Se suspende el "amistoso" (y político) Argentina-Israel y desató una tormenta diplomática: luego del repudio internacional. El traslado de Haifa (sede original) a Jerusalén del partido amistoso que este sábado habrían jugado la Selección nacional de fútbol y su par de Israel puso el dedo en la llaga más viva del conflicto de Medio Oriente: por presión política del gobierno de ultraderecha que está masacrando a los palestinos a pocos kilómetros de la cancha donde esta vez se iba a jugar. Entre decenas de voces críticas, el embajador de Palestina en Argentina había expresado: "Jugarán sobre cadáveres palestinos, sobre la memoria de los refugiados. Este partido es como que nosotros celebráramos el aniversario de la ocupación de Malvinas, esto sería una aberración, una falta de respeto y una agresión al sentimiento del pueblo argentino. Messi no debe jugar para limpiar la imagen de la ocupación israelí y sus crímenes". Una entrada que nos obliga a retomar nuestra saga t