones del país y el despliegue de las Fuerzas Armadas y de Seguridad bajo el mando de un general de división. En una conferencia de prensa en estado de emoción violenta afirmó: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable”.
Fue una decisión catastrófica, que generó muertos y heridos, además de denuncias por torturas y violaciones. De “oasis” latinoamericano, según palabras del propio Piñera, y referente de nuestra derecha por su continuidad política y su paz social, Chile se transformó en un sangriento campo de batalla contra un enemigo tan implacable como imaginario.
La primera dama de Chile, Cecilia Morel, envió un mensaje de WhatsApp que se filtró a la prensa en dónde calificó a las protestas como “una invasión extranjera, alienígena” y concluyó que “vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás”. Un destino sin duda atroz.
Como en Argentina durante el yrigoyenismo o el peronismo, el establishment chileno descubre con horror y perplejidad a sus propios negritos en masa, esos alienígenas llegados de otra galaxia. El problema de Chile, “un país obsesionado con las leyes, los procedimientos, los partidos, las reformas de toda suerte que no cambian nunca la distribución tribal de la riqueza”, como escribió Rafael Gumucio, es que esa continuidad política tan aplaudida eliminó la posibilidad de un modelo alternativo y de un partido que pudiera canalizar el hastío ciudadano.
Alienigenas.... |
(En Argentina) No lograron romper las redes políticas, sociales, sindicales y culturales que nos unen. Han sido puestas a prueba y no sólo han resistido sino que han nacido nuevas, miles de nuevas redes de conexión real que cada cual mantiene con uno o varios colectivos al mismo tiempo. No lograron alejarnos de la idea de que la única herramienta para derrotarlos es la política. Las nuevas generaciones llegan muy politizadas aunque han remixado su folklore y nos regalan su fuerza y su creatividad. Tenemos un generador de alegría que no todos los pueblos tienen. Un motor adentro que nos impulsa a arrancar una vez más. Porque tenemos la experiencia de la felicidad colectiva y creemos, con fe y con herejía, que finalmente la lucha siempre es para que se reparta el pan.Sandra Russo
A no equivocarse, no salimos del infierno neoliberal, y estamos hasta la coronilla de esa ideología. Y no tiene que ver con el partido gobernante, que cambia de caras, banderas y relatos. Nunca saldremos del infierno neoliberal si es que no lo sacamos de nuestras cabezas.
JAJAJA cómo se nota la visión democrática que ustedes tienen, ya se parecen a los derechistas que tanto critican, están a punto de usar su misma retórica, por qué no dedican ni un solo post a lo acontecido en Bolivia?, están de acuerdo con lo que ocurre allí?, las protestas respecto al fraude electoral no los conmueve ni un poquito?, vaya humanidad la de ustedes, eso demuestra que aunque afirmen que la izquierda está humanizada en realidad solo responden cual religiosos a su ideología, más cuando hay que defender la libertad se achican y no dicen nada de don EVO MORALES, claro, solo nos interesan los pobres ideologizados, los otros pues que se vayan a rodar, no es así?, en verdad ya me di cuenta de su caretez, compartiré hasta cierto punto su opinión crítica pero cuando veo esta clase de omisiones me queda claro que solo son robots religiosos que quieren tapar el sol con un dedo. QUE VIVA LA VERDADERA RESISTENCIA, NO ESTA FILOSOFIA BARATA Y ZAPATOS DE GOMA. HIPERCAMDOMBE!!!, esa canción define su caretez.
ResponderEliminar¿Y qué debería hacer, nombrar cada conflicto que hay en el mundo?
EliminarTampoco nombré el conflicto de Ecuador, y lo podría haber hecho, tampoco nombré el conflicto en Honduras, ni Haití, ni los asesinatos de líderes comunitarios en Colombia, querés que siga?
Ingrid, lo de Bolivia me parece más una operación mediática que a otra cosa, por las características nombradas por Marcelo en el comentario de abajo, así que no pienso expedirme sobre eso que no sé. Solo que me parece una operación como tantas otras vividas en Latinomérica donde es difícil distinguir la realidad de la operación. Ahora, si a vos no te gusta Evo es otro cantar, pero no por eso voy a hablar de eso.
En todo caso es algo que, al igual que en Venezuela, deben resolver entre ustedes. No veo que posición ideológica encuentras en eso.
El caso de Chile es totalmente opuesto, porque en principio responde a una manifestación desde las bases sociales y no desde los medios. Si partimos desde allí, una cosa y otra no tienen nada que ver.
