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Altablanca - En Vivo Mendoza '81 (2013)



Artista: Altablanca
Álbum: En Vivo Mendoza '81
Año: 2013
Género: Rock sinfónico
Nacionalidad: Argentina

Lista de Temas:
10 tracks en vivo
3 Bonus tracks


Alineación:
- Mario Mátar / guitarra
- Javier Segura / bajo
- Natalio Faingold / batería y teclados
- Daniel "Grunchi" González / bajo y guitarra
- Pablo Romagnoli / flauta
- "Pompi" Manzur / guitarra acústica y voz
- Daniel Soria / bajo
- Daniel Martín / flauta traversa
- Eduardo Aveni / batería
- Jorge Aguerre / bajo y teclados
- Susana "Turca" Nalldi / voz
- Jorge Zangheri / teclados
- Rubén "Pollo" Arancibia / guitarra
- Gerardo "Nicky" Imazio / guitarra
- Carlos "Pajarito" Corvalán / batería
- Gustavo Barbui / bajo
- Raúl Maillo / flauta traversa

Ahora sí! publiqué los links de descarga de este disco... Otro disco del 2013 que es toda una reseña histórica que no conocía sobre una de las bandas argentinas que hizo surcos desde la temprana década del 70. Oriundos de Mendoza y con músicos excelentes, Altamadre hizo historia dentro del rock local, con un rock sinfónico de alto vuelo y gran lirismo.
Casi desconocidos actualmente, nuevamente intentamos hacer una reparación al presentar esta banda en sociedad. El siguiente es una recopilación de grabaciones y registros en vivo del año 81, sacados a la luz por el sello Viajero Inmóvil, ya que el grupo no había dejado registro alguno de su existencia. Y este es otro álbum del 2013 que por ahora no voy a compartir, si lo quieren pueden avisarme que les digo cómno y donde comprarlo. Pasen y vean la historia y todo lo que hay detrás de esta leyenda de las tierras del sol y del buen vino.




PD: acabo de agregar escaneos inconseguibles de valor histórico, compartidos por Osvaldo con la mejor onda!


La Argentina dio en la decada del setenta muchas bandas de rock progresivo de muy buen nivel. Algunas con nombres archiconocidos por todos nosotros como La Máquina de Hacer Pájaros, banda lideradas por Charly García. Otras en cambio como Crucis, Bubu, Ave Rock (hablando de esta banda, tenemos el primer disco para compartir!) o Espíritu dieron discografias escasas o de difícil difusión, pero que quedaron en el tiempo como íconos.
Sin embargo, en la provincia de Mendoza, existio una banda de influencia decisiva en el rock mendocino, la cual no se la reconoció como una de las fundadoras de esta estirpe rockera, si bien está plasmada a fuego en los comienzos de la historia del rock argentino.

Hoy es un momento muy especial porque presentamos a ALTABLANCA, banda argentina que se erigió en una de las fuerzas progresivas vitales del circuito de Mendoza entre 1976 y 1983. Su propuesta sonora era bella y enérgica, resuelta con soltura técnica y ejecutada con una creatividad única, y menos mal que no queda enterrada en la memoria de aquellas generaciones que la vieron en acción porque el sello Viajero Inmóvil, merced a la ardua labor de Mario Mátar (guitarrista fundador) y Erni Vidal, realizada en La Vizcachera Studio, acaba de publicar “En vivo Mendoza ‘81”, un registro de los dos recitales que ALTABLANCA dio en el Teatro Independencia de Mendoza el 16 de noviembre de 1981. La formación de aquel entonces consistía en: Mario Mátar a la guitarra, Daniel Martín a la flauta y la guitarra, Jorge Aguerre al bajo, Jorge Zangheri a los teclados y Susana ‘Turca’ Nalldi al canto y la guitarra acústica. Desde su formación en 1976, en épocas anteriores a la de este concierto, habían pasado por la banda el bajista Javier Segura, el flautista Pablo Romagnoli, el guitarrista Daniel González (en tándem con Mátar), el bajista Daniel Soria, Natalio Faingold que empezó como baterista y luego pasó al rol de teclista, el baterista Eduardo Aveni, etc.
El trabajo de rescate, masterización y posterior edición se concretó en dos etapas: primero, entre 2000 y 2005 inclusive, mientras Mátar y Vidal seguían activos en ZONDA PROJECKT (otro genial ensamble mendocino), y luego, a partir de 2010, se retomó el asunto que se extendió hasta el presente año 2013. Más detalles sobre este heroico proceso de “arqueología progresiva” de este material se pueden leer en la entrevista a Erni Vidal publicada en el enlace de Diario Uno http://www.diariouno.com.ar/espectaculos/El-legado-de-Altablanca-toma-forma-30-aos-despues-20130717-0002.html. Por nuestra parte, repasamos ahora el repertorio del disco, ¿vale?
‘Preludio II’ pone en marcha la maquinaria de ALTABLANCA con una aureola Cameliana manejada y desarrollada con un lirismo envolvente y conmovedor: el motivo central es explotado en un continuum que nunca se agota. Luego sigue ‘El Burlón De La Floresta’, que en un espacio un poco menor de 4 minutos exhibe un dinamismo colorido y lúdico donde las complejidades del esquema rítmico de inspiración fusionesca se desarrollan con total soltura. ‘El Vértice Del Peine’ es uno de los definitivos momentos cumbre de este catálogo: en efecto, su cuerpo central, que nos suena a un híbrido de RETURN TO FOREVER y YES, impone una fuerza de carácter atrapante a través de su intrincada arquitectura sónica. La dupla rítmica se luce de forma especial aquí, permitiendo que el tremendo lucimiento de Mátar cuente con un apoyo sólido. Pero… justo cuando el oyente necesita un momento de respiro tras este enorme despliegue de fastuosidad netamente progresiva, llega ‘Paso a La Vida’, una ambiciosa composición dividida en dos extensas partes que juntas suman una duración de 16 minutos. La Parte 1 elabora una atmósfera cálida, desarrollada con un prístino uso de la sutileza que no acalla en lo absoluto la etérea belleza que signa la primera sección ni el crescendo manierista que emerge posteriormente tras un interludio cósmico. La Parte 2 torna hacia una dramática solemnidad en base a un esquema instrumental ceremonioso y un canto de Susana Talldi que se hace eco del apasionado clamor existencialista plasmado en las letras. La armazón general de este concepto tiene aires de familia con M.I.A., PINK FLOYD y LE ORME que se pueden advertir como puntos de referencia. Con un gran comienzo provisto por los dos primeros temas y una cima continua generada por los tres temas siguientes, el éxtasis melómano es inapelable y contundente. Pero hay más, y a eso iremos en el siguiente párrafo.
‘Noviembre’ es una composición de Faingold que conjuga a la perfección, dentro de un esquema rítmico relativamente reposado, los matices estilizados del sinfonismo en su más pura expresión y el swing del jazz-rock, haciendo un buen uso de los explayamientos melódicos en curso. Vale también destacar el intenso solo de sintetizador que emerge cual exquisita tormenta de luz hecha sonido durante el clímax crucial de la pieza (imaginemos un híbrido de EMERSON y WATKINS para hacernos una idea de esa explosiva luminosidad del sintetizador). ‘Shayton’, por su parte, ofrece un ejercicio de blues-rock progresivo al estilo esencialmente argentino de INVISIBLE y PESCADO RABIOSO: Nalldi incluye algunas palabras en árabe en su canto. ‘Aires De Tango Para Una Mujer’ y ‘Explicaciones (De Lo Nuestro)’ siguen adelante con el show enfatizando la faceta contemplativa del grupo: el primero exhibe amables climas bucólicos bajo la guía de la flauta, mientras que el segundo se concentra relajantes armazones armónicas con la guitarra y el teclado llevando al alimón el posicionamiento protagónico. El concierto termina con otra excitante cúspide: ‘Athenágoras’. Esta pieza porta un dinamismo efectivo y atractivo en base a un bien articulado swing que nos puede hacer evocar los estándares de HAPPY THE MAN, GILGAMESH y YES... e incluye un portentoso solo de batería a cargo de Corvalán. La ovación final del respetable es una recompensa justa a tanto despliegue de ingenio musical, y sobre todo, es un eco de la deliciosa adrenalina explayada en esta pieza de cierre.
Además de estos10 temas que hemos repasado, el disco contiene 3 bonus tracks registrados en un par de demos de estudio: el primero data de 1983, los otros dos del año 2000. ‘Tema De Zarkeff’ es una envolvente exhibición de ensoñadora delicadeza melódica que se manifiesta como un poderoso sortilegio de mágica melancolía. Por su parte, la dupla de ‘En El Parque’ y ‘Se Esconde El Viento (Duerme)’ nos hace pasar por sendas muestras de serenidad bucólica, la primera marcada por el dueto de guitarra acústica y flauta, la segunda, por la guía alternada del canto de Susana y el violín del invitado Rodolfo Castagnolo.
Se ha dado en el pasado la confluencia de un pecado y de un crimen: el pecado estuvo en manos del destino y el crimen, en manos del mainstream de la industria fonográfica argentina de aquellos fines de los 70s, el pecado y el crimen de haber arrojado al limbo la magnífica labor creativa de ALTABLANCA para dignificar el ideal del rock progresivo. Ahora con la edición de “En Vivo Mendoza ‘81” los coleccionistas de rock artístico de todos los tiempos y lugares podemos redimirnos grandemente de las secuelas de ese crimen y ese pecado. ¡ALTABLANCA vive!
César Inca

