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La Mujer Barbuda - Agridulce (2016)


Uno de los mejores discos del 2016 a nivel mundial según Progarchives (y estoy de acuerdo) con su mezcla entre King Crimson, Black Sabbath y free jazz. Tercer discazo de los monstruosos barbudos, una banda que gracias al esfuerzo, la perseverancia y su música instrumental y desafiante, se ha convertido en una de las mejores agrupaciones de la amplia e incansable escena experimental argentina. Jazz rock ecléctico en su mejor definición, pero siempre dentro de un recorrido abismal los resultados parecen más amigables que en sus discos anteriores.

Artista: La Mujer Barbuda
Álbum: Agridulce
Año: 2016
Género: Progresivo ecléctico experimental / Jazz rock
Duración: 56:52
Nacionalidad: Argentina


Lista de Temas:
1. Agridulce
2. Los oidos no tiene parpados
3. El camarada Napoleon
4. Phosphorus 1
5. Hidrometeoro
6. El puente invisible
7. Cygnus
8. Cortesia macabra
9. Phosphorus 2

Alineación:
- Martin Pantyrer / baritone saxophones, bass clarinets
- Nicolas "Mu" Sanchez / electric guitar
- Franco Fontanarrosa / bass
- Lulo Isod / drums





La Mujer Barbuda, el ecléctico grupo liderado por el bajista y compositor Franco Fontanarrosa, presentó el año pasado su nuevo disco. Y aquí lo presentamos y reseñamos.
Desde hace una década, La Mujer Barbuda viene construyendo un sendero expresivo y una obra que van creciendo desde la potencia y sonoridad de la cultura rock y la capacidad de improvisación y el lenguaje jazzístico, una suerte de cruce entre King Crimson, Black Sabbath y el free jazz. Fundaron una identidad propia con mucho eclecticismo, mucho trabajo y sin complejos, y el año pasado llegó su tercer dico, "Agridulce" sigue en esa tónica de siempre, propia de la banda, y contiene un repertorio de nuevas composiciones origináles que terminan de consolidar un lenguaje propio explorado por años y en base a una estética única.



En el siguiente video, un resumen de lo que fue la gira de La Mujer Barbuda por la provincia de Santa Fe en abril del 2017 presentado "Agridulce"
La gira consistió en 3 fechas: Rafaela, Rosario y Santa Fe. Este es un collage de material de video de los concierto y de paseos por cada una de las ciudades.






