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Steven Wilson - To The Bone (2017)

To the Bone: el pop según Steven Wilson. Un disquito que traemos a colación gracias a Carlos el Menduco y Miguel Angel y que nos sirve para meternos en un terreno que tenemos poco explorado (seguramente por una cuestión de gustos ya que, al menos para mí, no es el estilo que más me llama la atención): el pop/soft-rock progresivo a lo Kate Bush, Supertramp, Peter Gabriel y hasta ABBA. El último héroe del rock progresivo lanzó un ambicioso disco en el que se desprende de las etiquetas. El mismo Steven Wilson había anticipado que To the bone podía inquietar a sus incondicionales seguidores. Y eso es lo bueno, el tipo se la juega y se larga a hacer lo que tiene ganas más allá del resultado y sobretodo de los resultados económicos y monetarios, dando una perspectiva de una de las aristas de la música progresiva: su libertad, su imprevisibilidad, su valentía y la capacidad de sorprender, y este disco cumple con todo ello, por más que te guste o no.

Artista: Steven Wilson
Álbum: To The Bone
Año: 2017
Género: Pop prog
Duración: 59:46
Nacionalidad: Inglaterra


Acabo de hacer un disco [‘To the Bone’] donde eliminé muchos de los elementos más conceptuales y me concentré en escribir canciones.
Steven Wilson

Wilson siempre ha dicho que le encanta tanto ABBA como King Crimson. Él es así de ecléctico en sus gustos musicales y con este nuevo álbum ha querido rendir cuentas con ello. A algunos les encantará y otros lo sentirán dudoso, pero en definitiva es su genio creativo expresándose más allá de lo que podamos pensar nosotros...

El mismo Steven Wilson (49) había anticipado que To the bone podía inquietar a sus incondicionales seguidores. A dos años de la publicación de Hand.cannot.erase, álbum conceptual que lo consagró entre las mayores figuras actuales del rock de vanguardia, “el más exitoso artista británico del que nunca has escuchado”, como lo llamó The Daily Telegraph, lanzó ayer su esperado quinto LP solista. Un trabajo que, tal como adelantó su autor, ha dividido aguas, no tanto entre los críticos -que ya lo sitúan entre los lanzamientos del año- sino en su fanaticada, donde ha encontrado cierta resistencia entre su facción más purista.
La manzana de la discordia parece estar justo en la mitad del álbum, apenas comienza a sonar el piano de Permanating, probablemente la primera canción alegre y bailable de toda la discografía del británico, quien desde ahora, para decepción de algunos, se instala definitivamente como una figura de la música popular contemporánea, sin etiquetas. “Tengo la reputación de ser un poco deprimente con mis canciones, pero en este disco intenté ser algo más positivo”, contaba Wilson a Culto, en una visita al país en abril pasado, sobre su nueva apuesta de estudio, cuyo objetivo final es reimpulsar lo que él llama “la ambición en el pop”. La de sus compatriotas David Bowie, Kate Bush, Peter Gabriel e incluso Propaganda, grupo de synthpop alemán que cita entre sus referentes.
“Habría sido fácil hacer otro Hand.cannot.erase, pero yo no soy así. Aquellos que me han inspirado en la música, como Bowie, Zappa, o los mismos Pink Floyd, siempre daban la sensación de reinventarse con cada nuevo disco”, explicaba el ex Porcupine Tree durante las grabaciones del videoclip de “Nowhere now”, registrado en diversas locaciones del desierto de Atacama. Un año después de su séptimo show en Chile -en el Teatro Caupolicán-, el solista visitó el Valle de la Luna, el observatorio Alma y otras locaciones que escogió para el clip del próximo single del disco, donde un narrador observa maravillado la Tierra desde el espacio.
“En líneas generales, el disco anterior era bastante negativo y crítico en su visión del mundo. Este es más optimista, irónicamente, en el momento en que todo parece estar peor que nunca”, dijo sobre el espíritu de To the bone, donde entrega su visión de hechos que han marcado la agenda global -como la crisis de los refugiados o el tiroteo en una discotheque gay de Florida de 2016- y de las relaciones de pareja, con una mirada algo más edificante y arreglos y melodías “pegajosas y con más gancho”, explicó.
“Muchas veces se me ha definido como un artista de música progresiva pero nunca me he considerado eso”, decía Wilson, yendo atrás en sus recuerdos para definir la sensibilidad pop que recorre su álbum. “Crecí en una casa donde se escuchaba The Carpenters y Pink Floyd. Y siempre me encantó el gran pop. Me refiero a “I feel love” de Donna Summer, “S.O.S.” de ABBA, que son parte de mi ADN tanto como The dark side of the moon o los primeros discos de Black Sabbath. De niño nunca hice distinciones y ese es el estado mental de este álbum”, agrega.
Andrés del Real

Personalmente no me inclino por ningún extremo, no es el mejor disco de Wilson pero tampoco es una porquería, porque su estilo y su genialidad están plasmados ahí. Simplemente, un disco distinto en su discografía.




