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Mahavishnu Orchestra - The Inner Mounting Flame (1972)


Comienza el ciclo Mahavishnu Orchestra con su primer álbum, The Inner Mounting Flame. Confieso que empiezo con cierto temor por la enorme responsabilidad que supone para mi  intentar transmitir a otros, -sobre todo a los que oyen hablar por primera vez de esta banda y de su música,- su historia, su grandeza, y tambien su "locura". 
John McLaughlin y sus compañeros desencadenan algo parecido a la energía nuclear, trasladada a la música... y si no, escuchenlo....


Artista: Mahavishnu Orchestra
Álbum: The Inner Mounting Flame
Año: 1972
Género: jazz rock fusion, heavy metal
Duración: 46:35
Nacionalidad: EEUU


Lista de Temas:
1. Meeting of the Spirits 
2. Dawn 
3. The Noonward Race 
4. A Lotus On Irish Streams 
5. Vital Transformation 
6. The Dance of Maya 
7. You Know You Know 
8. Awakening 


Alineación:
John McLaughlin / acoustic & electric guitars, producer
Jan Hammer / piano, Fender Rhodes, organ 
Jerry Goodman / acoustic & electric violins
Rick Laird / bass
Billy Cobham / drums










En cierta ocasión salió el diablo a pasear con un amigo. De pronto vieron ante ellos a un hombre que estaba 
inclinado sobre el suelo tratando de recoger algo.
«¿Qué busca ese hombre?», le preguntó al diablo su amigo.
«Un trozo de Verdad», respondió el diablo.
«¿Y eso no te inquieta?», volvió a preguntar el amigo.
«Ni lo más mínimo», respondió el diablo. «Le permitiré que haga de ello una creencia religiosa».
  
Anthony de Mello, El Canto del Pájaro




No creo que se pueda comprender cabalmente el fenómeno llamado Mahavishnu Orchestra abordandolo exclusivamente desde un punto de vista musical. Hay un enorme trasfondo, una inmensa inquietud, una indagación dispuesta a llegar hasta el final. Una busqueda espiritual que no transige una vuelta atrás, un retorno a lo viejo. Una sed desesperada que no se satisface con palabras. Se trata de música religiosa, por mucho que nos pueda costar verlo así, quizás porque hayamos sido educados para entender por música religiosa a Bach, Palestrina, el canto gregoriano y algunas cosas más: pero no a nada que tuviera que ver con el heavy, o el  jazz-rock, por ejemplo.

Por eso, podría empezar con una bio de la banda, sazonada con comentarios sobre el disco en cuestión, tema por tema, aliñando el todo con anécdotas curiosas, e ilustraciones atractivas. Y de postre... un video. Todo eso lo haré, por supuesto, pero antes me interesaría hablar de lo que hace que esta música sea tan demoledora, tan apocalíptica: de lo que hizo a estos hombres capaces de liberar esa inmensa energía, comparable a la termonuclear, pero en otro orden de cosas.  

Yo pienso que la gran fuerza que subyace a esta música, como en toda manifestación artística de tipo religioso (y obviamente, esta lo es) es el descontento. El descontento, algo que tarde o temprano casi todo ser humano llega a vivir: aquello de: I can't get no Satisfaction... el sentir que ya nada puede colmar tu sensación de vacío interior; que ningún juguete, ninguna baratija ya te bastan... el descontento es el motor de toda busqueda profunda. Es por él que se han pintado multitud de obras de arte y compuesto un sin número de sonatas, arias y fugas. "Me ha despertado de madrugada la sed, la sed, la sed, del agua lejana" dice el poeta Agustín García Calvo.
Ese descontento, cuando es muy profundo, si encuentra un objeto hacia el que proyectarse, una divinidad, un ideal espiritual, o algo así, se convierte en un motor de una potencia casi ilímitada (y quien sabe si esa divinidad, ese ideal espiritual, no sean más que otro espejismo....)






    en la foto de arriba, Sri Chinmoy
   
John Mc Laughlin, que vivió tambien esa busqueda,  se hizo discipulo de un tal Sri Chinmoy, un guru que estaba bastante de moda  en EEUU:

“Nuestra meta es ir de lo brillante a lo más brillante y a lo brillantísimo, de lo alto a lo más alto y a lo altísimo. E incluso en lo más alto, nuestro progreso nunca termina, pues Dios mismo está dentro de cada uno de nosotros y en cada momento Dios está trascendiendo Su propia Realidad.”  Sri Chinmoy 

http://hermandadblanca.org/las-hazanas-de-sri-chinmoy/



En el marco de la mitología hindú, Majá Visnú es el primero de los púrusha-avatares de Vishnú en los majat tatuá (los universos materiales).


