Recordamos un aporte que alguna vez nos hiciera Carlos el Menduco trayéndonos la versión original, mientras que ahora vamos con la versión remixada en Hi-Res de Steven Wilson para celebrar su 40 aniversario. Aquí, el décimo álbum de los Jethro, primero de la trilogía folk rock (le siguieron "Heavy Horses" y "Stormwatch") que viera la luz en plena vorágine punk, mientras el bloque sonoro de Jethro Tull alcanzaba nuevos niveles de sofisticación gracias a la inclusión de David Palmer en el grupo (ahora Doña Dee Palmer) casi como segundo líder y a cargo de los sintetizadores, por lo que por primera vez las orquestaciones procedían exclusivamente de los sintetizadores y no había un ensamble de cuerdas o de vientos atrás, y con un line-up de lujo, como siempre. ¡Larga vida a los seis magníficos de Jethro Tull!
Artista: Jethro Tull
Álbum: Songs From the Wood
Año: 1977 - 2017
Género: Folk progresivo
Duración: 41:42
Nacionalidad: Inglaterra
Año: 1977 - 2017
Género: Folk progresivo
Duración: 41:42
Nacionalidad: Inglaterra
Más aportes, ahora de Carlos el Menduco y Horacio Manrique, continuando con la saga de los JT, también llamados Jethro Tull. Otro excelente disco de puro folk progresivo. Y también otro de los mejores discos de la banda, según quien les escribe.
Este disco marca el inicio oficial de la membrecía de David Palmer en el grupo (ahora Doña Dee Palmer), con lo cual éste se convertía en sexteto: tras las sesiones de grabación que tuvieron lugar en los Morgan Studios entre setiembre y noviembre de 1976, el disco salió al mercado británico el 4 de febrero de 1977, tocando 17 días más tarde el turno para el estadounidense.
Este disco marca el inicio oficial de la membrecía de David Palmer en el grupo (ahora Doña Dee Palmer), con lo cual éste se convertía en sexteto: tras las sesiones de grabación que tuvieron lugar en los Morgan Studios entre setiembre y noviembre de 1976, el disco salió al mercado británico el 4 de febrero de 1977, tocando 17 días más tarde el turno para el estadounidense.
Un trabajo tremendamente disfrutable... lleno de imaginación, arreglos y ornamentos con sabor a folk inglés y a fantasía, es el primero de una trilogía formada por este disco junto con los álbumes "Heavy Horses" y "Stormwatch".
Si alguien tiene dudas de porqué a los JT se los considera los reyes del folk progresivo, que escuche este disco y se le aclarán todas sus dudas. Aquí tienen un pequeño comentario del disco:
Si alguien tiene dudas de porqué a los JT se los considera los reyes del folk progresivo, que escuche este disco y se le aclarán todas sus dudas. Aquí tienen un pequeño comentario del disco:
Songs from the Wood representa la décima puesta en escena de los Jethro Tull, una vuelta a los bosques, a los sonidos más folk y pausados, una evocación juglaresca de las delicias de una vida pacífica rodeados de naturaleza. Eso sí, no puede faltar la guitarra eléctrica de Martin Barrre que da el contrapunto a las dulces melodías evocadoras de la campiña inglesa y las evoluciones progresivas que se encuentran repartidas aquí y allá a lo largo del disco. Este álbum devolvió, tras largo tiempo, los halagos unánimes de la crítica musical a los oídos de Anderson & Co.Anin Jadas
Un bucólico Ian Anderson nos recibe en la portada, en cuclillas en mitad de un bosque, con la mirada al frente, un tanto ausente, como si le hubieran sorprendido en ese momento. Al fuego se calienta una lata y la escopeta está en posición de descanso: ha cumplido su cometido y la caza está servida. Si antes de poner el disco observamos la contraportada, el mensaje es claro: lo que vamos a escuchar nace de los mismos árboles, lo inspira la Madre Naturaleza directamente.
No es un disco conceptual al uso, pero, en mi opinión, el propio título le confiere un aire de concepto que no fuerza la creatividad de Anderson a un único carril: son canciones del bosque... A ver qué sale... Y salen canciones amables, optimistas, que recuerdan días soleados, viejos cuentos de hadas y casitas acogedoras en deliciosos valles plenos de verdor...
En este disco no hay arreglos de cuerda, pero los sintetizadores aportados por el nuevo David Palmer (que en realidad se había hecho cargo de los arreglos orquestales de las opus precedentes), le confieren las armonías y blandas texturas que sustituyen los arreglos orquestales con bastante eficacia.
