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Melina Moguilevsky - Arbola (2010)


Artista: Melina Moguilevsky
Álbum: Arbola
Año: 2010
Género: Jazz Fusión / Experimental
Duración: 52:22
Nacionalidad: Argentina

Lista de Temas:
01. Mantás
02. Mis manos, tu rostro
03. Canción para el yacente
04. 8 de octubre
05. La niña
06. Destellos
07. Árbola
08. Loro
09. Agua
10. Tu rostro, el vacio
11. Clarece
12. Última

Alineación:
- Melina Moguilevsky / Voz, piano y composición
- Nicolas Ospina / Piano y voz
- Ezequiel Dutil / Contrabajo
- Mario Gusso / Percusión
Músicos Invitados
Marcelo Moguilevsky / Armónica, Claron, Duduk
Jonatan Szer / Triángulo





Otro disco que salió este año y por lo tanto no voy a publicar, no al menos sin antes me den el OK, en este caso de la cantante y compositora Melina Moguilevsky que se larga a presentar su primer disco, donde plasma una estética muy personal con composiciones propias e inclasificables dentro de género alguno, cosas que van desde el jazz hasta aires folcklóricos o variaciones de rock, en una profunda experimentación que tiene a la voz como principal protagonista.
Y escúchenla, porque Melina tiene una voz increíble, realmente asombrosa. Lo más parecido que recuerdo es a Carolina Rastuccia en sus desarrollos vocales de Factor Burzaco, pero incluso arriesgando mucho más, en un vuelo vocal que pretende convertir la voz en un instrumento más. Claro que, como en el caso de Factor Burzaco, ese desarrollo vocal es tan personal (y original) que a algunos les gusta y otros detestan. Esto es parecido, pero multiplicado por 1000.
Este es, entonces, un álbum instrumental aunque sea cantado.
¿Y les interesa escuchar esa voz privilegiada? miren este video de la canción "The Dry Cleaner From Des Moines" de Joni Mitchell (son tres voces femeninas, y Melina es la chica del medio):



El repertorio está centrado en las canciones en versiones muy personales de compositores como Hermeto Pascual y Egberto Gismonti y otros, pero donde la voz juega un rol completamente instrumental, como un instrumento más. Algunas con letras propias y otras musicalizando a poetas como Leopoldo Castilla, Juan Laurentino Ortiz, y Juan Gelman, entre otros.


Vamos a algunos comentarios del disco, que me vengo a enterar recién que ayer se presentó (6 de setiembre) oficialmente en el en el Centro Cultural de la Cooperación, pero llegamos tarde para su difusión.

