El macrismo evoluciona y está a punto de entrar en su fase satánica, mutando desde su impostada alegría inicial a su verdadera cara sociópata, una mutación parecida a la de ciertas sectas new age de los fines de los 70, que al principio aparecieron revestidas de un vago orientalismo zen de buenas ondas y terminaron como prácticas satánicas que en un caso condujo a suicidios masivos: "Tengo que estar tranquilo porque si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a todos ustedes" dice el Flancito psicópata Macri. Solo le faltaba amenazarnos y lo hizo. Cuando los efectos del coaching se diluyen tras esa máscara que el marketing les regala, aparece el verdadero pensamiento, que van acorde a los nuevos recortes: como López Murphy, los amarillos recortaron $2.000 millones de educación y ciencia para dárselos a Seguridad. Los amarillos van a meter bala tratando de recuperar el terreno perdido, están nerviosos, son psicópatas, tienen el poder y son apoyados por EEUU e Israel, que aval