Aquí, los escaneos enviados por nuestro nuevo colaborador Osvaldo, que ilustran un poco más sobre la historia de la banda:





Click para ver los escaneos en mejor resolución


"La fuerza del interior" corresponde a la revista Pelo Nº 135. Octubre 1980.
"Música Interior" pertenece a la revista "Hurra" Nº 5. Noviembre 1980.
"Altablanca" integra la revista "Expreso Imaginario" de Agosto 1980.



A mediados de los años 70’s surgieron en el interior del país varios grupos Progresivos / Sinfónicos, algunos vinculados a la movida independiente liderada por MIA. En Mendoza el gran referente fue Altablanca, que tuvo una trayectoria de casi 8 años con distintas formaciones. Este gran rescate sonoro demuestra su alta calidad musical y la simbiosis con bandas como MIA, Redd, Irreal o Trigémino.
Mellotron Web



Hace solamente unos días nuestro querido Pyramide resubió el genial disco de los mendocinos de Zonda Projeckt titulado "El llanto secreto de la luna" (que si no lo tienen no duden en obtenerlo ya!). Bueno, ¿a qué va esto? a que el guitarrista de la mítica banda Zonda Projeckt es el no menos mítico Mario Matar que pese a no ser demasiado conocido fuera de su lugar de origen, (otro de los integrantes es nuestro amigo Erni Vidal, otro reconocido y gran exponente del rock mendocino) debe haber sido uno de los mejores guitarristas nacionales y, sin duda, el menor guitarrista de rock mendocino.
Y todo esto viene a que el señor Mátar (que lamentablemente está retirado de la ejecución de su instrumento por un problema de artritis temprana) fue el padre fundador de esta no menos mítica banda de los ochenta, genial y delicada expresión sinfónica que sacudió en sus pagos, la que fue llamada Altablanca, y que, si bien no grabaron registro alguno en su momento, ahora el sello del querido Felipe de Viajero Inmóvil se dedica a editar y sacar del olvido. Lamentablemente no vamos a compartir este disco todavía, no al menos hasta que pase un año de su publicación (esa es mi política ética para con los músicos, a fin de incentivar la venta de sus discos, y ya habrá tiempo de compartirlo).


Antes de adentrarnos de lleno con la banda que nos ocupa, repasamos un poco su historia, y nos encontramos indefectiblemente con la historia de su creador:


