2017 será un año turbio e intenso, un año bisagra donde se decidirá nuestro futuro, y asistimos al resquebrajamiento de un gobierno atrapado en su propia incapacidad para implementar una solución verdadera a la crisis que ha generado. Por otro lado, la inexistencia de alternativas superadoras convierten la coyuntura en un atolladero. Sabiendo que el resultado de las elecciones en la provincia de Buenos Aires será decisivo para consolidar las pretenciones hegemónicas, violentas, psicóticas y cínicas de Corporación Cambiemos S.A. con un Durán Barba a la cabeza, idearán el plan estratégico para tratar de reconquistar la amarilla ilusión perdida por las masas. ¿Cuales serán ahora los espejitos de colores conque tratarán de cautivar a una sociedad?...
La estrategia neoliberal será una que ya conocemos en nuestra historia: será la misma que llevó a un Menem a su segundo mandato por voto popular, será la mezcla del voto-cuota y el garrote represivo. ¿Porqué no lo harían? El voto cuota fue uno de los motivos que inclinaron la balanza a favor de la reelección de Menem, hace más de 20 años atrás, cuando en 1995 se difinió en las urnas que el riojano gobierne por cuatro años más el país.
Año de elección en medio de la revolución neoliberal. Y... ¿cual será la estrategia de Corporación Cambiemos S.A. (empresa marketinera como pocas) para posicionar lo mejor posible a un devaluado Felino Macri?
¿Qué van a apoyar los adherentes al cambio?; ¿que la eliminación de las retenciones encarece nuestra mesa?, ¿que las importaciones destruyen la industria local? ¿que el mercado interno está en retirada? ¿que llevaron al 10 por ciento la tasa de desempleo y que sumaron más de 1,5 millones de pobres? Y que no vengan con el verso de la transparencia después de los escándalos que involucran al Felino Macri y sus secuaces. Menos con el funcionamiento de las instituciones, si, en realidad, tratan de amoldarlas a martillazos para poder hacer negocios. Ni con la libertad de expresión ni la Justicia, con la cadena de medios apologistas que no duda en demonizar al que piensa distinto. Nada de eso, simplemente querrán sacar a la gente de la protesta y de la calle, y ponerla en el shopping.
Cuando Menem asumió su primer mandato, en 1989, el desempleo era del 6,8%, y a partir de 1992 trepó a casi el 15% y adquirió carácter estructural y se prolongó por varios años, pero el pueblo lo volvió a elegir sabiendo que era su verdugo, sabiendo que el problema de la desocupación y el incremento de la pobreza fueron consecuencia del modelo neoliberal instaurada, marco en donde precarizaron de manera inusitada los derechos de los trabajadores, a través de las diversas reformas laborales. ¿Poruqé Corporación Cambiemos no intentaría algo similar? Cuando Menem lanzó su candidatura, basó parte de su campaña electoral en un argumento que pudo resultar convincente para un electorado atemorizado y que había caído en la Trampa del Consumismo; instaló la lógica del consumo de mercancías al alcance de todos a través de las posibilidades crediticias y la financiación.
A 20 años de la reelección de Menem, es bueno tener memoria y recordar que muchas voces denunciaban el endeudamiento en que se estaba sumiendo a la Argentina y la desdicha y el desaliento de gran parte de la sociedad, sin embargo el consumo, esa "droga" que se nos suministra para entumecer nuestro sentido crítico y adormecer nuestros pensamientos, muchas veces hace más fuerte la preferencia de seguir instalados en una situación que nos evade de la lucha por condiciones de vida más dignas, y nos permite escabullirnos del sacrificio y los compromisos sociales y políticos que exceden a la comodidad de sumergirse en las góndolas donde se nos vende ilusión en cómodas cuotas.
¿Caeremos nuevamente, como ayer, en la trampa del consumismo y en el voto-cuota de Menem?. El laboratorio de Corporación Cambiemos ya lo está poniendo en marcha, habrá que ver si vos caés nuevamente en su trampa...
La estrategia neoliberal será una que ya conocemos en nuestra historia: será la misma que llevó a un Menem a su segundo mandato por voto popular, será la mezcla del voto-cuota y el garrote represivo. ¿Porqué no lo harían? El voto cuota fue uno de los motivos que inclinaron la balanza a favor de la reelección de Menem, hace más de 20 años atrás, cuando en 1995 se difinió en las urnas que el riojano gobierne por cuatro años más el país.
Año de elección en medio de la revolución neoliberal. Y... ¿cual será la estrategia de Corporación Cambiemos S.A. (empresa marketinera como pocas) para posicionar lo mejor posible a un devaluado Felino Macri?