A ver, al disco no lo escuché tanto como para hacer una reseña, y la verdad que no es tanto de mi gusto como para ponerme a escucharlo repetidamente para hacerles una reseña a ustedes, y prefiero reseñar otros discos que a mi parecer son mucho mejores, o al menos me gustan más, por ello me voy a basar en la reseña de terceros, pero ojo que aquí los comentarios pasan de una punta a otra, para algunos, como sucede en el próximo review, el disco es directamente defenestrable, para otros, como los comentarios que le siguen, simplemente es muy bueno. Y como siempre, como en todo, la última palabra la tenés vos.
Reseñar este disco va a ser una tarea de lo más compleja. No por el álbum en sí mismo, sino por tener que contener en este artículo todas las sensaciones que desde hace semanas se vierten sobre el nuevo trabajo de Steven Wilson. Un músico genial que, claramente, como veníamos diciendo desde que sacara en 2015 'Hand.Cannot.Erase.' que estaba endiosado y en su mundo.
Algunos lo tomaron como una crítica injusta y un comentario descabellado, desnortado y motivado por una animadversión hacia el británico. Para nada. 'To the Bone' demuestra todo esto y mucho más. Pero partamos de lo que es justo: cada artista y cada creador tiene la libertad absoluta para componer y publicar el disco o la obra artística que desee. ¡Estaría bueno! Vamos a dejar de lado, por tanto, cualquier rollo musi-nazi de este asunto.
Apartanto las malas ondas, sólo se me ocurre que Wilson con este disco haya querido o bien provocar al público o bien hacer lo que sus santos testículos le pedían realizar. Y más bien será lo segundo. El caso es que nadie debería escandalizarse porque el ex líder de Porcupine Tree se ponga a hacer esta música pop a estas alturas. ¿Acaso no habíamos oído sus colaboraciones con Aviv Geffen en Blackfield? ¿Acaso Porcupine no tiene docenas de canciones si no poperas, sí casi poperas?
Wilson siempre ha dicho que le encanta tanto ABBA como King Crimson. Él es así de ecléctico en sus gustos musicales y con este nuevo álbum ha querido rendir cuentas con ello sin sentirse obligado a conceder otro deseo cumplido a sus seguidores de rock progresivo, como si del genio de la botella, forzado por su destino, se tratara.
Ahora, que si hay que hablar musicalmente del trabajo y calificarlo, está claro que hablaremos en términos de 'prescindibilidad' del mismo. Dicho de una manera menos solemne: que no hace falta que os lo compréis, por muy seguidores que seáis de su música. Si bien es cierto, como no iba a ser motivo de duda, es capaz de componer grandes y bonitas canciones como 'Pariah', seguramente su mejor pieza del disco. La colaboración con la vocalista israelí Ninet Tayeb es una preciosidad de canción, con momentos muy emocionantes y emotivos, unas capas de post-rock al más puro estilo Sigur Rós que nos llegarán al corazón y que dan el perfil más propio de Peter Gabriel en el álbum.
No es, por supuesto, la única referencia al genial músico británico y ex de Genesis que encontraremos en 'To the Bone'. El propio Wilson ha admitido que el trabajo actual es un homenaje a los discos pop que le fascinaron en su juventud, tales como el 'So' del mencionado Gabriel, 'Hounds of Love' de Kate Bush o otros grupos como Tears for Fears. Nada malo en ello... ¿o es que ninguno de nosotros hemos gozado acaso con las andanzas poppies de Gabriel y otros tantos?
Pero insisto, no es éste un disco comparable al 'So' ni a ninguna otra joya más comercial de grupos y artistas progresivos que hicieron su paseíllo por estas sendas pop. El mismo tema 'To the Bone', que abre el disco, es de lo más insulso. 'Nowhere Now' nos evoca al Mike Oldfield más popero, por dar otro ejemplo, y nos ofrece el lado más naïf de Wilson, con una buena instrumentación de la banda, basada por cierto en músicos de gran clase como el omnipresente bajista Nick Begg, los baterías Jeremy Stacey (King Crimson actuales) y Craig Blundell (ex Pendragon) o su ya fijo teclista Adam Holzman.Los más rockeros llevarán mal, por supuesto, temas noventeros como 'The Same Asylum as Before', donde le recordarán el lado más frívolo del pop-rock, donde al menos disfrutaremos de una segunda parte instrumental muy buena por parte de guitarras y batería.
Sobre la mitad del disco encontramos 'Refuge', donde los teclados ochenteros toman el control, al más puro estilo revival que ha generado la serie 'Stranger Things' de Netflix. Interesante pieza musical a modo de homenaje a esa época musical.
Nada que ver con la ya conocida 'Permanating', un single que escuchamos hace semanas y que es tremendamente desagradable para alérgicos al pop alegre y sin preocupaciones. No vamos a negar cierta inspiración feliz de los Beatles más poperos, pero esas bases sintetizadas nos hacen olvidar casi quién es Wilson y las maravillas que podría estar creando en estos momentos en lugar de realizar un disco tan mediocre y prescindible. Es casi la misma sensación que dejará en nosotros el tema 'People Who Eat Darkness'.
De todos modos, Wilson intenta dar su dosis adecuada a los 'proggies' con un final de disco más 'audible'. Por ejemplo tiene su homenaje a los Genesis más bucólicos en la corta pieza de dos minutos 'Blank Tapes'. Poco después, 'Song of I' intenta descaradamente homenajear al Peter Gabriel más 'eMTVizado', aunque no sin cierta brillantez en su buen hacer. Casi al final llega 'Detonation', un tema de casi 10 minutos que, podríamos decir, es su mayor acercamiento al concepto de música progresiva por su parte. Aunque desde el inicio encontramos bases sintetizadas, sí presenciamos cierto viaje hacia lugares oscuros y terrenos más guitarreros, complejos y con cierta ambición artística que nos recuerda incluso a los mejores Porcupine Tree.
Cierra el álbum 'Song of Unburn', a mi modo de ver una aburrida composición que intenta ser emocional pero que se pierde entre tanto artificio de la sala de mezclas y de producción excesiva. Otro fiasco más en un disco que, no dejaré de insistir, pasará sin pena ni gloria en el futuro, que nunca estará entre nuestros favoritos y que, siento decirlo, no merece la pena comprar por muy fans que seamos de Wilson y su entorno 'porcupiano'. Se trataba de un álbum que, por alguna razón, él necesitaba componer, crear y publicar. Bien. Ya está hecho. Te esperamos dentro de dos años con una apuesta musical mucho más interesante, Steven. Ojalá.
Calificación: 4/10
Pablo M. Beleña