Mario Matar, el mejor violero del rock local
En una encuesta de Escenario, el creador de Altablanca fue elegido como el más grande guitarrista del rock mendocino. Entrevista con el maestro, quien ahora está retirado por una enfermedad.
¿Quién será o habrá sido el mejor guitarrista mendocino de rock? Nuestra investigación nos hizo llegar a una justa conclusión: Mario Mátar. La pregunta parece sencilla, pero encontrar su respuesta no lo fue. Alrededor de 30 voces de instrumentistas, cantantes y otros músicos locales de diferentes géneros y generaciones dieron y fundamentaron sus respectivas opiniones. Y el resultado, como la ilustración de tapa adelanta, fue más que claro. La mayoría eligió como su preferido al gran Mario Mátar, virtuoso ícono provincial que integró grupos inolvidables como Altablanca, Zonda Projeckt, Raga y Salsa Blanca, entre otros, y cuya trayectoria de peso inclinó la balanza de la elección a su favor.
Si bien es cierto que el término “mejor” en lo que a música respecta es algo subjetivo, sobre todo teniendo en cuenta el amplio abanico de opciones y distintos estilos que un guitarrista puede abordar según sus gustos y preferencias, ningún voto tuvo gratuidad, ya que el talento de Mátar es indiscutible. A pesar de que, a la larga, no hubo dudas respecto del elegido, para muchos de los consultados no fue fácil tomar una decisión. Tal fue el caso del guitarrista folclórico Tilín Orozco, por ejemplo.
“Qué compromiso. El Negro (Felipe) Staiti tiene mucha polenta y es un profesional de primera línea, también me gusta el guitarrista de La Cofradía (por Sebastián Rivas), y el Mario (Mátar) es de los más grandes que hay. Pero son tan distintos, no es fácil elegir. Ya sé, el mejor es ‘MariFe’, ahí tenés el mejor violero de la historia de la provincia”, bromeó Tilín jugando con las iniciales de Mátar y Staiti.
Si bien la tríada más votada fue la que nombró Orozco, hubo otros que también han conquistado a diversos públicos con las energizantes melodías de sus seis cuerdas. Algunos más jóvenes, como Andrés Ceccarelli, Augusto Almagro, o el nuevo guitarrista de Chancho Va, Yoyo Sevilla. Y otros con al menos un par de décadas en su historia como Chino Brizuela, Milton Carusso o Nicky Imazio.
Cada voto fue justificado por alguna razón que dejaba en evidencia el criterio artístico que cada músico valora. La creatividad, la búsqueda, la técnica, la ejecución, el sonido, la expresión, la versatilidad y el buen gusto fueron algunos de los termómetros de cada elección. Tal vez por eso Mátar fue la opción más votada, porque cada una de esas virtudes se haya en la música que en 30 años compuso, interpretó y deja como legado.
Diario Uno



Y acá tenemos más referencias de este gran músico:

El hacedor de lluvias
Mendoza. Elogio a Mario Mátar, alma mater del rock nacional
Como Sandro y Los de Fuego, el “padre fundador” hizo sus primeras incursiones en la década del ’70. Y desde Mendoza hizo crecer un arte que traspasó fronteras.
Si el amor es la superior energía creadora, Mario es una persona con mucho amor. Un pibe cósmico que tiene y tuvo la superior misión de llevar a las azoteas y los techos y los ranchos, el sonido loco de su corazón. Y además, uno de los músicos más destacados en el interior de la República Argentina. A excepción de la vanidosa y pupera Buenos Aires, el resto del territorio lo reconoce. Su prestigio ha traspasado los límites del Desaguadero, extendiéndose como una brisa cálida, fresca y fundadora, llevando más allá el territorio, la esquina, el barrio, el barrilete.
Mario esta en el origen –como Sandro y Los de Fuego–, en la fundación de nuestro rock, es lo que se llama dentro de la filosofía de la calle: un padre fundador. Sus primeras incursiones son de la década del ’70 y aunque nació en Mendoza en los míticos ’60, fue diez años después que el Proyecto Rock se consolida.
Los años de aprendizaje habían pasado: The Raiders, The Roberts, Los Falcons, Prohibido Fijar Carteles, Los Sullivans, Los Carabels y el pibe de oro del rock mendocino: Billy Lee Hunt. También Los Bichos, Los Cuervos, Los Gatos, entre otros. Entonces fue así: ese bagaje, esa experiencia cultural desarrollada durante los ’60 y principios de los ’70 alcanza en algunos grupos de aquella época una plena cristalización, su momento de madurez, que es también su nacimiento y floración. Tecobe y Altablanca son dos de esos grupos. Altablanca es sin duda el grupo medular de la historia del rock mendocino. Un semillero increíble en donde se desarrollan varias de las experiencias más lúdicas de aquella época.
La época en que Altablanca desarrolla su obra es fuerte. Es una época de mentiras y de muertes solapadas. Hacer música en los ’70 no es tarea fácil, ir en cana después de un recital por tener el pelo largo –estilo marica– o remera floreada, ya es parte del folklore. No pasa nada, igual, es sólo la noche en una celda, los milicos que te putean, uno que te hace barrer el patio de la comisaría otro que te pega un coscorrazo. Mientras no pase de ahí, se van como la resaca o un mal sueño. Altablanca tuvo esa suerte de bendición o protección. En cambio, Billy Lee Hunt, el de los legendarios Carabels, es otra historia que contar, la de las 30.000 muertes solapadas.
Escuchemos al músico y periodista Erni Vidal hablar de Mario: “Técnica exquisita. Afinación Justa. Buen gusto adoptado a todos los tiempos en que le tocó desarrollarse. Si a eso le sumamos el duende que sobrevuela en cada una de sus composiciones y performances, como resultado tendremos uno de los mejores músicos que ha dado Mendoza. Y sin duda ya un ícono”.
“Mario nació en el 30 de septiembre del ’57 en San Rafael y se trasladó a los diez años junto a su familia a Mendoza. Ya en los inicios de los turbulentos ’70, cuando el rock mendocino en activo era aún incipiente, junto a un par de pioneros más –Sergio Bonelli y Jorge Benegas– se embarcó en darle forma a lo que luego se transformaría en todo un movimiento. Con identidad y cánones propios”.
Aunque cada recital de Altablanca tuvo su gustito particular para sus seguidores: uno de los más recordados fue aquel de 1979 junto al mítico León Gieco en Andes Talleres. En este increíble recital también se presenta: “Marciano y su grupo” que luego –a 2 centímetros– se convertirían en los ya legendarios Enanitos Verdes. ¡Había que subir al escenario ese día y tocar al lado de León Gieco en Andes Talleres! Era como si todo estuviese ya escrito en el cielo: León venia a presentar su cuatro discos, y esa mezcla reunió en un mismo recital al folk con el rock, y el instrumentalismo virtuoso de Altablanca.
La Turca Nalldi se plantaba como la mujer más sensual del planeta por aquellos años, cantando e interpretando las sinfonías de Altablanca. Tengo entre mis manos una foto publicada por el desaparecido Diario Mendoza donde se los ve reunidos cual Beatles cuyanos, sentados entre la profusa chipica y la arena. Otro recital es aquel de la bodega Arizu donde la gente gana la calle. También corre el año 1979, los Altablanca ya habían tocado en el Selectro y tenían un par de recitales en Buenos Aires con muy buena crítica para chapear. Fue en aquel recital de Arizu donde aparece por primera vez: la paloma blanca. Se trataba de una paloma gigante y blanca que aparecía en el fondo del escenario y en el afiche de promoción. Una obra expresiva, sutil, realizada por Javier Segura. Es que por aquel entonces el rock hacia su propia puesta en escena: nacía el diseñador-rock, el escenógrafo, el iluminador, el sonidista, el periodista crítico-rockero. Por aquellos años también hacía sus primeras experiencias como productor Oscar Sayavedra, quien luego se proyectó del barrio al mundo, con Soda Stereo, La Ley, Godwguana, entre otros.
Volvamos sobre el relato de Erni: “Y es en el interior del país –como les gusta llamarnos a los porteños– donde paralelamente y de la mano de otras notables propuestas se agitaba, ese ‘otro rock’, ya despojado del rock complaciente de la herencia beat de los Fab Four de Liverpool y sus manifestaciones en este rincón del planeta. Los Gatos y los Shakers en Buenos Aires y Montevideo o también Los Reed en Tucumán, Pablo el enterrador en Rosario, o los extraordinarios vecinos de San Juan: Pléyades. Una situación insólita, que una banda –Altablanca–, asemejándose en estilo y estructura, llegara a tener la calidad de ciertas bandas europeas algunas consagradas como: Premiata Forneria Marconi o Banco del Mutuo Socorro. La formación local ostentaba en sus recordadas presentaciones en vivo una personalidad propia. Contorneada por la herencia del rock y el blues que a esta altura copaba el gusto de los jóvenes progre a nivel mundial”.
Volando toneles. Dice un cronista de la época que aquella noche en Arizu, Mario conmovió con su obertura: “Los tres reinos”. La lista de temas era: “Adolescencia”, “Explicaciones de lo nuestro”, “Camino sin héroes”. Hay mucha inocencia y mucha ingenuidad en la obra de Altablanca. La inocencia del juego creativo y la ingenuidad de quien no alcanza a comprender el horror de la época en que vive.
Un recital en el cine de la Galería Tonsa, entre 1981 y 1982, fue de los últimos del grupo. Chau Altablanca. No sin antes recordar que fue junto a Trilogía y Leyenda, en 1979, en el Independencia, dedicado a Pompi Mansur, que Altablanca tuvo su recital cumbre.
Luego de pasar una temporada estudiando en Los Angeles y después de convertirse en el guitarrista de ese inmenso padre de la música popular argentina que fue el Tano Piero, Mario Mátar vuelve a Mendoza. Los días de la Roland son una experiencia profunda y “psicodélica”. Mario encontró en aquella guitarra hermosa y blanca una especie de cañón futurista que le permitía lanzar al cosmos pelotas de fuego-amor y creatividad. Pelotas que estallaban como huevos en el cielo y hacían llover, hacían caer relámpagos. Y así siguiendo a su corazón loco: el hacedor de lluvias, el pibe relámpago del desierto cuyano, ¡se perdió, se mezcló, se fusionó entre las líneas sensuales de aquella guitarra hermosa y endemoniada! Perdió su corazón como cuando un trueno o un relámpago estalla en la tierra y se pierde en el alma. Y es que una Roland –con buen costado– te puede comer el corazón en dos acordes. El modelo era G 707. El anecdotario dice que incluso el mítico Gustavo Cerati le consultó sobre el adecuado uso de esta guitarra.
En 1987 Mario hizo Aeropuerto de Pájaros, un trabajo que sin duda es hijo de la endemoniada guitarra blanca. En este proyecto Mario sufre una transmutación, un cambio de naturaleza, como si en el pasado Mario hubiese sido un pajarito cantador y entonces le hubiesen aparecido alas en el alma, plumas en el corazón. Estrechando vínculos, acercando barrios, él que llevaba el vuelo impreso en su corazón. Bien le podrían haber gritado: ¡Che Mario, aterrizá!
Los ochenta se están yendo y con ellos se van muchas cosas. Algo se está muriendo, en pocos años el formato carrete desaparecerá para pervivir como formato de culto. Pero no en la Mendoza de 1987, donde suena Aeropuerto de Pájaros. Por entonces sucedieron algunos hechos insólitos, como que una disquería y una heladería apostasen a la producción local. Así lo hizo Dimensión 33 y Dulio Soppelsa. De ahí la dedicatoria de Mario Mátar que dice: “Dedico este cassette a la lucha de los artistas mendocinos”.
Sigamos con Erni Vidal: “En los ’80 brilló con luz propia en la escena local: Raga. Con la mirada puesta en lo que hoy llamaríamos World Music y la exquisitez casi etérea de sus melodías y texturas. Todo esto sin contar sus discos solistas –seis al menos al día de hoy–. Salsa Blanca en los 90 y luego en el 2000 Neptuno Club y Zonda Proyect”.
Los sultanes del ritmo. Los Salsa Blanca fueron sin duda una experiencia singular, primero por la jerarquía de los integrantes pero también por el hecho insólito de plantar, de nacer, de sembrar el profuso y erótico lenguaje de la salsa en el desierto cuyano. Toda una contradicción en el territorio de las arenas. Quizá por eso uno de nuestros artistas mayores –Armando Tejada Gómez– se refirió a ellos diciendo: “Son la salsa de los blancos…” y luego remató escribiendo en aquella pared de la calle Lamadrid donde ensayaba el grupo: “La música: es algo más que tú mismo”.
La biografía de Salsa Blanca incluye una gira de varios meses por Italia y Europa. Allí estaba Fernando Ramírez con su extraordinario talento para cantar salsa. Ahora bien, el espíritu y el culo son dos cosas que sin duda les cuesta mover a los mendocinos, quizás estemos medio dormidos o quizá seamos así, medio pasmados. Posiblemente el mejor aporte, el aporte más honesto de Salsa Blanca a nuestra cultura haya sido en ese sentido.
Entre los muchos grupos en lo que ha participado Mario hay dos por los cuales tiene un cariño muy especial: Neptuno Club y Zonda Proyect. El primero fue una banda orientada al Acid Jazz y el segundo estuvo orientado a la música progresiva. Son dos grupos que le permitieron mostrar todo su virtuosismo. Es su momento de mayor madurez musical. En época de Altablanca no tenía plenamente desarrollado el genio que sí pudo mostrar junto a una troupe de músicos increíbles como los que había en estos dos grupos. Es en esta experiencia donde se encuentra el Mátar más profundo…
Opera Mágica y Arquitecturas Perversas fueron dos proyectos donde Mario aportó también su luz. La Ópera Mágica fue a finales de los ochenta y Arquitecturas Perversas en el 2004. En la ópera –proyecto de arte integrado– Mario despliega esa magia tan particular que lo ha catapultado como uno de los músicos más destacados en el interior del país, y en Arquitecturas Perversas –junto a una troupe de los más destacados artistas mendocinos– fue donde cristalizó aquel ideario de arte integrado, proyectado, dos décadas antes.
Concluye su relato el músico Erni Vidal: “…Una miríada de colaboraciones, proyectos junto a otros artistas, su participación en sesiones de grabación, trabajos en producción y edición… Y tanto más con lo que ha ayudado a muchos a llevar sus obras a buen puerto. Hoy es uno de los músicos más activos y ha sido reconocido por las autoridades de SADAIC y el gobierno provincial como un referente local, otorgándole una merecida pensión vitalicia y además la comuna de Godoy Cruz lo ha nombrado ciudadano ilustre”.
Las Vendimias, la deuda. Mario es uno de los directores o colaboradores más requeridos durante las fiestas vendimiales. Su presencia, su prestigio y su talento son muchas veces considerados una garantía. Pero la mayoría lo ignora aun cuando los pintores, los escritores, los músicos, los actores, los murgueros, los cineastas, todos le rinden tributo.
La historia de Mario es por tanto una historia pendiente para el Estado ya que ni siquiera una décima parte de su obra ha sido editada. Pasó la última edición del Mendo-rock, el escenario más importante del rock mendocino y cuyano, y tampoco hubo homenajes o recordatorios ni para Billy Lee Hunt, ni para Pompi Manssur ni Sergio Embrioni. No lo hubo tampoco para Mario Mátar ni el productor Oscar Sayavedra. Es como si el rock fuera sólo las bandas, o peor, sólo algunas bandas. No Laurita Araujo, que ya no está, o Fernando Bocha Monetti, que conduce la tarde rocanrolera; tampoco los cronistas que escribieron la historia rocanrolera de Mendoza, los poetas del rock, los fotógrafos-roqueros, los ingenieros de sonido…en fin. A ellos deberíamos dedicarles la frase que Tejada Gómez escribió en la calle La Madrid: “La música es algo más que tú mismo…"
Carlos Córdova