Una maratón hacia el infinito, vertiginosa, frenetica, sin fin, para la que se precisa un tremendo anhelo de alcanzar  estados de beatitud cada vez más  intensos. Llegado a este punto, me detengo y  vuelvo al tema inicial, la Mahavishnu Orchestra, porque ese, para mi, es el espiritu de su música: un inmenso deseo de gozo espiritual, una desaforada carrera hacia éxtasis cada vez más desbordantes.
No hablo ni a favor ni en contra, me remito a los hechos.






La banda y su música:

La Mahavishnu Orchestra tal y como se constituyó inicialmente estaba liderada por  John McLaughlin a la guitarra acústica y guitarra eléctrica; los demás componentes eran: Billy Cobham , co-fundador del grupo Dreams, en la percusión. Rick Laird (bajo eléctrico y bajo acústico), Jan Hammer en el piano eléctrico y acústico, y Jerry Goodman , que había sido líder del grupo The Flock, al violín. En 1972 sacan su primer álbum, The Inner Mounting Flame (La creciente llama interior), título que da una idea del espiritu que pudo reinar durante el proceso creación y de grabación del álbum. De hecho, la aspiración a lo sublime se encuentra presente en todos sus temas:

The Meeting of the Spirits ( el encuentro de los espiritus), pieza que abre el álbum, y que transmite la idea de la comunión, de una unión más allá de las palabras. Es decir, una unión espiritual. El fragor de una maquinaria instrumental entre heavy y jazz, con una enorme carga de dramatismo, parece hablar de la urgente necesidad de ese encuentro entre las almas, de esa comunión inaplazable.

Dawn (alba), parece referirse, no tanto al alba en el sentido literal, sino al alba como metáfora del despertar interior, al amanecer de la iluminación espiritual.

The Noonward Race:  una precipitada carrera hacia el Samadhi (iluminación). 

A Lotus On Irish Streams:  Una flor de loto ( simbolo de santidad y pureza) en un arroyo irlandés.

Vital Transformation: creo que el titulo habla por si mismo, transformación vital

The Dance of Maya: Maya en el hinduísmo es la diosa de la ilusión, que danza engañando a los mortales con sus multiples espejismos. La iluminación es la salida de ese mundo de ilusión.

You know, you know:  parece querer indicarle a uno que en el fondo sabe, que el conocimiento está dentro, en el corazón.

Awakening (el despertar): de nuevo hace referencia a la iluminación, que es el despertar de la mente dormida y la terminación del sueño que ella vivía como algo real.


En resumen, y aunque a algunos les pueda pesar, no hay que olvidar que esta es por encima de todo, música religiosa: música sacra del siglo XX. Sin embargo, eso no se menciona en las reseñas que he visto sobre este disco, o sólo se menciona de pasada, como un detalle secundario.




Para terminar, les invito a leer un pequeño cuento sufí, que puede resumir lo que pienso de todo lo que se dijo anteriormente, y un par de reseñas sobre el disco: 

«Usted perdone», le dijo un pez a otro, «es usted más viejo y con más experiencia que yo y probablemente 
podrá usted ayudarme. Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He estado buscándolo por 
todas partes, sin resultado».
«El Océano», respondió el viejo pez, «es donde estás ahora mismo».
«¿Esto? Pero si esto no es más que agua... Lo que yo busco es el Océano», replicó el joven pez, totalmente 

decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte.


Anthony de Mello, El Canto del Pájaro


  



El segundo disco de la Mahavishnu Orchestra, Pájaros de Fuego (1973), ya está desde hace tiempo en el blog cabezón, así que pasaré directamente al tercero,  Between Nothingness and Eternity (1973), grabado en vivo. Espero poder tenerlo listo pronto. 

Hasta entonces les deseo lo mejor, dejandoles dos impresionantes videos más           
         
            vuestro amigo
                                     


                                   el Canario









     






