Abordar el fenómeno Milei desde las categorías tradicionales del análisis político puede resultar insuficiente, si bien es cierto que hay constantes que no le son ajenas, aun cuando él pretenda que sí, o que hay reglas que no se le aplican. Hasta cierto punto es lógico que un presidente que llega a su cargo como un "outsider" a los partidos tradicionales y con un discurso rupturista (y gaseoso) contra la "casta" entienda que sus apoyos están en otro lado, y no en las instituciones sociales formales de la democracia como el Congreso, los partidos políticos o las provincias. Para él son más importantes los respaldos de Trump o Ellon Musk, que tender puentes para lograr acuerdos políticos, como lo comprueba el impasse en que entraron las negociaciones con el macrismo para formalizar una coalición. Les suplicamos expresamente: No acepten lo habitual como una cosa natural. Pues en tiempos de desorden sangriento, De confusión organizada, De arbitrariedad consciente,