Y como no podía faltar en estas oportunidades especiales, acá viene el comentario de nuestro eterno invitado involuntario de siempre reseñando al disco como se debe:
La gran novedad de hoy es el retorno del ensamble avant-progresivo argentino LA MUJER BARBUDA a la realidad fonográfica a través de éste, su tercer álbum, “Agridulce”. El cuarteto conformado por Franco Fontanarrosa [bajo eléctrico], Martín Pantyrer [clarinete bajo y saxo barítono], Lulo Isod [batería] y Nicolás “Mu” Sánchez [guitarra]. 5 años después de su anterior disco “Lagartos Terribles”, este grupo sigue creando sonoridades desafiantes y teoremas musicales provocadores dentro de un esquema de trabajo asentado en – que no reducido a – el paradigma del rock-in-opposition. Este catálogo de nueve temas fue grabado en los estudios “Romanic” en abril del 2016, para ser mezclado y masterizado en los “Estudios Quark” en el mes siguiente. Algo renovado se siente en la manifestación actual de la esencia musical de LA MUJER BARBUDA, más allá del hecho de que el cuarteto cuenta con un nuevo integrante a cargo de la guitarra: se nota en este disco una dosificación más meticulosa de los recursos free-form en beneficio de una exploración más sesuda en el nervio rockero, pero como decimos, no es un viraje sino uan reformulación refrescante de una visión aventurera que sabe mantener la vitalidad a través de su persistencia. Vayamos ahora a los detalles mismos del repertorio de “Agridulce”.
La pieza homónima – que es también la más extensa con sus 9 minutos y pico de duración – abre el disco con una vitalidad rotunda y directa, al modo de un híbrido entre el lado más agresivo del KING CRIMSON post-80ero y la faceta más filuda de JOHN ZORN. El cuerpo central se instala con una fuerza convincente y audaz, aunque no llega a niveles de vértigo sonoro porque el dinamismo de la dupla rítmica asume un aura de adusta precisión en medio de la patentemente belicosa extroversión. A mitad del camino, las cosas pasan a un nivel más sutil cuando el trío de guitarra, bajo y saxo elaboran un inteligente juego de síncopas mientras la batería desaparece del mapa por un rato. Ésta emerge eventualmente delineando complejos redobles desde los cuales atiza a los otros instrumentos para volver a afianzar una sólida y sórdida conjunción de vitalismos. Hecho esto, el terreno está preparado para que se instale la arquitectura frenética de la categórica sección final. A continuación sigue ‘Los Oídos No Tienen Párpados’, pieza que bajo su dadaísta título arropa una genial combinación de la urgencia cerebral de unos MASSACRE, el exquisito descaro jovial del math-rock y los esquematismos oscurantistas propios del paradigma de PRESENT. El solo de guitarra es fabuloso, simplemente fabuloso, y la aureola guerrera de la batería se siente aún más amenazante que en el tema de entrada. La coda es serena al modo de un cielo gris bajo cuyo manto nada parece suceder, aunque nunca se sabe: en todo caso, se trata de la calma inescrutable tras la ostentosa tormenta. ‘El Camarada Napoleón’ empieza centrándose en un esquema de síncopas parsimoniosas que se regodean en sus propios silencios, esquema que no tardará mucho en retorcerse a través de surrealistas ejercicios de interpelante belicismo. La siguiente sección nos muestra al grupo procurando dibujar un momentum de lirismo en medio de la aspereza reinante. El embajador perfecto de esta despótica aspereza es el saxo barítono, cuyo solo estratégicamente ubicado crea espacios de robusta inquietud. Estos 22 primeros minutos del disco han encarnado de forma consistente una grandeza desafiante.
Los dos temas menos extensos del disco son las dos partes del concepto de ‘Phosphorus’, y justamente es con la primera parte con la que nos topamos ahora: un solo de bajo que despliega varios recursos de tirantez donde la furia es el factor predominante. De este modo se abre camino para la emergencia de ‘Hidrometeoro’, el cual resulta ser el tema menos filudo del disco: sin carecer de pasajes marcados por una notable robustez, el groove general es más grácil y llevadero que el que se empleó para cualquiera de los tres primeros temas del álbum. El factor jazzero asume una prestancia especial dentro del entramado general. ‘El Puente Invisible’ ahonda mucho más en los parámetros del chamber-rock, siendo así que la batería sigue dando prioridad al dinamismo adusto con el cual ha estado trabajando la mayor parte del tiempo. En algún momento hay un sereno dueto de clarinete y bajo que guía el camino hacia un cuerpo central donde se despliega el que tal vez el solo de guitarra más hermoso del disco. La sección final suena a algo así como una remodelación post-metalera de un estándar Crimsoniano, una idea que el cuarteto trabaja con la lógica del crescendo: esta manera de cerrar el tema le otorga una aureola de majestuosa vivacidad en medio de la fosca musicalidad reinante. Cosechando la siembra de la pieza precedente así como la de ‘Los Oídos No Tienen Párpados’ mientras luce una alacridad que oscila entre lo festivo y lo neurótico, ‘Cygnus’ instaura un nuevo cénit para el álbum. La lenta sección final es ceremoniosa y ligeramente tenebrosa, pero para nada densa. Pero si queremos densidad a placer, y de paso, más dosis intensivas de complejidades estructurales propias del género progresivo, pues tenemos al siguiente tema, el cual se titula ‘Cortesía Macabra’; así, el clímax iniciado por el tema anterior se perpetúa aquí con una prodigalidad estimulante. Tras un prólogo meticulosamente sigiloso, las cosas se intensifican con generosas dosis de sofisticación musical poco antes de pasar por la barrera del primer minuto. La combinación de jazz-rock, Crimsonismo y recursos math-rockeros funciona en una amalgama efímera que pronto da paso a un viraje temático en el que el grupo proyecta su faceta psicodélica desde el esquema de un crescendo cautivador, el cual nunca llega a un punto de electrizante ebullición sino a un esplendor culminante sobrio. Sobrio y efectivo. El crepúsculo del disco llega con la segunda parte de ‘Phosphorus’: esta vez, la furia del solitario bajo captura un cierto fulgor que le hace adquirir un aura más extrovertida que en la primera parte.
Todo esto fue “Agridulce”, la nueva genialidad de LA MUJER BARBUDA: no nos cabe ninguna duda de que este ensamble es uno de los más señoriales y robustos que habitan el multicolor e inagotable hogar de la vanguardia rockera argentina de última generación. Este agridulce manjar progresivo lo recomendamos al 100%... ¡si no al 200%!
César Inca