Llevo bastantes años hablando del tema Wilson con un amigo mío y siempre suele ser acabar de la misma manera. Un servidor confirmando que echa de mucho de menos a PORCUPINE TREE y mi amigo confirmando que, siendo eso muy cierto, STEVEN WILSON le aplaca bastante esa sed. En mi mente, todavía quedan muchos recuerdos de aquellos primeros discos de STEVEN WILSON en solitario como “Insurgentes” o “Grace For Drowning” donde, como me gusta llamarlo a mí, “el devaneo musical” hacia que me costase entrar en los discos, como si paladearlos y sacar todo su jugo necesitase de un esfuerzo de concentración. No me mal interpreten, son grandísimos discos, pero al que abajo suscribe le costó su tiempo poder apreciarlos en su totalidad. Nunca tuve esa sensación con PORCUPINE TREE. A eso me refiero cuando digo que echo de menos a PORCUPINE TREE.
Luego vino “The Raven That Refused to Sing…” y la confirmación de lo evidente: se paraban las máquinas de PORCUPINE TREE para que Wilson pudiese experimentar todas sus necesidades musicales sin límites. Eso era 2013. Curiosamente, el mejor disco de Wilson en solitario, a mi modo de ver. Ahora, 2017, 4 años después. Se confirma que PORCUPINE TREE sigue escondido en el armario y STEVEN WILSON parece que se aleja un poco de sus inicios y se acerca un poco más a música más minimalista, íntima y acogedora; sin ese “devaneo” que requería esfuerzo y ofreciendo un “TO THE BONE” que deja huella desde el primer segundo. Sin embargo, aunque mis palabras se puedan traducir como un disco más comercial, más sencillo, más directo, más fácil… no pretendo transmitir esa analogía. Entremos un poco en detalle.
“TO THE BONE” no es un disco conceptual, como su anterior “4 ½” pero sí ha sido confirmado por el propio Wilson que cuenta con muchísimo significado a nivel lírico. Desde los primeros segundos estilo speech se entra en la crítica de la sociedad del S.XXI, especialmente, se observará a lo largo de todo el disco una crítica a la verdad, una verdad demasiado flexible para los tiempos que corren. También hay una connotación mundial alrededor de los refugiados y Wilson lo trata con frecuencia en este plástico. Así que, una vez más el británico sabe mojarse y darle ese punto de crítica actual.
Todo apunta a que la banda ha cambiado mucho. El propio Wilson se ha encargado de todas las guitarras y en las baterías ha contado con Craig Blundell (FROST*) y Jeremy Stacey (KING CRIMSON, NOEL GALLAGHER, SHERYL CROW, STEVE HACKETT….). Esto se puede traducir como toda una declaración de intenciones que el propio Wilson ha confirmado: “este disco está tremendamente influenciado por los discos del pop progresivo que escuchaba en mi niñez. PETER GABRIEL “So”; KATE BUSH “Hounds Of Love”; TALK TALK “Colour Of Spring”; TEAR FOR FEAR “Seeds of Love”.
Muy a mi pesar, se ha dicho adiós al tremendo aporte de Marco Minnemann en la batería y de Guthrie Govan en la guitarra. Aunque parece que en las guitarras entra David Kollar de KING CRIMSON. Mi mente recuerda, ¿no está el señor Gavin Harrison en KING CRIMSON? Por favor, que hayan hablado de PORCUPINE… perdón, eso es otro tema.
La cristalina voz de Ninet Tayeb ha tomado más peso en este “TO THE BONE” aportando una inigualable compañera de voces. Como novedad, Mark Felthman en la armónica. Si me fijo, me doy cuenta de que todas las canciones donde salen Ninet y la harmónica son auténticas obras de arte, por una razón u otra se han convertido en mis favoritas de “TO THE BONE”.
Ahora sí que entramos en detalle, perdón por el rodeo.
Abren con “To The Bone”, una manera maravillosa de abrir la lata. Un estilo muy wilsoniano donde nos podemos dar cuenta que las guitarras con efectos van a rescatar el valor de la harmónica a lo largo de todo el tema y donde la voz de Wilson es 100% suya (lo menciono, porque en otros temas, Wilson ha explorado tonos muy distintos a los que nos tiene acostumbrados). La aparición de Ninet al lado de Wilson da un color bastante sesentero sobre esas guitarras más funk. Una canción muy suya y a la altura de las expectativas.
“Nowhere Now” es la primera muestra de que Wilson entrará más veces por la puerta intima que por la ruidosa y extrovertida. “Nowhere Now” es un tema más tranquilo donde las guitarras limpias y los teclados etéreos hacen una base firme para las voces más suaves y calmadas.
Después tenemos un tema que dará la vuelta al mundo, si no lo está haciendo ya, “Pariah”. Ninet y Wilson mano a mano, el primer video en el estudio de grabación de Wilson fue para esta canción. No me gustaría llamarla balada, pero es una palabra que se aproxima bastante para poder transmitir el estilo de canción. Una canción que rezuma tristeza y desesperación con un Wilson muy lineal pero con Ninet dando muchísimo cuerpo; quedando así una mezcla única. Una pieza hermosísima digna de ponerse al límite del volumen que toleran tus oídos.
Le siguen los 7 minutos de “Refuge” toda una oda a la dureza, crudeza y, realidad; la crisis mundial alrededor del refugiado. Una canción que comienza con muchísima dureza y agonía lírica que no desaparecerá en todo el tema ni siquiera con los sintetizadores más volátiles y que te estremecerán cuando juega la harmónica de Felthman y el solo de guitarra. Es una canción tremendamente impactante donde todo encaja.
Volvemos al juego al que nos tiene más acostumbrado STEVEN WILSON con “The Same Asylum As Before” solo que esta vez, tenemos la primera muestra de esas voces de Wilson a las que no nos tiene acostumbrado. Sin embargo, ahí están esas guitarras acústicas que tanto le gustan, los sonidos eléctricos en las estrofas, la extravagancia y creatividad compositiva de un genio que no tiene límites, un estribillo tremendamente cañero que alimenta mi hambre de PORCUPINE TREE. ¡Ojito!
“Permanating” es una muestra total de funk pop cultural en el que se crió Wilson y que mencioné antes. Una voz muy aguda al estilo ABBA por momentos, una batería apenas cambiante, unos teclados fiesteros. Un tema que da color y baile a “TO THE BONE”. Para un servidor, demasiado viaje en el tiempo. A continuación le unen otro tema más interludio que tema, “Blank Tapes”. La voz de Wilson, una guitarra muy limpia, un piano, la voz de Ninet mano a mano… y el tema se acaba.
“People How Eat Darkness” empieza como la muestra de pop británico que falta en las influencias de Wilson del disco, pero pronto se transforma en todo un temazo del progresivo al más puro estilo STEVEN WILSON. De esta manera se deja de lado ese tramo del disco donde Wilson explora otros puntos de vista. Increíble tema.
“Detonation” es lo más cercano a su pasado en solitario. Un tema tremendamente cambiante que viaja por todos los momentos que puede ofrecer una canción de 10 minutos. Influencias electrónica a lo DEPECHE MODE, guitarras limpias y sonidos distorsionados, crudo y cristalino. La estrofa es estribillo y el estribillo es estrofa, el guión no está escrito, solo unos apuntes simples ejercen de línea argumental constante, influencias funky de los 60 americanos, guitarras que protagonizan pasajes al estilo trompetas del jazz. Toda una detonación músical tras un coctel tremendamente agitado.
Una nueva invitada sale a la palestra con “Song OF I”, Sophie Hunger, una suiza afincada en Londres que le da al pop, jazz, compositora de cine, capaz de cantar en 5 idiomas… una de esas personalidad que Wilson sabe descubrir y acoger para crear una unión productiva. Un tema tremendamente oscuro, muy cadente y lúgubre. Con video clip acorde al tema, todo sea dicho.
El disco acaba con “Song Of the Unborn” donde vuelven a estar esas voces angelicales que utilizo en sus anteriores discos resultado de un coro de niños. Un tema muy de la época de “The Raven…” un estribillo muy melódico con una estrofa muy calmada donde la conexión está en una parte final del tema muy intensa.
En resumen, se puede decir que con “TO THE BONE”, SW ha logrado ofrecer unas estructuras musicales más concisas, sin significar que son más simples o intrascendentes. Y me limito a parafrasear sus propias palabras.
Jorge Carcamo

