Compartimos una información que da cuenta de la producción de contenidos escolares desde los agronegocios, las mineras y los bancos, mientras Corporación Cambiemos celebra el paso del despilfarro populista al elegante lavado republicano, el fin del Fútbol Para Todos y el inicio de la política del consumo para pocos, en un momento donde por primera vez en mucho tiempo el desempleo se ubica como la principal preocupación, desplazando a la inseguridad. El cambio pega tan fuerte en la vida cotidiana que los Amarillos no saben cómo disfrazarlo, y si no fuera porque tienen a los principales medios como confundidores, a muchos opositores casi como apologistas encubiertos y a los dirigentes de la CGT como dóciles carneros, todos estarían en la calle clamando por el fin de esta pesadilla. La pregunta es ¿realmente nos merecemos esto?
Derrota en Chaco, dólar desbocado, rebote inflacionario, consumo moribundo, crecimiento de las movilizaciones de trabajadores y desocupados de diversas identidades políticas, sonora derrota en diputados, con el desgaste sostenido al defraudar las expectativas de tanto globoludo que creyeron que con globitos de colores su vida iría mejor y hoy le llegan las tarifas de gas de cuatro cifras (aunque muchos aún hagan fuerza para creerle a TN). Con el manual de marketing duranbarbesco diciendo que no pueden hablar de economía porque cualquier evidencia empírica los refuta, y cada vez pueden hablar de menos cosas a pesar de la intensidad con que los medios y el poder dominante apoyan al oficialismo.
Una fortísima campaña mediática y un constante apriete impúdico a todo lo que huela opositor al Felino Macri, ya que la persecución al kirchnerismo parece haber sido superada por una instancia de persecución a toda disidencia: amenazas personalizadas trasmitidas a cada provincia vía Cablevisión. Y no se trata de una amenaza abstracta: por ejemplo la persecución a los gremios, o el interés en Mendoza de expulsar a los diputados provinciales de izquierda por participar en manifestaciones de protesta social.
Esa escalada antidemocrática (incluso contra los protocolos más conservadores de la representación democrática) indica que el gobierno no sabe recurrir a otra política más que del apriete. El resultado obtenido en este año y medio de gobierno lo muestra hoy perdiendo en el terreno en el que en 2016 se exhibía triunfante: ahora el dócil congreso, a pesar del empeño de macri en persona para amenazar a los poderes provinciales, ya se atreve a decirle que no.
Pasaron largamente la fase de la hipocresía y ya la categoría de cínicos descarados les va quedando chica. La parte de la población que finja creerles tendrá que autodegradarse en una complicidad muy terca de puro globoludismo. Corporación Cambiemos van perdiendo pero ello no quita que las Corporaciones que ellos representan les vaya mal, habrán perdido en diputados pero en cambio el dólar llegó a su record histórico, el BCRA pierde reservas y la inflación no cede un palmo y Lanata prepara el clima social para la masacre en su show impúdico, para que la represión sea socialmente naturalizada, operadores-mercenarios mediáticos que instalan en sus televidentes la idea de inevitabilidad de una brutal represión contra pobres y construyen el estereotipo a exterminar: escrachan a los polaquitos que el sistema neoliberal construye todos los días en todo el país al mismo tiempo que policías comenten una serie de asesinatos contra menores en una versión moderna de los escuadrones de la muerte.
Los instrumentos de control financiero imponen políticas concretas, en las que prevalece la protección por parte de gobiernos neoliberales de los intereses de los enormes capitales nacionales y extranjeros, en detrimento de los derechos de la clase trabajadora y su calidad de vida.
Guillermo Folguera, biólogo y filósofo, resalta cinco aspectos del asunto de la educación y se pregunta si hay novedades relevantes ante esta información, más allá de la primera reacción: el asco.