Y para que tengan en cuenta todo el potencial que tiene el disco, les dejo otros comentarios que siempre vienen muy bien para ilustrar un álbum.
En el año 2008 se produjo el debut discográfico de una de las agrupaciones más interesantes surgidas en la Argentina en el presente milenio. Nos referimos a La Mujer Barbuda, cuarteto liderado por el bajista y compositor Franco Fontanarrosa y que originalmente completaban Lulo Isod en batería, Martín Pantyrer en saxos y clarinetes y Sergio Álvarez en guitarra. Al notable Música para cuando aparece un monstruo le sucedió (en 2012 y con la misma formación) el también muy recomendable Lagartos terribles. Y en este 2016 llegó el turno del tercer opus, Agridulce, editado en forma independiente y –como en las entregas anteriores- con todas composiciones originales de su líder.
No obstante, algo ha cambiado, ya que el lugar del guitarrista Sergio Álvarez ha pasado a ocuparlo Nicolás “Mu” Sánchez, sin que esto resienta la singular oferta del cuarteto, creativa, arriesgada, original y poco habitual por estas tierras con su visceral propuesta en la que convergen jazz, rock, punk, funk, a la que se le suma una fuerte dosis de experimentación.
Agridulce, grabado en abril de este año, cuenta con siete temas interpretados por el cuarteto (Agridulce, Los oídos no tienen párpados, El camarada Napoleón, Hidrometeoro, El puente invisible, Cygnus y Cortesía macabra) que reflejan una vez más las bondades de la banda que no son escasas. Los cuatro músicos, de extensa y subyugante trayectoria, aportan sus cualidades en pos del “concepto” pergeñado por el líder. Lulo Isod y Franco Fontanarrosa conforman una base rítmica que por momentos (muchos) es bastante más que eso. En tanto que Nicolás “Mu” Sánchez y el ínclito Martín Pantyrer son los encargados de asumir las voces líderes y brindar una variopinta paleta sonora. También hay otras dos entregas: Phosphorus 1 y Phosphorus 2, interpretadas en soledad por Fontanarrosa con su bajo eléctrico.
La vigorosa propuesta de La Mujer Barbuda tiene en Agridulce a un digno sucesor de sus dos formidables antecesores. Protagonismos repartidos, contundencia, sutilezas, intrincados arreglos, notable precisión y un altísimo nivel de ejecución son algunas de las cualidades que se hacen presentes indisimuladamente en un álbum de notable factura que será presentado oficialmente el próximo viernes 2 de diciembre a las 21:30 hs. en el cálido y acogedor Roseti (Roseti 722, CABA). Grupo invitado: Islandia – Colectivo instrumental, que conforman Gustavo Chenu y Nicolás Méndez (batería), Fernando Monteleone (teclados), Sebastián Valsecchi (guitarra), Julián López Di Muro (trompeta) y Ariel Naon (bajo y composición).
elintruso.com




Tercer disco de La Mujer Barbuda, el cuarteto que lidera Franco Fontanarrosa. Cada grabación es una experiencia distinta, una nueva búsqueda. Fascinante trabajo sonoro, con mucho para escuchar y un concepto claro sosteniendo todo.
Agridulce es la tercera aventura discográfica de La Mujer Barbuda, grupo de mucha continuidad, ya que a lo largo de los años mantiene la misma base de músicos y de ingeniero de sonido. Ahora con un solo cambio: en la guitarra entró Nicolás Sánchez, salió Sergio Álvarez. El resto del equipo no se toca: Franco Fontanarrosa en bajo eléctrico (e ideas, composición, producción y un largo etcétera), Lulo Isod en batería y Martín Pantyrer con su clarinete bajo y el más "normal" saxo barítono. El audio, como desde el primer disco, Música para cuando aparece un monstruo, está a cargo de Facundo Rodríguez, que ahora, por primera vez, se ocupó de todo: grabación, mezcla y mastering.
Cada disco del grupo marca una etapa, tiene un sello distintivo. En este caso, el tratamiento sonoro, en particular en los parches de la batería, es muy peculiar. Parece llevarnos hacia un audio más "amable", claro que las ideas musicales que priman distan mucho del mainstream. El lugar de este grupo es el de la experimentación, y cada vez que aparece el saxo barítono o el clarinete bajo de Pantyrer (que tiene mucha presencia, claro) nos lleva a ese lugar monstruoso donde encontramos mujeres de barba.
Esa contradicción, ese coqueteo con el rock, el punk, el funk por un lado y la experimentación más salvaje y visceral por el otro, es lo que da la razón de ser al grupo de Fontanarrosa. Se recomienda escuchar este disco entero y con auriculares, aunque sea una vez.
Club del Disco


