Artista: Das Kapital
Álbum: Kind of Red
Año: 2015
Género: Jazz, jazz rock, fusión, folk
Duración: 50:33
Nacionalidad: Alemania, Dinamarca, Francia
Kind of Red, es el segundo, cuarto o quinto disco de este trío europeo (depende de la discografía que se consulte, cada quién parece tener su versión) que no tiene miedo de hablar de política con música y viceversa. Activos desde principios de los 2000, este es el primer disco en que entregan sus propias composiciones; antes habían jazzeado desde música navideña hasta la obra de compositores académicos del siglo XX, y después de Kind of Red lo seguirán haciendo. Estos tres europeos occidentales parecen dar vida a lo que el Brexit quiere matar: la eliminación de las fronteras, y lo hacen desde “una música de vanguardia con esencia proletaria”, como dice el comentario del portal francés /NCL/NA/SONS (Inclinaisons). Porque detrás de la unificación de protocolos burocráticos y capitales hay también pueblos que se identifican desde abajo: Das Kapital es un ejemplo de ello, con su irónica y permanente paráfrasis de símbolos políticos y culturales. Ya desde su logo nos dicen por dónde van: es el símbolo del euro pero al revés y bien colorado (convertido en la D de Das Kapital), y los tres locos aparecen en la foto de portada como si fueran unos simples apparátchik (al estilo de los ilustrados en la clásica comedia Ninotchka de Ernst Lubitsch, 1939), esos agentes-burócratas del Partido Comunista soviético, bien lejanos de la Nomenklatura, que solían hacer todo tipo de trabajos sucios para el estado totalitario con que Stalin traicionó la utopía.
[Concierto de presentación de Kind of Red en el Studio de L’ermitage, 8 de diciembre de 2015]
Dicen que el rock ha muerto. Dicen que el jazz también. El socialismo ha sido enterrado. La libertad ha sido apresada. El 68 se ha jubilado. Nos piden que entretengamos. Nos piden que tengamos miedo y que desconfiemos. Bueno, en realidad eso no es lo que tocamos.
Das Kapital (de su página de fb)
Improvisadores de todos los países, ¡únanse!
(del perfil de Das Kapital en /NCL/NA/SONS)
[Das Kapital, Kind of Red, en Saint-Denis Jazz Club (Francia), octubre de 2016. Fotos de Bruno Charavet] |
Desde el nombre del trío estamos ante el comentario de los viejos símbolos del socialismo (y de otros hitos del siglo XX), homenajeándolos pero a la vez ironizándolos, desactivando el dogma que se impuso detrás de ellos, para volverlos a cargar con nueva energía. Entre los primeros trabajos de Das Kapital se encuentra un par de grabaciones de la música de Hans Eisler, compositor serialista y dodecafónico alemán (la escuela de Schönberg), amigo de Brecht y Adorno, exiliado de Alemania por los nazis, creador de música para cine en Hollywood y luego expulsado de los Estados Unidos por la paranoia anticomunista de la Guerra Fría (allá dijeron que era el “Karl Marx de la música”); volvió a Alemania y se estableció en la Oriental (para la que escribió el himno nacional) pero nuevamente resultó sospechoso ante el estado, esta vez de anticomunismo. El espíritu libre de Eisler respira en la música de este atípico trío multinacional, o mejor, internacionalista, apátrida, que lleva el nombre de la obra máxima de Marx.
[Edward Perraud, el francés. Foto de Bruno Charavet] |
Como trío de jazz es atípico porque carece de bajo. En su lugar se alternan las tareas armónico-melódicas los saxos (soprano y tenor, que a veces armoniza mediante el rápido arpegio) del alemán Daniel Erdmann y las guitarras (acústica y eléctrica) del danés Hasse Poulsen, todo sobre una batería que literalmente canta (y suple en buena medida al bajo) en las manos del francés Edward Perraud.
