“Lo siniestro” es la traducción al castellano de Das unheimliche, texto de Freud de 1919. Lxs traductores que se han ocupado de ese término lo han volcado de distintos modos: en italiano como perturbante, en francés, inquiétante étrangeté, en inglés, uncanny, en español, ominoso (del latín omen, portentoso, amenazador, inquietante) o siniestro. Tanto el francés como el castellano coinciden en un mismo aspecto de lo unheimliche: lo inquietante. El inglés uncanny insiste más en el matiz de misterio, en el sentido de “algo-desconocido”, un-canny (de can, to know how, saber cómo). El italiano perturbante se centra en el tema de la perturbación, del latín turba que, a su vez, viene del griego tỳrbe (desorden, confusión, desconcierto y, en sentido figurado, alteración del alma). Todas las propuestas de traducción se organizan alrededor de la misma idea: heim -la casa- que, por extensión, es el lugar de lo familiar y lo conocido se sustrae de sí misma, desaparece y su centralidad se disue