En un pico del desquicio en el debate público, Alfredo Leuco se paró frente a una cámara para declarar que quienes preguntan por el paradero de Santiago Maldonado "nos han declarado la guerra". La pregunta es porqué amplios sectores se reflejan en el discurso de la amenaza irreal. Para defender al gobierno voces oficiales y oficiosas salieron a demonizar a la víctima y a los mapuches de manera desquiciada. Vocabularios que remiten a otras épocas –"terroristas", "extremistas"– volvieron a las primeras planas de los diarios. Las acusaciones alcanzaron niveles grotescos. En un solo párrafo el diario Clarín sostuvo que a los mapuches solía apoyarlos el gobierno kirchnerista, que ahora recibían algún sospechoso "financiamiento internacional", que estuvieron vinculados a las Madres de Plaza de Mayo y a la UBA (?) y que habían recibido entrenamiento de la guerrilla kurda y también de la ETA (otro articulista añadió a la lista a ISIS). Como el dislate pa