Hoy día los medios dificultan ver y pensar bien, hay que tener cuidado a qué o a quien se apoya. La revulta de bases en Chile es apoyada desde aquí, quizás otros conflictos no lo sean, pero, no tenemos la vara de la verdad, simplemente comentamos algunas cosas de actualidad y porque tenemos amigos allí. Tampoco somos un gran medio como para pedir grandes comentarios, eso creo que te toca pedírselos a los grandes medios que tan seguido oultan la verdad
Bolivia ha sido durante añares un país o región brutalmente asolada por el europeo. Lo que hicieron los españoles en Potosí ha sido un crimen a escala. Luego llegaron otros a llevarse lo poco que quedaba y el cobre y otros minerales. Y el pueblo vivía en la miseria… Bolivia: un país rico en muchos aspectos, donde la inmensa mayoría de sus habitantes comía mierda, cuando había o se la querían dar. Un pequeñísimo grupete de ascendencia blanca (descendientes de aquellos que vinieron a depredar) se estancó en Santa Cruz de la Sierra; allí se reprodujo y desde allí gobernaron siempre para enviar los recursos baratos a los países centrales, mientras explotaron al indígena (también boliviano) de manera descarada y degradante. Yo escuché a muchos bolivianos blancos insultar y tratar con el más asqueroso racismo a sus compatriotas indígenas. Entre estos últimos, Evo Morales. Y cuando este llegó, le cambió la matriz a un país saqueado habitualmente, repito, por gobiernos entreguistas que se quedaron con algunos manguitos, regalando el producto de la tierra a precio vil y viviendo su vida cómoda en el llano. Esto, con muchas similitudes, es lo mismo que pasó / pasa en América Latina y, por supuesto, en mi Argentina.
ResponderEliminarEvo levantó al país y mejoró la vida de millones de bolivianos que por primera vez en centurias, fueron considerados personas y no basura.
Dicho esto, que parece que no lo tenés en cuenta ni te importa, no me meto en el tema eleccionario y el recuento de votos. Morales invitó a países a que se audite la auditoría de la elección y, si se encuentra fraude, prometió hacer el ballotage. A mí, con eso me basta. La diferencia por arriba del 10 % fue muy exigua, pero allí está. Era lógico que se dijera que había fraude, es un clásico. Si cuando termina el recuento da otra cosa, ya veremos; habrá ballotage como prometió Morales y deberá pagar el costo político. Pero si se confirma el recuento actual, será Mesa el que tendrá que pegarse un tiro por haber mandado a su gente al muere. Debería haberse quejado (como es habitual) y, en vigilia, esperar el recuento de votos uno por uno. Y recién allí, aceptar o gritar. Pero que el mismo día del escrutinio salga a proclamar ¡Fraude! y saque gente a la calle, me parece muy sospechoso y muy peligroso. Y muy criminal.
Pero reitero: lo que ha mejorado la calidad de vida de la GRAN MAYORÍA del pueblo boliviano desde que gobierna Evo Morales, eso no puede negarse. Y al sector asquerosamente racista del llano (los chetos bolivianos), eso le duele y mucho.
Claro, me comí un sapo y no sé lo que sucede en el país. Es simple: capitalismo para los amigos y socialismo para los enemigos, aquí en Bolivia se atrae inversión extranjera para intentar remplazar con ella a la inversión pública y dime si eso no es un doble discurso?, Morales es sumamente experto en ello, claro, el poema lindo que apela al socialismo nos lo tragamos todos pero la realidad es otra, y esa mejora de la calidad de vida de la que hablas pues es relativa pero está claro que no se debe a las supuestas políticas socialistas que tiene su gobierno, si analizaras más su forma de actuar en lugar de su discurso te darías cuenta de la doble moral de estos políticos y bue.... yo no estoy para empeñar mi sentido crítico ni para seguir a la mañana como un carnero más, en este caso ustedes creen llevar la verdad cual estandarte y los que discrepamos con ciertos puntos de vista pues ya somos unos "alienados", en ese caso prefiero mi libertad subjetiva a seguir como carnero todo lo que dice el manual del socialismo, mientras ustedes pierden su tiempo tratando de ideologizar a la gente que los lee, cual catecismo religioso, la persona trabaja y crece espiritualmente, ese es mi remanso, mi independencia, el no creer en mesías, superhombres ni en papi estado que me debe de dar TODO, por cierto aquí está don EVO, su ejemplo a seguir convocando a NUEVAS ELECCIONES. PD, la canción HIPERCANBOMDE los seguirá definiendo muchachos, por mi parte, no espero más de ustedes, como dice la canción escúchame entre el ruido de Moris, "no esperes que te entiendan ¿por qué lo habrían de ser?, son solo maquinitas que no pueden fallar", ustedes responden a lo que creen como verdad absoluta, la única solución a la pobreza según ustedes y su ideología es esto o aquello, saben yo vengo de familia campesina y NUNCA dependimos de NADIE, ningún partido político NI DEL ESTADO, así que la realidad esta allí, con diatribas a discursos lindos no convencerán al que en verdad tiene libertad subjetiva y sentido crítico, a su salud muchachos, sigan trabajando para sus propios simpatizantes que de su burbuja toda esta parafernalia "revolucionaria" no ha d transcender, la gente de a pie trabaja y se realiza día a día, no anda perdiendo el tiempo con ideologías obsoletas ni de DERECHA NI DE CENTRO O IZQUIERDA. Besos. Ingrid.
EliminarLo olvidaba, aquí tienen el link donde EVO convoca a nuevas elecciones: https://www.youtube.com/watch?v=bkrCGgcEKtQ
EliminarPor poco les sale linda la tortilla con todo lo acontecido en Chile y las protestas contra el gobierno de Piñera, pero la tortilla les salió mal, en Bolivia fue todo lo contrario, protestas contra un gobierno abiertamente declarado socialista , se dan cuenta de que ya todo esta PRODIDO?, ambos frentes, derechistas y izquierdistas, a este paso son solo una caricatura más de la decadencia política de América Latina.