Música en el borde de lo incierto
La cantante, hija del músico Marcelo Moguilevsky, trabaja exquisitamente con matices, timbres y alturas expresivas más allá de las palabras, usando su voz “como un instrumento más”. El álbum trae canciones propias y versiones de Hermeto Pascoal o Egberto Gismonti.
“Clarice Lispector dice: ‘Agua en la sed del agua: escuchar hasta donde ya no se escucha, hasta lo que comienza a decirse’. Y eso de escuchar hasta el límite, hasta el borde de la percepción, ese filo en el abismo de lo desconocido, pero donde sigue siendo un lugar de uno... Ahí nace algo nuevo para decir. Y ahí, en ese lugar, siento que nació Arbola”, dice Melina Moguilevsky sobre su disco debut. En ese filo de la escucha, esa posibilidad de entregarse a lo que a priori resulta incierto –en la experiencia de la composición, pero también la de la escucha–, trabaja la cantante la materia de sus creaciones, exquisitos momentos donde la voz gana matices, timbres y alturas expresivas más allá de las palabras. Y no es que el resultado de esta forma creativa sea algún tipo de inaccesible experimento vocal. Por el contrario, si algo hay de acierto en las bellas composiciones que forman este disco –que son tanto propias como versiones de Hermeto Pascoal o Egberto Gismonti, e incluyen musicalizaciones de Leopoldo Castilla, Juan L. Ortiz, Alejandra Pizarnik o Juan Gelman– es la simpleza con la que Moguilevsky usa su voz “como un instrumento más” –así destaca ella su búsqueda–, en dificilísimos hallazgos armónicos.
Tuvo un intenso trayecto de formación: clases de canto, piano, percusión, composición, improvisación, también incursiones en la danza, el teatro, la literatura, participaciones en ensambles como Desarmadero o Karenautas, el cuarteto de jazz y bossa nova Indigo, el trío de música popular Tata Bambú, entre muchas otras formaciones, además de trabajos como “coach vocal” y docente de técnica vocal. Ahora, con 25 años y cinco “madurando” estas canciones, Moguilevsky se lanza a este Arbola, propio tanto en voz, piano, composición y arreglos, como en los trabajos de producción del arte del disco o de grabación y mezcla posterior. Lo mostrará por primera vez hoy, a las 22, en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), junto a un trío integrado por Tomás Fares, Ezequiel Dutil y Mario Gusso, y con Jonatan Szer y Víctor Carrión como invitados.
“Canto desde muy chica, desde antes de que tenga memoria, según me cuentan”, comienza la música a trazar su recorrido, hasta llegar a este presente. “Así fui pasando por distintas músicas y estilos: canté folklore, jazz, música brasileña, investigué mucho en la improvisación. En un momento me di cuenta de que ningún estilo estructurado me alcanzaba para expresarme, así que empecé a componer, a probar canciones”, explica con naturalidad. “Ya desde chica me gustaba componer y escribía poemas, me metí en algunas clases y talleres para encontrar disparadores para la composición.
Estos temas empezaron a salir unos cinco años atrás, les fui dando forma y llegué a estas composiciones. Después de haber participado en muchos proyectos y grupos de otros, sentí que era el momento de salir con lo mío. Me encontré con el pianista Nicolás Ospina, que también estaba en un proceso de composición y empezamos a trabajar juntos en los arreglos. Finalmente sentí que había encontrado la manera de decir algo verdaderamente propio, después de mucha búsqueda. En estas canciones confluyen un montón de influencias, armonías del jazz, ritmos más latinoamericanos, lo que investigué sobre improvisación, los timbres de la voz, su uso como un instrumento más...”
–Dice que canta desde antes de recordarlo. ¿Hubo influencias familiares?
–Nací en una casa con un papá músico y una mamá artista plástica y psicoanalista, desde que tengo recuerdos los cumpleaños eran tocando, me cuentan que mi papá (Marcelo Moguilevsky) me dormía silbándome una melodía y yo terminaba cantándomela sola. De eso no me acuerdo, pero sí de que me llevaba a sus ensayos, me sentaba con él al piano y jugábamos a hacer melodías, me enseñaba a escucharme. A los siete años grabé con él un disco de música para chicos... Y sí, influencia hubo. Por eso, cuando empecé a tomar clases, esa formación se sumó a la que ya venía conmigo.
–¿Por qué hace hincapié en “la voz como instrumento”?
–A mí me gustan las canciones, pero también la música instrumental, y me gusta reproducirla con la voz. Me fascinan las canciones sin letra de Hermeto Pascoal o Egberto Gismonti, o esos unísonos imposibles de Mário Laginha y Maria Joao, esa manera de pegarse tímbricamente a los instrumentos. De manera medio autodidacta, empecé a investigar sola la técnica para usar la voz instrumentalmente, amalgamarme a un violín, un clarinete, una flauta, ese tipo de ejercicios. La pregunta que abrí fue: ¿por qué música instrumental o música cantada, una u otra? Si hasta en las carreras hay que pelearse para poder cursar materias para instrumentistas, siendo cantante yo tuve que insistir para que me dejaran cursar Improvisación, o para ser parte de ensambles, con la voz como instrumento. ¿Por qué no te van a dejar explorar esas posibilidades? Perfectamente se puede hacer, si uno lo estudia y se interesa. Todo depende de hasta dónde te llegue la curiosidad.
Karina Micheletto

La cantante y compositor argentina Melina Moguilevsky presenta su primer disco, Árbola, don plasma una estética muy personal con composiciones propias e inclasificables dentro de género alguno.
Combinando timbres contrastantes y trazando una búsqueda atípica dentro del concepto "canción", Melina Moguilevsky presenta su primer disco Árbola.
El repertorio está centrado en las canciones —algunas con letras propias y otras musicalizando a poetas como Leopoldo Castilla, Juan Laurentino Ortiz, Juan Gelman, entre otros, pero comprende también algunas músicas de otros compositores como Hermeto Pascual y Egberto Gismonti, donde la voz juega un rol completamente instrumental.
Melina Moguilevsky estudió canto desde los 6 años con distintos/as maestros/as (Lucía Maranca, Grace Cosceri, Gisela Barok, entre otros), también estudió piano (Marcelo Katz, Ernesto Jodos, entre otros), guitarra (Roberto Calvo), percusión (Alejandro Oliva, Mario Gusso) y composición (Edgardo Cardozo). Además desarrolló otras artes: danza, acrobacia, plástica, teatro, y siempre tuvo una gran inclinación hacia la literatura, escribiendo desde muy chica poesía, ensayo y prosa, y luego, letras de canciones.
Gueorgui