John McLaughlin, el Caballero de la Guitarra



Hay guitarristas de rock. Hay guitarristas de jazz. Hay guitarristas de jazz-rock progresivo. Y hay también guitarristas que experimentan con sonidos étnicos de diversas latitudes del planeta. Lo raro es encontrar todos estos guitarristas en uno solo. Pero existe, y se llama John McLaughlin. Desde principios de los años ’60, este notable músico británico no para de expandir las fronteras de la guitarra, creando un universo de sonidos a su paso. Tocó con Alexis Korner, con Graham Bond, con el gran Miles Davis, y también con otros destacados colegas de las seis cuerdas, como Carlos Santana, Al Di Meola y Paco de Lucía, entre otros. Creo bandas pioneras de la fusión progresiva, como la Mahavishnu Orchestra y también fue un iniciador de encuentro de oriente y occidente con Shakti, que fundó junto al violinista L. Shankar. Esta es una visión –a vuelo de pájaro- de su extensa y rica carrera.
John McLaughlin nació en Doncaster, Yorkshire, el 4 de enero de 1942.
Comenzó a estudiar piano y violín a los siete años y adoptó la guitarra en la adolescencia, inspirado por guitarristas de blues y de jazz. Como tantos otros músicos ingleses de la época, John se dirigió a Londres a principios de los años ’60 en busca de mayores facilidades para desarrollar su arte y fue allí que ingresó a los Blues Incorporated, el pionero conjunto de blues con resonancias jazzísticas, fundado por Alexis Korner. 

Korner alentaba siempre a sus músicos a formar nuevas bandas, así fue como de su banda surgieron los Rolling Stones, los Pretty Things y también la Graham Bond Organization, donde en un primer momento militaron Graham Bond en teclados y saxo, la futura base rítmica de Cream, Jack Bruce en bajo y Ginger Baker en batería y John McLaughlin en guitarra.
La parte final de los años ’60 fue de expansión para el jazz inglés y en 1969, después de trabajar durante algun tiempo como músico de sesión, John McLaughlin consigue grabar su primer álbum como solista. Se llamó “Extrapolation” y era un álbum totalmente orientado hacia el jazz con abundante improvisación y una singular originalidad compositiva. El disco apareció en el sello Polydor y entre los músicos participantes se destacaba el saxofonista John Surman, otra de las figuras prominentes de la escena jazzística inglesa de aquel entonces.
McLaughin volvería a participar con John Surman en 1971, en un álbum que grabaron para el sello Dawn llamado “Where Fortune Smiles”, donde también participaron el baterista Stu Martin y el contrabajista Dave Holland. Para ese entonces, la carrera musical de John se había disparado en varias direcciones. Fue fundamental para la vida artística del guitarrista la decisión de cruzar el Atlántico para tocar y grabar con algunas de las figuras más importantes de la escena jzzzística estadounidense. El gran baterista Tony Williams había quedado impactado por el virtuosismo de McLaughlin al escuchar su álbum primerizo, “Extrapolation”, y lo invitó a formar parte de su power trío jazzístico, Lifetime, que completaba el organista Larry Young. Con Lifetime, John grabó el álbum doble “Emergency”, que apareció en 1969 y que contribuyó a crear una nueva conciencia acerca de las posibilidades de expansión y evolución del jazz en el filo de la década del ’70. Hoy se consigue en un solo CD. Más tarde se les unió Jack Bruce en el bajo para la grabación de “Turn It Over”.
Las habilidades de McLaughlin no pasaron inadvertidas para otro gran genio del jazz, el misímimo Miles Davis, quien por aquellos días de principios de los ’70 estaba expandiendo una vez más los horizontes de su música, en este caso acercándola a los territorios del rock. En esta rica aventura de fusión entre el jazz y el rock participaron, además de Miles y McLaughlin, músicos extraordinarios, como Billy Cobham, Charles Alias y Lenny White en batería, Joe Zawinul y Chick Corea en teclados, Wayne Shorter en saxos y Dave Holland en bajo. La experiencia abarcó varios álbumes, entre ellos “In A Silent Way”, “On the Corner”, “Big Fun”, “Jack Johnson” y, muy especialmente, el doble “Bitches Brew”, que fue en cierta forma el barco insignia de esta “nueva cosa” que estaba realizando Miles Davis y que deslumbró a muchos por su aventurada originalidad, a la vez que escandalizó a varios puristas del jazz tradicional. Miles le tomó afecto a McLaughlin, al punto de bautizar uno de los temas de “Bitches Brew” con el nombre del guitarrista inglés.
En el medio de ese vertiginoso viaje por lo más intenso del mundo del jazz-rock junto a Tony Willams primero y junto a Miles Davis más tarde, John McLaughlin encontró un espacio, también, para viajar a Francia y grabar el que sería su segundo álbum como solista, “Devotion”, un proyecto en el que participó, entre otros, el baterista Buddy Miles, uno de los líderes del grupo Electric Flag y protagonista, también, del grupo Band of Gypsys, liderado por Jimi Hendrix.
Pero si bien en términos artísticos la vida de John McLaughlin marchaba sobre ruedas, en lo personal la cosa no estaba tan clara. A John le costaba reconciliarse con el ritmo de vida de la ciudad de Nueva York. Para relajarse, primero, decidió practicar yoga. Se volvió vegetariano y dejó el alcohol y otros estimulantes, para más tarde adherir a las prácticas filosóficas de un gurú bengalí llamado Sri Chinmoy, un evento que alteró profundamente el curso de su música, como puede verse en el larga duración “My Goal’s Beyond”, que McLaughlin grabó y editó en 1971, un proyecto predominantemente acústico, donde participan Jerry Goodman en violín, Charlie Haden en contrabajo, Billy Cobham en batería y Airto Moreira en percusión, entre otros.
John McLaughlin ha sido siempre un músico notablemente prolífico y mientras organizaba las grabaciones que lo tenían como actor principal y formaba parte de los grupos de Miles Davis, también se involucró en otros proyectos, como la obra conceptual Escalator Over the Hill, de Carla Bley y Paul Haines, donde destaca especialmente en el tema “Rawalpindi Blues”, donde una vez más participa Jack Bruce.
De todas maneras, algo estaba empezando a cobrar forma en la mente de John McLaughlin mientras participaba en todos estos proyectos ajenos: la idea de formar un nuevo y revolucionario grupo con los mejores músicos del momento. Y eso fue precisamente lo que hizo en 1972, cuando se juntó con Billy Cobham en batería, Jerry Goodman en violín, Rick Laird en bajo y Jan Hammer en teclados para formar la legendaria Mahavishnu Orchestra, otras de esas bandas que marcó un antes y un después en el campo de la fusión entre el jazz y el rock. La Mahavisnu debutó con un álbum llamado “Inner Mounting Flame”, un título que podía traducirse como “La creciente llama interior”, que delata la naturaleza mística de la búsqueda musical y existencial que por ese entonces emprendía el músico de Yorkshire.
Después de grabar otro álbum muy exitoso en términos de consideración periodística y también de ventas, “Birds of Fire”, la Mahavishnu Orchestra registró un disco en vivo llamado “Between Nothingness and Eternity”, tras lo cual McLaughlin tomó la riesgosa decisión de alterar la banda, reemplazando a varios de sus músicos y ampliando la alineación a quince músicos para darle un contexto orquestal al sonido que la banda registró en el álbum “Apocalypse”, de 1974, al que siguió “Visions of Emerald Beyond”, aparecido en 1975.
Otro ambicioso proyecto que emprendió John McLaughlin en esta etapa de mediados de los ’70 fue su fugaz asociación con otro virtuoso de la guitarra, Carlos Santana, para la grabación del álbum “Love, Devotion & Surrender”, de 1973. Además del amor por la música, a los dos guitarristas los unía su devoción por el guru Sri Chinmoy, algo que se pone de manifiesto en el título mismo del larga duración, que puede traducirse como “Amor, devoción, y entrega”.