No había salido aún el quinto álbum de estudio del nuevo genio del progresivo, al que en las redes sociales se discutía si los temas de avance de su nuevo disco To The Bone eran una maravilla o bazofia. Han pasado más de dos años y medio desde el lanzamiento del último álbum de Steven Wilson, que fue un éxito rotundo y sus fans, entre los que me incluyo, esperábamos este nuevo trabajo como agua de mayo.
No es de extrañar que un músico como Wilson, que posee un abanico tan grande de gustos e influencias, no dude en cambiar su música a cada disco; además su amor por el pop siempre se ha visto más reflejado en otros proyectos como Blackfield junto a su amigo Aviv Geffen.
Cuando Andy Partridge de XTC confirmó a finales del 2016 que comenzaba la grabación del álbum y que coescribía dos temas junto a Wilson, ya intuía por donde iban los tiros. To The Bone es un cambio estilístico que no coge desprevenido al verdadero seguidor de Wilson. Este es su disco de pop progresivo elaborado como los buenos orfebres, con mano y pulso que solo los mas grandes poseen.
La obra emana aromas que recuerdan a Tears for Fears, TalK Talk, (la presencia de Mark Feltham es todo un acierto),Todd Rundgren, Kate Bush, y hasta algunos trabajos de Peter Gabriel ,y en algún momento hasta la Electric Light Orchestra, todos ellos grupos que han sabido enfocar el concepto de rock progresivo de una manera mucho más amplia y menos prehistórica, que otros que no salen de su caparazón sin su manual de composición progresiva.
Seamos honestos, la palabra progresiva conlleva consigo el concepto de progresión, y si hay alguien que ha sabido y hecho progresar este estilo de música ese ha sido Steven Wilson y justamente con To The Bone le vuelve a dar otro giro para no repetir hasta la saciedad un patrón antes de que se convierta en un artista obsoleto o encasillado. Su mente prodigiosa va mucho más allá, y afirmar como he podido leer que Wilson está en falta de inspiración me parece un enorme desconocimiento musical, porque justamente con este trabajo Wilson vuelve a sorprender creando un pop progresivo por momentos jubiloso y en otros oscuro y misterioso, como él solo sabe confeccionar. Once canciones de una fuerza sónica y melódica impresionante. Un disco perfectamente acorde a los tiempos que vivimos.
Los cuatro álbumes de Steven en solitario han sido muy diferentes entre sí, y una vez más este último álbum será un paso hacia adelante, algo muy diferente pero no por ello falto de genialidad. Ya que tanto gusta etiquetar las cosas, se podría decir que Wilson ha sacado una masterpiece de Pop Progresivo.
Por si fuera poco la fuerza de las letras siguen hurgando en la profundidad del ser humano en su faceta más inexorable, y lo hace con la misma emotividad que siempre, simplemente esta vez en vez de recurrir a virtuosismos deslumbrantes, recurre a otra táctica que a los más obtusos les parecerá poco ortodoxa, pero en ningún caso baja el nivel de genialidad, es más, demuestra que a semejanza de unos de sus ídolos, Wilson sabe también ser camaleónico y y se reinventa a cada disco. Las muertes de Bowie, Prince han marcado mucho el camino a la hora de componer este trabajo, asimismo no es nada que sorprende el que recurra a desviarse un poco del camino marcado, es un músico que empezó escuchando a Donna Summer y Pink Floyd, por lo tanto alguien con un espectro musical mucho más amplio y maduro que el típico sectario encasillado en un estilo que no sabe salir de su laberinto.
En definitiva y para dejarlo bien claro, si cuando Rush saco “Signals”, Genesis “Abacab”, Marillion , “Seasons End” y YES “90125” te echaste las manos a la cabeza y dejaste de escuchar sus discos, este no es tu disco. Pero si por lo contrario cuando escuchaste estos discos te sorprendiste y les diste otra oportunidad hasta pillarles el punto, entonces “To The Bone” es para ti.
Laurent Berger