Pero basta de cháchara, seguidme, amigos, seguidme e introduzcámonos en la espesura de los bosques…
Songs from the Wood: Qué mejor manera de comenzar un disco que esta: Deja que te traiga canciones del bosque, te haré sentir mejor de lo que has estado jamás... Y esto cantado por varias voces a capella sobre una deliciosa y fantástica melodía. Luego un leve toque de la mágica flauta de Anderson y ya está, ya estamos en el disco.
Este tema fue un imbatible en la mayoría de directos de la banda a lo largo de los años.
Pero la aparente sencillez con que comienza el tema, no es óbice para que a lo largo del mismo se sucedan contrapuntos arriesgados e incursiones levemente jazzisticas, todo ello sazonado por los sonidos folk-renacentistas que estarán presentes en todo el disco.
De hecho, el tema Songs from the Wood es un compendio, una presentación magnífica, tanto musical, como letrística de lo que sigue...
Jack-In-The-Green: Yo creo que el título de esta canción puede ser un juego de palabras con la expresión inglesa jack-in-the-box, que significa caja sorpresa o caja de resorte, y rogaría a cualquiera que sepa inglés de verdad (yo más que saber, intuyo) que me corrija si me equivoco, en este caso y en todos los que sigan.
El tema se adentra en el folk con fuerza y se apoya en una leyenda escocesa para crear ese ambiente de cuento que, a mí concretamente, me recuerda a Tolkien y Tom Bombadil. El caso es que la canción yo creo que habla de la naturaleza que se está perdiendo, de los “buenos y viejos tiempos pasados” que la vida moderna se está tragando (Or will these changing times, motorways, powerlines, keep us apart?), de ahí que Jack se esconda y surja de cuando en cuando entre las aceras (I saw some grass growing through the pavements today), como una sorpresa oculta en forma de hierba verde.
En cuanto a lo musical es de una gran belleza y emotividad: muy acústico y siempre apoyado por la flauta de Anderson y su increíble voz relatando casi más que cantando. Por cierto, es el propio Ian Anderson el que toca todos los instrumentos en este tema.
Cup of Wonder: Musicalmente sigue la línea de la canción anterior, pero es más alegre y entusiasta y recurre a un tema muy atractivo: las antiguas creencias paganas anteriores a la instauración del cristianismo. De este modo cita Beltane (and we bring you Beltane's flower), que es una antigua fiesta celta irlandesa y escocesa, que se celebraba el 1 de mayo. Para los celtas, Beltane marcaba el comienzo de la temporada de verano pastoral, cuando las manadas de ganado se llevaban hacia los pastos de verano y a las tierras de hierba de las montañas, y así lo expresa Anderson: For the May Day is the great day, sung along the old straight track.
Como decía, este tema es musicalmente más optimista y animado, con el característico riff de flauta marca de la casa que da unidad al tema y la voz de Anderson plena y llena de sentimiento. También tiene su interludio progresivo para dejar volar la imaginación. Una maravilla.
Hunting Girl: Otra de las maravillas de este disco lleno de maravillas es esta canción. Una entrada de órgano y flauta, a la que se van sumando el resto de instrumentos, sirven para componer un comienzo vigoroso y de gran complejidad compositiva, pero que penetra de maravilla entre las orejas. La canción gira y gira en torno a la idea inicial, donde esta vez es el órgano quien manda en el riff principal, apoyado por la guitarra más que por la flauta, y, por supuesto, por la genial voz de Mr. Anderson.
En cuanto a la letra, me da la impresión de que es una de esas finezas de Anderson, ácida y crítica, pero muy bien envuelta en bonito papel, una ironía acerca de la clase alta inglesa reflejada en una chica cazadora de alta cuna (high born Hunting Girl) y opuesta a él mismo como un aburrido tipo normal de cuna baja (I’m just a normal low born so and so). Eso sí, nunca se abandona, ni musical ni letrísticamente hablando el tono folk y campestre, casi campechano, que caracteriza a este disco, que incluso, ¿lo conceptúa?
Ring Out, Solstice Bells: De nuevo una fiesta pagana, sonora y cantada. Una canción colorida y festiva, alegre y llena de referencias a druidas, muérdago, doncellas… Un canto a la hermana Sol (el Sol era femenino para los celtas), que nos devuelve a tiempos pretéritos donde esta fiesta del Solsticio era la Navidad de nuestros días.
Anderson compone una canción de fiesta y la adorna con campanas, cascabeles y una voz maravillosa y llena de encanto.