Luego de un intensa búsqueda como cantante, intérprete, arregladora y compositora, surge el primer proyecto solista de Melina Moguilevsky: “Árbola” es una síntesis fiel del camino que lleva recorrido hasta la actualidad, donde la voz se toma licencias y traspasa la barrera de la canción, para convertirla así, en un instrumento que se funde con total naturalidad. La acompañan a Melina en este recorrido el pianista colombiano Nicolás Ospina, el contrabajista Ezequiel Dútil y el percusionista Mario Gusso.
Un poco de historia
Proveniente de una familia de artistas, Melina Moguilevsky se ve atraída por la música a muy temprana edad. Comenzó a estudiar música a los 6 años con distintos maestros: tomó clases de canto (con Lucía Maranca, Grace Cosceri y Gisela Barok), estudió piano (Marcelo Katz, Ernesto Jodos, Lucas Nikotián, entre otros), percusión (Alejandro Oliva y Mario Gusso) y composición (con Edgardo Cardozo). Paralelamente desarrolló otras artes como la danza, el teatro, y desde muy chica tuvo una gran inclinación hacia la literatura, que ahora puede plasmar en sus canciones.
Melina participó como cantante y arregladora en “A Beatle Lit”, un trío vocal con arreglos originales sobre canciones de los Beatles. Formó parte de “Índigo” (Cuarteto de Jazz y Bossa Nova), del “Ensamble Desarmadero” (ensamble de improvisación dirigido por sistema de señas bajo la dirección de Marcelo Moguilevsky) y de “Tata Bambú” (un trío de música popular latinoamericana y argentina) entre otros.
Actualmente y en paralelo a su proyecto solista, integra el ensamble “Karenautas” y el grupo “Ñu”, dedicado principalmente a la música de Hermeto Pascoal.
Árbola
Es el nombre que titula al primer material discográfico de Melina Moguilevsky. La espera de este trabajo lo valió: luego de conocer a Nicolás Ospina en un taller de composición, Melina lo invita a participar de un proyecto de canciones propias. Tras varios meses de trabajar en los arreglos, se suman Ezequiel Dútil y Mario Gusso para redondear las canciones y sumarse a lo que fue posteriormente la grabación del disco en los estudios “Casa Frida”.
El disco cuenta con doce canciones dueñas de una personalidad avasallante, que mezcla sonoridades que van desde el jazz hasta el folklore, atravesando personajes que indudablemente influyeron este trabajo como lo pueden ser Egberto Gismonti, Hermeto Pascoal ó un Luis Alberto Spinetta.
El disco grabado en el 2011, tuvo su presentación con el grupo en “Café Vinilo”, y contó con la participación de Marcelo Moguilevsky en vientos y de Jonatan Szer en la percusión como músicos invitados.
Nico Álvarez

Y un día, la botánica amorosa hizo florecer una voz finita finita. La voz finita que está detrás del disco Arbola.
Arbola es un soundtrack que hay que tratar con cariño. Llevarlo al campo. Hacerlo sonar sobre el pasto, bajo el sol, o de noche, bajo las estrellas. Un disco perfecto para primaverear. Para esperar que llegue el calor, pollerita blanca a la sombra, pies descalzos. Para que desde atrás, o desde el fondo, suenen también los pájaros.
Es un poco triste, sí. Por eso es mejor hacerlo florecer al aire libre.
Arbola es el primer disco de Melina Moguilevsky y tiene, por ejemplo, esta canción, que dice esto:
“Por los campos va la niña
perdida en la dicha
por los campos va la niña
amarilla
...
Con los ojos más ligeros
va la niña
...
Va la niña y ella no sabe
que la tarde será del río.”
Y hay más. La voz finita finita también aparece en Imantás:
“El tiempo se fue se fue de mí
doy gracias que
mi voz se quedó aquí
en mí y en ti
...
Doy gracias que
vos te quedaste
en mí en mí.”
Y todavía hay más. Arbola tiene, entre su docena de hermosas y luminosas canciones, una adaptación de un poema de Alejandra Pizarnik (“Canción para el yacente”), otra variación sobre el poema “La Cama” de Juan Gelman (“Mis manos, tu rostro”) y versiones muy personales de “8 de Octubre” de Hermeto Pascoal, y de ” Loro” de Egberto Gismonti.
Vitaly Menshikov

Melina Moguilevsky nació en Buenos Aires, en 1986. Hija de un músico y una artista plástica y psicoanalista, estuvo inmersa desde muy pequeña en el ambiente artístico, presenciando ensayos, clases de música, reuniones de pintores, escultores, ajedrecistas, poetas, etc, trazando así su lenguaje cotidiano.
“Árbola” es el disco con el cual se presenta dentro del contexto que la vió crecer.
En él plasma una estética muy personal con composiciones propias e inclasificables dentro de género alguno, combinando timbres contrastantes y trazando una búsqueda atípica dentro del concepto de “canción”.
El repertorio está centrado en las canciones –algunas con letras propias y otras musicalizando a poetas como Leopoldo Castilla, Juan L. Ortiz, Juan Gelman, entre otros – pero también comprende algunas músicas de otros compositores como Hermeto Pascoal y Egberto Gismonti, donde la voz juega un rol totalmente instrumental.
Melina estudió música formalmente, además de piano, actuación y otras artes. Además se dedicó de manera autodidacta al estudio de su voz como instrumento y comenzó a incursionar más aún en la música instrumental, ampliando la investigación tímbrica y buscando técnicas extendidas, lo cual enriqueció notablemente su paleta de colores como cantante e inclusive como compositora, arreglista de sus obras y docente.
Epsa Music

