La verdad da náuseas, Occidente se cae a pedazos. Hoy la dictadura está globalizada, su estructura es mediático-judicial y todos estamos en libertad condicional. En un intento de disciplinar de la prensa mundial y al periodismo internacional, y en el que también es un avasallamiento a las libertades de todos los habitantes del planeta, el gobierno de los Estados Unidos grita ¡Maten al mensajero!: desde el 2010, cuando Wikileaks mostró al mundo el video que se filmó desde uno de los helicópteros Apache cuando desplegó un ataque contra civiles y periodistas pacíficos que caminaban en una calle de Irak. Durante ese ataque impiadoso, injusto, innecesario, los soldados norteamericanos disparan sobre civiles desarmados. En el video puede verse como los primeros caídos son socorridos por otras personas que se acercan a auxiliar, y a ellos también les disparan. Dos de los asesinados fueron dos niños que viajaban en el asiento trasero de la camioneta que se acercó a auxiliarlos. Desde que se filtró la información, el gobierno de los Estados Unidos, lejos de asumir su responsabilidad por los crímenes de guerra, la violación a los DDHH y a la Convención de Ginebra, se dedicó a perseguir a Julian Assange por poner en circulación el video que muestra con el accionar de las tropas estadounidenses en los países que invaden.
En el año 2006 funda Wikileaks, una organización mediática internacional y sin fines de lucro que difunde las noticias de interés público que las corporaciones y gobiernos esconden prolijamente. En Wikileaks participan periodistas y científicos de diversas áreas de todo el mundo. Como cara visible de la organización, Assange fue multipremiado por diversos referentes:
Las imágenes del video estremecen. Tanta cueldad parece impensable. Las risotadas de los soldados norteamericanos, violentan al que mira el video. Para ellos parece ser un videojuego; hablan entre sí, deseando que alguno de los caídos tome un arma para poder seguir disparándoles. Se jactan de haber disparado a través del parabrisas a los miembros de la camioneta que se habían acercado a ayudar a los primeros heridos. Uno de los primeros asesinados fue Namir Noor Eldeen, un periodista de la agencia Reuters. El segundo, su chofer.
Aquí, el video en cuestión...
En el año 2010, la ex secretaria de estado Hillary Clinton dijo, durante una reunión con funcionarios, ¿"No podemos matar con un dron a este tipo"?, refiriéndose a Assange. Es que en plena campaña electoral se filtró que la señora de Clinton dijo en una conferencia de inversionistas de Goldman Sachs que le gustaría realizar una intervención secreta en Siria.
Más tarde, y ya en la presidencia, Donald Trump se convirtió en la Mónica Lewinsky del sistema armamentista. En lugar de seguir mandando tropas a Irak, ahora deja que los ejércitos privados comandados por veteranos de otras guerras protejan a las corporaciones petroleras, y trae a "los muchachos" más cerca, para invadir Venezuela, montar bases militares en Argentina o lo que necesiten para seguir expoliando el mundo. Ahorra dinero estatal y mantiene contentos a sus colegas los empresarios. Los muertos siempre los pone el pueblo. Cualquier pueblo.
Primero trataron de apresarlo por viejos delitos, prescriptos y además, juzgados, sentenciados y saldados, de Julian Assange en Australia.
Como no podía hacerse, intentaron culparlo de abuso sexual en Suecia. Durante semanas, estuvieron montando una escena para hacer creer al mundo que Julian Assange era un delincuente sexual que había abusado de dos señoritas suecas. La causa judicial nunca avanzó porque no hay ninguna prueba de eso. Era una trampa.
Desde entonces aumentó exponencialmente la persecución contra Julian Assange, lo obligaron a pedir asilo político en la embajada ecuatoriana en Londres. Como un mecanismo de relojería, todas las piezas se fueron moviendo coordinadamente en diferentes países del mundo para llegar a la captura de Julian Assange. Y hasta hace unos días, permaneció allí.
Algo similar sucedió con Chelsea Manning, acusada de ser la fuente de ese video estremecedor donde soldados estadounidenses masacran civiles desarmados por diversión, que por entonces aún era soldado del ejército de ese país. Apresada en Irak, fue enviada a una prisión militar en Kuwait, luego a EEUU, a la prisión de Quantico donde en enero de 2011 sus abogados demostraron que estaba siendo sometida a diferentes abusos y castigos. Intentó suicidarse dos veces. La vida de Chelsea Manning corre peligro inminente. La de Julian Assange lo correrá si lo extraditan a los Estados Unidos.
¿Dónde están hoy los periodistas y editoriales del mundo, que se llenaron los bolsillos publicando los Wikileaks en cada región del planeta, en varios idiomas?
¿Dónde están hoy los que premiaron varias veces a Assange por haber denunciado las violaciones a los derechos humanos?
¿Dónde está la ONU, que tantas veces levantó el dedito para recriminar a países del 3º mundo a la hora de imponer sanciones por las brutales violaciones a los derechos humanos cometidas por Estados Unidos?
