
La voz que sale con mucha reverb, un poquito de eco y una polenta inusitada es del Ruso, un enorme cantante, de los mejores de estos lados, al que vi muchas veces en vivo, con varias bandas, y jamás lo escuché desafinar, me pregunto si sabrá de qué se trata pifiar. Hay que prestar atención cómo va a los agudos y cómo hace vibrar las últimas notas de cada frase. La base lo sigue de cerca, hace una marcación bilardista, lo rodea de fuerza pesada y esa pesadez se adueña de uno, de todo el cuerpo, sube a la cabeza y allí necesitamos de algo extra que nos eleve, solos estaremos condenados al piso.

Además parece una invitación a que esas dos personas se observen y asciendan juntas pensando que ser feliz puede estar más cerca. La nena y el rayo, cuánto que hay ahí para reflexionar. Una nena y el rayo, y uno allí, buscando un destino. Esas dos energías que, si uno sabe entregarse, serán parte de un símbolo que nos despierte y nos transforme. Todo dando vueltas alrededor de una canción, pero no de una canción cualquiera, además es un Blues, con todo el significado de semejante connotación.
Por ahí se habla acerca de “lo bueno y dulce que es vivir”, luego se lo confronta con “lo triste y dulce que es vivir”, como la poesía de Spinetta juega tantas veces con los estados de ánimo, con la dualidad que nunca se comprende, con el ir y venir de las sensaciones de una misma persona, ciertas metáforas con las que uno se viste cuando no hay espejos.
En un libro que viene incluido en el álbum doble de Pescado Rabioso se leen unas palabras de la poeta Martha Kelly, muy admirada por Spinetta en esos años, algo así como “y el rayo subirá…”, es decir, hay una influencia de Martha, ella es la que lleva a un grupo de gente a leer a Artaud, Rimbaud, etc.
El gran guitarrista de Blues y docente, Jorge Senno, me da algunas opiniones y recuerda: “este es un tema casi desconocido en su época, salió en un simple que no era fácil de conseguir, años después lo escuché en el disco ‘Lo mejor de Pescado Rabioso’, y cuando fui a ver en vivo en Obras a Serú Girán y Spinetta Jade, tocando todos juntos esta canción, y me dije: uh, loco… cuántos años hace que no escucho este tema”.
Ambos coincidimos en que es más que interesante esa estructura de un Blues menor con el compás 8 y 9 en donde hace Si, Do, Re y vuelve a la tónica. Continúa Senno: “¿sabés a qué me hace acordar la parte guitarrística?, al álbum “Desatormentándonos” (el primero de Pescado), entre esos yeites de Hendrix y con un solo de Cutaia que va creciendo y sobre el final mete el pedal de volumen”.
Quiero detenerme en el solo de guitarra, para mí, uno de los mejores de la historia de nuestro rock. Tocado con una onda tan particular, por ese fraseo tan alocado como melódico, algo típico spinetteano, por el vuelo que desatan las dos violas que van dialogando, se apoyan, se alejan, preguntan, van y vuelven, en una locura creciente que asombra, siempre lo tuve fichado como el solo más alocado de la música local. Incita a buscar un refuerzo que nos saque el boleto de ida, lo de volver después se verá, pero son notas y figuras que incitan, conmueven, tensan todas las emociones que ya estaban llegando perturbadas desde el principio.
Unos meses antes de todo esto, Luis había hecho un viaje casi iniciático por Europa. Él mismo lo recuerda: “Yo quería hacer un grupo más violento, una música aún más violenta que el segundo disco de Almendra… Con Pescado intenté romper la ternura y el eje sensible de Almendra… Había partido de una música esencialmente ciudadana, tanguera, con reflejos de bossa-nova, con aires de jazz e influencia de Piazzola, y ahora me rebelaba contra eso creando riffs…creo que fue una etapa medio punk”.
Vuelve Luis sobre este Blues: “Creo que aquí aparece todo aquello que estaba proscripto en ‘Muchacha…’, donde en ningún momento hay un rayo que la traspasa. Aquí sí, es como que la nena debe asumir un mundo, debe subirse a un rayo, debe tomar en cuenta su relación erótica con la naturaleza, y el rayo también se despierta para subirse a ella. Quizás todo esto gire en torno a la maternidad. ‘Así verás lo bueno y dulce que es amar’ entra en el rango de la procreación, independientemente de que sea yo el que le va a hacer el amor, porque subirse al rayo no es subirse a mí. Es asumir para sí misma lo femenino del mundo”.
En el álbum de Pescado Rabioso “Desatormentándonos” me sorprendió, lo cual me llevó a leerlo muy seguido, un comentario que subyugaba: “El pueblo es la estrella mágica. Todos la vemos parecerse al río. Los gusanos de los emperadores trepidan en apocalíptico festín. Ellos no tienen tiempo de recurrir a las armas. La estrella las fusionó todas en un plano infinito. La cabellera de los torturadores sangra en mi carro. Nosotros: desatormentándonos para siempre. PD: Yo te amo, Beatles”.
Muchos no dudamos de que esta etapa fue la más rockera de Spinetta, incluso en estos discos se escuchan algunas “desprolijidades” que son un lujo. Es cierto que también deben haber influido las precarias condiciones que había en los estudios de grabación de Argentina.
Así como Spinetta es un capítulo aparte dentro de la historia del Rock Argentino, creo que Pescado Rabioso es un espacio entre comillas en la carrera de Luis. Una corta etapa en medio de una extraordinaria carrera, con un álbum, un disco doble y dos simples que marcaron a fuego a público, músicos, músicas, periodistas, y toda aquella persona que fue alcanzada por semejante explosión de arte. Quizá fue el lapso con la poesía más cruel de un poeta maldito, que se podría sentar al lado de tantos grandes escritores que nos hizo conocer la Historia.
Durante tantísimos años, Spinetta fue el más grande ícono de la élite, lamentablemente, pero comprensible, en un período en donde se nos decía que Palito Ortega era el Rey. Le tocó un país en donde la pavada sonaba por todos lados, se fortalecía en los medios, mientras los idiotas útiles puteaban a Piazzolla. Quizá por eso Argentina, estoy seguro que es uno de los países donde mejor se comprendió el mensaje Beatle y se generó un Movimiento de Rock, que no tiene nada que envidiarle al inglés o al yankee. Uno analiza aquellas melodías, las hermosas letras que cantábamos en los fogones, en la escuela, en las guitarreadas de cumpleaños, y no sabíamos que le hacíamos a la Historia el mejor de los guiños para seducirla, para conquistar el mejor de los levantes, ese que nos consagra como el más copado del Barrio.
Jorge Garacotche - Músico, compositor, integrante del grupo Canturbe y Presidente de AMIBA (Asociación Músicas/os Independientes Buenos Aires).
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