 Alfredo Rosso




AllMusic Review by Richard S. Ginell 

This is the album that made John McLaughlin a semi-household name, a furious, high-energy, yet rigorously conceived meeting of virtuosos that, for all intents and purposes, defined the fusion of jazz and rock a year after Miles Davis' Bitches Brew breakthrough. It also inadvertently led to the derogatory connotation of the word fusion, for it paved the way for an army of imitators, many of whose excesses and commercial panderings devalued the entire movement. Though much was made of the influence of jazz-influenced improvisation in the Mahavishnu band, it is the rock element that predominates, stemming directly from the electronic innovations of Jimi Hendrix. The improvisations, particularly McLaughlin's post-Hendrix machine-gun assaults on double-necked electric guitar and Jerry Goodman's flights on electric violin, owe more to the freakouts that had been circulating in progressive rock circles than to jazz, based as they often are on ostinatos on one chord. These still sound genuinely thrilling today on CD, as McLaughlin and Goodman battle Jan Hammer's keyboards, Rick Laird's bass, and especially Billy Cobham's hard-charging drums, whose jazz-trained technique pushed the envelope for all rock drummers. What doesn't date so well are the composed medium- and high-velocity unison passages that are played in such tight lockstep that they can't breathe. There is also time out for quieter, reflective numbers that are drenched in studied spirituality ("A Lotus on Irish Streams") or irony ("You Know You Know"); McLaughlin was to do better in that department with less-driven colleagues elsewhere in his career. Aimed with absolute precision at young rock fans, this record was wildly popular in its day, and it may have been the cause of more blown-out home amplifiers than any other record this side of Deep Purple.


                              



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