La coda podría parecerse a un villancico y, para mí, que esa fue la intención de Anderson, pero al contrario de lo que hicieron los cristianos, él utiliza el tono de villancico para tapar una canción de temática pagana, que deifica a la Naturaleza. ¡¡Bravo!!
Velvet Green: Un comienzo de inspiración renacentista para otra joya tulliana de tema bucólico y campestre. Walking on velvet green. Scots pine growing. Isn't it rare to be taking the air, singing. O lo que es lo mismo (o parecido): Caminando sobre terciopelo verde. Los pinos escoceses creciendo. No es raro estar tomando el aire, cantando. Así comienza la letra de esta hermosa canción
Pero pronto la composición se hace más compleja y la voz de Anderson alcanza cotas de dulzura y dramatismo realmente espectaculares, a la par que relata una historia de amor, más bien carnal, a mi entender.
En este tema se alternan pasajes progresivos, renacentistas y acústicos con una facilidad sorprendente y una calidad magistral. Los músicos se lucen con soltura y hacen su trabajo de lujo, que no todo el mérito se lo va a llevar Ian Anderson…
The Whistler: Este Silbador quizá sea la canción más pegadiza del disco y la más oscura en la letra. En este tema Anderson se luce a base de bien con su flauta y lo hace sobre una base de guitarra acústica vibrante y rápida, sobresaliente.
Una tonada que se graba indeleble en los circuitos del cerebro, con la que entran ganas de bailar y saltar y de seguir al que la silba a donde vaya, cual flautista de Hamelin…
Pibroch (Cap In Hand): Antes de nada aclararemos que Pibroch es una palabra que proviene del escocés gaélico y que viene a significar gaitero y que con el tiempo pasó a denominar a todo el conjunto de música tradicional de gaita de aquellas tierras. Lo de Cap in Hand (gorra en mano), supongo que será por lo de tocar en la calle y pasar la gorra, pero sólo lo supongo...
Hecha esta aclaración, nos metemos en el tema más largo y quizá más ambicioso de este genial disco. Lo abre una guitarra más bien oscura, como casi todo el tema, y la voz de Anderson, triste y melancólica, pero siempre plena de fuerza. La oscuridad inicial se disuelve en un interludio festivo en el que el protagonismo de la guitarra eléctrica, se ve un tanto reducido por la flauta, a la que acompañan mandolinas, laúdes, palmas y silbidos, tomando el control del tema. Continúa una parte más ceremoniosa a cargo de los teclados y synths, que terminan con unas voces corales y con Anderson retomando la voz en el motivo inicial cantado. La canción termina como empezó, con la guitarra eléctrica entonando unas duras y alargadas notas.
En definitiva, podríamos considerarla como una mini-suite con una letra bastante críptica, que a mí me cuesta desentrañar.
Fire At Midnight: Y qué mejor final para este maravilloso disco que esta preciosa balada acústica, impregnada como todo el disco de ese sabor bucólico, que nos habla, a través de la magnífica interpretación vocal de Anderson, de la calidez del fuego a media noche, de la tranquilidad que confieren los rituales domésticos diarios, de la paz de vivir en la naturaleza, del placer de saber que se ha hecho bien el trabajo… “Build a little fire this midnight. It's good to be back home with you”: “Prende un pequeño fuego esta medianoche, es bueno estar de vuelta en casa contigo”.
Yo ya me callo, ahora tú, escucha al amor del fuego...
Jethro Tull, la legendaria banda inglesa, alter ego del escocés Ian Anderson, celebró el 40 aniversario de su décimo álbum, Songs From The Wood, el 11 de febrero.
En aquel año 1977 cuando Studio 54 abría sus puertas en Nueva York y la fiebre del disco music se desataba; por primera vez en la historia las ventas de los cassettes pregrabados igualaban a la de los discos de vinilo; Marc Bolan, Elvis Presley y tres de los miembros de Lynyrd Skynyrd pasaban a mejor vida.
Ian Anderson tenía más interés en demostrarnos que la naturaleza no es tan benevolente como pensamos, empleando para ello un lenguaje folk, iniciando así una maravillosa tríada de igual naturaleza que tendría su efectiva continuación con Heavy Horses (1978) y Stormwatch (1979).
La banda inicia el álbum con el tema título y la voz de Anderson cantando…
“Deja que te traiga canciones del bosque / Para hacerte sentir mejor de lo que puedas saber / Quitarte el polvo de pies a cabeza / Mostrarte como el jardín crece».
