Horacio Manrique nos trae un clásico del rock progresivo como para comenzar otra semana a pura buena música: un disco doble que forma parte de la históricos trabajos de IQ, una monumental obra que fue la que le siguió a su anterior obra maestra llamada "Ever" (que nos falta traer al blog cabeza), y la apuesta fue una obra inmensa que les llevó cuatro años; un ambicioso trabajo de 103 minutos, cuya historia sería retratada por un espectáculo teatral en la gira que acompañaría al lanzamiento del álbum. Una obra conceptual basada en una dramática historia real del 1800 que en repetidas momentos han comparado con "The Lamb Lies Down On Bradway", y que los consolidara finalmente como una gran agrupación que de haber nacido en los gloriosos setentas sería otro de los íconos del estilo, y éste y otros disquitos que ya trajimos y otros que faltan traer dan cuenta de ello. Ideal para comenzar la semana a mucha buena música! Demás está decir que esto es muy pero muy recomendado.
Artista: IQ
Álbum: Subterranea
Año: 1997
Género: Neo progresivo / Rock sinfónico
Duración: 1:42:40
Referencia: Progarchives
Nacionalidad: Inglaterra
En este tiempo IQ era una banda de medio tiempo. La mayoría de los miembros de la banda tenían trabajos durante el día. Hasta el día de hoy es de una extrema dificultad unir a la banda, hecho que empeoraba al vivir muy separados (Southampton y Manchester). Todo esto daba como resultado giras cortas y raras sesiones de ensayo o escritura.
"La idea inicial que tuve fue una historia popular alemana de un tipo llamado Kaspar Hauser que fue encontrado deambulando por Nuremberg en 1828. No tenía idea de quién era y todo lo que sabía era que lo habían mantenido encerrado todo el tiempo. Nunca había visto a nadie más. Su comida fue empujada a través de su puerta a altas horas de la noche cuando estaba dormido. No tenía idioma, por lo que tuvo que aprender a hablar, y se convirtió en una especie de celebridad. Fue asesinado para que nadie supiera realmente quién era. Existía la teoría de que podría ser el descendiente ilegítimo de alguna figura real y que lo habían escondido en algún lugar para evitar la vergüenza".
Peter Nicholls
Cuando encontraron a Kaspar Hauser en Nuremberg, tenía 16 años. Parecía que nunca había visto cosas cotidianas como el fuego y, cuando le enseñaron a hablar, le dijeron que había sido criado toda su vida en una habitación oscura. Lo asesinaron en 1833, cuando tenía 21 años.
Y aquí tenemos las palabras de nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que nos dice de este clásico lo siguiente:
La tragedia subterránea de IQ, 20 años después
Septiembre del 2007 fue un mes muy especial para la escena rockera progresiva mundial porque fue cundo el grupo IQ
publicó una de sus obras cumbre: el doble CD 'Subterranea'. Con este
sexto trabajo de estudio del grupo británico no solo se logró afianzar
su proceso de maduración estilística iniciada con su álbum anterior
“Ever” (del año 1993), sino también concretar su sueño de grabar un
ambicioso disco conceptual, dándose en este caso una sesuda labor de
exploración y desarrollo para las ideas de la autodeterminación, el
crecimiento emocional, el ansia de libertad y, finalmente, la fatalidad.
Por supuesto que esta combinación de encuadres conceptuales en la
narrativa articulada en la poesía del frontman Peter Nicholls
debe tener un cariz necesariamente trágico, y nos referimos a lo
trágico en su dimensión más conmovedora. Una bendición para este IQ
dispuesto a renacer de las cenizas en las que quedó hundido a fines de
los 1980 que Nicholls regresara para quedarse. Con este álbum, el
entonces recientemente renacido ensamble heroico de la nueva ola del
rock progresivo británico (neo-progresivo para quienes gustan de las
etiquetas facilistas) seguía integrando a los integrantes fundadores Mike Holmes (guitarras y guitarra-sintetizador) y Martin Orford (teclados y coros) junto al antes mencionado frontman Nicholls y el baterista-percusionista clásico Paul Cook, además de un John Jowitt
(bajos, pedales bajos y coros) que se sentía totalmente aunado al
universo musical de IQ desde inicios de los 90s. Para esta ocasión
también tuvo lugar la primera vez en que Holmes incorporaba ocasionales
labores de teclista al entramado instrumental de la banda. Tony Wright
fungió de invitado al saxofón en un par de canciones (no fue la primera
vez que colaboró con este genial quinteto ni tampoco será la última). La
fecha oficial de publicación de esta monumental obra doble fue el 5 de
setiembre de 1997, justo a tiempo para que las primeras ventas pudieran
tener lugar en dos conciertos en The Met, un local de Manchester que
siempre recibió con los brazos abiertos a IQ a lo largo de los años.
Fue largo el proceso en que el grupo se puso a diseñar la línea de
trabajo y la creatividad con miras al disco que tenía que aprovechar el
buen momentum creado por “Ever” y su consecuente gira. La cosa “empezó” a
fines de 1994 e inicios de 1995 cuando la banda empezó a testear nuevas
ideas en los conciertos, como cuando el prólogo instrumental de lo que
luego maduraría como la larga suite ‘The Narrow Margin’ se utilizaba
como introducción a ‘The Darkest Hour’, además de una versión
instrumental de la canción posteriormente bautizada como ‘Breathtaker’.
Ya en 1996, la banda tocaba los primeros minutos de la más desarrollada
‘The Narrow Margin’ (bajo el gracioso título inicial de ‘Clanck Tingy
Tingy’) y la dupla de ‘Laid Low’ y ‘Breathtaker’ (ya con letra y bajo el
título de ‘Big Pouf Paino’). Para entonces, la banda ya había anunciado
su agenda de grabar un disco en otoño de 1996 para que éste se
convirtiera en una real entidad fonográfica a fines del mismo año. Pero,
como así son las cosas de la vida, y a pesar de rechazar ofertas de
tocar en festivales para concentrarse en la preproducción, grabación y
masterización del nuevo disco, la gente de IQ anunció que el disco se
postergaba hasta abril de 1997… ¡y luego hasta setiembre de 1997! Pero
esta segunda desazón quedaba con creces aliviada por el hecho de que se
iba a tratar de un disco conceptual doble con un relato de base. ¡Como
los clásicos “The Lamb Lies Down On Broadway” de GENESIS, “Tommy” y
“Quadrophenia” de THE WHO! La expectativa creció enormemente y ya el
asunto pendiente era llevar a buen puerto este nuevo enfoque creativo.
Aunque las sesiones de composición y grabación fueron un tanto
agotadoras e inconstantes – todos los integrantes tenían que ganarse la
vida con un empleo “serio” – todo fluía bien bajo las circunstancias.
Una vez estaba Nicholls saliendo de su trabajo y, camino al metro,
aprovechó que pasaba cerca de la casa de Orford para visitarle y así
grabar con él una pequeña muestra de lo que después sería ‘King Of
Fools’ a partir de una letra que se le había ocurrido esa misma mañana.
También hubo un momento de sinergia grupal cuando se decidió que el
motif central de ‘Infernal Chrous’ debía incluir una breve parada, lo
cual dio pie a Nicholls a imaginar que el personaje central de
“Subterranea” se daría cuenta en ese momento de que tiene un cuchillo en
su mano y está en posición de atacar al espía que le viene atormentando
desde hace días (más adelante, los detalles). Una mágica confluencia de
inspiración musical, poesía y dramaturgia. El concepto del álbum está
inspirado en el dramático caso del joven alemán Kaspar Hauser, quien
vivió sus primeros años de vida recluido en un cuarto oscuro de
estrechas dimensiones. Con la apariencia de un muchacho de unos 16 años,
como si nada apareció este misterioso ser deambulando por las calles de
Nüremberg el 26 de mayo de 1828; siendo llevado a una comisaría, el
personaje en cuestión anotó su nombre en un papel. Convertido
instantáneamente en una dramática celebridad local, su corta vida
terminó tras ser acuchillado gravemente en diciembre de 1833. El gran
cineasta alemán WERNER HERZOG hizo la película Jeder für sich und Gott
gegen alle (también conocida como El enigma de Kaspar Hauser) inspirado
en la trágica vida de este señor.
A partir de este antecedente histórico, las letras de Nicholls desarrollan la historia de un joven anónimo, encerrado desde su más tierna infancia en un laboratorio psicológico experimental ubicado en una vieja torre medieval en un bosque, bajo la dirección del Dr. Mockenrue. Un buen día, liberado de su encierro, se dirige bajando por la estepa hasta llegar a la gran ciudad, donde experimentará los avatares de la vida urbana, así como a generar sus propias emociones de miedo, inseguridad, fe religiosa, amor – todo ello bajo la soterrada vigilancia de unos espías que van monitoreando su conducta. El hábitat de su elección inicial es el de los pasadizos del metro pues está instintivamente ligado al (perverso) confort de su anterior vida cautiva. Su breve historia de amor con una mujer llamada Maya es especialmente reveladora pues ella no solo le brinda sus afectos de mujer sino que también le da un nombre, le bautiza, le convierte en una concreción individual propiamente dicha. Pero este idilio es efímero y la repentina desaparición de esta misteriosa musa que parecía haber salido de la nada deja turbado al protagonista, sacando de sí una tristeza que antes no había conocido, unas ansias de venganza que no sabe explicar. Una vez que se percata de que hay gato encerrado en esta situación, que tal vez sea objeto de observación e investigación por parte de unos espías, confronta y mata a uno de ellos no sin antes sonsacarle el nombre de su jefe. Esto le causa una fuerte crisis espiritual, una turbia duda motivada por la capacidad drásticamente destructiva que acaba de descubrir dentro de sí. Su rabioso jolgorio de saber que es capaz de defenderse cede pronto a una imborrable mancha de homicida culpa. En fin, nuestro protagonista tiene que sobrevivir así que gana algo de dinero haciendo trabajos de poca monta y asumiendo un perfil bajo mientras reside en sucesivos departamentos alquilados: mientras tanto, sigue percibiendo la presencia de espías por aquí y por allá. La furia y el ansia de libertad lo llevan a plantear una franca rebeldía ante el Doctor, llegando incluso a conocer a otras personas que se encuentran bajo el mismo predicamento: un tatuaje común les delata como compañeros de desventuras. Dado su talante especialmente carismático, el protagonista se erige como su líder y los dirige en una marcha para enfrentar y asesinar al Doctor Mockenrue, pero los matones de éste se adelantan y los apresan, encerrándolos en una fábrica abandonada a la que prenden fuego. Nuestro protagonista había dejado de ver a la humanidad como una manada de neuróticas estampidas y ya empezaba a soñar con un recurso de socialización que le permitiera ser una entidad autónoma, pero el sueño se desvaneció sin más. En medio de todo el caos mortal en llamas, él cree ver a la bella Maya: ¿es ella una de las víctimas de Mockenrue o fue tan solo un agente de fingimiento a su servicio?... ¿o simplemente fue un espejismo de su desesperado delirio? Nuestro héroe es el único que se salva de la masacre, pero al entender que en el mundo exterior él es un peligro tanto para los demás como para sí mismo, decide, por propia voluntad, regresar a los cuarteles de Mockenrue para reinstalarse en su encierro inicial: comprender su condición de esclavitud es una verdad que no lo libera, solo le permite aceptar su fatal destino. Otra lectura alternativa del pasaje final es que el protagonista decide vivir como un homeless y renunciar a toda sociabilidad porque el mundo no necesita de sus destructivos sueños heroicos, por lo que decide reducir su vida a la mínima praxis posible. Se trata, al fin y al cabo, de otro tipo de encierro, por lo que la moraleja de la cruel verdad que expusimos unas líneas más arriba también se aplica aquí. La ambientación cavernícola de esta trama parece aludir a la famosa alegoría de la caverna que ocupa los pasajes iniciales del Libro VII del clásico filosófico de PLATÓN La República. Pero si en el caso de este ambicioso testimonio de la doctrina platónica, el proceso de conocimiento y autoinspección es la vía para superar la ignorancia y liberarnos por vía del saber, en el drama de “Subterranea”, nuestro protagonista solo cosechó con la siembra del saber el afianzamiento de la perpetua esclavitud de su cuerpo y su psique. Una noción retorcida y descorazonadora, sin duda... ¡y también, aunque nos duela, progresivamente genial!
Dada la naturaleza especialmente dramática de la trama narrativa, es de entender que este disco resulte más denso y agresivo musicalmente que su glorioso predecesor “Ever”, el cual ostentaba un talante más melancólico y reflexivo en un clima generalmente muy colorido. También hay que tener en cuenta que la peculiar poesía del frontman Nicholls ahora debía ajustar muchos de sus crípticos recursos metafóricos a una historia concreta, por lo que su inspiración se debió orientar a estos delineamientos conceptuales. En lo musical, “Subterranea” muestra un tratamiento especialmente duro de las guitarras, una solidez mayúscula de la sección rítmica, y en cuanto a los teclados, un acento oscuro en las cortinas y armonías, además de unos recurrentes efectos de aspereza en varios de los solos. Respecto a lo dicho sobre los enfoques sonoros de las guitarras y los teclados, éstos son factores que seguirán afinándose y afilándose en discos ulteriores de IQ. Atención que algunos pasajes aparente de escalas de guitarra electroacústica son realmente escalas de teclado, así como algunas capas y solos de sintetizador resultan ser de la guitarra-sintetizador: un ejemplo está en la primera mitad de ‘Somewhere In Time’, donde los retazos de fluta sintética tras el segundo estribillo emanan de cuerdas, no de teclas. Por otro lado, la ambientación siniestramente etérea de ‘The Sense In Sanity’ se sostiene por las labores duales de Orford y Holmes a los sintetizadores. En líneas generales, el grupo presume a lo largo del disco de haber conquistado un enfoque moderno para este nuevo explayamiento de su visión progresiva del rock, lo cual resulta perfecto para complementar la tendencia hard de algunas ejecuciones así como para completar idóneamente el swing intenso y extrovertido de varios pasajes particularmente marchosos. Las ideas melódicas están muy inspiradas y los arreglos son manejados con ingenio y con un iluminado sentido del ensamble; los instrumentistas saben acoplarse en un todo orgánico efectivamente funcional. Todo comienza con el medley inaugural de ‘Overture’ (mención especial al sampleo inaugural de orquesta calentando motores, tal vez el único momento de humor del disco), la miniatura ‘Provider’ y la canción homónima: los criterios de vitalidad rockera son manejados con solvencia y convicción mientras los exquisitos desarrollos melódicos se van explayando en estilizadas ingenierías típicamente progresivas. La pregunta inicial formulada en ‘Provider’ (“Are you inside, Provider, or am I?”) es el pistoletazo que marca el inicio del drama. El primer momento de explosividad auténticamente opulenta surge en ‘Sleepless Incidental’, canción que transita fluidamente entre el lirismo vulnerable, la neurosis sincopada en 5/4 y la majestuosa sección final que porta una imponente aureola románica. Acto seguido llega otro momento cumbre de dramatismo musical de la mano de ‘Failsafe’, canción que delinea portentosamente el fin de la ingenuidad y el inicio de la furia de vivir del protagonista. Tras disfrutar de un enérgico despliegue de briosos preciosismos melódicos, Nicholls hace declamar a su protagonista: “I don’t belong here. / I’m not your victim and I don’t believe. / I’m not strong here. / No religion, nothing more. / I’m telling you now / I'm not your candidate / Guaranteed failsafe. / I’m caught in a headrush / And I’m out of control.” ¡¡Genial!!
El único momento de calidez emocional en todo el álbum llega de la
mano de la dulce e irresistible balada ‘Speak My Name’, una de las más
bellas creaciones que IQ han hecho hasta el día de hoy; cabe enfatizar
que esta calidez es muy intensa por la manera que tiene de estremecer
las fibras sensibles más delicadas del oyente empático. Es algo
contemplativo y vehemente a la vez. Con una armazón inicial de teclados
atmosféricos y matices de bajo sin trastes para que después entre el
piano en la puntuación de las armonías básicas, Nicholls canta con aura
vulnerable la dicha del protagonista: “A simple moment set aside / And I
feel like I'm mine. / There are times when I remember, / But in my
heart I'm not the same, / And I feel myself connected / Every time you
speak my name, / You speak my name.” El solo de guitarra clásica –
acompañado de tenue percusión menor – realza el candor romántico del
motif central antes del último estribillo. Aunque esta canción es, desde
lo estilístico, la rara avis dentro del repertorio, su diseño musical
es idóneo para plasmar al unísono la magia del amor y la satisfacción
del postergado descubrimiento de la identidad personal. De todas
maneras, tal como expusimos en la síntesis narrativa que sirve de
concepto para el disco, este gozo de amor resulta efímero y llega el
momento en que el protagonista habrá de hundirse en la peor de sus
pesadillas gradualmente. Con la ferocidad cadenciosa de ‘Tunnel Vision’ y
el talante góticamente ominoso de ‘Infernal Chorus’ (mediando un
intermedio espacial que aporta un aire psicodélicamente misterioso al
asunto), el grupo concreta los recursos de más airada vitalidad y
rabiosa exasperación del disco. El compás marcial que impone la dupla
rítmica en el inicio de ‘Infernal Chorus’ y el acento siniestro de sus
golpes finales culminan a lo grande esta noción musical. Las cosas se
ponen un poco más etéreas con la dupla de ‘King Of Fools’ y ‘The Sense
In Sanity’, piezas sostenidas sobre abundantes capas y ornamentos de
sintetizadores: la primera de ellas ostenta una letra cínica que refleja
la indefinida confusión del protagonista (en base a una melodía
prestada de ‘Failsafe’) mientras que la segunda se centra en su
sentimiento de culpa, la gran culpa de tener la sangre de un ser humano
en sus manos. Las líneas “Now that I am far beyond beginning to belong /
Maybe I don't understand the sequence as I should. / Can't tell left
from right from wrong, / God from bad from good” son tremendamente
elocuentes al respecto. El breve instrumental ‘State Of Mine’ – por poco
no toca la barrera de los dos minutos – remodela la secuencia de
marimbas sintetizadas en 7/8 de ‘The Sense of Sanity’ para derivar en un
excitante vuelo de matices orientales con el bloque instrumental en
pleno estableciendo una dinámica incandescente y usando el mismo tempo.
Tras la exótica plenitud que signó al clímax final del CD1, el CD2
retoma ese motif pero esta vez con un talante orquestal sobre los
hombros del piano y la guitarra eléctrica: se trata de ‘Laid Low’, breve
instrumental que abre la puerta para la emergencia de ‘Breathtaker’,
una canción maciza cuyos grooves y cadencias nos recuerdan mucho a las
de ‘Tunnel Vision’, y en menor medida, a las de ‘Failsafe’. El empleo de
efectos mecánicos de rieles como ornamento ocasional del esquema
rítmico enfatiza el ambiente urbano que impregna al concepto dramático
del disco. ‘Capricorn’, por su parte, es una hermosa semibalada (muy a
lo GENESIS) en la que los instintos de supervivencia del protagonista
revelan la añoranza por aquel tiempo en que la nobleza y la inocencia
eran las marcas esenciales de su espíritu: “Thinner than most sinners
and saints alive. / Dare you speak my name? / So what if you're
temperamental / And I'm out of tears, out of sympathy? / So what if I'm
elemental?...” El saxofón (recordemos que el invitado para ocasiones
como ésta es Tony Wright) es el perfecto instrumento interlocutor de
Nicholls, y termina por disolverse en un éter sonoro que despliega el
brote del flotante instrumental ‘The Other Side’. Esta pieza fue
compuesta y ejecutada casi integralmente por Holmes y se luce como un
exquisito ejercicio de electrónica prog-sinfónica. ‘Unsolid Ground’
muestra la persistencia de rezagos de nobleza primitiva en el
protagonista en el momento más pop del disco: suena muy al estilo de los
CAMEL de fines de los 70s así como a lo que los mismos IQ hicieron en
su periodo 87-89. ‘Somewhere In Time’ vira nuevamente a la faceta
genuinamente épica de la banda, removiendo y remodelando estándares y
ambientes que ya apreciamos antes en ‘Sleepless Incidental’ y
‘Failsafe’, además de recibir ecos del conmovedor lirismo de
‘Capricorn’. Tras el segundo estribillo, el asunto se pone un poco más
filudo mientras la compacta aleación instrumental mantiene la
impecablemente armonizada oleada sónica con miras a la edificación de un
epílogo exaltado en 5/4. Algunas alusiones breves a retales temáticos
de ‘Breathtaker’ e ‘Infernal Chorus’ parecen señalar que ya se avecina
el momento del crucial encuentro entre nuestro protagonista y el amo de
su ser-marioneta.
Las letras de este final de ‘Somewhere In Time’ y la de la breve
semibalada ‘High Waters’ reflejan el momento del intento de rebelión
contra Mockenrue: el hecho de que ‘High Waters’ porte una melodía triste
y augusta indica a todas luces el hado fatal que aguarda a la vuelta de
la esquina. Realmente es bellísimo ese motivo de piano que impulsa al
núcleo melódico de ‘High Waters’, y el canto de Nicholls en clave
reflexiva ayuda a realzar ese efecto; el ulterior solo de guitarra eleva
a este talante reflexivo a un fulgor altanero y formidable. Durando 20
minutos exactos, ‘The Narrow Margin’ concluye el CD2 y el repertorio, y
lo primero que escuchamos de él es la maquinaria locomotora que había
aparecido antes en algunas secciones de ‘Breathtaker’. De todas maneras,
en lo estrictamente melódico, lo primero que resuena sobre este groove
mecánico es una soltura grácil guiada por los teclados mientras la
guitarra llena sutilmente espacios con escalas rítmicas y fraseos
sobrios. Es el momento en que los potenciales rebeldes son detenidos en
masa por agentes de Mockenrue y son encadenados dentro de un tren rumbo a
una fábrica abandonada en algún área rural. El entramado creado por los
instrumentistas se focaliza simultáneamente en el desarrollo de
relativamente sencillos encuadres melódicos con la armazón de
vibraciones rítmicas razonablemente sofisticadas, siendo así que ésta
aterriza en algún momento en un groove sencillo sobre el que el canto de
Nicholls anticipa lo que será la melodía de cierre. A la altura de la
frontera del noveno minuto irrumpe una sección elegantemente guerrera
sobre un tempo sofisticado, el cual retrata el encierro de la multitud
rebelde y el incendio de la fábrica. Solo sobrevive nuestro protagonista
y sabe que lo único que le queda por hacer es tantear el camino de
regreso a su lugar de origen para confrontar personalmente a su
protector/opresor… y declarar su propia derrota moral. Este momento
cumbre se expone musicalmente a través de un fascinante pasaje
instrumental de inspiración céltica donde se alternan compases de 17/8,
7/8 y 6/8, para luego llegar a un grand finale que comienza en clave
majestuosa con tonos orquestales (“Undeniably real and it's better left
unsaid, / All the love you said was nothing. / Find a rhinestone, not a
diamond. / I never wanted this, Left alive and laid to rest.”) y termina
en clave intimista con ribetes etéreos (“Through the dangerous times / I
needed more than cold eyes, / I want to be alone / To dream myself away
/ from darkness and decay / As I try to forget it.”). El dulce dolor de
la despedida al mundo y la agria liberación de la autoconciencia en una
nueva reclusión conforman el único final que le estaba destinado a
nuestro protagonista: un hombre demasiado brillante para conformarse con
su propio desgarro pero cuya fuerza de voluntad y sensibilidad solo
podían llevarle al ocaso prematuro más atroz. Si en la parca letra de
‘Provider’ el protagonista se preguntaba si había una figura protectora
vigilándole o era solo producto de su imaginación, ahora que se vuelve a
hacer la misma pregunta en la última línea de ‘The Narrow Margin’ (“
Provider, are you inside or am I?”) la cosa adquiere el significado de
cuestionamiento filosófico que instantáneamente revela la futilidad de
los fatuos fuegos de sus sueños de liberación.
Por supuesto, este proyecto musical debía tener un correlato teatral
sobre los escenarios, así que la subsiguiente gira de promoción tuvo que
desarrollarse en una cantidad muy específica de escenarios de varias
localidades europeas donde la logística del local de turno posibilitara
el entramado tecnológico diseñado para la ocasión. No se trataba
solamente de una pantalla a espaldas del grupo donde se pudiera
proyectar filmes, diapositivas y fotos tomadas del arte gráfica del
disco, sino que también debía haber un ecran plegable al frente del
grupo para algunas ocasiones en las cuales se tenía que hacer una
proyección doble: un ejemplo es el momento de ‘The Narrow Margin’ donde
la combinación de contraluz, iluminación y diapositivas debía dar la
sensación de un encierro en un lugar oscuro mientras se está rodeado de
crecientes llamas. También había una simbología en el vestuario del
grupo, estando Nicholls vestido de blanco para las tres primeras
canciones y la sección final de ‘The Narrow Margin’, mientras que para
el resto del repertorio lleva un vestuario negro. Esto refleja la
pérdida de la inocencia mientras su dramático periplo por la vida que él
no escogió le hace madurar como un ser conflictuado, aceptando
finalmente su derrota y ansiando recuperar la inocencia perdida.
Mientras tanto, los músicos empiezan estando vestidos íntegramente de
negro mientras cogen turno para cambiar sus respectivas camisetas negras
por otras blancas. El show que el grupo ofreció el 4 de abril de 1999
en el 013 de Tilburg, Países Bajos, fue el escogido para su registro en
el VHS “Subterranea - The Concert” así como para un CD doble. Siempre
fue un lugar de buena acogida para el grupo y ahora fue escenario de
este gran espectáculo. Un momento notable es el simulacro de pelea con
el espía y su ulterior asesinato durante ‘Infernal Chorus’, siendo así
que Nicholls porta una máscara de cuero. Con el paso del tiempo, este
tremendo documento audiovisual tuvo su correspondiente reedición en DVD,
más específicamente en el año 2000. Pero hay un capítulo adicional para
el legado de esta magna obra progresiva pues en el año 2012, el grupo
decidió hacer una mini-gira europea tocando el álbum entero con toda su
parafernalia teatral por motivo de su aniversario #15. Para entonces, la
alineación de IQ constaba de Nicholls, Holmes, Cook (quien había vuelto
dos años antes tras un hiato de 5 años), el teclista Neil Durant y el
repatriado bajista original Tim Esau. Un fastuoso adelanto de esta idea
se había plasmado ya en la primera de dos jornadas que se habían armado
para el trigésimo aniversario de la banda, exactamente el 22 y el 23 de
octubre del año 2011 en De Boerderij, un local de la ciudad neerlandesa
de Zoetermeer.
Como anécdota peculiar, hay un par de canciones bien acabadas que
terminaron fuera del repertorio de “Subterranea” porque de alguna manera
su inclusión hubiera afectado a la fluidez general del repertorio: una
es ‘The Universal Scam’, dueña de una fiereza rockera vorazmente
instalada sobre un llamativo medio tiempo; la otra es una etérea balada
de tintes célticos titulada ‘Eyes Of The Blind’. Una de ellas debía
aparecer durante el momento en que el protagonista estaba tentado a
entrar en un culto religioso mientras que la otra debía aparecer después
entre ‘Breathtaker’ y ‘Capricorn’. Como se tratan de canciones con
personalidad definida, de todas maneras fueron incluidas en el
recopilatorio de rarezas “The Lost Attic” (publicado en 1999), para
beneplácito de los seguidores de la banda. En fin, no siendo
precisamente objetos de gran misterio nuestro aprecio y nuestra
admiración por el catálogo de IQ en tanto algo sumamente relevante para
la solidificación del legado del rock progresivo desde la década de los
80s, hemos tratado de ser lo más objetivos posible. Bueno, subjetiva u
objetivamente, “Subterranea” es, en nuestra humilde opinión, uno de los
concept-albums más brillantes de la historia del rock progresivo, y
ciertamente, una de las obras más notables de los 90s.
La verdad que es agradable escuchar un dico tan ambicioso y largo que data de finales de la era de los 90’s. Aquí lo pueden escuchar...
En el video anterior pueden escuchar todo el disco, que fue el único lugar que encontré donde lo pueden conocer completo... vamos con otro comentario y a comenzar la semana!
Como tengo por costumbre hacer un poco de antropología musical os diré que este disco para mí como para otros de mi generación progresiva, tiene una serie de factores que se definen como agradecida paradoja temporal.
Los que vivisteis la edición del “The Lamb Lies Down On Bradway“ de Genesis a finales de 1974 sabéis a que me refiero. Es curioso: "Selling England By The Pound” podría ser “Ever” y el siguiente al igual que Genesis con “The Lamb” sería “Subterranea”. Ambos grupos grabaron esos discos uno al siguiente del otro. Pero voy a ser bastante claro con los que pretenden odiosas comparaciones. Los cuatro discos grabados en diferente generación y época son excepcionales, pero en lo musical no tienen absolutamente nada que ver. He leído infinidad de críticas comparando este asunto y menospreciando evidentemente a los considerados discípulos de Genesis. No es cierto. La música de Génesis no se parece a la de IQ. Génesis acabaron sin remordimientos de conciencia en el desprecio y el ridículo. IQ por el contrario en el camino del respeto y la admiración. Si quieres como influencia estética del estilo sinfónico probablemente lo sea, no lo dudo. Pero cada grupo pertenece a su tiempo. El recuerdo me dice que en 1975 probablemente “The Lamb Lies” fue el disco más depresivo que escuché en su momento, aun incluso hoy me entristece. A su vez coincidió con mi época del servicio militar, Paco se fue ese año pastoral y de continuas fiestas patronales en España, época donde dicen que todo cambió para no cambiar nada por lo que los españoles estamos sumamente agradecidos y además la vaselina nos la dan sin receta aunque si te pones tierra en el culo (votar por ejemplo) no resbala y da más gusto. En lo personal que en realidad lo político-social me la sudaba como siempre, añádase falta de interés académico por mi parte y por el asco que sentía a todo lo establecido. Por supuesto todo ello sin un duro en el bolsillo ni ganas de currar…apología de la vagancia como bien superior y honor destinado a los más inteligentes. Pero me salió mal y con dolor de corazón, tuve que currar 40 años más haciendo el paripé como buen chico, por lo que al menos seré pensionista en breve y me olvidaré de la vaselina. Una historia nada original en los de mi generación ya lo sé, pero cierta. Para colmo lo recuerdo todo en blanco y negro con gris mortecino. Tiempos de amargura y tristeza que disfrutamos con entereza. Así que deciros que a los que ahora estáis jodidos de la cabeza que los tiempos pasados no fueron mejores en absoluto. Ni en lo más mínimo. El mundo es tan mierda hoy como lo era antes.
