Hemos hablado muchas veces de ellos a lo largo de todo el recorrido del blog cabeza, fue una banda brillante y seguramente la gran mayoría de cabezones que los hayan escuchado se sacan los sombreros ante la sola mención de su nombre. Sin embargo y por alguna extraña razón, aún no habíamos publicado nada de ellos, ninguno de sus dos discos de estudio estaban en nuestro catálogo de buena música y del mejor rock. Así que, solucionando ese grandísimo error, llega LightbulbSun para presentar los dos discos de esta magnífica agrupación que hizo brillar a lo que conocemos como la "Escena Canterbury". Imaginación a más no poder, talento y virtuosismo para crear dos de los álbumes más trascendentales del género, este supergrupo formado por miembros de pesos pesados como Matching Mole, Egg, Khan, