Horacio Manrique nos trae el disco debut del dúo Blackfield: Steven Wilson y el israelí Aviv Geffen. Romanticismo triste, melancólico plasmadas en bellas melodías pop bien artístico. Un trabajo magnífico en arreglos, con un equilibrio compositivo admirable entre los dos componentes. Nos dice el señor Wikipedia: "Blackfield es un grupo de música, fundado por Steven Wilson y Aviv Geffen. Geffen, un fan de Porcupine Tree y Wilson, en el año 2000 invita a la banda a tocar en Israel. Empezó a unirlos una amistad que llevó a los dos músicos a grabar juntos. Originalmente planearon el lanzamiento de un EP en el año 2001, finalmente el álbum debut de la banda se plasmó en un LP que fue lanzado en Israel y Europa en el 2004, y en Estados Unidos en 2005. Este mismo año, el baterista de la banda Gavin Harrison (también baterista de Porcupine Tree), deja la banda y es reemplazado por Tomer Zidkyahu". Álbum sosegado, hermoso, lleno de sensibilidad.
Álbum: Blackfield
Año: 2004
Género: Post Rock / Art Rock / Pop prog
Duración: 37:57
Nacionalidad: Inglaterra / Israel
Todo esto empezó cuando Aviv Geffen, un fan de Porcupine Tree, invitó su banda preferida a dar espectáculos en Israel, mas o menos por ahí por el año 2000. Resultó que Aviv entabló una estrecha amistad con el Genio Steven, amistad que permitió que ambos grabaran juntos. De hecho, a Geffen se le puede escuchar como vocales traseras en el disco "In Absentia" de Porcupine Tree, en específico: "The Sound Of Musak" y "Prodigal".
Fuera de Israel, se ha comparado mucho a Blackfield con Porcupine Tree, sobre lo cual Steven Wilson dijo:
Una de sus canciones más populares, “To Cry for You” tomó tintes premonitorios tras el asesinato de Isaac Rabin durante un acto pacifista en el que Geffen se encontraba a escasos centímetros del Presidente en el escenario. “Fue el momento más dramático de mi vida. Fui el último que le abrazó” declaraba Geffen en una entrevista reciente. El tema no es sino un mas de los muchos himnos que la juventud hebrea ha adoptado de entre todo el repertorio del músico, admirador confeso de U2, Pink Floyd, Radiohead, Nirvana, Lennon o Dylan, a quien suele citar como su mayor influencia junto con Roger Waters.
Pero todos estos datos más una docena larga de discos grabados con ventas millonarias en su país natal no han servido para que Geffen sea conocido más allá de Israel, donde sólo unos pocos curiosos han oído su música. Evidentemente, el partir de un mercado distinto al anglosajón y el cantar en hebreo, no benefician la proyección internacional de un artista. Ya explicamos en otra entrada anterior dedicada al último disco de Blackfield cómo en el año 2000, Geffen se pone en contacto con Steven Wilson para organizar una serie de conciertos de su banda, Porcupine Tree, en Israel. A raiz de esa circunstancia, surge una gran amistad entre ambos personajes que acuerdan juntarse para trabajar en algunas canciones y ver qué podía surgir de ahí. Los primeros resultados estaban destinados a publicarse en forma de EP en 2001 pero, como suele ocurrir en estos casos, la cosa fue a más y comenzó a tomar forma la idea de formar pareja artística de forma más estable. Ya en 2002, Geffen hace coros en un par de canciones de “In Absentia”, disco imprescindible en la trayectoria de Porcupine Tree y, ya bajo la denominación de Blackfield, el dúo publica su primer LP en 2004 titulado también Blackfield con una banda integrada principalmente por músicos que habían acompañado a Geffen en sus discos y conciertos anteriores. La formación de Blackfield para su disco de debut estaba compuesta por Aviv Geffen (teclados, guitarras y voz), Steven Wilson (guitarras, teclados y voz), Daniel Salomon (piano), Seffy Efrati (bajo) y Tomer Z (batería) y percusiones. De forma puntual, intervienen en distintos temas del disco los baterías de Porcupine Tree, Chris Maitland y Gavin Harrison, el también batería Yirmi Kaplan y el cuarteto de cuerda Illusion.
Sobre Steven Wilson hemos hablado largo y tendido en el blog en estos meses y seguiremos haciendolo en el futuro puesto que le consideramos como uno de los músicos más interesantes de la actualidad. Sin embargo, en el proyecto Blackfield, su papel está en un segundo plano frente al de Geffen. Es el israelí el autor de la mayoría de las canciones de la banda aunque el sello particular de Wilson es inconfundible en todos los aspectos, desde la producción, arreglos e interpretación hasta la composición en las canciones de su autoría.
A continuación pasamos a hacer una breve reseña de los diez temas del disco:
“Open Mind” – Abre el disco la única canción escrita a dúo en el sentido tradicional en el que uno de los músicos hace la música (Aviv Geffen en este caso) y el otro la letra (Wilson, como es fácil suponer). Se trata de una de esas letras tan particulares del músico británico con pensamientos sueltos surgidos de la mente de personajes realmente complejos, acerca de una chica que no sabemos bien si es real o imaginaria. El formato de la canción es el de una balada acústica con ramalazos de rock duro en determinados momentos y una brillante sección de cuerda en la parte final.
“Blackfield” – Es la primera de las dos canciones del disco escritas en su totalidad por Wilson. Introducida por una sucesión de notas de piano, no tarda en golpearnos con una enérgica entrada de guitarras para construir una poderosa canción pop realmente brillante demostrando que Wilson domina a la perfección el formato a pesar de no ser su favorito. La letra es una reflexión del autor sobre las dos caras de la realidad y sobre cómo hasta la persona más bondadosa puede cambiar por completo bajo las circunstancias adecuadas: “when it gets dark, all the pale things under the earth will reverse”.
“Glow” – Le toca el turno a una canción de Geffen en la que Wilson sólo hace la versión en inglés del texto. Las letras del israelí tienden a ser oscuras y depresivas y ésta no es sino un ejemplo de su forma de escribir. El desarrollo es similar al de la primera, con una primera parte muy tranquila y un final mucho más potente.
“Scars” – Tenemos ahora una canción que Geffen había publicado en el año 2000 en su LP “Yoman Massah” (viaje). Lo único que varía es la letra, que ahora es en inglés en adaptación de Wilson. El resto del tema es el mismo con la excepción de la regrabación de las voces. Una canción de amor y desamor con la idea de que, al final, lo único imborrable son las cicatrices a las que hace referencia el título.
“Lullaby” – Segunda y última de las canciones de Wilson para el disco de debut de Blackfield y una de las más bellas del trabajo. Basada en unas simples notas de piano como la anterior canción de su autor y con el apoyo de una sección de cuerda, la particular canción de cuna transcurre placidamente y sin sobresaltos narrandonos una particular y contradictoria relación entre dos personajes que se desarrolla a medio camino entre el dolor y el placer.
“Pain” – Íntegramente escrita por Geffen, es otra de las grandes canciones del disco. Siguiendo con el tono general del trabajo, nos habla de la ruptura, la soledad, el reencuentro y los intentos vanos de construir una relación soportable tras una separación. Escuchando canciones como esta, es más fácil entender el por qué de la denominación de “art rock” que muchos críticos suelen utilizar cuando se refieren a Blackfield.
“Summer” – De nuevo tenemos una canción de Geffen cuya letra es adaptada al inglés por Wilson. A estas alturas del disco, no nos puede sorprender la perfecta factura de todo lo que hace el dúo. Incluso en la que es una de las canciones más intrascendentes del trabajo, podemos apreciar el enorme talento y el detallismo casi enfermizo de sus autores para que todo esté en su sitio.
“Cloudy Now” – Y llegamos a la que probablemente es la mejor canción del disco. Fue escrita por Geffen en 1993 para su LP “Anshav Meunan” y se convirtió en todo un himno para la juventud hebrea en aquellos años. Con un retrato paralelo entre la situación de Israel “In a violent place we can call our country is a mixed up man and I guess that’s me, the sun is in the sky but the storm never seems to end. It’s a place of sorrow but we can call it a home” y la infancia del protagonista “In a special place that I call my life the father was cruel and he lost his wife but I don’t see either cos I live across the street” Geffen alcanzó una gran popularidad en su país natal. La canción acaba con una sentencia perfectamente vigente casi veinte años después: “We are a fucked up generation. It’s cloudy now” (Somos una generación que está jodida. Y se está nublando).
“The Hole in Me” – Parecerá algo exagerado insistir de nuevo con que la siguiente canción del disco es realmente brillante pero en nuestra opinión también lo es. Geffen compone letra y música en una canción de aires folclóricos en su inicio, con un cierto aire a músicos como Yann Tiersen, por ejemplo, para girar sobre sí misma al llegar al estribillo con un cambio de tono magnífico.
“Hello” – Una vez más Wilson adapta una letra de Geffen para música del propio músico israelí. La que cierra el disco es otra (sí, una más) magnífica canción a cargo de este particular dúo.
Nos cuesta mucho, haciendo memoria, encontrar discos en los últimos años con un porcentaje tan elevado de grandes canciones en su interior. Discos en los que no hay temas de relleno, en los que hasta el más mínimo detalle está cuidado con una una obsesión rayana con lo enfermizo. El LP de debut de Blackfield es uno de esos raros ejemplos como también lo es el segundo que aparecerá por aquí más adelante. Además, es un ejercicio poco común de humildad por parte de Steven Wilson. Estamos hablando de una estrella internacional que colabora con un músico de gran éxito en su país pero desconocido fuera del mismo y que, sin embargo, es quien lleva la mayor parte del peso del grupo en la parte compositiva sin que a Wilson se le caigan los anillos por aceptar ese papel secundario. Tenemos que recordar que durante los años en los que se gestó el primer disco de Blackfield, Steven publicó un par de discos de estudio con Porcupine Tree, otros dos con No-Man, dos más con I.E.M., tres como Bass Communion y un par de singles en solitario y, quizá con la excepción de No-Man, en todos ellos es la cabeza pensante y el principal elemento creador (cuando no el único).
Sólo las particulares caracterísiticas del mercado discográfico en las que nos encontramos en los últimos años pueden explicar que "Blackfield" no esté reconocido como uno de los 4 o 5 mejores discos de la primera década del siglo XXI y que a oídos del gran público, el nombre de la banda no diga gran cosa. Queda aquí esta recomendación para aquellos que busqueis un pop rock de calidad y sin ningún atisbo de contaminación comercial.
En el disco, Geffen escribe joyas como “Open Mind”, “Glow” o “Cloudy Now”. Wilson nos regala gemas como “Pain”, “Hello” o la propia “Blackfield”. Todas terminan atrapando en varias escuchas.
Estamos pues, ante un nuevo grupo comandado por Steve Wilson, tras los ya existentes Porcupine Tree, No-Man, IEM y Bass Comunion. ?A que suena Blackfield?, pues suena a Steve Wilson sin duda, mas concretamente a Porcupine Tree. Recuerda a Porccupine Tree, mas que nada por el trabajo melodico, el vocal, la produccion y los arreglos sinfonicos, porque estructuralmente los temas incluidos en este album difieren sustancialmente.
Se trata de 10 canciones mucho mas pop de lo habitual en Steve, todos de corta duracion, pero siempre con ese sonido limpio y cristalino, y ese gusto exquisito en el acabado al que nos tiene acostumbrados Steve.
Todos los temas estan compuestos a la par por ambos miembros, exceptuando los temas "Blackfield" y "Lullaby" que son de Wilson, mientras que "Pain" y "The Hole in me" compuestos por Geffen. Estos dos temas de Geffen son los unicos vocalizados por el musico israeli, el resto los vocaliza Wilson.
Las composiciones que figuran acreditadas a ambos musicos, en realidad son compartidas en cuanto a las letras mas que nada. Y asi, la musica de "Hello" es de Geffen. Una cancion escrita originalmente en hebreo que luego Wilson volvio a escribir en ingles. Por su parte, "Scars" y "Cloudy Now" son dos viejos temas de Geffen, muy exitosos en Israel, que se han recuperado y actualizado, habiendo Wilson reescrito la letra. El resto de temas "Open Mind", "Glow" y "Summer", serian mas de Wilson que de Geffen.
Personalmente, un tema como el que da titulo al album y al grupo, "Blackfield", me parece una delicia a la altura de cualquiera de las anteriores composiciones de Wilson, a pesar de que se trate simplemente de una sencilla cancion pop. No muy lejos se quedan "Open Mind" con sus arreglos sinfonicos, "Glow" con su delicado piano electrico, "Lullaby" una exquisitez con arreglos de cuerda, las preciosas melodias de "Summer", un tema de cariz mas moderno como "Scars" o el enganchoso single "Hello".
Como curiosidad, en una entrevista radiofonica, el locutor pregunto a ambos musicos, por 10 canciones que podrian haber sido la maxima inspiracion al realizar este album. La respuesta fue la siguiente: Electric Light Orchestra - "One Summer Dream", The Carpenters - "Calling Occupants of Interplanetary Craft", Beach Boys - "'Til I Die", Red House Painters - "Katy Song", Pink Floyd - "Cirrus Minor", Crosby Stills Nash and Young - "Country Girl", Jeff Buckley - "So Real", King Crimson - "I Talk to the Wind", Sigur Ros - ( ) track 2, Mercury Rev - "Holes". Efectivamente, estos temas pueden servir para hacernos una idea de como suenan Blackfield.
Tan solo 37 minutos de musica, pero sin duda un gran album, altamente recomendado para los fans de Porcupine Tree, que seguramente sera uno de los triunfadores de este 2004.
Ferran Lizana
Qué mas se puede decir pues, a juzgar ustedes!
2. Blackfield
3. Glow
4. Scars
5. Lullaby
6. Pain
7. Summer
8. Cloudy Now
9. The Hole In Me
10. Hello
Disco Bonus:
1. Perfect World
2. Where Is My Love?
3. Cloudy Now (Live)
Gavin Harrison / batería
Chris Maitland / batería
Yermi Kaplan
Illusion String Quartet
MP3 320 kbps (108 MB) MF:
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