Melina Moguilevsky dice que este primer disco nace en “ese filo en el abismo de lo desconocido pero que sigue siendo el lugar de uno” donde surgen cosas nuevas para decir. Y en Árbola eso se escucha. Como si tuviera un pie en la formación y la técnica y otro siempre dispuesto a probar la textura del suelo, Melina utiliza las herramientas para excavar, descomprimir y hacer lugar mientras su voz interpela el espacio y lo imanta a su interpretación. Con un registro alto, dulce y bien fresco, su fraseo puede empujar a la garganta hasta el límite (“Mis manos, tu rostro”), saltar entre las notas a una velocidad despiadada (“8 de octubre”) y moverse lenta y dramáticamente (“La canción del yacente”) con igual soltura. Además de sus propias letras, la compositora acomoda textos de Pizarnik, Gelman, Juan L. Ortiz y Leopoldo Castilla para que canten. En el plano instrumental, el piano de Nicolás Ospina construye ostinatos y motivos rítmicos que trabajan sobre la repetición y la diferencia y que, junto a los grandes Mario Gusso en percusión y Ezequiel Dutil en contrabajo, son un soporte original para las bellas y complejas líneas melódicas de los temas.
Veintitrés


Dice la intérprete:

Agradecimientos a Nico Ospina, un músico increíble, gran amigo y valiosísima persona, por ser parte de esta música casi desde que nacieron las canciones, y entregarse con tanta sensibilidad en cada momento. A Jonatan Szer, por ayudarme con tanta paciencia, entrega y cariño en todo el proceso del disco: a pensar, escuchar, editar y mucho más. A Ezequiel Dutil y Mario Gusso, por su enorme aporte creativo a esta música. A Gisela Barok, mi querida maestra, por su generosidad de siempre y por estar para todo. (...)
Decimos nosotros:
Letra y música de la cantante en algunos casos. Variaciones de poemas de Juan Gelman, de Alejandra Pizarnik, de Juan L. Ortiz y de Leopoldo Castilla con música de la intérprete, en otros. Temas de Hermeto Pascoal y Egberto Gismonti. Y bastante más en originalidades en una propuesta diferente. Una amplia mirada hacia el mundo estético es producto de su formación personal en las artes con estudios en música, literatura, teatro, danza. Marcelo Moguilevsky y Jonatan Szer como invitados jerarquizan el trabajo.
Diario La Opinión


Por último, me parece una obra muy interesante, desarrollada experimentalmente en base a la voz, cosa que nosotros, como cultivadores de la música principalmente instrumental, no estamos muy acostumbrados. Los invito a que vean y principalmente escuchen este desarrollo de la impresionante voz de esta chica en los videos de abajo.

melinamoguilevsky.bandcamp.com
www.facebook.com/melinamoguilevsky
www.myspace.com/melinamoguilevsky






Comentarios

  1. Como dije antes, no vamos a dejar links de descarga por ser un disco recién salido, al menos no sin el OK del artista.
    Y Melina, cuando pases por aquí: espero que te guste mi comentario y por favor, dejanos un mensaje en este espacio ¿si?

    ResponderEliminar
  2. Respuestas
    1. ¿Quién me autoriza?
      Anónimo: Si eres Melina, escribime un mail a mi casilla de email.
      Si eres un fantasma de un difunto, mueve el mouse hacia la derecha.
      Si eres un espíritu de la naturaleza o un referente del PO, mueve el mouse hacia la izquierda.
      Si eres cualquiera haciéndose pasar por Melina, deja el mouse donde está
      (por ahora gana la última opción)

      Eliminar
    2. jaja buenisimo el comentario de moebius.
      me da gracia por que apenas vi este sitio, pensé si había un link para bajar el disco.
      yo grave una versión de " ultima" en mi disquito hecho por mi.y tambien esta en el ultimo track. jaja tuve la autorización de la cantante, claro. este disco tiene ya, un año y medio, o mas.
      conocí el tema por medio del myspace.

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. Olvídalo ahahahah, no tenemos la autorización de los músicos, no podemos publicar este link.
      Sorry...

      Eliminar
  4. Respuestas
    1. Hola Vicente.
      No, ahora tampoco, es que al final nunca tuve el disco, sólo una copia para escucharlo, así que no lo podemos compartir :(

      A ver si alguno de los cabezones lo tiene y lo comparte con la muchachada.

      Eliminar

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