Ahora sí, ya que conocen de quien estamos hablando, vamos con Altablanca, que dicho sea de paso fue la banda de rock más elogiada de la historia de Mendoza, fundada en 1976 y disuelta en 1983, tocó junto con Redd, León Gieco, MIA y muchos otros... pero...¿Y cómo sonaba? Y... sonaba como algo así:



Sobre la banda en sí, esto es lo que contaba su creador:

Ese recital fue un shock visual, y esto lo analizo ahora, al tiempo, en ese momento no me daba cuenta de lo que estaba pasando. Pero en su momento fue impresionante [Altablanca en el teatro Independencia el 17/5/79]. Era la primera vez que aparecía una batería transparente, una mina que se le traslucía la ropa y cantaba, y en esa época cantaba muy bien la “Turca” [Susana Nalldi], un piano eléctrico,ensambles de cuerdas, preguntale a las bandas de los 60 y sólo había un órgano Farfisa, era toda una novedad. Además del timing que tenían Aveni, el Natalio [Faingold] en el piano, y Aguerre en el bajo, era música pura, los demás nos podíamos ir porque ellos tres repegaban. Y eso es el Natalio, él no es el más virtuoso, pero tiene más musicalidad que nadie: él toca y lo hace sonar. Y el Eduardo Aveni tenía un pulso perfecto y el Jorge Aguerre llenaba y nosotros rodábamos ahí. Natalio tenía sintetizadores. Fue la presentación de la “Turca” Nalldi con la banda. De las mujeres cantantes las que más recuerdo son la “Negra” Merlo, la “Bachi” [Susana Becerra] y la “Turca” Nalldi. La “Negra” Merlo es de la época de los 60 y la más grossa de todas. La “Bachi” era la cantante de Trilogía, sobre todo cantaba muy bien, sabía muchos temas, tenía mucha potencia musical. En la década del 70, la “Turca” Nalldi fue el símbolo, fue la Celeste Carballo mendocina y, en su momento, cantaba mejor que la Celeste, porque era más creíble en lo que hacía, por su historia personal de abandono familiar, de vivir con sus tíos, de tener una vida tan complicada. Ella la luchó y era como el símbolo de que sola podés y que podés hacer lo que querés, era muy copado lo que hacía.
Aparte, era una mina super sana, hipersana. El hit de ella fue “Shaitón”, en el que empezaba cantando en árabe y, de repente, el Aveni entraba como a lo Zeppelin y nosotros detrás, acompañando, era una canción del Natalio Faingold, shaitón es “diablo” en árabe.
(...) Cada grupo tenía su público específico, el público no se masificaba. Raga tenía un tinte medio odiado por los rockeros, pero era muy querido por otro sector, tanto, que llenamos varias veces el Independencia y era un público un poco mayor. Con Altablanca era muy de barrio, había de todo. Es que Altablanca era un poco de todo. Por ejemplo, el Javier Segura y el Natalio, venían de barrios y amigos conchetos, si bien ellos no lo eran, pero los seguían las minas lindas. Nosotros, éramos la otra parte, del under, y nos seguía otro tipo de gente, éramos abiertos a los amigos.
Mario Mátar

Acá están, estos son, aquí los músicos de Altablanca:



“Altablanca”. Noviembre de 1981. Uno de los grupos fundamentales del rock mendocino por su música y el virtuosismo de sus músicos. Formado en el 76 al influjo del rock sinfónico con sus temas largos y refinada técnica musical para describir paisajes. La banda contó con notables instrumentistas y la blusera voz de la “Turca”.Aquí, una de las principales formaciones que tuvo: arriba, parados, Jorge Aguerre, Daniel Martín, y Jorge Zangheri, abajo, en cuclillas, de izquierda a derecha, Carlos “Pajarito” Corvalan, Susana “Turca” Nalldi y Mario Mátar.
Extramuros, la historia del rock

La "Turca" Susana Nalldi, que en Altablanca se subía en un escenario ataviada en ropajes sensuales, movía a la gente tirando una onda muy enérgica, fue de las primeras mujeres que estuvieron en la movida del rock desde el principio. Luego llegarían otras mujeres y otras bandas, pero ellos ya estaban en la historia de los comienzos de rock, y obviamente sufrían las consecuencias de la época:


Hay otra etapa, de 1976 á 1982, en la que se destaca la Natural Band Rock y su participación en el Festival “Siete Horas de Rock, Paz y Amor” en la Asociación Mendocina de Box, junto a otros grupos. Otra banda mítica sobresale con claridad en esta etapa: Altablanca. Sus recitales más importantes fueron, en el teatro Pulgarcito el 14-11-76 donde la policía se llevó a todo el público, en el teatro Independencia el 17-5-79, en la bodega Arizu el 31-8-79 y en Andes Talleres con León Gieco en octubre del 79.
Extramuros, la historia del rock

En esta grabación en vivo en la cual dejan en claro su faceta claramente instrumental influenciada por grupos cultores de un rock sinfónico de Argentina, aquellos que si bien son influenciados por los monstruos de todo el mundo intentan ser originales y no reniegan de sus raíces, como MIA o Crucis, pero Altablanca tenía su propia faceta, con solos de flauta melodiosos y delicados a lo Focus o Camel o elementos de jazz-rock que a veces los acercaban a Return to Forever, sin embargo estos son simplemente datos referenciales, ellos sonaban simplemente como Altablanca.


El legado de Altablanca toma forma, 30 años después
La banda de rock más elogiada de la historia de Mendoza, fundada en 1976 y disuelta en 1983, editará su primer disco. Aquí, la historia del rescate.
Corría el segundo semestre de 1993 cuando una encuesta del flamante suplemento Zapping, de Diario UNO, eligió debutar en su primer número con una encuesta ambiciosa y abarcativa: ¿cuál es la mejor banda mendocina de rock de todos los tiempos?
El resultado fue sorprendente: la mayoría de los consultados (músicos, artistas, periodistas, políticos) no se decantó por la popularidad apabullante de los Enanitos Verdes ni por su contrapeso de los ’80 (Alcohol Etílico). Tampoco se tiñó de nostalgia extrema como para rescatar a Los Caravelles y su carácter de pionero, o se dejó llevar por la reciente estela de grupos notables como La Rebelión o La Montaña.
No: el resultado fue que los encuestados eligieron a una banda que representó la madurez del rock local, un salto de calidad que sorprendió a los contemporáneos por su nivel y cuya influencia resuena en cada nota de los grupos siguientes: Altablanca.
La banda fundada en 1976 por el guitarrista Mario Mátar fue tan excepcional que sus siete años de vigencia le hicieron ganar un lugar en los libros de historia de esta música, sobre todo porque era de tal magnitud su propuesta que los hizo codearse con los grandes representantes de la música más atractiva que hizo el rock por esos años en el país.
Pero increíblemente (y fuera de un autohomenaje que algunos músicos hicieron en el año 2002), era casi imposible oír qué tenía Altablanca como para ganarse ese lugar: la banda nunca entró en estudio para grabar y entonces su música estaba encarcelada en la memoria de los muchos seguidores que tuvo por entonces.
Ahora ha llegado el momento de llenar el hueco de esa ausencia. Tras un trabajo que terminó abarcando 13 años, el propio Mátar y Ernesto Vidal (bajista y compañero del guitarrista en la recientemente disuelta banda Zonda Projeckt) rescataron una grabación de dos conciertos que Altablanca ofreció en noviembre de 1981. El disco, titulado En vivo Mendoza 81, será editado en los próximos días por el sello Viajero Inmóvil y saldará una vieja deuda
Erni Vidal, quien además de oficiar como productor ejecutivo del disco, es también una figura señera del rock progresivo local, habla de la importancia de este disco que representa sin duda uno de los acontecimientos musicales más importantes de las últimas décadas para este género.
–¿Qué material conforma este disco de Altablanca y cómo fue rescatado?
–Básicamente son los conciertos (porque fueron dos, en la misma noche) del 16 de noviembre de 1981, en el teatro Independencia de Mendoza. Todo eso, una selección de las mejores tomas de ambos shows, son diez temas, y con una duración de aproximadamente una hora. Y se les suman tres temas como bonus tracks del CD, el primero –una toma con calidad demo original de 1983– que es el único registro en estudio que se consiguió obtener, y dos temas más del repertorio original de Altablanca, pero re-arreglados y re-grabados en estudio en el año 2000, con integrantes originales del grupo. El material fue rescatado a partir de capturas en casetes de metal, grabados de la mesa de mezclas. Iniciamos la tarea en el año 2000, un trabajo meticuloso, y luego todo pasó a la computadora del estudio para su masterización y edición final.
–¿Por qué era importante rescatar esto? ¿Cuál es la importancia, al mismo tiempo, de Altablanca en el rock de Mendoza?
–Era muy importante intentar rescatar de las fauces del olvido este material valiosísimo: músicos de Mendoza y sus composiciones y performances que marcaron un hito y que no tuvieron la oportunidad de ver su producción registrada y editada. En el caso puntual de Altablanca, debemos sumarle la importancia de una legión de seguidores que acompañaron a la banda en su carrera y que hoy, muchos años después, continúan recordando vívidamente su música y sus presentaciones en vivo. Defino claramente como fundamental la importancia de Altablanca en la historia y desarrollo del rock en Mendoza por una cuestión de calidad compositiva e interpretativa, la consecución de un repertorio sólido y, en definitiva, una suerte de “lucidez” en general en la propuesta. La aparición e inmediato desarrollo de la carrera de Altablanca en 1976 marca la etapa en la que el rock mendocino se calzó los pantalones largos.
–¿Cuál era la formación de ese entonces y cuáles eran los aportes de cada integrante a la identidad de Altablanca?
–Al momento de los registros de esta grabación (1981) –porque hubo varios cambios, desde su fundación en 1976 y hasta su disolución, en 1983– la formación de Altablanca era: Mario Mátar en guitarras, Susana Turca Nalldi en voz, Jorge Aguerre en bajo, Jorge Zangheri en teclados, Carlos Pajarito Corvalán en batería, y finalmente Daniel Martín en flauta traversa. Mátar desde sus inicios tuvo un estilo personalísimo, muy ajustado, afinado y manejando tanto las sutilezas como las partes fuertes, con maestría. Aguerre era para esa formación un bajista sólido y preciso, y de sonido particular. La querida Turca Nalldi, una de las voces femeninas que le dieron identidad al rock local; Jorge Zangheri aportó esa belleza etérea, con sus ensambles de strings y demás sintes análogos, típicos de la época. Daniel Martín era el toque de color bellísimo, con las texturas de flautas y cámaras, y finalmente el Pajarito Corvalán no tiene ni necesidad de comentarios: un baterista fabuloso, de una técnica superlativa y una potencia que deslumbraba. Todos excelentes músicos cada uno en lo suyo.
–¿Cuánto demoró el trabajo?
–El trabajo en sí, unos seis años, entre 2000 y 2005. Luego se produjo un impasse debido a problemas de salud de Mátar, y con la maduración y consecución final del proyecto, más la elección y contrato con el sello, llegamos al día de hoy. Estamos hablando de la cristalización de un sueño que en total llevó una docena larga de años.
–La tarea la llevamos adelante íntegramente entre el propio Mario MáAguetar y yo. Aunque hicimos todo juntos, tácitamente nos repartimos la tareas de producción artística fundamentalmente Mario, y de producción ejecutiva básicamente yo. Pero desde lo técnico lo hicimos juntos, y siempre consultándonos cuando había que tomar decisiones.
–¿El CD se presentará en vivo? ¿Cómo se distribuirá?
–Que tenga una presentación en vivo, aunque lamentándolo, es imposible, ya que si bien felizmente todos los miembros originales de aquella formación están vivos y casi todos activos en lo musical, no existe Altablanca al día de hoy ni hay tampoco una perspectiva de una posible reunión. El disco será una co-producción y editado por Viajero Inmóvil Records, un excelente sello de Buenos Aires especializado en bandas progresivas argentinas y sudamericanas. Se distribuirá y venderá por internet a cualquier parte del país y del mundo. Aquí en Mendoza con seguridad lo dispondremos nosotros mismos. Como toda edición independiente y casi “de culto”, limitada, difícilmente vaya a parar a disquerías.
–¿En qué lugar estaría Altablanca en el marco del rock progresivo mundial?
–Altablanca se colocaría en lo que se llama crossover prog, o lo que es el progresivo vintage original de los ’70. El momento histórico fue el mejor, el original, el de su brillantez, aun habiendo pasado ya su apogeo. Sin duda se perciben influencias del progresivo sinfónico clásico, fundamentalmente inglés. Y en la escena nacional, ubico a Altablanca en la veta de MIA de los hermanos Vitale y que además se auto- gestionaban, como los tucumanos Redd, por citar otro ejemplo.
La herencia que dejó la banda
Si hay un grupo en Mendoza que continuó, en todo sentido, el legado de Altablanca, ese grupo fue Zonda Projeckt. Fundado por el propio ErniVidal y por Tuti Vega, contó en su primera formación con el guitarrista Sebastián Rivas. Poco después, el mismísimo Mario Mátar pasó a integrar la banda, cuya trayectoria abarcó más de una década y dio a luz un disco. Por eso Vidal reflexiona sobre esa “herencia”.
–¿Tenías presente el “legado” de Altablanca al formar Zonda Projeckt?
–¡Por supuesto que tenía presente el legado del maravilloso Altablanca cuando formé ese proyecto! Una especie de espíritu que sobrevolaba las intenciones de todo quien quisiera dedicarse a la música progresiva en Mendoza. Pero cuando lo fundamos con Tuti Vega en 2000, ni soñaba con alcanzar las cotas de creatividad y calidad de un Altablanca. El destino quiso que sobre inicios del año siguiente, a apenas unos seis meses de formado, ingresara a Zonda Projeckt el que, en definición de Roly Giménez, era “el número puesto” para integrar esa formación, con la que tocamos mucho, editamos un disco y nos dio grandes satisfacciones: Mario Mátar, el guitarrista progresivo por excelencia en Mendoza, y como para terminar de sellarlo, ¡un ex –y alma máter, además– Altablanca!
Fue un sueño hecho realidad, un honor y orgullo haber trabajado y tocado con Mario durante siete años extraordinarios en Zonda Projeckt (N. de la R.: hasta que la enfermedad de Mátar le impidió seguir
tocando). Él le aportó ese color y justeza inconfundibles suyos a la música, y aprendimos mucho teniéndolo a nuestro lado.
–¿Otros tomaron la posta?
–El género aquí está como en cualquier otro rincón del país en donde se encuentren bandas cultivándolo, es decir vivo, pero en el under. Pero vienen generaciones de nuevos músicos terribles de buenos,
y si a eso le sumamos una intención de investigar y experimentar, ya tenemos buenas perspectivas.
Fernando G. Toledo

En general, los comentarios que siguen sirven para enmarcar el momento donde se desarrolló la banda más que un review sobre el disco, pero sea como sea todo esto también forma parte de lo que está registrado en este álbum que presentamos ahora. La mayoría de comentarios son extractos o fueron sacados del libro "Extramuros, la historia del movimiento de rock mendocino" de Graciela Cousinet, Marcelo Padilla, Víctor Etepa y Marcelo de Luca.


... Luego, el público que nos iba a ver [con la primera formación de Altablanca] era más bien gente de no tantos apellidos, en todo caso, gente de clase media. Y pienso que el público era mayoritariamente de clase media, intelectuales, gente politizada, de izquierda, gente progresista, progresista, la generación que fue desdibujada y borrada, la que cantan Los Enanitos Verdes en sus temas... “Qué pocos quedan de aquellos”..., esos eran los que iban a los recitales ...
Javier Segura

Altablanca: La banda señera del período y que se transformó en un mito fue Altablanca.
Después viene otra época, a partir de Altablanca, una banda que marcó un “antes” y un “después”. Porque ellos hicieron su música y su grupo con una concepción más profesional. Querían sonar bien y se compraron los mejores equipos, ensayaban bien, se buscaron un manager, se manejaron como un super grupo, algo que hasta ese momento no había hecho nadie, e hicieron shows que marcaron ¿no?
Cosas que nunca se habían hecho. Tan es así que les ofrecieron grabar en Buenos Aires y no lo hicieron, no sé por qué, no quisieron.
Ellos fueron el pie para que otros grupos, nosotros inclusive, quisieran tocar. Marcaron a todos los grupos que vinieron después. (Dimi Bass)
Extramuros, la historia del movimiento de rock mendocino

A su vez, ante el enemigo concreto el movimiento se fortalece.
Fijate que el movimiento de rock en Argentina no muere, como en todos los países de Latinoamérica, a partir de los setenta, donde desaparece totalmente. A nosotros nos salva el hecho de que teníamos un enemigo concreto. Todas las letras de Charly con su doble sentido..., la gente no tenía donde refugiarse, el único lugar donde refugiarse era el rock, el único lugar donde había una posibilidad de manifestar alguna libertad era en el rock. (Muratorio).
No eran muchos los que, en Mendoza, persistían en pertenecer a este movimiento. Extraños héroes anónimos poseídos por una bizarra actitud de inadaptación.
En los 70 éramos doscientas personas que nos veíamos la cara en todos los shows. Eramos los mismos que nos juntábamos los sábados a la noche en el Selectro para ver “La canción sigue siendo la misma” o “Buenos Aires Rock”. Todos los sábados nos encontrábamos allí y dos o tres veces por año en los conciertos de Altablanca. (Carrión)
(...) A su vez, los grupos rockeros de este período dejan su semilla que fructifica en la etapa que continúa. Altablanca, en esta época, fue una banda mítica que generó un espacio del que luego surgieron otras bandas de la etapa posterior.
Y se siguió generando el ambiente, a los ensayos iban los Tecobe.
Nos empezamos a hacer amigos, en ese momento estaban Tecobe y Altablanca, no existía otra cosa, las dos bandas estábamos jugando en la A. De ahí comenzaron a generarse las otras: Los Enanitos Verdes, Leyenda, todas se iniciaron a partir de ahí, también los Etílicos. (Mátar)
Extramuros, la historia del movimiento de rock mendocino

During the mid-seventies, many Progressive / Symphonic bands started to appear in several Argentine provinces; some of them linked to an independent musical movement led by the legendary MIA. In the province of Mendoza, the iconic representative of the local pack was Altablanca, a group which enjoyed a trajectory of almost eight years amidst different line-ups. This great sonic rescue offered here proves beyond the shadow of any doubt just how talented these lads were, besides their very high musical quality, and shows the symbiosis they shared with the likes of MIA, Redd, Irreal, and Trigémino.
Viajero Inmóvil


Bueno, aquí tienen, de Mendoza con amor, un sinfónico con gusto a un buen vino Malbec. Lamento no difundir este material con lo interesante que es dar a conocer estas maravillas (que son verdaderas joyas perdidas) al mundo a fin de que si les gusta la musica progresiva puedan disfrutarlo.
Ojalá lo compren, si ese es el caso comuníquense con nosotros que yo personalmente les voy a decir cómo pueden hacer para conseguirlo y que lo disfruten.

El disco se puede conseguir por el espacio de Viajero Inmóvil Records, lo pueden escuchar o comprar en digital, pero también tienen la opción de comprar el CD físico escribiendo a info@viajeroinmovil.com. Y los invito a revisar el catálogo completo de dicho sello porque tiene exquisiteces más que interesantes.


https://soundcloud.com/altablanca/
https://myspace.com/altablanca









Comentarios

  1. Ya les dije, si quieren tenerlo, tienen que adquirirlo. Es una rareza que vale la pena.

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    1. http://anything2mp3.com Podes bajar estos solo 3 Grandes Temas que me recuerdan a mi juventud en mendoza, vino fué lindo y se fué.... volo como la paloma.... nos volveremos a ver.... en la duda esta la Felicidad de Existir....

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    2. Compartan, no sean Mendocinos, perdón... no seamos Mendocinos, en la vida no hay exclusividades, en internet mucho menos... Si todo no está hecho para compartir de que Rock hablan ? se olvidaron los Principios y Códigos nunca escritos y Respetados....

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  2. Amigo, mi compañera va a Buenos Aires este finde, podes decirme donde conseguir el disco? Felicitaciones por el rescate. Tengo algunas entrevistas y comentarios sobre el grupo aparecidos en revistas como Pelo, Expreso y Hurra!, por si te interesan.
    En realidad nunca escuché al grupo, pero según todos los comentarios sonaba genial. Abrazo!

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    1. Por favor, decime tu mail y te contesto! No lo puedo publicar, no es un secreto pero te lo tengo que decir personalmente. Dejenme el mail y les respondo.
      Saludos!

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  3. Decime en que negocio se puede comprar. Realmente me interesa mucho. Gracias.

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  4. O escríbanme a mi correo mo.381.u5.8 arroba gmail.com

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  5. Here is my email. Please send me a link for this super prog rarity.

    stumpheavyrock2@verizon.net

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  6. eh muchachada!!! este no descarga ni ahi... esta patrá... ojalá lo arreglen loco! Gracias

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    1. Anónimo, esto está funcionando. Son temas de Mega, pruebenlo mañana, en algún momento les va dejar bajarlo.
      Y nosotros no podemos arreglar nada, los links estén ahí
      Saludos

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  7. Gracias igual gente de Cabeza, pero el link nunca anduvo. Tira error todo el tiempo; lo descargué 4 veces pero no te lo deja bajar... Abrazo Queridos!!!!

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    1. El link anduvo y como evidencia están los links de descarga en torrents en sitios rusos, o sea, que hay gente en otros lugares que lo pudieron descargar.
      Esperemos que Mega pueda arreglar pronto sus "errorcitos" que tanto molestan

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  8. Tengo la suerte de conocer personalmente a la Turca Nalldi. Se quedó muchas veces en mi casa y con una banda amiga mia allá por 1994 intentaron trabajar en una Misa Rock que la Turca había escrito y donde algunos temas como el Padre Nuestro y el Santo eran realmente memorables..
    Lamentablemente algunos años después yo me vine a vivir a los Estados Unidos y le perdí el rastro totalmente.
    La oí cantar blues en juntadas de amigos con bandas bien formadas o en mi propia casa acompañada sólo por una guitarra y su voz y su estilo eran perfectos.
    Sin duda una de las mejores voces que dio el rock mendocino.

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  9. Interesantísimo Daniel, si algún día querés hacerte una nota con todas esas anécdotas, las publicamos acá, en el blog cabezón.
    Saludos!

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  10. Che, pero este disco me voló la pelucla macho!!

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  11. Lindo como recuerdo. Pero un sonido muy ligado a la época. No es que eso sea malo... es una observación. Como que algunas cosas con el paso del tiempo envejecen y otras no. Esta música se nota vieja. Así lo veo yo. Un saludo grande a todos.

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  12. Yo escribí para el diario Mendoza los recitales de Altablanca. Que recuerdos agradables

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    1. Hola Andrés. Que bueno eso, tenemos alguna oportunidad de hacernos con esos textos para publicarlos en el blog? Sería una linda manera de homenajear a Mario Mátar, porque hoy me desayuné que lamentablemente falleció, el pobre estaba hecho mierda por esa enfermedad.

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  13. http://progrockworld.ru/prog-rock/12333-altablanca-en-vivo-mendoza-81-2013.html

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