¿Dónde están ahora los editores, los dueños de los medios de difusión, que deberían estar peleando por la libertad de prensa? ¿Acaso no ven que en cualquier momento cualquiera de ellos es el nuevo Assange?
¿Dónde están hoy los defensores de los Derechos Humanos, cuando con maniobras aceitadas y programadas se violan los tratados internacionales de asilo político, exponiendo a un ser humano en peligro real de muerte, a ser asesinado por una potencia que busca su venganza?
Porque la información veraz, es un derecho humano. Pero hoy nos quieren convencer de que las mentiras son "fake news"; y hasta inventaron una corriente pseudofilosófica para justificarlas "la posverdad", con la que buscan darle un prestigio académico a las mentiras.
Pero la corrupción generalizada en el planeta, hace que por conveniencia, todos callen. El negocio de la venta de armas, deja muy buenas ganancias. Y las coimas son fabulosas.
Si en Argentina tenemos a un traficante de armas armando causas judiciales con su medio de difusión, jueces y fiscales corruptos haciéndolas; ministros comprando testimonios falsos a delincuentes y al presidente pidiendo juicio político al juez que investiga, es "haber entrado al mundo".
El silencio que han hecho los hombres de prensa , de los medios, de las instituciones universitarias y de derechos humanos del mundo, demuestran que no sólo la ética y la moral murieron. Aquel que se diga periodista o político y no levante su voz para denunciar las injusticias, no es más que un gusano de esta putrefacta sociedad que nos quieren vender. Son parte del problema. Son el clavo en el ataúd de las garantías constitucionales por más que griten y vociferen sobre democracia, libertades y derecho.
El arresto de Assange es el arresto de todos nosotros. No somos libres de hablar. No somos libres de pensar.
Hoy no podemos abrir la boca o teclear una palabra sin que miles de algoritmos en cualquier lugar del mundo estén archivando lo que hicimos para ir armando patrones de conducta que en un futuro pueden y serán usados en nuestra contra.
En el año 2006 funda Wikileaks, una organización mediática internacional y sin fines de lucro que difunde las noticias de interés público que las corporaciones y gobiernos esconden prolijamente. En Wikileaks participan periodistas y científicos de diversas áreas de todo el mundo. Como cara visible de la organización, Assange fue multipremiado por diversos referentes:
- En 2008, The Economist le entrega el "Index on Censorship".
- En 2009, recibe el premios "Amnesty Internacional de los medios británicos ", por su investigación sobre los asesinatos extrajudiciales en Kenia.
- En 2010 recibe nada menos que el "Sam Adams Award": un premio que entregan oficiales retirados de la CIA para aquellos que mantienen la ética y la integridad a pesar de las presiones.
- En 2011, en su país, lo premian con el premio Fundación de la Paz, de la Universidad de Sidney, por su coraje e iniciativa en defender los derechos humanos.
- En el mismo año, recibe el Martha Gellhorn premio al periodismo. El jurado declaró: "El periodista, investigador y activista de internet libre, australiano de nacimiento pero con ciudadanía ecuatoriana desde hacía algunos años, permanecía aislado en la embajada de Ecuador en Londres luego de que los patoteros del mundo pusieran precio a su cabeza".
- Algunos de los miembros premiados fueron el danés Frank Grevil que demostró con información clasificada que en Irak no había armas de destrucción masiva, tal como se había dicho para justificar la invasión a ese país. Edward Snowden, que mostró cómo EEUU, había creado un sistema de vigilancia masiva, el PRISM, con el que se vulneraban las libertades individuales. Samuel Provance, ex sargento de los EEUU, que filtró los documentos y pruebas en el año 2006 que mostraban flagrantes torturas a prisioneros de Abu Ghraib, Irak.
Las imágenes del video estremecen. Tanta cueldad parece impensable. Las risotadas de los soldados norteamericanos, violentan al que mira el video. Para ellos parece ser un videojuego; hablan entre sí, deseando que alguno de los caídos tome un arma para poder seguir disparándoles. Se jactan de haber disparado a través del parabrisas a los miembros de la camioneta que se habían acercado a ayudar a los primeros heridos. Uno de los primeros asesinados fue Namir Noor Eldeen, un periodista de la agencia Reuters. El segundo, su chofer.
Aquí, el video en cuestión...
“Vi cómo baleaban a mi abuelo, primero en el pecho y luego en la cabeza. Después mataron a mi abuela”, testimonia Eman Waleed, un niño de 9 años que sobrevivió a la matanza (www.time.com, 19-3-06). Ninguno de los responsables mediatos o directos ha sido juzgado hasta el momento y han pasado más de cinco años. Un piloto norteamericano declara impertérrito en la filmación: “La culpa es de ellos, por llevar a chicos al combate”. En la empresa “antiterrorista”, el que comete un crimen de guerra la pasa mejor que el que lo denuncia. Hasta lo condecoran.Juan Gelman
En el año 2010, la ex secretaria de estado Hillary Clinton dijo, durante una reunión con funcionarios, ¿"No podemos matar con un dron a este tipo"?, refiriéndose a Assange. Es que en plena campaña electoral se filtró que la señora de Clinton dijo en una conferencia de inversionistas de Goldman Sachs que le gustaría realizar una intervención secreta en Siria.