Superar “Ever” no era tarea fácil, de hecho, no han logrado superarlo. Pero lo que sí han logrado es mantener un nivel de calidad a la par. La música en cada uno de sus discos hasta la actualidad, es la misma en términos de disfrute. Podrá gustarte uno más que otro, pero todos son igual de buenos. Esto es decir mucho de ellos y de su profesionalidad. Los Genesis de Gabriel siempre sonaron algo oscuros, en concreto el “The Lamb Lies”, el trabajo me emocionaba como buen masoca hasta el abatimiento anímico, pero nunca me gustó la calidad de grabación por muchas remasterizaciones realizadas a lo largo de los años.
Por el contrario, IQ disfruta de las mejores tecnologías de grabación y un cuidado extremo en su sonido. Escuchar “Subterránea” es un placer por su claridad, incluso en su versión en directo. 100 mtos de música conceptual en un doble CD, que lleva su tiempo escuchar a conciencia. Es más misterioso que “Ever”, más duro en ocasiones y más fascinante en otras. Mike Holmes es un buen compositor y pienso que IQ, no sería lo mismo sin él. Las composiciones están pensadas al milímetro y el cuidado en la melodía emocional, es marca registrada. Reconozco que la temática literaria no me interesa demasiado y no me he preocupado en la “historia cinematográfica” que lo acompaña. También la historia de Rael en “The Lamb lies Down On Broadway” era un coñazo surrealista sin sentido de la mente bipolar de Peter Gabriel, que si Lamias-serpientes con tetas, que si monstruos protuberantes, criaturas que se arrastran por el suelo, que si macarras portorriqueños colgaos…etc. El “Tales From Topographic Oceans” de Yes también se hizo en coñazo metafísico insufrible, aunque la música fue encantadora. Estamos en lo mismo. La música pura es lo que me interesa en ambos casos. Me sobra el resto. Ni que decir tiene que Subterranea con su mensaje social y alienación del individuo rarito como tal, se debe escuchar en “un todo”, como cualquier obra de corte clásico sin más enlazando cada pasaje, melodía, estado de ánimo. Todo está pensado, equilibrado, de manera que no surja la peligrosa abulia o aburrimiento al que este tipo de trabajos se ven muchas veces abocados abusando a veces de “rellenos” para engordar el producto. Si llegas al final, cosa no muy complicada porque no pierdes el interés, te encontrarás con “The narrow Margin” y 20 minutos de épica antológica en la música de este grupo. Martin Orford despliega un importante derroche de teclados “modernos” y un elaborado trabajo de “atmósferas”. Holmes se desdobla en múltiples guitarras. Bajo y batería son una máquina que fija fuerte toda la estructura y Nicholls está sencillamente fantástico a las voces. El hacerse mayor le ha sentado bien y la vocalización cada vez es más clara y precisa. Y no en absoluto. No se parece en nada a Gabriel. Así que ya está bien de compararlo.
En este tipo de trabajos no es preciso destacar una canción o pasaje. Hay partes sublimes. Todas son importantes, aunque “The Narrow…” me pierde. “Subterranea” tuvo su esplendorosa puesta en directo y su versión grabada en vivo. A estas alturas IQ ya se había convertido en un grupo de culto y lo de “neo-prog” ya quedaba en el pasado. Ahora son una banda sinfónico progresiva al lado de las grandezas históricas y realmente se lo han ganado con creces y que no os cuenten otras historias.
Lista de Temas:
CD1
1. Overture - 00:00 (instrumental)
2. Provider - 4:38
3. Subterranea - 6:15
4. Sleepless Incidental - 12:08
5. Failsafe - 18:31
6. Speak My Name - 27:29
7. Tunnel Vision - 31:04
8. Infernal Chorus - 38:28
9. King Of Fools - 43:37
10. The Sense In Sanity - 45:41
11. State Of Mine - 50:30 (instrumental)
CD2
12. Laid Low - 52:29 (instrumental)
13. Breathtaker - 53:58
14. Capricorn - 1:00:03
15. The Other Side - 1:05:19 (instrumental)
16. Unsolid Ground - 1:07:40
17. Somewhere In Time - 1:12:45
18. High Waters - 1:19:57
19. The Narrow Margin - 1:22:40
Alineación:
- Peter Nicholls / Vocales, Coros.
- Mike Holmes / Guitarra.
- John Jowitt / Bajo, Coros.
- Martin Orford / Teclados, Coros.
- Paul Cook / Batería.
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