¿Qué van a apoyar los adherentes al cambio?; ¿que la eliminación de las retenciones encarece nuestra mesa?, ¿que las importaciones destruyen la industria local? ¿que el mercado interno está en retirada? ¿que llevaron al 10 por ciento la tasa de desempleo y que sumaron más de 1,5 millones de pobres? Y que no vengan con el verso de la transparencia después de los escándalos que involucran al Felino Macri y sus secuaces. Menos con el funcionamiento de las instituciones, si, en realidad, tratan de amoldarlas a martillazos para poder hacer negocios. Ni con la libertad de expresión ni la Justicia, con la cadena de medios apologistas que no duda en demonizar al que piensa distinto. Nada de eso, simplemente querrán sacar a la gente de la protesta y de la calle, y ponerla en el shopping.
Cuando Menem asumió su primer mandato, en 1989, el desempleo era del 6,8%, y a partir de 1992 trepó a casi el 15% y adquirió carácter estructural y se prolongó por varios años, pero el pueblo lo volvió a elegir sabiendo que era su verdugo, sabiendo que el problema de la desocupación y el incremento de la pobreza fueron consecuencia del modelo neoliberal instaurada, marco en donde precarizaron de manera inusitada los derechos de los trabajadores, a través de las diversas reformas laborales. ¿Poruqé Corporación Cambiemos no intentaría algo similar? Cuando Menem lanzó su candidatura, basó parte de su campaña electoral en un argumento que pudo resultar convincente para un electorado atemorizado y que había caído en la Trampa del Consumismo; instaló la lógica del consumo de mercancías al alcance de todos a través de las posibilidades crediticias y la financiación.
A 20 años de la reelección de Menem, es bueno tener memoria y recordar que muchas voces denunciaban el endeudamiento en que se estaba sumiendo a la Argentina y la desdicha y el desaliento de gran parte de la sociedad, sin embargo el consumo, esa "droga" que se nos suministra para entumecer nuestro sentido crítico y adormecer nuestros pensamientos, muchas veces hace más fuerte la preferencia de seguir instalados en una situación que nos evade de la lucha por condiciones de vida más dignas, y nos permite escabullirnos del sacrificio y los compromisos sociales y políticos que exceden a la comodidad de sumergirse en las góndolas donde se nos vende ilusión en cómodas cuotas.
¿Caeremos nuevamente, como ayer, en la trampa del consumismo y en el voto-cuota de Menem?. El laboratorio de Corporación Cambiemos ya lo está poniendo en marcha, habrá que ver si vos caés nuevamente en su trampa...
Los datos son del informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA y UNICEF: en Argentina el 48,8 % de los menores de entre 0 y 14 años es pobre. Los niños, niñas y adolescentes son los más afectados por la pobreza, con el 48,8%, y la indigencia, del 11,6%, debido a la falta de políticas que los protejan. Mientras que en 2015 la indigencia para este grupo era del 9%, en 2016 ascendió al 11,6 por ciento. En tanto que la pobreza creció del 43,5% al 48,8 por ciento. En 2010 ambas cifras eran del 10,3% y 43,4%, respectivamente.
La situación es aún más grave para un niño que reside en una provincia del noroeste, donde las posibilidades de sufrir privaciones es 6,5 veces mayor que de la de un chico de la Ciudad de Buenos Aires, según un informe de UNICEF.
En esta situación el trueque volvió a escena, ese método que se popularizó durante la crisis de 2001, cuando la sociedad buscaba la forma de subsistir en un momento económico muy difícil del país. No son un grupo de amigas que van a cambiar una remera por una yerba. Es una sociedad que no puede hacerle frente a la inflación y la demuestra en esas dos cuadras, una frente a la otra, donde se juntan cientos de personas, en su mayoría mujeres con niños, no sólo de Laferrere, sino también de Isidro Casanova, González Catán, Rafael Castillo, y distintas zonas aledañas. Son los anticuerpos de los sectores laboriosos más humildes.
El gran problema es que un país donde lo único que crece es la venta de camionetas 4 X 4, quienes tienen las riendas deben pensar obligatoriamente en un plan B para cuando los esclavos se revelen: seguramente piensan darle algo a ese sector desprotegido para que al menos pueda comer (y se retoban, meta bala!) el gobierno aflojará las riendas todo lo que sea necesario para ganar las elecciones y quedar proyectado a su verdadero segundo semestre que no es otra cosa que el segundo mandato, puesto que de lograrlo ahí sí contaría con escribanía propia en el Congreso. El problema es que si logra instalar la noción de que lo peor del ajuste ya pasó y que ahora con este afloje de riendas se volverá tenuemente al consumo, a la vez que los medios invisibilizán a los miles de despedidos, el oficialismo puede aspirar a salir bien parado del test electoral y sin oposición a la vista.
Todos debemos entender que la única consigna posible en estas horas: O nos unimos o nos llevan puestos por varios años más... El gobierno de derecha de Corporación Cambiemos está haciendo desastres, pero no hay que olvidar que tienen los medios y un enorme aparato de propaganda de su lado, tienen a la justicia de su lado, pero sobre, tienen a la cultura consumista de toda la sociedad de su lado, y ese es el punto más peligroso...