Todos tenemos nuestros ídolos y héroes musicales: Beatles, Stones, King Crimson, Morrissey… Y otro de ellos, en mi caso, es Steven Wilson.
Creo que alguna vez lo mencioné: Conocí a Steven gracias a un disco de Yoko Ono, en el que reversionaba un viejo tema de ella (Death of Samantha), y me fascinó, por lo que meterme en el mundo de Porcupine Tree fue inevitable. Desde sus inicios con viejos cassettes como “Love, Death and Mussolini” y el primer álbum *oficial*, “On the Sunday of Life” hasta lo que era su último disco para ese momento, “Fear of a Blank Planet”.
Allá por el año 2009, luego de “Fear…” Steven editó su primer álbum solista, “Insurgentes”, que para mi aún sigue siendo su mejor lanzamiento. Lleno de grandes canciones como Harmony Korine, Abandoner, Significant Other, No Twilight Within the Courts of the Sun, The 78…; Después de eso Steven volvió con Porcupine y editó lo que para mi es el más flojo de sus álbumes, “The Incident”.
Lamentablemente para todos nosotros, después de ese disco la banda murió. Y al parecer Steven no tiene muchas ganas de revivirla.
Por suerte, Steven no se quedó quieto y en 2011 editó otro gran disco solista, “Grace for Drowning”, y en esta ocasión se trató de un disco doble. También rebosante de temazos como No Part of Me, Index y Raider II. “Grace for Drowning” no es muy distinto a “Insurgentes”, sino que se siente más como una continuación, con canciones que podrían estar en ese álbum.
Para el 2013 Steven nos trajo lo que sin dudas es el disco más “progresivo” de su discografía, y uno de los más exitosos. “The Raven that Refused to Sing” fue un disco que tuvo más repercusión que todo lo editado antes por SW, y con justas razones. Clásicos como Luminol, Drive Home, The Holy Drinker y el tema homónimo. “Raven” es un conjunto de canciones que siguen sonando tan geniales como cuando fueron editadas.
En 2015 llegó el disco con mayor reconocimiento de su carrera, el álbum conceptual “Hand Cannot Erase”, que sin ser mi favorito, es un gran disco, donde ya empieza a advertirse una parte más “accesible” y “comercial”, en temas como el homónimo, Perfect Life y Happy Returns.
Ahora, hoy Viernes 18 de Agosto de 2017, Steven nos trae su nueva obra. “To the Bone”. Digo HOY porque es la fecha de lanzamiento oficial, pero el disco se filtró hace unos 15 días (pero no iba a hacer una review de algo obtenido ilegalmente).
Creo que el primer aspecto destacable es que “To The Bone” es el PRIMER DISCO de Wilson editado y distribuido por una compañia multinacional (Caroline Records, en este caso), por lo que podemos advertir que hay una idea oculta de tratar de trascender el título de “músico de culto” y alcanzar un poco más a las masas. Y por lo que es el álbum va a conseguirlo (o al menos quedar a las puertas del éxito rotundo)
Los adelantos de “To The Bone” comenzaron hace bastante tiempo, con cortes de todo tipo:
El primero había sido Pariah, una nueva colaboración con la cantante Ninet Tayeb, a quien conocimos a partir de su emotiva interpretación en el excelente Routine del “Hand Cannot Erase”. A primera oída Pariah es una canción que trata de sonar como Routine II, pero le falta *algo* para llegar. No sé si la letra no está a la altura, o si simplemente la música no es tan buena como había sido el tema mencionado. No obstante, tras unas cuantas oidas (sin considerar líneas vergonzosas para SW como “I’m tired of Facebook“), la canción nos llega, gracias a la interpretación de Ninet, alcanzando un nivel emotivo con su grito en “It will take timeeee“.
Digamos que para “primer single” fue una opción, creo yo, fácil, dado que es de lo más comercial que podemos encontrar. Pero a pesar de sonar comercial está muy lejos de ser un mal tema. Insisto, suena a Routine Parte II, aunque no en su totalidad. Escuchen y juzguen ustedes mismos.
Tras un comienzo auspicioso, a mi entender, llegó uno de los peores temas en toda la carrera de Steven. Me refiero a The Same Asylum as Before. Totalmente comercial y pegadizo, pero lo veo flojo en todos los aspectos. Y sin lugar a dudas lo más molesto es el falsetto que Steven usa durante casi todo el tema. No sé, no me gusta esa voz. Y musicalmente, de a ratos suena como el tema Prodigal (de “In Absentia” de Porcupine Tree). Trágicamente, The Same Asylum suena asquerosamente comercial, sin vida. Digamos, hubo temas de Porcupine que tenían este tono como Four Chords that Made a Million, The Sound of Muzak o Piano Lessons, pero tenían UN PUNTO y un concepto. Digamos que esa idea les daba cierta forma a estas canciones “vacías”, pero no encuentro nada que salve a The Same Asylum.
Por suerte, el tercer corte fue bastante más interesante. Song of I, con la presencia de la cantante Sophie Hunger (Que no tengo la más mínima idea quien es), pero el resultado es extrañamiente bueno. Un tema que no suena a nada que haya hecho Steven anteriormente. Impredecible, pero a la vez tiene tonos que pueden remitir a cosas como Sleep Together de PT, Index o algo que haya editado Massive Attack. Ni idea quien será la buena de Sophie, pero su presencia le aporta un poco de oscuridad al tema. No es lo mismo que Ninet, Sophie tiene otro tono y no suena épico, sino que va más por el lado perverso (por llamarlo así). Sin dudas, el tema más destacado de los editados hasta el momento.
