La locura discursiva que llevó a Corporación Cambiemos S.A. al poder fue el sumum del pensamiento mágico: abrir la economía masivamente a las importaciones haría que nuestra industria fuera más eficiente; endeudarse permitiendo la fuga de capitales nos haría competitivos; achicar el Estado agrandaría la Nación. Una locura discursiva que no tiene lógica, ni pies ni cabeza, pero en la que fueron engañados quienes se creen muy vivos porque (piensan) que no tienen ideología, pero que luego lo engaña y engatusa el primer Felino que pasa. Muchos afirman que no están ni de un lado ni del otro de una grieta cada vez más abierta, pero siempre están aferrados a que los K se llevaron todo y Macri recibió un país fundido; que lloran hasta la deshidratación ante la foto de un hambriento africano pero babean su veneno por los planes a los negros vagos; los que incorporan emoticones con lagrimitas a las imágenes de migrantes en Europa pero piden la expulsión de los que vienen de Bolivia o Paragua