La Mujer Barbuda, el grupo liderado por Franco Fontanarrosa, llegará este sábado a Rosario para presentar su nuevo material discográfico denominado Agridulce. Se trata de un trabajo que, como sus antecesores, contiene un repertorio de composiciones originales que se mueve con un pulso propio por géneros musicales tan disímiles como el rock, jazz, electrónica, ruidismo y música contemporánea, entre otros. La cita es en el Teatro Municipal La Comedia, a las 21, con entrada gratuita por orden de llegada.
Por momentos la furia se apodera del relato sonoro y es allí donde el ruidismo más experimental toma protagonismo con una paleta de colores que surgen de un minucioso trabajo por capas. Luego del ocaso llega la luz del día. Es allí donde la banda explora su sonido más clásico, entre comillas, que juega con el jazz y el punk-tropical-rock pero que no, por eso, es menos experimental. “Yo siento que toda la vida fui por un mismo camino y eso me fue mostrando distintas cosas. Afortunadamente siempre tuve muy claro qué era lo que quería hacer a nivel musical y qué quería transmitir como artista”, contó el músico e hijo del célebre humorista gráfico y escritor rosarino en diálogo con El Ciudadano.
El título de Agridulce, contó Fontanarrosa, responde a un concepto que se vincula con el tema de los opuestos: “Apunta a ciertas situaciones de la vida. Me gustó que remita a una idea de antagónicos. La música de La Mujer Barbuda tiene algo de eso”, expresó.
Por su capacidad de connotar imágenes, las canciones de La Mujer Barbuda serán presentadas en vivo en un diálogo gráfico-musical a través de proyecciones a cargo del explorador audiovisual Alejandro Hillier, quien disparará y distorsionará ilustraciones realizadas por la artista rosarina Flor Balestra.
En la forma expresiva de la banda que lidera Fontanarrosa aparece lo visual, las experiencias teatrales y cierto aliento circense. Consultado por el trazo productivo que da inicio a sus discos, el músico dijo que todo tiene su nacimiento en el bajo, su instrumento predilecto. “Un tipo que para mí fue una influencia es Les Claypool (integrante de la banda Primus). Para mí –continuó el músico– es mucho más que un bajista. Yo compongo mucho desde el bajo y estoy todo el día estudiándolo porque soy muy fanático del instrumento. Siempre tuve el deseo de tener algo más artístico general y no distinguir tanto por disciplinas”.
Sobre el camino que lleva recorrido en estos diez años de carrera y que lo condujeron a este último disco, el músico dijo que, con el paso del tiempo, fue conociendo muchos artistas que lo nutrieron. Y confió: “Hay algo de raíz que siento que, desde chiquito, es parte de mí y que, de alguna manera, con los años fue madurando”.
En vivo la banda que integran Franco Fontanarrosa (bajo eléctrico, composición y concepto), Martín Pantyrer (saxo barítono y clarinete bajo), Nicolás Mu Sánchez (guitarra eléctrica) y Lulo Isod (batería) suena con la potencia que se oye en el disco físico y, según contó el bajista, hay lugar para la improvisación y experimentación. “El sonido del grupo en vivo es muy intenso y felizmente, con el tiempo, encontramos una mejor manera de sonar”.
Javier Hernández
 
El disco se puede conseguir por el espacio del sello independiente Viajero Inmóvil Records en Bandcamp, lo pueden escuchar o comprar en digital, pero también tienen la opción de comprar el CD físico escribiendo a info@viajeroinmovil.com. Y los invito a revisar el catálogo completo de dicho sello porque tiene exquisiteces más que interesantes.

Espero les guste el disco, lo compren y apoyen a toda esta movida, que tenemos que apoyar.






Comentarios

  1. ¡Que buen disco la puta madre!!! Pepelui

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    1. Completamente de acuerdo amigo pepelui. Un discazo con mayúsculas

      Eliminar
  2. El cd no tiene enlace de bajada, lo podrían agregar?

    ResponderEliminar

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