Ahora bien, cuando parecía que la cosa venía en senda mejoría, nadie esperaba un golpe como lo que siguió. Y si damas y caballeros, claro que me refiero a la porquería de Permanating. Nunca pensé que diría eso de un tema de mis ídolos, pero esto es realmente abominable, obsceno y maligno. Y seguro algún fanático va a saltar enojado, pero esta canción no tiene justificativo. Me dirán que es homenaje a Abba o cosas así pero la verdad no me interesa. No sé en qué estaría pensando nuestro ídolo, pero esto es bajísimo. “Hold on, hold on to the minute”… Ya desde el comienzo nos quedamos con cara de “qué carajos es esto” y hasta revisamos si estamos escuchando a Wilson o si alguien nos cambió el tema por otro. Pero no. Lamentablemente esto es SW. Y para colmo de males, no contento con la obscenidad del tema, SW editó un video que hace que la situación sea aún peor. Imaginen esto: Tema totalmente comercial de 3 minutos, muy malo, y encima de eso pongan un video con una cantidad de bailarinas haciendo “bollywood”… Ya la cosa es intolerable e insalvable. Digamos, no pido que SW haga siempre lo mismo, ni se quede en “The Raven”, pero esta canción es vergonzosa. Lo más grave del caso es que en una entrevista leí algo como que es una de las canciones de las que SW está más orgulloso. Que me perdone, pero qué pésimo gusto. Habiendo un catálogo hermoso, estar orgulloso de esto parece una joda.
Ya después de Permanating me quedaron los nervios a la miseria. Justamente unos días después de que se editara el tema apareció el disco filtrado. Obvio que lo baje, y lo escuché, aunque realmente me dio miedo encontrarme con cosas peores que Asylum y Permanating. Por suerte, no hay nada tan malo como eso y hay una cuantas canciones que curan un poco el dolor de esos tracks totalmente olvidables. Convengamos, primero, que el sonido del disco es diferente a todo lo editado antes. El comienzo del álbum es con el tema homónimo, To the Bone, suena pop, pero no es malo. Tiene calidad y buen tono, y está muchos escalones más arriba de los cortes extraidos.
Mi principal queja con el álbum es el orden de las canciones. Lo veo CLARAMENTE dividido en “Lado A” y “Lado B”, 5 temas de cada uno. Hasta ahí eso va bien, el problema es que justo en el medio está Permanating, CORTANDO TODO, muere la fluidez. Y además de eso, cuando llegamos a uno de los mejores temas del disco, Refuge, la cosa se puso bárbara. Pero después de eso llega la mitad a la que hice referencia. A mi entender es un error muy grande, porque Refuge hasta el momento era lo mejor del disco. Una canción que no suena como ninguno de los singles, sino que tiene un sonido más clásico y acorde a la historia de Steven. Tal vez no suene a “The Raven”, pero remite a lo mejor de “Hand Cannot Erase”.
Después de Permanating, tenemos una pequeña canción de 2 míseros minutos, Blank Tapes. La veo como una especie de Belle de Jour (de “Grace”) y una introducción al primer tema “progresivo” y “duro” del disco. People Who Eat Darkness sin dudas es un punto alto de “To the Bone”, con todo lo que realmente nos gusta de SW. Al fin tenemos algo de velocidad, mezclada con algo de paz, pero formando un tema clásico y homogéneo. Y esta vez el orden de los temas es bueno, porque sigue el anteriormente mencionado Song of I.
Y por suerte ya llegando al final nos queda el mejor track del álbum. Me refiero a Detonation, el tema más largo y desarrollado de “To the Bone”. Seguro que esta canción dejará contentos a los fans de siempre. Un tema oscuro, con toques electrónicos, pero con tonos a Harmony Korine de “Insurgentes”. Sin dudas es el más “progresivo” del álbum y queda bien arriba en mi lista de favoritos. Desearía más temas de este calibre, pero…
Y como último tema tenemos el triste y suave Song of Unborn. No tendrá el efecto de Insurgentes, pero a mi entender da un muy buen cierre a un disco que por momentos se estaba yendo a cualquier lado. Queda un sabor agridulce por la canción y lo triste de la letra, pero no concebiría que el álbum terminara con otro tema.
La verdad me costó asimilar el álbum y tuve que escucharlo muchas veces. No obstante, a pesar de que tiene sus buenos momentos, lamentablemente son simplemente “buenos” y no llegan a ser “grandiosos” (como si teníamos en todos los discos anteriores). Y si sumamos que hay varias canciones flojas y algunas horripilantes, llego a la conclusión de que es lo más flojo que ha editado Steven desde que comenzó su carrera.
Rating thetimeisdead: 6/10
Me encantaría ponerle un poco más, pero siento que un 7 ya sería demasiado, especialmente porque los temas flojos son MUY MALOS. Probablemente algunos se enojen, pero es indudable que “To the Bone” no está a la altura de los lanzamientos anteriores y no creo que adquiera el status de “The Raven” o “Hand Cannot Erase”. Una lástima, porque seguro habrán quedado mejores canciones que Asylum y Permanating guardadas en el archivo de SW. Sin esos tracks, y otros dos a la altura de Refuge, seguro subía a un 8.
thetimeisdead