Destaca en esta canción y el resto del álbum, la riqueza instrumental empleada para dibujar estas historias de la Britania medieval. Tanto en color como en textura, este es uno de los trabajos más atractivos en la historia de la banda donde resalta también la presencia de David Palmer (hoy Dee Palmer) en las teclas, añadiendo un tinte clásico que contrasta con la eterna guitarra de Martin Barre.
“Jack-In-The Green” es la segunda composición del álbum. Anderson toca todos los instrumentos originando un sonido, si se quiere, lúdico y que claramente alude a un personaje cubierto de hojas que solía verse en los desfiles del primero de mayo.
“Has visto a Jack-In-The Green / Con su larga cola colgando / Se sienta tranquilo bajo cada árbol / En los pliegues de su vestido de terciopelo verde”.
Anderson toca la guitarra con vigor mientras su flauta retoza como si dando pinceladas bucólicas. Un sentimiento similar puede apreciarse también en “Cup Of Wonder” donde la banda pareciera celebrar con mucha alegría:
“Pregúntale al hombre de verde de dónde viene, pregúntale a la copa que llena de rojo
Pregúntale a las grises piedras erguidas que muestran al sol su camino a la cama”.
Pero esta alegría se ve contrastada con “Hunting Girl”, la cazadora, composición más dramática en temperamento y con cierto aire sacro que emerge del órgano de Palmer. A esta pieza le sigue “Ring Out, Solstice Bell”…
“Ahora es el solsticio del año / Invierno es la alegre canción que oyes / Siete sirvientas se mueven en tiempo de siete / Aliste a los muchachos en fila”.
Esta canción de claros aires decembrinos contrasta con marcado acento con la medieval “Velvet Green”. Estos temas transmiten todos una cálida belleza con contrastante lírica.
La última terna del álbum la conforman “The Whistler”, “Pibroch (Cap In Hand)» y “Fire At Midnight”. La primera con un claro aire celta donde Anderson nos transporta con esa magia que disfrutamos en Thick As A Brick (1972)
“Así que vamos, soy el silbador / Tengo un pífano y un tambor para tocar / Prepárate para el silbador / Yo silbo el séptimo día / Yo silbo el séptimo día”.
En varias reseñas se habla siempre de Jethro Tull como una banda de rock progresivo, sin embargo este álbum no es un ejemplo de ello. Pero si en algo soslaya ese género es en “Pibroch (Cap In Hand)”, que además de ser la más extensa del álbum, es también la más rockera y con cambios interesantes en la instrumentación y la letra.
Un momento especial es el solo de la guitarra de Barre emulando una gaita escocesa. La banda retorna al boscoso escenario en “Fire At Midnight”, una de las más hermosas de este álbum:
“Creo en los fuegos a medianoche / Cuando los perros ya han sido alimentados / Un ponche dorado en el mantel / Un arma rota bajo la cama”.
Todo el imaginario que envuelve a esta obra teñida de folk y los dos álbumes sucesivos de Jethro Tull, representan el último vestigio de un sonido que pronto se transformaría para abrirse camino en los 80.
La historia tomó otro rumbo…
En aquel año 1977 cuando Studio 54 abría sus puertas en Nueva York y la fiebre del disco music se desataba; por primera vez en la historia las ventas de los cassettes pregrabados igualaban a la de los discos de vinilo; Marc Bolan, Elvis Presley y tres de los miembros de Lynyrd Skynyrd pasaban a mejor vida.
Ian Anderson tenía más interés en demostrarnos que la naturaleza no es tan benevolente como pensamos, empleando para ello un lenguaje folk, iniciando así una maravillosa tríada de igual naturaleza que tendría su efectiva continuación con Heavy Horses (1978) y Stormwatch (1979).
La banda inicia el álbum con el tema título y la voz de Anderson cantando…
“Deja que te traiga canciones del bosque / Para hacerte sentir mejor de lo que puedas saber / Quitarte el polvo de pies a cabeza / Mostrarte como el jardín crece».
Destaca en esta canción y el resto del álbum, la riqueza instrumental empleada para dibujar estas historias de la Britania medieval. Tanto en color como en textura, este es uno de los trabajos más atractivos en la historia de la banda donde resalta también la presencia de David Palmer (hoy Dee Palmer) en las teclas, añadiendo un tinte clásico que contrasta con la eterna guitarra de Martin Barre.
“Jack-In-The Green” es la segunda composición del álbum. Anderson toca todos los instrumentos originando un sonido, si se quiere, lúdico y que claramente alude a un personaje cubierto de hojas que solía verse en los desfiles del primero de mayo.
