Me tomé el trabajo de conversar en Santiago de Chile con personas de todo pelaje y color, de generaciones distintas, de niveles educativos y económicos diferentes. Buscaba poder hacer una síntesis donde confluyeran todas esas miradas y expresiones, donde pudiéramos crear un color nuevo, mezclando los distintos matices de la paleta chilena. Adolescentes, setentistas, profesionales, desempleados, estudiantes universitarios e hinchas de clubes de fútbol. Pobladores, vecinos que en estas últimas semanas descubrieron que quienes los rodeaban estaban padeciendo sus mismas miserias y sinsabores y, lo que era más prometedor, estaban dispuestos a buscar salidas colectivamente. Hablé con varios asistentes a la Asamblea Autoconvocada del Barrio Yungay, pero también de otras comunas y barrios. Incluso con colegas que habían itinerado por distintas asambleas y cabildos para corroborar que los temarios, análisis y propuestas coincidieran en su columna vertebral. Por Mariano Quiroga El desp