Un componente inherente a la música progresiva es la experimentación. Sin temor a equívocos, uno podría señalar que los grandes precursores de cada género –entre los que sin duda está el rock– han utilizado métodos vanguardistas y poco ortodoxos para adentrarse en los siempre difíciles recovecos de la originalidad. De cierta forma, entonces, quienes han marcado el camino han abrazado el estilo progresivo aun sin declararlo abiertamente. Y es que alcanzar la particularidad, ese “algo” distintivo que sin duda todo músico busca, supone una actividad de riesgos al incorporar a lo propio otra naturaleza extranjerizante o ajena. Es ése justamente el ejercicio que ha utilizado Steven Wilson a lo largo de su carrera, tanto en su faceta grupal con Procupine Tree, como en la solista.
En tal sentido, su último disco “To The Bone” supone otro paso más en su búsqueda de la innovación al insertar abiertamente el pop dentro de su diseño musical, por cuanto el disco está escrito en una clave mucho más accesible que sus trabajos anteriores, y para ello ha abandonado algo que caracterizaba a aquellos: la pesadumbre. Es cierto que esta aún persiste en cortes como “Refuge”, “Detonation” o “Song Of Unborn”, pero ya no tiñe el óleo musical del inglés, como sí ocurría prístinamente en sus dos primeros trabajos, “Insurgentes” (2008), y “Grace Of Drowning” (2011). Bien calculada la intención, para esta ocasión contó con el reconocido productor Paul Stacey (Oasis) en las perillas, lo cual permite que los sonidos fluyan por vías más inteligibles.
Pero lo anterior no supone una renuncia al manifiesto de Wilson, en orden a crear un arte complejo y que ciertamente es reflejo de su personalidad. “Permanating” pasa a ser un mero decoro dentro de la hora de duración del disco. La intención de incluir el pop no se plasma exclusivamente en aquella composición, sino que es más sutil. La canción homónima del álbum, por ejemplo, es una muestra exquisita de rock dirigido al mainstream, pero sin una mácula que importe un descrédito artístico, sino que al contrario. Lo destacable, entonces, es cómo Wilson mejora las fórmulas pop llevándolas a un terreno de mayor trascendencia, algo que sólo podían hacer figuras como Prince o David Bowie, que, dicho sea de paso, han sido una inspiración para el británico en este opus. Lo anterior aplica perfectamente para la bien construida “Nowhere Now” o “People Who Eat Darkness” –esta última sumando influencias de The Beatles­–. El resultado de tal laburo importa montar una épica fina, pero no desde la complejidad técnica, sino de su opuesto, de la simplicidad de las emociones que provocan canciones sobriamente esquematizadas.
Por eso existen variadas estéticas que se cruzan en el disco: el rock más vanguardista con “Detonation”, en donde cada integrante deslumbra en un crisol sonoro más ad hoc al fan del catálogo “pesado” de Wilson; la emotividad de “Pariah”, que asombra por el nivel de delicadeza que se plasma en las letras, dejando un terreno fértil para que el talento de Ninet Tayeb la transforme en una de las mejores de este álbum; el guiño al pasado de Porcupine Tree con “The Same Asylum As Before ”, que evoca un “Stupid Dream” (1999) más sereno y que es el antecedente más directo de “To The Bone”; la psicodelia recargada del teclado de Adam Holzman y en el aporte del legendario armonicista Mark Feltham en “Refuge”; la cinematográfica “Song Of I”, de talante similar a “Index” con Sophie Hunger en el dueto con Wilson. Todo lo señalado, hace suponer que es un error reducir este último álbum a un mero esfuerzo del artista por ser más popular, sino que justamente abandona el “nicho progresivo” (una frase que es un oxímoron) para ladear por sonidos más lejanos, aunque no del todo desconocidos. Por último, el contexto del álbum es digno de mencionar. La realidad de esta época se refleja en los tópicos de las letras: la crisis de los refugiados, el terrorismo, la búsqueda de la verdad en la vida y la última esperanza en un mundo que pareciera estar más turbulento, posiciona a la obra dentro de un espacio temporal que no siempre el rock asume con total sinceridad, lo cual es destacable.
Sin dudas que este disco será el más controversial en la carrera de Steven Wilson. Pero si uno lo sitúa dentro de la biografía del autor, no debiese sorprender: siempre alejado de etiquetas, clasificaciones arbitrarias y del deseo irracional de fidelidad a un determinado grupo de fans, el inglés confirma que su arte le pertenece más que nunca. “To The Bone” pregona ese dominio con una música que viene desde el rock y el pop, y aquello, en tiempos donde el primero parece desangrarse por la falta de inventiva y la copia insulsa, y el segundo por la comercialización banal, demuestra lo imprescindible de este álbum hoy.
Pablo Cañón