Desde el título del disco (sumado al nombre del trío) estamos ante comentarios y metacomentarios de distintos símbolos del siglo XX: la frase Kind of Red es cita y paráfrasis de un clásico del jazz, el Kind of Blue de Miles Davis, en el momento culminante del estilo cool. Si “kind of blue” se puede traducir como “algo triste” (referencia al mismo tiempo a la fuente blusera del trompetista flaco), “kind of red” sería “medio rojos”. Su música es precisamente como esa vanguardia creadora que a los más brillantes pensadores del marxismo —Gramsci, Adorno (bueno, a Adorno no le gustaba el jazz, pero el pobre no entendía)— les hubiera gustado ver: libre porque improvisa y crea sobre la marcha, comprometida porque recoge lo popular, la cultura de las masas (que no de masas), revolucionaria porque se plantea acertijos que generan pensamiento crítico desde el humor negro y ácido, que nos hacen buscar, que nos ayudan a no perder la esperanza de transformar nuestro mundo enfermo de dinero. Tal como la creación de Eisler cuando trabajaba con su alma gemela: Bertolt Brecht.
[Daniel Erdmann, el alemán. Foto de Bruno Charavet] |
Los comentarios político-culturales no terminan ahí, están también en los títulos de los temas y en sus desarrollos: “Webstern” suena a muchas cosas, pero sobre todo a la reunión del nombre de otro de los grandes músicos socialistas/serialistas, Anton Webern, parafraseado con “western” (occidental). “Macht nix, in der Mitte ist noch Platz” (algo así como “No al poder, queda espacio en el medio”), sugiere inclusión desde abajo; “Jenseits von Gut und Bose” (“Más allá del bien y del mal”) es tópico nietzscheano, y “Nothing Will Ever Be Enough Again” (“Nada volverá a ser suficiente”) recuerda al estrés que produce vivir en el maldito capitalismo.
[Hasse Poulsen, el danés. Foto de Bruno Charavet] |
La música es una inteligente y creativa fusión de estilos y modos de interpretar. Hay rock casi puro en “Webstern”, con enervantes ecos hendrixianos, y en “Jenseits von Gut und Bose”. Hay free jazz al estilo de Coleman (unísonos saxo-guitarra como en Song X) en “Just Like That” y “Au fond des yeux” (dedicada al revolucionario fotógrafo Jacques-Henri Lartigue). Hay incursiones en sonidos folk en “Iris”, “Jenseits von Gut und Bose” y “Au fond des yeux”. Hay atmósferas casi espaciales, si no fueran tan acústicas, en “Claudia’s Choice” (con improvisaciones estilo Wayne Shorter, una influencia declarada por el trío), “Macht nix, in der Mitte ist noch Platz” y “How Long, So Low” (con evocaciones de marcha fúnebre en Nuena Orleans). Y hay citas a Miles Davis en “Just Like That”, con un tema melódico en el saxo que recuerda las modulaciones de Ascenseur pour l’échafaud (ascensor al cadalso) donde Miles musicaliza una película de Louis Malle (1957), noir de la nueva ola.
Das Kapital es un auténtico manifiesto de lucha por la creatividad. Música fresca de la Europa contemporánea que no rehuye la referencia a lo político, como ya habíamos visto con el disco Gagarin! de los italianos Mickey Finn (y con tantos otros que nos encantan), con ironía similar pero con un acercamiento brillante a la música de vanguardia y a la fusión, mucho más accesible al oído popular, que aquí deja de ser un estilo para convertirse en una filosofía de la inclusión y el cruce de fronteras. Un estupendo disco de un proyecto jazzístico sorprendente salido de la vieja Europa en permanente conflicto consigo misma y con el resto de nosotros. Ejemplo de cómo Europa es muchas cosas: el corporativo que nos hunde, el poder que nos amenaza, pero también las personas solidarias, creativas y, sobre todo, divertidas con las que podemos dialogar.
[Das Kapital en acción. Foto de Bruno Charavet] |
Lista de Temas:
1. Webstern (Edward Perraud)
2. Claudia’s Choice (Hasse Poulsen)
3. Iris (Edward Perraud)
4. Macht Nix, In Der Mitte Ist Noch Platz (Daniel Erdmann)
5. Just Like That (Hasse Poulsen)
6. Jenseits Von Gut Und Böse (Daniel Erdmann)
7. How Long, So Low (Hasse Poulsen)
8. Au fond des yeux (dedicated to Jacques-Henri Lartigue) (Edward Perraud)
9. Nothing Will Ever Be Enough Again (Hasse Poulsen)
Alineación:
- Edward Perraud / batería
- Hasse Poulsen / guitarras
- Daniel Erdmann / saxos tenor y soprano
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