Para terminar, citamos al sociólogo y jurista portugués Boaventura de Sousa Santos, quien desde hace un tiempo propone el concepto de "fascismo social" para describir la civilización postmoderna neoliberal:
Ante el caos planificado que el Gran Equipo despliega, cuesta entender que algunos no hayan entendido el juego, que se sometan a las tretas confundidoras de los medios hegemónicos, que no sospechen siquiera el engaño del que son víctimas, que se abracen más a las excusas que a las razones, que se sumen a la persecución implacable de unos jueces que mancillan la Justicia. El Estado no debe ser el enemigo de los pueblos ni estar al servicio de los que insisten en saquearlo. Si el Estado no es de todos ni para todos, la historia nos advierte que terminaremos muy mal.
Derrota en Chaco, dólar desbocado, rebote inflacionario, consumo moribundo, crecimiento de las movilizaciones de trabajadores y desocupados de diversas identidades políticas, sonora derrota en diputados, con el desgaste sostenido al defraudar las expectativas de tanto globoludo que creyeron que con globitos de colores su vida iría mejor y hoy le llegan las tarifas de gas de cuatro cifras (aunque muchos aún hagan fuerza para creerle a TN). Con el manual de marketing duranbarbesco diciendo que no pueden hablar de economía porque cualquier evidencia empírica los refuta, y cada vez pueden hablar de menos cosas a pesar de la intensidad con que los medios y el poder dominante apoyan al oficialismo.
Una fortísima campaña mediática y un constante apriete impúdico a todo lo que huela opositor al Felino Macri, ya que la persecución al kirchnerismo parece haber sido superada por una instancia de persecución a toda disidencia: amenazas personalizadas trasmitidas a cada provincia vía Cablevisión. Y no se trata de una amenaza abstracta: por ejemplo la persecución a los gremios, o el interés en Mendoza de expulsar a los diputados provinciales de izquierda por participar en manifestaciones de protesta social.
Esa escalada antidemocrática (incluso contra los protocolos más conservadores de la representación democrática) indica que el gobierno no sabe recurrir a otra política más que del apriete. El resultado obtenido en este año y medio de gobierno lo muestra hoy perdiendo en el terreno en el que en 2016 se exhibía triunfante: ahora el dócil congreso, a pesar del empeño de macri en persona para amenazar a los poderes provinciales, ya se atreve a decirle que no.
Pasaron largamente la fase de la hipocresía y ya la categoría de cínicos descarados les va quedando chica. La parte de la población que finja creerles tendrá que autodegradarse en una complicidad muy terca de puro globoludismo. Corporación Cambiemos van perdiendo pero ello no quita que las Corporaciones que ellos representan les vaya mal, habrán perdido en diputados pero en cambio el dólar llegó a su record histórico, el BCRA pierde reservas y la inflación no cede un palmo y Lanata prepara el clima social para la masacre en su show impúdico, para que la represión sea socialmente naturalizada, operadores-mercenarios mediáticos que instalan en sus televidentes la idea de inevitabilidad de una brutal represión contra pobres y construyen el estereotipo a exterminar: escrachan a los polaquitos que el sistema neoliberal construye todos los días en todo el país al mismo tiempo que policías comenten una serie de asesinatos contra menores en una versión moderna de los escuadrones de la muerte.
Los instrumentos de control financiero imponen políticas concretas, en las que prevalece la protección por parte de gobiernos neoliberales de los intereses de los enormes capitales nacionales y extranjeros, en detrimento de los derechos de la clase trabajadora y su calidad de vida.
Guillermo Folguera, biólogo y filósofo, resalta cinco aspectos del asunto de la educación y se pregunta si hay novedades relevantes ante esta información, más allá de la primera reacción: el asco.
Arrimarse a las noticias cotidianas de nuestro país es una siempre una experiencia. Y así, por ejemplo, se lee: “Contenidos escolares armados por las empresas del agro, las minerías y los bancos”. Y entonces uno busca desmarcarse de una primera reacción –“qué asco”– para tratar de entender la noticia y, sobre todo, entender si hay elementos novedosos en ella. Y así, nos preguntamos: ¿qué elementos están de fondo y qué grado de novedad presentan?Guillermo Folguera
Formar para obedecer. Buscan formar alumnos que desempeñen determinadas tareas y de manera irreflexiva. Nada más. ¿Es novedad eso? No parece. Concedamos que el proyecto de no generar pensamientos críticos capaces de rebelarse al poder de turno no fue una opción demasiado elegida a través de la historia educativa de Argentina.
