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Bauda - Euphoria… of Flesh, Men and The Great Escape (2012)


Artista: Bauda
Álbum: Euphoria… of Flesh, Men and The Great Escape
Año: 2012
Género: Doom / Folk / Dark Post metal
Duración: 59:13
Nacionalidad: Chile

Lista de Temas:
1. Ghosts of Phantalassa
2. Humanimals
3. Silouettes
4. Oceana
5. The Great Escape
6. Acension
7. Crepuscular
8. ...Mare Nostrvm? (El Lanto de Quintay)

Alineación:
- César Márquez (Bauda) / Voz, teclados, bajo, percusión y guitarras
Músicos invitados:
Horus / batería
Lutio / flauta traversa
Nicolas Recabarren / batería
Juan Diaz / bajo



Antes que nada, agradecemos a los músicos por haberse contactado con nosotros.
En la presentación del álbum "Oniirica", la ópera prima de Bauda, yo había dicho las siguientes palabras:

Aclaro que si bien muchos de los álbums publicados en este blog llevan la denomincación de "folk" (metal, progresivo, experimental, etc.) quizás sea una equivocación de mi parte pero generalmente se refieren más al folcklore latinoamericano, que, por supuesto, es folk (tanto como que Sui Generis es considerado como "folk prog" por muchos reconocidos progheads). Esta caso es un excepción y el estilo de la banda se emparenta más a lo que comunmente se denomina bajo el género "folk", o "neo-folk", "folk-metal" etc.
La verdad, es que no hay una regla verdaderamente fija y cada uno denomina los estilos según sus intereses, perspectivas y valoraciones.

Aclaro porque esto también es folk. Aunque no muy latinoamericano, tiene mucho folk. Bauda es una banda de post metal shoegaze de Chile. Aquí, en este disco, hay desde suaves líneas de guitarra, hermosos sonidos de sintetizadores, voces claras y tambores que conducen la música, al menos de vez en cuando, sin embargo, hay algo que trasciende esos temas y de las denominaciones de género. Cualquiera que escuche esta música, creo que podría definirla como la combinanción entre Alcest, Mono o Sigur Ros, por el estilo de música plasmado pero sobretodo porque es un viaje hacia el interior de lo humano. Un disco honesto y fascinante sale como resultado de esa búsqueda interna. Quizás así deba sonar la música que viene del alma.


Un álbum que si bien se presenta bajo la denominación de "post-metal" es algo puramente intimista y reflexivo más cercano a la nostalgia del post rock y con grandes toques de folk psicodélico más esa magia del rock atmosférico. En todo caso es un disco que se levanta y vuela por los cielos de la creatividad y la libertad musical, más allá de los catálogos que le podamos poner. El trío chileno se las arregla para transmitir emociones y estados de ánimo en cada canción.
Las canciones parecen estar armadas para provocar visiones, pensamientos, imágenes a través de la música, que siempre crean paisajes sonoros mientras la expresiva voz es capaz de acompañar al oyente en este viaje, a veces con suavidad y otras veces a través de caminos más oscuros.
Esas evocaciones pueden reflejan ya sea la armonía, la alegría y la paz ("Silouettes", "Crepuscular") o los ambientes oscuros, la ansiedad, el temor y la desesperación ("Oceana", "Acension"), mientras que de la misma "Acension" emerge un fuerte eco de Pink Floyd.

Vamos con los comentarios de terceros, que se viene el fin de semana...