“Has visto a Jack-In-The Green / Con su larga cola colgando / Se sienta tranquilo bajo cada árbol / En los pliegues de su vestido de terciopelo verde”.
Anderson toca la guitarra con vigor mientras su flauta retoza como si dando pinceladas bucólicas. Un sentimiento similar puede apreciarse también en “Cup Of Wonder” donde la banda pareciera celebrar con mucha alegría:
“Pregúntale al hombre de verde de dónde viene, pregúntale a la copa que llena de rojo
Pregúntale a las grises piedras erguidas que muestran al sol su camino a la cama”.
Pero esta alegría se ve contrastada con “Hunting Girl”, la cazadora, composición más dramática en temperamento y con cierto aire sacro que emerge del órgano de Palmer. A esta pieza le sigue “Ring Out, Solstice Bell”…
“Ahora es el solsticio del año / Invierno es la alegre canción que oyes / Siete sirvientas se mueven en tiempo de siete / Aliste a los muchachos en fila”.
Esta canción de claros aires decembrinos contrasta con marcado acento con la medieval “Velvet Green”. Estos temas transmiten todos una cálida belleza con contrastante lírica.
La última terna del álbum la conforman “The Whistler”, “Pibroch (Cap In Hand)» y “Fire At Midnight”. La primera con un claro aire celta donde Anderson nos transporta con esa magia que disfrutamos en Thick As A Brick (1972)
“Así que vamos, soy el silbador / Tengo un pífano y un tambor para tocar / Prepárate para el silbador / Yo silbo el séptimo día / Yo silbo el séptimo día”.
En varias reseñas se habla siempre de Jethro Tull como una banda de rock progresivo, sin embargo este álbum no es un ejemplo de ello. Pero si en algo soslaya ese género es en “Pibroch (Cap In Hand)”, que además de ser la más extensa del álbum, es también la más rockera y con cambios interesantes en la instrumentación y la letra.
Un momento especial es el solo de la guitarra de Barre emulando una gaita escocesa. La banda retorna al boscoso escenario en “Fire At Midnight”, una de las más hermosas de este álbum:
“Creo en los fuegos a medianoche / Cuando los perros ya han sido alimentados / Un ponche dorado en el mantel / Un arma rota bajo la cama”.
Todo el imaginario que envuelve a esta obra teñida de folk y los dos álbumes sucesivos de Jethro Tull, representan el último vestigio de un sonido que pronto se transformaría para abrirse camino en los 80.
La historia tomó otro rumbo…
Leonardo Bigott
Un disco para alegrarles un día que seguramente para muchos empezó para el ojete. Un disco que aleja las tormentas, las nubes y hace salir al sol. Un disco agradable como una hoguera en el bosque.
Discazo! Otro de nuestros discos recomendadísimos.
Si lo querés escuchar... está acá:
https://open.spotify.com/intl-es/album/7HvBBA4WMCR0x3zlMP8YQD
https://open.spotify.com/intl-es/album/7HvBBA4WMCR0x3zlMP8YQD
Lista de Temas:
1. Songs From The Wood
2. Jack-In-The-Green
3. Cup Of Wonder
4. Hunting Girl
5. Ring Out, Solstice Bells
6. Velvet Green
7. The Whistler
8. Pibroch (Cap In Hand)
9. Fire At Midnight
1. Songs From The Wood
2. Jack-In-The-Green
3. Cup Of Wonder
4. Hunting Girl
5. Ring Out, Solstice Bells
6. Velvet Green
7. The Whistler
8. Pibroch (Cap In Hand)
9. Fire At Midnight
Alineación:
- Ian Anderson / flute, acoustic guitar, mandolin, whistles, vocals, all instruments on track 2
- Martin Barre / electric guitar, lute
- Barriemore Barlow / drums, marimba, glockenspiel, bells, nacres, tabor
- John Glascock / bass, vocals
- John Evan / piano, organ, synthesizers
- David Palmer / piano, portative organ, synthesizers
Me parece un buen disco y que de hecho en una entrevista recientemente a Ian Anderson comentó ser uno de sus discos favoritos de todo su legado. Yo aún así prefiero sus albumnes conceptuales que me parecen por estilismo musical obras mas ambiciosas, creatividad y complejidad sus mayores obras. Aun así todos sus albumnes cada uno a su nivel son buenísimos. Aunque tengo debilidades también y en menor medida que los conceptuales son el Warchild y el "too old rock'n'roll, too young die! Saludos y viva el Rock Clásico.
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