Pasó ahora con los dichos de la senadora cordobesa sobre los chicos del interior que se atienden en el Garrahan, pero no es la primera vez que sucede, ni será la última: ocurre algún hecho (fáctico o discursivo) de crueldad explícita de nuestra derecha real y muchos se asombran, como si fuera la primera vez, o como si no hubiera antecedentes. Remitiéndonos exclusivamente a la actual experiencia de la derecha en el gobierno, es como si Milei no hubiera hecho la campaña que hizo, con la motosierra, e igual millones lo votaron. Todos los "sorprendidos" tributan en un punto a la doctrina Natanson de derecha "buenas" o "razonables" y otras que no lo son; confundiendo modos, mercadotecnias o arquitecturas electorales y lenguajes, con proyectos, intereses y modelos; sin advertir que mientras unos cambian, los otros son lo mismo siempre, bajo diferentes ropajes. Como si Macri -apenas unos años antes que Milei- no hubiera hecho exactamente lo mismo que está hacie...