Si Steven Wilson hubiera nacido en esa era de los 60 o 70, habría sido un total referente y un adelantado a la época. Pero lamentablemente recayó en este siglo donde todo es vertiginoso, con esto de la tecnología, la falta de creatividad y criticar cuando un artista quiere innovar y mostrar algo nuevo que hace 30 años pasaba desapercibido porque antes no se etiquetaba la música con denominaciones y estaba todo permitido.
El músico inglés con “To The Bone” quiere demostrarle a sus fans que es un artista versátil que va evolucionando y trascendiendo disco tras disco. Con este álbum quiere mostrar todo su lado más rock pop progresivo, ambientado muy en la épocas gloriosas de los 80 de Peter Gabriel, Kate Bush, David Bowie y ABBA. También en el álbum se encuentran matices del clásico Porcupine Tree de los 90, con ese rock progresivo bien directo de los álbumes “Stupid Dream “y “Lightbuld Sun” ,algo de Blackfield, pinceladas de su discos solistas “Insurgentes“, del “Grace for Drowning” y por supuesto que también del “Hand. Cannot. Erase”. Claramente sin dejar de lado todos los sonidos Crimsonianos, Floydianos y Genesianos que se encuentran en algunos pasajes de los temas
El tema homónimo “ To The Bone“ abre el álbum con una buena incorporación de armónica acompañado de un coro y riff bien pegajosos que recuerda mucho al Porcupine Tree de la epoca del disco Stupid Dream con ese Rock pop Progresivo . El solo de guitarra es muy bueno.“Nowhere Now” el tema elegido para el videoclip filmado en Chile. Es un tema cargado al pop y a las melodías suaves muy a lo Blackfield comienza bien, pero luego cae en algo repetitivo y sin fuerza. No llega a tener un clímax perfecto como si algo le faltara.
“Pariah” Fue el primer sencillo que oímos, con Wilson cantando desde todo su ser, para que luego llegue Ninet con voz llena de poder y sentimiento. Logran transmitir a la perfección el mensaje de los tiempos vertiginosos que vivimos en la actualidad . Una gran balada y bien lograda.
El disco continua con “The Same Asylum Before”, Se inicia de nuevo muy a lo Porcupine Tree, pero ahora con pasajes de In Absentia. El falsete de Wilson al comienzo es algo lamentable, porque no sale bien del todo. El coro si es bueno y pegajoso. Luego cae en algo muy repetitivo y algo ya escuchado, esas guitarras son muy como el tema Prodigal del álbum mencionado al principio, es un single que peco de faltas de ideas.
Con “Refuge” Llegamos a unos de los mejores temas sino el mejor. El comienzo es suave y mágico, muy similar al comienzo de Routine del anterior álbum. El tema va ganando fuerza y más feeling. Como si algo nos dijera “Prepárate busca un pañuelo porque esto te va a hacer llorar” no se necesita tanta pirotecnia, la simpleza y la belleza de la armónica te llega en lo más profundo de tu ser, luego viene la guitarra con un solo espléndido, para rematar con los sintetizadores, el tema no te dejará tranquilo es emoción tras emoción. Hasta que todo se calma y se vuelve en pura paz.
“Permanating” pasamos de la nostalgia con Refuge a la alegría con este tema. El más polémico single de Steven Wilson, que a ninguno de los fan dejó indiferentes algunos les encantó y otra parte lo odio, no es de los mejores temas pero sí sabemos que dejo historia, por mostrar algo diferente a lo establecido por El músico Inglés. Es un tema bien cargado a ABBA.
“Blank Tapes” es la canción más corta del disco, puede que nos recuerde un poco a “Transciende” del Hand. Cannot Erase. La canción comienza con unos pequeños y suaves arpegio de guitarra y un intro de flauta en donde entra Wilson cantando y suena un piano de fondo. La canción consiste en un dueto entre Wilson y Ninet Tayeb, a quien oímos anteriormente en la canción “Pariah”. Primero canta Wilson, luego Ninet y finalmente ambos.
“Por otro lado tenemos “People Who Eat Darkness”, la canción comienza con unos acordes que nos podrían hacer recordar a alguna banda de rock clásico, con harta potencia por 32 segundos hasta que entra el resto de instrumentos, la canción en algunas secciones nos podría recordar a algunas bandas de rock alternativo del periodo 2000-2010, con bastante potencia y sonido un poco -comercial… pero por supuesto, con un ritmo bastante pegajoso.
El coro dice “We Eat The Darkness” con mucha potencia y en el minuto 2:42 encontramos un momento de tranquilidad típica de canciones de Wilson, donde escuchamos a una guitarra acústica y una eléctrica con algún efecto de modulación mientras Wilson canta hasta un break de unos segundos que nos lleva a un solo netamente tocado por Wilson en el minuto 3:13, simple pero potente a la vez… dura aproximadamente 30 segundos y luego retoma algunas partes que se tocaron al principio de la canción como parte de donde entran los instrumentos o el coro que se repite varias veces hasta que se repite la parte acústica que escuchamos antes del solo y termina el tema.
Continuamos con “Song of I”, Otros de los singles lanzados comienza con samples electrónicos. El tema es prácticamente un dueto de Steven con Sophia. Los sonidos te transportan a un ambiente ecléctico y lleno de misterios. Es por lejos el single más experimental y vanguardista de los 4 lanzados y mejor logrado.
“Detonation” Es el tema más extenso y más progresivo del álbum se inicia con tenues melodías de guitarra y de una voz dulce por parte de Wilson acompañado de samples electrónicos de voz y batería. El tema luego explota, con una batería algo plana y guitarra más fuerte y Wilson subiendo su volumen en la voz. Minutos después Llegamos a una exquisita sección instrumental donde la guitarra rítmica lleva la onda junto a la guitarra principal que solea al más puro estilo King Crimson.
“Song of Unborn” comienza con acordes de piano y Wilson cantando, una batería electronica suena de fondo, cosa que nos hace recordar un poco a “Perfect Life” y “Black Dahlia” del disco Hand. Cannot. Erase.la canción es un punto clave en el disco que al poco rato está introduciendo una batería acústica y guitarra acústica.una sección de Piano y guitarra acústica con una hermosa voz de fondo nos hace recordar temas como “Raider II” y en parte a la mismísima “Ascendant Here On…Una canción que agarra fuerza de a poco con un emotivo y suave solo de guitarra junto a la magia de Adam Holzman generan un ambiente más que armonioso que a muchos nos podría recordar el final de “Happy Returns”, Wilson dice las últimas palabras y el tema termina.
“To The Bone” Es un álbum totalmente distinto como todos los discos de Steven Wilson en su carrera solista. Está con una dirección orientada a los seguidores que buscan la belleza de lo simple que más de tecnicismo en si y de la parafernalia. Es un álbum lineal de canciones de Rock Pop Progresivo se apela muy a poco en lo emocional a excepción de cuatro temas.
Está lejos de ser una obra maestra o igualar las grandes obras como ” The Raven That Refused To Sing “ o de “ Hand.Cannot.Erase” de todos modos es un álbum que se debe admirar y agregarlo a la colección si o si.
Esteban Zamorano y Mauricio Catalán


Lista de Temas:
1. ---
2. ---
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4. ---

Alineación:
- Steven Wilson / Guitarras y voz
- Adam Holzman / Teclados
- Nick Beggs / Bajo y Chapman stick
- Craig Blundell / Batería
Invitados:
Jeremy Stacey / Batería
David Kollar / Guitarras
Mark Feltham / Armónica en "To the Bone" y "Refuge"
Ninet Tayeb / Voz en "Pariah" y "Blank Tapes", coros en "To the Bone"
Sophie Hunger / Voz en "Song of I"





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