El año pasado tenía en mis manos la tarea de hacer la reseña del disco Blindfolded de Leuku, uno de los proyectos (del que lamentablemente no hemos oído/sabido más) de Cesar Márquez, más conocido como Bauda. Citando textualmente, aquella vez había quedado con la siguiente sensación: “Esto pudo ser mejor“. Actualmente fui encomendado en esta tarea, y ya terminado el proceso de digerir el disco completo, la sensación que me quedó es tajante: Euphoria… Of Flesh, Men and the Great Escape es lo mejor que ha hecho.
Los fundamentalistas, puristas u ortodoxos del Metal podrán quejarse al respecto, pero si eres capaz de dejar de lado un rato la extraña atribución de creerte elegido por escuchar el género, bienvenido seas a este material. No podemos hablar en esta ocasión tanto de Folk, como sucedía en el antecesor Oniirica, aunque los pasajes más calmos de guitarra lo traigan a tu mente; en si, no podemos hablar de un estilo en particular en un trabajo bastante ecléctico. A modo de repaso general, antes de descifrar Euphoria, vas a encontrarte con harto de Post: Rock/Metal/Black; algo de Progresivo, algo de Doom; géneros no relacionados como el Dream Pop y el Shoegaze; más tintes espaciales, atmosféricos y algo menor de psicodelia, junto a un trabajo de letras que te transportarán a un lugar específico, que es el escenario principal de inspiración del disco: La Caleta de Quintay (cerca de Valparaíso).
Nuevamente conectado con la naturaleza humano/animal, Bauda vuelve a la carga centrándose en la gran industria ballenera de la localidad mencionada en la primera mitad del Siglo XX (Prohibida en 1967 gracias a un tratado internacional de protección de esta especie). Un discurso poderoso, pero sin los alcances de la ira irracional que puede provocar este tipo de industria, sino lo puramente onírico, una especie de elegías y réquiems para las ballenas; un discurso para esos grandes mamíferos marinos que ya no están y para los que alcanzaron a salvarse, que merecen la paz.
Así entonces aparecen los fantasmas de todos los mares que te acompañarán durante todo el disco, Ghosts of Phantalassa, invocados bajo los cuencos de cuarzo y campanas tibetanas del invitado Pedro Chávez (Animus Mortis). Una hermosa melodía introductoria de más de nueve minutos con distintos pasajes y cortes, pero manteniendo un calmo ritmo que acelera para conectarse con Humanimals, el segundo track y single de Euphoria. Aquí aparecen en esplendor los nuevos integrantes de Bauda: Juan Díaz (Perpetuum) en el bajo; Nicolás Recabarren en la batería; y un invitado especial que tiene gran participación en el álbum, Juan Escobar (Astor Voltaires, Ex-Mar de Grises) en teclado y sintetizador. Y vaya que la inclusión de nuevos integrantes le hizo bien a Bauda, dejando el peso de ser “one man band“, floreciendo aristas sonoras más elaboradas. Volviendo al álbum, para quienes son amigos de las referencias, les gustará saber que la tónica del disco es como escuchar un poco de Slowdive o Spacemen 3, incluso algo del disco Iceberg de los nacionales Congelador, inyectando Metal y Post-Rock al shoegazing más sus atmosferas.
Silhouettes (que en su inicio me recuerda a la introducción del programa Tierra Adentro), baja las revoluciones con una composición más amigable, más oreja, pero siendo una muy buena combinación de aspectos Folk y Metal, que adquiere densidad a medida que va avanzando. De hecho, sería genial escuchar un tema de Bauda en algún programa sociocultural nacional… de los buenos eso si.
Como una maquina precisa, pero con sentimientos, uno de los soportes principales de Euphoria es la combinación Recabarren-Díaz, quienes arman una base progresiva, de armonías y atmosferas geniales, dejando tranquilo y libre en las guitarras y demás cosas a Márquez, quien además hizo una exploración vocal no convencional, jugando con diversos matices, bastante agradable y arriesgada para el cerrado mundo del Metal, pero ajustada totalmente a las intenciones del disco, sin decepciones en su registro. Esta descripción se ajusta perfectamente a lo que sucede con Oceanía.
Con The Great Escape es hora de sentarse en el barco con la guitarra y comenzar a darle a los acordes más inspirados ante el ocaso. Una pieza mayormente acústica, acompañada de suaves intervenciones de sintetizadores y unos trémolos finales que impulsarán el “gran escape” cetáceo, seguido de Ascension (quizás el mejor tema del disco), con un tremendo despliegue instrumental inicial; con algo de psicodelia, fusión y Jazz; con cadencias geniales que dan al tema distintos episodios rematados por un final acelerado, declarando una ascensión completa.
Crepuscular baja la intensidad y vuelve al sonido acústico, se modera como toda puesta de sol, y nos recuerda las guitarras del Kveldsangger de Ulver, o inclusive algo de aquel Folk Doom de Tehni. Ya concluyendo, Mare Nostrum? (El Llanto de Quintay) es la única pieza que da inicio con un relato en español de Ramón Márquez, incluyendo una mención tangente al gran Víctor Jara. De corte más experimental, los sonidos de la guitarra se hacen uno con los cantos de los cetáceos, acompañados de una atmosfera que te lleva a imaginar el vasto océano… y lo trágico, más allá del fondo conceptual del disco, de lo que significó y significa la matanza de ballenas.
Respecto al artwork (a cargo de Juan M.), Euphoria es un digipack de cuatro caras, encausado en un diseño bastante limpio, con bonitas ilustraciones de tinta (ballenas) y retoques digitales a cargo del mismo Cesar Márquez y Fabiola Solano, que en ciertas imágenes de exterior e interior, por combinación cromática de degradación del rojo/azul sobre blanco/beige, recuerda al disco Draining the Waterheart de Mar de Grises. Se acompaña además por un booklet de doce páginas que incluye las letras y una fotografía de la Caleta de Quintay en la plana media del librillo.
La integración del concepto general del disco queda bien plasmada en el desarrollo sútil y minimalista de los detalles de las ilustraciones y contenido. No está demás decir que si quieres ir más allá, puedes comenzar a analizar el arte desde el rojo como sangre, azul como mar y los tonos cafés como parte de la erosión u óxido, representando a la Caleta y flota ballenera… pero es mejor que cada uno de su propia interpretación al respecto. Respecto al disco en si, fue grabado, mezclado y masterizado en el estudio 15Hz por Cristian Rodriguez, mientras que las voces, sintetizadores y teclados fueron grabadas por Juan Escobar y Cesar Márquez.
Para finalizar, cuando recibes en tu correo aquel spam “Save the Whales” se torna bastante molesto; en este caso, no estamos hablando de basura, sino de un verdadero agrado… y mejor aún, musical. No es un discurso ecologista, ni tampoco un llamado a tomar las armas contra quienes realizan actos de matanza de este tipo, sino que es una obra conceptual que se inspira de lleno en un suceso negro de la historia de nuestro país. Esto es un réquiem por los cetáceos, un canto de fantasmas submarinos que trascendió los años y fue canalizado por Bauda y compañía, melodías que siguen viajando a través del océano y que hoy se traducen en este disco llamado Euphoria… of Flesh, Men and the Great Escape.
La música no tiene restricciones en su creación. Si alguien tiene dudas acerca de si estos son temas a tratar en el género, podrían escuchar a una banda Post-Black llamada Altar of Plagues. Pero en cuanto a gustos, están en toda libertad de si les parece o no.
Si tuviera que ponerle nota de 1 a 10, lo dejaría en un 9. Es un gran trabajo, saliendo de los cánones a los cuales estamos acostumbrados, posicionándose como uno de los mejores discos que he escuchado este año. Me fue difícil encontrar fallas, porque lo escuché con real agrado y es un estilo del que en particular soy seguidor. De todas maneras, junto al Rerum Imaginaria de Favna Abisal, esto demuestra que desde las profundidades del océano, están saliendo a flote buenos resultados a nivel nacional.
Excelente disco, demostrando que el “gran escape”, se transformó en una gran “ascensión”.
Pablo Tournelle

“Quintay… años olvidada, aislada y silenciosa. / Bajo la mirada de las aves y la atenta historia del tiempo / Como dijo Neruda… / ‘Y nadie defendió a las gigantescas’”.
Bajo el fragmentado y enigmático título Euphoria… of Flesh, Men and The Great Escape, y presentándose ahora como un trío, Bauda regresa con un segundo larga duración bajo el brazo, con la brújula indicando hacia la antigua Estación Ballenera de Quintay, y en esta ocasión bajo el alero del sello italiano ATMF Records.
El nuevo trabajo de Bauda viene a suceder al disco Oniirica fechado el año 2009, y que más bien era el trabajo en solitario de su alma mater, compositor y letrista Cesar Márquez, quien se hace acompañar en esta nueva placa por Nikolas Recabarren en batería y Juan Díaz en bajo.
Mientras el disco Oniirica reflejaba los sueños y viajes instrumentales más profundos de Márquez a través de su propio sur interior, en el disco Euphoria… of Flesh, Men and The Great Escape se hace más clara la intervención de los otros espíritus que componen la banda, aportando al concepto de grupo y brindándole fuerza a la interpretación y a la ejecución instrumental.
Esta obra conceptual, compuesta y escrita por Cesar Márquez, se sumerge en el fondo del mar, para traernos el canto de las ballenas de Quintay -como haría Jacques Cousteau a bordo del Calypso- es una especie de homenaje a las ballenas y a la vez una denuncia a la estupidez humana que aniquila a estas enormes bestias de las profundidades. Steve Zissou sonreiría satisfecho. A través de ocho extensas canciones que se desbordan entre el Shoegaze, el Metal y el Progresivo, con elementos acústicos, y momentos que recuerdan a los pasajes más inspirados de Katatonia y Alcest, e incluso a Dead Can Dance en cortes como Oceanía, con el sello único de una banda que no teme a la experimentación y a la transgresión de estilos.
Melodías evocadoras, un interesantísimo desarrollo instrumental y un amplio abanico de texturas es lo que podemos encontrar en Euphoria…, con canciones bellísimas como Silhouettes o la sobrecogedora The Great Escapes, para las que Márquez encuentra el tono preciso de voz, atreviéndose a descubrir sus propios talentos vocales: melódico, emotivo y sugerente, algo que se echaba en falta en proyectos como Leuku, banda en la que Márquez se colgaba la guitarra, y que adolecía precisamente de una voz convincente y con carácter propio.
De la fuerza arrolladora de HumAnimals a la intimidad acústica de Crepuscular, Bauda ofrece un viaje inspirador, un tránsito poético, estético y oscuro, experimental y explosivo, contemplativo y evocador. Una banda por descubrir, cuyos ecos probablemente lleguen primero a costas lejanas, antes de conquistar terreno nacional. Y si bien sería fácil asociarla con el Metal, el ADN musical de Bauda ofrece más lecturas de las que a simple escucha alguien podría analizar.
Tilo Nurmi

Esto no es un disco, es un viaje, una experiencia, un regalo especial. Después de escuchar los ocho cortes que componen esta producción uno puede mirar las ballenas del art-work y pensar que quizás bajamos a las profundidades oceánicas a bordo de aquellos gigantes marinos.
Bauda se aleja un poco del camino que llevaban sus anteriores producciones, minimalistas y atmosféricas con elementos black y doom y aterriza las composiciones logrando un sonido más completo y melódico. Esta vez las letras están presentes a través de toda la producción dándole más sentido al concepto del álbum, la ballenera de Quintay. Se trataba de la planta de procesamiento de cetáceos más grande de Chile y funcionó a mediados del siglo pasado. Si bien este tipo de hechos históricos, lamentables por lo demás, motiva la pancarta fácil y el discurso ecologista este álbum no funciona de esa forma sino que se convierte en un homenaje poético y un lamento por las gigantescas, como las denominó Neruda.
César Marquez, compositor y mente maestra detrás de la banda y que realizó en solitario los primeros discos confiesa las influencias que participan en esta producción: Post Rock, Indie, Pop, Rock alternativo, Progresivo y Metal. Ciertamente se puede juntar todo, pero en la dosificación está la magia y en este caso se roza la perfección.
El músico de hace acompañar en esta ocasión formando un cuarteto.
El arte del disco esta muy bien cuidado denotando la gran preocupación del músico por entregar un trabajo completo. Las imágenes de los integrantes, donde resalta el rojo, si sitúan en los restos de la ballenera que actualmente funciona como museo.
“Ghost of Phantalassa” inicia el disco con un sonido opresivo generado por cuencos de cuarzo intentando sintonizar con nuestros chakras. Arpegios y voces calmadas recorren el tema hasta pasada la mitad donde toma fuerza recordando pasajes de The Gathering, en particular la última etapa con Anneke. La letra es un llamado a que los fantasmas del mar alcen su voz.
“HumAnimals” tiene el mensaje quizás más directo en cuanto al daño del hombre “Man kill the beast” deja clara la idea, musicalmente llega pegada a su anterior compañera manteniendo el estilo y agregando más fuerza. La batería suena potente, sin duda tremendo aporte. Luego llegamos a pasajes más progresivos donde se puede percibir la mezcla de estilos. El coro es hermoso, “blood into the foam of the oceans” es capaz de tocar nuestras fibras más profundas.
Luego continúa con pasajes instrumentales donde tenemos sonidos más metaleros. Con algo más de diez minutos se trata del corte más largo de la producción.
Un comienzo de guitarra acústica recordando las raíces folk de la banda da comienzo a “Silhouettes” que continúa con un rock delicado de melodías muy elaboradas. No sabría decir porqué, pero me recordó a Cranberries. Las dos voces en el coro suenan perfectas. La segunda mitad cambia totalmente, es otra canción y los arreglos progresivos marcan la pauta. Marquez demuestra excelente manejo vocal pues cambia su estilo varias veces durante el tema. Termina con una excelente combinación de pesados riff y delicados arpegios. De lo mejor del disco.
El post-rock, muy presente en la producción, se puede escuchar con claridad en Oceania donde las melodías y pasajes instrumentales de largo aliento evocan los momento más pausados y suaves de los desaparecidos Isis. Como en los anteriores cortes, el tema finaliza en forma instrumental.
Cabe mencionar que las referencias a otras bandas no es comparación sino solo dar una idea de como suena cada canción.
“The Great Escape” es quizás el tema más pop del disco. De las estrofas calmadas, solamente guitarra y voz, se pasa a un coro bastante “oreja”, de esos que quedan grabados. La letra nos dice que ellas escaparon hacia las constelaciones, un viaje mágico. El final rockero se engancha de forma perfecta con “Ascension”, otro tema cuyo riff queda fácilmente en la memoria. Luego de un extenso pasaje instrumental se bajan las revoluciones para luego volver con fuerza a las guitarras distorsionadas. ¿Alguien dijo Anathema?
Volvemos a los sonidos folk con “Crepuscular” un suave corte puramente acústico que luego da dando paso a “…Mare Nostrvm? (El llanto de Quintay)” que comienza como empezó esta producción con los cuencos de cuarzo, cerrando el círculo. Una desgastada voz recita las letras de la canción, esta vez en español, dándole un carácter poético. Aparecen por primera vez las guitarras imitando el canto de las ballenas junto con una suave atmósfera de sintetizadores. Gran trabajo de Escobar.
Un disco que requiere mente abierta para ser escuchado, los fanáticos de The Gathering, Anathema y Opeth se sentirán a gusto con cada uno de los temas. Si tienen la oportunidad recomiendo escucharlo en Quintay, si no es en la ballenera, en la Playa Grande (uno de los lugares favoritos del litoral central de quien escribe)
Sin duda una gran producción con un excelente sonido al que ya nos estamos acostumbrando en las bandas nacionales. Solo esperar que sea reconocido como corresponde por el público chileno.
Zerovarius

Tras la edición del álbum debut “Onirica” (Pest Productions, 2010), el multi-instrumentalista y talentoso Cesar Márquez, ha vuelto a las pistas, esta vez bajo un sello europeo y con un disco que demuestra lo concentrado que ha estado trabajando en su proyecto Bauda, que a diferencia de sus primeros días, hoy incluye una alineación de apoyo (Nikolas Recabarren en batería y Juan Díaz en bajo), que seguramente hará más fáciles las cosas de ahora en adelante.
Imagino que muchos de ustedes aún deben desconocer a Bauda, sobre todo si tenemos en cuenta que no es una agrupación que se presente mucho en los escenarios locales. Ellos practican un sonido que se podría categorizar entre el folk, avantgarde y el Doom, un estilo que por cierto en nuestro país aún está en pañales, pero que ya cuenta con varios exponentes interesantes (Favna Abisal, Desire Of Pain, etc).
“Euphoria…” es un disco conceptual basado en la desaparecida ballenera de Quintay (un tema algo raro para un disco, pero que no deja de ser interesante). Con la temática de enfatizar el sentido de equilibrio que le hace falta a esta sociedad (muy bien), Bauda hace un recorrido en ocho intensos y bien cuidados temas que completan un disco fino, elegante y sumamente bien grabado. Cada detalle esta cuidado y no hay nada al azar. Hay contrastes y eso es lo que marca la diferencia en este grupo. Llama la atención como cada canción esta completa con riffs, arreglos y sonidos muy bien logrados, o quizás con muy buen gusto. La producción musical esta por lejos de la media de los lanzamientos en Chile. ¡Notable! Esta estuvo a cargo del mismo Cesar y en conjunto con los estudios 15 Hz.
Si ustedes sienten que están dispuestos a abrir su mente y escuchar elementos nuevos en la música, sentir que se puede apreciar de un ángulo particular lo que ocurre en el mundo subterráneo local, no duden en darle una oportunidad a esta agrupación. Podría nombrar bandas como Agalloch, Mar de Grises, Anathema o Antimatter entre tantas otras que encajarían en los gustos de este prometedor e interesante grupo nacional.
Como muy bien dice la banda “la brújula ya no indica al Norte, hoy indica hacia el Sur”.
Andrés Padilla

Tras la edición del álbum debut “Onirica” (Pest Productions, 2010), el multi-instrumentalista y talentoso Cesar Márquez, ha vuelto a las pistas, esta vez bajo un sello europeo y con un disco que demuestra lo concentrado que ha estado trabajando en su proyecto Bauda, que a diferencia de sus primeros días, hoy incluye una alineación de apoyo (Nikolas Recabarren en batería y Juan Díaz en bajo), que seguramente hará más fáciles las cosas de ahora en adelante.
Imagino que muchos de ustedes aún deben desconocer a Bauda, sobre todo si tenemos en cuenta que no es una agrupación que se presente mucho en los escenarios locales. Ellos practican un sonido que se podría categorizar entre el folk, avantgarde y el Doom, un estilo que por cierto en nuestro país aún está en pañales, pero que ya cuenta con varios exponentes interesantes (Favna Abisal, Desire Of Pain, etc).
“Euphoria…” es un disco conceptual basado en la desaparecida ballenera de Quintay (un tema algo raro para un disco, pero que no deja de ser interesante). Con la temática de enfatizar el sentido de equilibrio que le hace falta a esta sociedad (muy bien), Bauda hace un recorrido en ocho intensos y bien cuidados temas que completan un disco fino, elegante y sumamente bien grabado. Cada detalle esta cuidado y no hay nada al azar. Hay contrastes y eso es lo que marca la diferencia en este grupo. Llama la atención como cada canción esta completa con riffs, arreglos y sonidos muy bien logrados, o quizás con muy buen gusto. La producción musical esta por lejos de la media de los lanzamientos en Chile. ¡Notable! Esta estuvo a cargo del mismo Cesar y en conjunto con los estudios 15 Hz.
Si ustedes sienten que están dispuestos a abrir su mente y escuchar elementos nuevos en la música, sentir que se puede apreciar de un ángulo particular lo que ocurre en el mundo subterráneo local, no duden en darle una oportunidad a esta agrupación. Podría nombrar bandas como Agalloch, Mar de Grises, Anathema o Antimatter entre tantas otras que encajarían en los gustos de este prometedor e interesante grupo nacional.
Como muy bien dice la banda “la brújula ya no indica al Norte, hoy indica hacia el Sur”.
Andrés Padilla

Euphoria...of Flesh, Men and the Great Escape is my first exposure to the band Bauda, but hopefully not my last, because this thing is frankly so eclectic and exotic that nearly anyone could wrest some enjoyment from its eaves, like plucking a fruit from a rare tree with many varieties. I've seen the band defined as 'folk metal', but I feel that might be a slight misrepresentation of their sound. Sure, they use a lot of clean and scintillating guitars, and interesting rhythmic dynamics, but there's not much of an 'ethnic' or geographical constraint to what they write. For example, the band is Chilean, but you don't get much of an impression here that their sound is South American, rather quite universal in scope.
It's also not much of a 'metal' record, with the exception of some drudging, atmospheric, distorted guitars that might partake of prog or doom influences; but I'm willing to bet they've evolved out of some more aggressive roots (I know it used to be a one-man project with folksier instrumentation). Instead you've got a smattering of indie, space or post-rock influences, with grooving bass, beautiful if occasionally atonal vocal harmonies, whispers, occasional dissonance and loads of drumming. The second song, "Humanimals", one of the album's heaviest, is for me the perfect exemplar of the band's style. It's over 10 minutes in length but never once becomes boring or disjointed, and rarely shows any penchant for repetition; it's almost like Voivod meets Mew. Not all the tracks require such a staggering length to impress: "The Great Escape" itself is gorgeous acoustic rock affixed with creepy, alien synthesizers and vocals polished enough for radio; "Crepuscular" is a lazy and lovely acoustic guitar instrumental with a bit of classical influence to the picking, and once again the superb ambient backdrop.
The production is insanely clear, worthy of a far bigger budget rock band (like Dredg or Death Cab for Cutie), but the real star of this show, beyond the vocals, is the rhythm section. The bass is constantly curving, swaying and inventing subtext for any of the busier tracks, and the percussion is intense whether it's going tribal, standard rock fills, or lightly crashing along to one of the album's more soothing moments. Where the album picks up in aggression ("Humanimals or the doom-influenced "Oceania"), the guitars crash and course with abandon, often heavily affected to create a swerving level of psychedelia and fuzz. Yet somehow, despite the album's very disparate array of sounds and feelings, it all seems like a cohesive, conceptual experience. It's not always memorable, but it's ALWAYS interesting, and fans of post-metal outfits like Katatonia and Virus, or Tiamat's brilliant album A Deeper Kind of Slumber might well wish to explore this. Or, really, any person in the mood for something different.
autothrall

Hailing from Chile, today we have the folk version of Alcest: Bauda. This three-piece ensemble creates a very majestic unique sound when combining brilliant Post-Rock/Metal structures with lush acoustic guitars. “Euphoria…Of Flesh, Men and the Great Escape” is one of those releases that catches your attention thanks to how well-crafted the music is and how the atmosphere draws you into the band’s sound.
Opening with a very straight forward Post-Rock/Metal track titled “Ghosts of Phantalassa”, the band wastes no time and after the momentum is built, tracks like “Humanimals” and “Silhouettes” beautifully combine the aggressive Post-Metal sections with the lush Folk elements, something we haven’t quite heard before and Bauda deserves props for taking a daring risk and pull through successfully. With these two tracks clocking at around 20 minutes, the album really pulls all the stops since the opening songs featuring a little bit of everything neatly packed in cohesive songs.
Post-Rock/Metal is characteristic for creating beautifully crafted atmospheric/melodic passage and when aided with excellent Shoegaze guitars, tracks like “Oceania” are extremely delightful. There are also plenty of non-traditional playful sections that show the band’s adventurous side and they all work wonders when incorporated, like the interesting percussions on “Oceania”. Our favorite track is the cinematic “Acension” and its brilliant mood changes with some nearly Jazzy section. The band’s clean vocals are top notch and allow the songs to breath just enough so we all keep enjoying the majestic atmospheres crafted.
Closing with the experimental mostly atmospheric piece “…Mare Nostrvm? (El Llanto de Quintay)”, the band fully shows it’s only flaw: they seem to not be very concerned with how the album flows as a whole and songs seem placed randomly since they don’t connect very well. Other than this, we can’t stop but praising this excellent band and their unique and different sound. We love how the band seamlessly fuses different influences into one hell of an melancholic release. Totally recommended for fans of Alcest, Les Discrets, so buy with confidence since you won’t be disappointed.
Dark Emperor

Describing music as ‘dreamy’ can put different people on different paths of imagination. One could go on the happy path of smiling young people and major chords while another one would think of the vast and ethereal expanses of post-rock but metal is not something that crosses the head. However, on Euphoria …Of Flesh, Men and the Great Escape, Bauda actually plays some metal and attempts to achieve this dreaminess through a delicate balance. I know it sounds odd but this is definitely the kind of record that you’ll be able to grasp after a couple of listens. It needs some time to grow on you. On some occasions, it sounds spot on but on some others, I was left with a feeling of uneasiness.
For the uninitiated, which included me until I listened to this record, Bauda is a band hailing from the Chilean capital Santiago. Their music traverses the plains of progressive rock and post-rock with a slight metallic touch. This metallic touch does not manifest itself in the form of growls or blasts or even thick distortions; it’s more of an abstract inclination. Some segments come off as if they are the product of metalheads putting their heads together (oops) and working on something. This shows during the first couple of minutes of “Humanimals” where the drums pounding endlessly with some double bass and the guitars are trilled with fervor. “Acension” is another piece that comes with an extra metallic twist after its brilliant couple of minutes in the beginning.
BaudaThe fifty nine minute durations does sound reasonable when you consider the ideas that are explored on each track. That’s the work of the very obvious progressive rock and post-rock influences. Rhythmically speaking, bassist Juan Díaz and drummer Nicolas Recabarren pull together in harmonious fluidity and provide a sturdy backbone for the rest of the instruments which are all handled by the band’s mastermind with the same name. None of these two henchmen attempts to overtake center stage by being too loud or too flashy with what he’s doing. The bass remains audible and intelligible throughout the majority of the album while the drums churn on with groove and a willingness to explore open spaces. This coordination which I praise is quite evident on “Oceania” with its brilliant build-up in 6/4 and on “Textures”.
My major problem with Euphoria …Of Flesh, Men and the Great Escape is my impression that it’s a record that doesn’t sound like it’s going anywhere. Sure there are great tracks like the nine minute opener “Phantalassa” and the aforementioned “Acension” but I couldn’t find coherence over the entire span of the album. The main vocal melody on “Textures” is the album’s weakest point as far as I’m concerned because of their cheesy vibe which actually neutralizes an otherwise good track. Having said that, there are lots of other moments that counter act this and raise the average a bit. So Euphoria may have made an incomplete impression on me since I’m easily turned off by slightest vocal anomaly but that doesn’t mean it’s a sub-par record by any means. On the individual level, these musicians put a lot of effort into this and it does show on many instances. Give it a go if you’re into progressive or post-rock or maybe even folk metal.
Rusty


The Chilean one-man project Bauda is normally classified as a folk metal band in various music databases on the Internet. Now, this genre classification might indeed be appropriate with Bauda's earlier releases, but Bauda main mand César Márquez' latest release does not really strike me as being folk metal as such.
There are a couple of folk elements to be sure, but the style of music on this release transcends folk metal and strikes me more as being a type of esoteric and atmospheric post-metal. And like so many other post-metal releases (think Old Silver Key's debut, Ghost Brigade latest album, or Solstafir's more recent releases), "Euphoria..." transcends metal and features many post-rock and alternative rock elements. Make no mistake, there are metal elements such as double bass drums, some black metal-inspired tremolo picked figures, a couple of doom-laden heavy passages and so on, but these are merely components in the big picture and appear side by side with acoustic passages, shoegazing intro-rock attitudes, 90s alternative rock vocal lines etc.
But, you know what, all of this comes seamlessly together into an album of very well-made atmospheric music which is very easy to lose oneself in. The beauty of it is that the genre-transcendence makes "Euphoria..." a truly progressive album but it is free of all the show-off wankery that normally characterizes progressive music, making it a quite expressive album, too.
Perhaps not an album the metal purists would accept as metal, Bauda's "Euphoria..." nonetheless features metal elements enough that it might appeal to post-metal and alternative rock fans alike. In any case, we are dealing with a very good album.
metal music archives

This is the second album of Chilean folk metal band Bauda…well that’s what metal archives would have you believe they play. In fairness, on past releases there has been an element of folk metal, but on this album the connections with both folk and metal are tenuous at best. There are occasions when a guitar might strum to a slightly folky rhythm, and there is I suppose a metal aesthetic at times. But once stripped of that aesthetic there is very little by the way of metal in terms of composition or stylistic features on this record. For me that isn’t an issue, and I imagine for the audience they are going for it shouldn’t be too much of an issue either.
I suppose instead saying what it isn’t, this review would be a whole lot more helpful if I said what it actually was. That is easier said than done in this case. I suppose the best way I can think to describe it is a sort of melancholic rock take on post rock inspired progressive metal. It’s hard to give comparisons really but at times it has brought to minds the likes of Anathema, Sólstafir, Katatonia, Les Discrets, Opeth and Isis. I suppose it’s a sound that has to be heard to understand fully. It’s very clean sounding production wise, with all the instruments having a very prominent place in the mix.
The vocals are clean sung, and to me in terms of timbre are slightly evocative of Mikael Åkerfeldt in his more tender moments. The delivery is gentle and melodic, and sorrowful in feel. The guitars are more often than not quite clean achieving that ‘jangly’ sound that a lot of post rock bands go for, with subtle distortion added for impact when they are building up to another section, or launching into an instrumental section. There are lots of arpeggio’s and slow building chords, and at times big post rock inspired tremolo picked motifs at the centre of attention. The bass is unusually noticeable for a ‘metal’ album, not in an intrusive way, just for the way it weaves in and out of the music throughout the album, not only adding a basic groove, but adding something composition-ally, the sound is rich and punchy and complimentary to the rest of the sounds found on the album. The Drums are also worth noting for their competency. Never content to sit back and play a basic groove, the drums always seem to flow with the music aiding the dynamic nature of the bands sound and playing exactly what the music needs, but also keeping it interesting too. This is arguably were the albums progressive influence is most noticeable. There is also a keyboard player on this album, which whilst not as overtly noticeable as the rest of the ensemble plays his or her part. Usually padding out the harmonies and giving it a richer and more atmospheric sound, and often embellishing passages of music with short runs to add a bit of variety to the music.
I do have my reservations about this album though. Due to the often clean and clinical nature of progressive and post based music (generally speaking of course), I feel like at times it can loose a bit of its passion and emotional impact. Whilst the melodies and vocals are nice, they alone are only part of the bigger picture, and I do wonder if perhaps they are melding things together that are too far removed to have the desired impact. That said, it hasn’t lessened my enjoyment of the album per se, just something I picked up on. I think there will also be people out there who might suggest they are trend chasing. Back in 2009 when their previous album came out they played folk metal, albeit quite a mature band of it, at a time when folk metal was seemingly at the zenith of its popularity. And now fast forwards 3 years and melancholic post rock inspired metal seems to be the next big thing with the likes of Alcest, Agalloch, Les Discrets, Cold Body Radiation, Falloch, Soliness, Shyy etc making huge waves in the underground scene with a few even reaching a level of mainstream acceptance. So I’m sure the cynics amongst you will be quick to call them trend chasers. But I feel the level of accomplishment in the music suggests that they are all competent musicians, and rather than jumping on a bandwagon, they are absorbing their influences and channeling them into the music they produce.
I realise I’ve name-checked a lot of bands in this review, but I think what you can take from that is if you are a fan of any of the bands mentioned, there’s a good chance you’ll find something of merit in Baudas music. It’s well composed, well preformed and well produced, and I feel you could do a lot worse than pick up a copy of this. It’s definitely a grower too, so hopefully repeated listens will unveil new layers and an increased appreciation for the music on offer.
Neil Slater

Bauda no aburre, enreda pensamientos en su música, y los lleva a lugares lejanos. Un disco completo, con profundas y soñadoras melancolías, variaciones, sonidos ambientales, climas, ruidos, estrucuras medidamente experimentales, potencia, melodías hermosas y conmovedoras, esta ambiciosa obra completa culmina con la canción "...Mare Nostrvm? (El Lanto de Quintay)", que trata sobre la decadencia moral de una estación ballenera (Quintay, en Chile) y que termina por ponerle la frutilla a la torta, ya que consiste en una composición particularmente atmosférica y rítmicamente muy lenta, que pone el signo de exclamación final a este muy buen disco que es una sucesión real de emociones, imágenes y estados de ánimo. Algo así como DilLinCab posteando álbums, pero en emociones.

Quintay…años olvidada, aislada y silenciosa.
Bajo la mirada de las aves y la atenta historia del tiempo
Como dijo Neruda…
“Y nadie defendió a las gigantescas”¡!
Las mismas que reinaron los mares plagados en vida y carne,
El hombre las quitó! ...salvaje entonces, el tiempo de depredadores en
decadencia.
Tal vez una tonada de Victor hubiese servido frente a tal escenario… bueno es
mejor soñar, soñar e imaginar las entrañas del mar eterno.
...Mare Nostrvm? (El llanto de Quintay)

Este disco recién salió a la luz, no vamos a compartirlo, no podemos.
Traten de conseguirlo...
Para escuchar tiene todo lo que ha dejado DilLinCab, ¿no les alcanza?

www.myspace.com/baudapage

Y lo siguiente es para que puedan escuchar un tema:
soundcloud.com/australis-records/bauda-ilusi-n






Comentarios

  1. Otra vez, si llegaron hasta acá, es porque no leyeron el texto de la entrada.

    VAMOOOOO, suban y lean el texto enterito, que para algo lo escribí!!!!

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