Como no podía ser de otro modo, el Felino Macri salió de inmediato a criticar un fallo que intenta proteger los establecimientos educativos de las fumigaciones.
Me viene a la mente una imagen conocida: cuando uno viaja por las rutas del país atraviesa enormes extensiones de campos sembrados, miles y miles de hectáreas de propietarios, poderosos terratenientes (no se trata de quinteros que siembran tomates y acelgas para su consumo).Esos campos que nos enorgullecen como la patria agrícola que nos enseñaron a querer desde la escuela, parecen ser insuficientes y contemplamos (siempre en ese viaje de paso) que las plantaciones de vaya uno a saber qué gramíneas se extienden hasta el borde mismo de la ruta, es decir que fuera del alambrado de las propiedades que los ciudadanos estamos vedados de trasponer porque son propiedad privada se les "caen" semillitas en campos arados y sembrados para luego ser cosechados que son propiedad pública! O sea: lo suyo es de ellos y lo nuestro también!
¿O nunca abrieron un tomate y se encontraron con una semilla de soja adentro? ¿Saben lo que significa? Que están plantando la soja entre las plantaciones de otros frutos para el consumo humano. ¿Y saben que otra cosa significa? Que seguramente los frutos que consumimos tienen agrotóxicos, y los ingerimos cotidianamente.
Ese concepto de que todo es de ellos es el mismo del patrón que hoy nos gobierna: ¡Cómo se nos ocurre ponerle límites! Si ellos mandan, si todo es de ellos y tienen derecho a usufructuarlo, si nos dan de comer, si traen los dólares para que muramos de hambre.
Y aquí lo tienen al Felino Macri, un presidente que muchos ingenuos habrán creído que elegían para que administre sus impuestos, sus trabajos, su salud, el futuro de sus hijos...
La historiadora Cecilia Gárgano protagonizó la semana pasada una entrevista en el canal de La Nación que tuvo derivaciones inesperadas: el video fue bajado de la web del diario y no se repuso, y hoy solo se puede ver en YouTube. Al parecer, la nota acerca de la suerte de la ciencia y la tecnología durante la última dictadura cívico militar, no fue del agrado del medio dos días antes del 43º aniversario del golpe de 1976. Entre otras cosas, Gárgano mostró en cámara un editorial del propio diario a favor de la intervención del INTA, en nombre del combate a la "infiltración".
La periodista Luciana Vázquez fue la encargada de entrevistar a Gárgano, doctora en Historia y becaria del Conicet, quien dedicó su tésis de posgrado al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. "Se da la puesta en práctica de medidas represivas por la dictadura. Se persiguió en el INTA por adscripciones políticas, como en otros espacios".
Una vez más observamos la técnica mediática sacar el foco de lo importante. La Nación diario, tiene sus propios intereses y sus muertos que ocultar en el ropero. El hecho es que se confunde la dictadura militar y sus políticas, con los muchos años de democracia en que algunas cuestiones no han cambiado en absoluto. La dictadura cambió las agendas del INTA y sus prioridades, además abrió las investigaciones a los sectores privados. Pero ello siguió exactamente igual hasta el presente. Las políticas que implantó el menemismo con la agroindustria y la sojización compulsiva fueron eso mismo.
Me viene a la mente una imagen conocida: cuando uno viaja por las rutas del país atraviesa enormes extensiones de campos sembrados, miles y miles de hectáreas de propietarios, poderosos terratenientes (no se trata de quinteros que siembran tomates y acelgas para su consumo).Esos campos que nos enorgullecen como la patria agrícola que nos enseñaron a querer desde la escuela, parecen ser insuficientes y contemplamos (siempre en ese viaje de paso) que las plantaciones de vaya uno a saber qué gramíneas se extienden hasta el borde mismo de la ruta, es decir que fuera del alambrado de las propiedades que los ciudadanos estamos vedados de trasponer porque son propiedad privada se les "caen" semillitas en campos arados y sembrados para luego ser cosechados que son propiedad pública! O sea: lo suyo es de ellos y lo nuestro también!