El sector privado digitando contenidos, aproximaciones y posiciones. Tampoco es novedoso. En las últimas décadas hemos reconocido incluso grandes avanzadas en ese sentido. Y no sólo intentonas en las primeras etapas educativas, sino también en el ámbito universitario. El Estado al servicio de las empresas.
El área de Educación supeditada a otros intereses. También muy claro y tampoco novedoso. Como ejemplo vale recordar el material del Ministerio de Educación en el 2012 cediendo frente al lobby creacionista en un material acerca de la evolución biológica.
El discurso de lo neutro, de lo aséptico (ética y políticamente). Los contenidos pese a que son publicitarios no son presentados como tales. No se aclara que se está vendiendo un producto, en cambio se habla de Verdad, de Razón, de Progreso. No hay otros valores. La ética y la política interrumpidas. O mejor aún. Invadidas. Pero esto tampoco es muy novedoso, lo sabemos.
Decir la verdad es decirla toda. Pero no la dicen toda. No aclaran los efectos ambientales y sociales que la agricultura industrial y diferentes tipos de minerías han tenido sobre nuestros territorios. Tampoco mencionan el papel de los bancos en la historia y presente de nuestro pais. Pero, claro, nunca lo hacen. La novedad no está en este rubro tampoco.
Cinco elementos que analizados individualmente no reportan características demasiado novedosas. Y sin embargo, concedamos que el impacto sigue siendo demasiado grande, y eso sugiere que sí hay novedades relevantes. Quizás entonces el asunto es lo impresionante que resulta ver reunidos todos esos mismos factores, con tanta comodidad y galantería, con tanto desparpajo, tan obscenos ellos, como los principales invitados a la formación de nuestros hijos e hijas.
Para terminar, citamos al sociólogo y jurista portugués Boaventura de Sousa Santos, quien desde hace un tiempo propone el concepto de "fascismo social" para describir la civilización postmoderna neoliberal:
"A diferencia del anterior, el fascismo actual no es un régimen político. Es más bien un régimen social y civilizacional. Se trata de un tipo de fascismo pluralista producido por la sociedad en lugar del Estado. El Estado es aquí un testigo complaciente, cuando no un culpable activo. (...) Distingo cuatro clases principales de fascismo social. La primera es el fascismo del apartheid social. Es decir, la segregación social de los excluidos a través de la división de la ciudad en zonas salvajes y zonas civilizadas. (...). La segunda fase del fascismo social es el fascismo para-estatal. Se refiere a la usurpación de las prerrogativas del Estado por parte de actores sociales muy poderosos que, frecuentemente con la complicidad del propio Estado, o bien neutralizan o bien suplantan el control social producido por el Estado. (...) El tercero, el fascismo de la inseguridad, tiene que ver con la precariedad laboral y los múltiples riesgos para la salud que acompañan a ella; que generan en las trabajadoras y los trabajadores una fuerte ansiedad e incertidumbre. Y el cuarto, el fascismo financiero, parte de la lógica que controla los mercados financieros, una lógica de casino individualizado cuyas estrategias permean hacia instituciones como el Fondo Monetario Internacional o los bancos centrales. (...) El incremento de la desigualdad y la polarización social es el resultado de todas estas formas de fascismo social. Una crisis económica, social y política cuyas consecuencias marcarán nuestras vidas por muchos años".Boaventura de Sousa Santos
Ante el caos planificado que el Gran Equipo despliega, cuesta entender que algunos no hayan entendido el juego, que se sometan a las tretas confundidoras de los medios hegemónicos, que no sospechen siquiera el engaño del que son víctimas, que se abracen más a las excusas que a las razones, que se sumen a la persecución implacable de unos jueces que mancillan la Justicia. El Estado no debe ser el enemigo de los pueblos ni estar al servicio de los que insisten en saquearlo. Si el Estado no es de todos ni para todos, la historia nos advierte que terminaremos muy mal.
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