Más tarde, y ya en la presidencia, Donald Trump se convirtió en la Mónica Lewinsky del sistema armamentista. En lugar de seguir mandando tropas a Irak, ahora deja que los ejércitos privados comandados por veteranos de otras guerras protejan a las corporaciones petroleras, y trae a "los muchachos" más cerca, para invadir Venezuela, montar bases militares en Argentina o lo que necesiten para seguir expoliando el mundo. Ahorra dinero estatal y mantiene contentos a sus colegas los empresarios. Los muertos siempre los pone el pueblo. Cualquier pueblo.
Primero trataron de apresarlo por viejos delitos, prescriptos y además, juzgados, sentenciados y saldados, de Julian Assange en Australia.
Como no podía hacerse, intentaron culparlo de abuso sexual en Suecia. Durante semanas, estuvieron montando una escena para hacer creer al mundo que Julian Assange era un delincuente sexual que había abusado de dos señoritas suecas. La causa judicial nunca avanzó porque no hay ninguna prueba de eso. Era una trampa.
Desde entonces aumentó exponencialmente la persecución contra Julian Assange, lo obligaron a pedir asilo político en la embajada ecuatoriana en Londres. Como un mecanismo de relojería, todas las piezas se fueron moviendo coordinadamente en diferentes países del mundo para llegar a la captura de Julian Assange. Y hasta hace unos días, permaneció allí.
Algo similar sucedió con Chelsea Manning, acusada de ser la fuente de ese video estremecedor donde soldados estadounidenses masacran civiles desarmados por diversión, que por entonces aún era soldado del ejército de ese país. Apresada en Irak, fue enviada a una prisión militar en Kuwait, luego a EEUU, a la prisión de Quantico donde en enero de 2011 sus abogados demostraron que estaba siendo sometida a diferentes abusos y castigos. Intentó suicidarse dos veces. La vida de Chelsea Manning corre peligro inminente. La de Julian Assange lo correrá si lo extraditan a los Estados Unidos.
¿Dónde están hoy los periodistas y editoriales del mundo, que se llenaron los bolsillos publicando los Wikileaks en cada región del planeta, en varios idiomas?
¿Dónde están hoy los que premiaron varias veces a Assange por haber denunciado las violaciones a los derechos humanos?
¿Dónde está la ONU, que tantas veces levantó el dedito para recriminar a países del 3º mundo a la hora de imponer sanciones por las brutales violaciones a los derechos humanos cometidas por Estados Unidos?
¿Dónde están ahora los editores, los dueños de los medios de difusión, que deberían estar peleando por la libertad de prensa? ¿Acaso no ven que en cualquier momento cualquiera de ellos es el nuevo Assange?
¿Dónde están hoy los defensores de los Derechos Humanos, cuando con maniobras aceitadas y programadas se violan los tratados internacionales de asilo político, exponiendo a un ser humano en peligro real de muerte, a ser asesinado por una potencia que busca su venganza?
Porque la información veraz, es un derecho humano. Pero hoy nos quieren convencer de que las mentiras son "fake news"; y hasta inventaron una corriente pseudofilosófica para justificarlas "la posverdad", con la que buscan darle un prestigio académico a las mentiras.
Pero la corrupción generalizada en el planeta, hace que por conveniencia, todos callen. El negocio de la venta de armas, deja muy buenas ganancias. Y las coimas son fabulosas.
Si en Argentina tenemos a un traficante de armas armando causas judiciales con su medio de difusión, jueces y fiscales corruptos haciéndolas; ministros comprando testimonios falsos a delincuentes y al presidente pidiendo juicio político al juez que investiga, es "haber entrado al mundo".
El silencio que han hecho los hombres de prensa , de los medios, de las instituciones universitarias y de derechos humanos del mundo, demuestran que no sólo la ética y la moral murieron. Aquel que se diga periodista o político y no levante su voz para denunciar las injusticias, no es más que un gusano de esta putrefacta sociedad que nos quieren vender. Son parte del problema. Son el clavo en el ataúd de las garantías constitucionales por más que griten y vociferen sobre democracia, libertades y derecho.
El arresto de Assange es el arresto de todos nosotros. No somos libres de hablar. No somos libres de pensar.
Hoy no podemos abrir la boca o teclear una palabra sin que miles de algoritmos en cualquier lugar del mundo estén archivando lo que hicimos para ir armando patrones de conducta que en un futuro pueden y serán usados en nuestra contra.
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