Nos bombardean constantemente a través de los medios de transmisión o medios de adoctrinamiento: compre el celular de sus sueños, el reloj que le hará sentir bien, apueste su dinero al poker on line o cómprese un coche nuevo, y así hasta un sin fin de mensajes diarios a los que todos estamos expuestos por el solo hecho de encender la televisión, abrir el periódico o navegar por la red. "Si compra mi producto usted será feliz", parece ser la consigna, y la consigna, generalmente, es creída.
La operación a gran escala que se apresta a desplegar Marioneta Macri es un endeudamiento masivo de las familias de recursos medios y bajos para apuntalar su frágil poder adquisitivo y mantener girando la rueda del consumo. Es, en definitiva, lo que viene haciendo Estados Unidos desde los años setenta. La única forma de cambiar el humor popular es con un boom de crédito al estilo yanqui, que viven endeudados desde que nacen hasta que se mueren. Acá los que tienen una tarjeta social o algún plástico poco activo van a convertirse en el próximo objetivo de los bancos. La variable que va a cerrar la ecuación para las familias va a ser la deuda. Es la herramienta a la que van a poder apelar para incrementar de manera más suavizada su patrón de consumo después del ajuste de este año. El Macri modelo 2017 tenderá a ser consumista gracias al andeudamiento y las tropas de Durán Barba y Marcos Peña se encargarán de amordazar a los promotores de la frugalidad ajena que permanezcan en sus filas. Si no alcanzan los sueldos? Habrá que poner a la gente a consumir igual, en cómodas cuotas, como hacen los países ricos con sus pobres.
Menem con su 1 a 1 o Kirchner con su "crecimiento con inclusión" pivotearon sobre el convencimiento más duro en la sociedad argentina: creer en el derecho a consumir.
Desde que gobierna Cambiemos llevamos meses discutiendo el corazón del consumista. Aquello que se desprende en la frase malograda de González Fraga, donde detecta en la sociedad un ciudadano inocente al que "le hicieron creer" que podía comprar tal o cual cosa.
Más que lo deseos de soberanía, de igualdad o de desarrollo, más que las batallas culturales (disolvieron la ley de medios sin que volara una mosca), en Argentina lo invencible es el deseo: andá a convencer a alguien que no tiene derecho a comprar un celular. Como billetera mata galán, celular mata gobierno.
Pero también hay un consumo básico que está muy alejado del consumismo sugestionado e impulsivo como el del mercado de celulares, hablo del consumo mínimo que necesitamos para poder sobrevivir, comer, vestirse, movilizarse. Ese consumismo más cercano al club del trueque que reverdece en la Argentina Amarilla y Neoliberal.
Así tenemos que mientras la sociedad apoyó a un modelo político (que era el mimso que lo llevó a la crisis del 2001) que le prometía el consumismo libre y completo que lo llevaría por fin a la felicidad total, terminamos cada vez más cerca del trueque. En una Argentina cuya clase media se horrorizaba por no poder comprar dólares, tener el último Ipad y que se horrorizaba con la idea de ser "Argenzuela", resulta que ahora el poder adquisitivo bajó tanto que miran sus preciados objetos de placer desde la vidriera antes de ir a ver cómo pueden llenar el plato del día.
Nuestro único recurso para enfrentar el tamaño aparato que desplegarán es contar con capacidad de comunicación y aclarar a todos sobre la mentira del relato neoliberal, porque se nos transmite el pésimo y falso mensaje de que la felicidad depende de la adquisición de productos materiales y hasta que no se consigan estos se vivirá en la infelicidad, y si no se dispone del suficiente dinero para consumir uno tendrá la felicidad vetada. Y esta es, en efecto, la gran falacia y el gran engaño al que van a embaucar a gran parte de la población que se someterá al endeudamiento infinito.
Sabemos que estamos frente a un año bisagra. Las políticas antipopulares en curso tienen objetivos que van mucho más allá de la consolidación del actual gobierno. Por un lado ofrecerán trampas de consumismo para endeudar indefinidamente a la sociedad. Por otro lado pretenderán disciplinar al conjunto del pueblo trabajador, avanzando sobre la legislación laboral, sobre los convenios colectivos, sobre la organización gremial y sobre la propia justicia laboral: en fin, apuesta a la pérdida de derechos y conquistas que tienen décadas de lucha detrás. La amenaza de responder a las crecientes movilizaciones populares con un agravamiento de la represión, fogoneada por los grandes medios de comunicación, es la consecuencia obvia para un gobierno que mantiene ilegalmente detenida a Milagro Sala hace ya 14 meses, con la complicidad del poder judicial.
No nos dejemos engañar por embaucadores; no otorguemos a las empresas comerciales ni a los polìticos empresariales de Corporación Cambiemos S.A. el poder de decidir sobre nuestro bienestar presente y futuro y seamos, en cambio, personas independientes que no se dejan engañar tan fácil por los espejitos de colores.
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