¿O nunca abrieron un tomate y se encontraron con una semilla de soja adentro? ¿Saben lo que significa? Que están plantando la soja entre las plantaciones de otros frutos para el consumo humano. ¿Y saben que otra cosa significa? Que seguramente los frutos que consumimos tienen agrotóxicos, y los ingerimos cotidianamente.
Ese concepto de que todo es de ellos es el mismo del patrón que hoy nos gobierna: ¡Cómo se nos ocurre ponerle límites! Si ellos mandan, si todo es de ellos y tienen derecho a usufructuarlo, si nos dan de comer, si traen los dólares para que muramos de hambre.
Y aquí lo tienen al Felino Macri, un presidente que muchos ingenuos habrán creído que elegían para que administre sus impuestos, sus trabajos, su salud, el futuro de sus hijos...
La historiadora Cecilia Gárgano protagonizó la semana pasada una entrevista en el canal de La Nación que tuvo derivaciones inesperadas: el video fue bajado de la web del diario y no se repuso, y hoy solo se puede ver en YouTube. Al parecer, la nota acerca de la suerte de la ciencia y la tecnología durante la última dictadura cívico militar, no fue del agrado del medio dos días antes del 43º aniversario del golpe de 1976. Entre otras cosas, Gárgano mostró en cámara un editorial del propio diario a favor de la intervención del INTA, en nombre del combate a la "infiltración".
La periodista Luciana Vázquez fue la encargada de entrevistar a Gárgano, doctora en Historia y becaria del Conicet, quien dedicó su tésis de posgrado al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. "Se da la puesta en práctica de medidas represivas por la dictadura. Se persiguió en el INTA por adscripciones políticas, como en otros espacios".
Una vez más observamos la técnica mediática sacar el foco de lo importante. La Nación diario, tiene sus propios intereses y sus muertos que ocultar en el ropero. El hecho es que se confunde la dictadura militar y sus políticas, con los muchos años de democracia en que algunas cuestiones no han cambiado en absoluto. La dictadura cambió las agendas del INTA y sus prioridades, además abrió las investigaciones a los sectores privados. Pero ello siguió exactamente igual hasta el presente. Las políticas que implantó el menemismo con la agroindustria y la sojización compulsiva fueron eso mismo.
El hecho es que esta investigadora joven abrió una polémica en La Nación sobre el golpe militar, su relación con los medios y con los transgénicos, pero es tal la confusión que persistimos con mirada plana en tratar de descifrar los hechos que se nos presentan sin tener un patrón o acaso un modelo que nos permita agruparlos y poder comprenderlos .
Somos como autistas políticos, agredidos por la realidad que nos irrumpe sin que podamos levantar filtros que nos permitan organizar las percepciones y los conocimientos.
Claro que la Dictadura militar instaló un modelo de país, violento y de terrorismo de Estado.
Con Cambiemos el Ministerio sigue siendo de agroindustria y Mauricio defiende descaradamente la fumigación sobre las escuelas rurales…
Debemos comprender que el terrateniente rural se transformó en un empresario transnacional y que la oligarquía vacuna de origen patricio le vendió su predio en Palermo a Eduardo Elsztain, parte de la nueva oligarquía que se llama Grobocopatel, Sigman, Lewis y Werthein…
Que ellos revuelvan el charquito no podemos evitarlo, nosotros, en cambio, tenemos que saber aplicar patrones de relacionamiento de los conocimientos para poder interpretarlos.
Somos como autistas políticos, agredidos por la realidad que nos irrumpe sin que podamos levantar filtros que nos permitan organizar las percepciones y los conocimientos.
Claro que la Dictadura militar instaló un modelo de país, violento y de terrorismo de Estado.
Con Cambiemos el Ministerio sigue siendo de agroindustria y Mauricio defiende descaradamente la fumigación sobre las escuelas rurales…
Debemos comprender que el terrateniente rural se transformó en un empresario transnacional y que la oligarquía vacuna de origen patricio le vendió su predio en Palermo a Eduardo Elsztain, parte de la nueva oligarquía que se llama Grobocopatel, Sigman, Lewis y Werthein…
Que ellos revuelvan el charquito no podemos evitarlo, nosotros, en cambio, tenemos que saber aplicar patrones de relacionamiento de los conocimientos para poder interpretarlos.
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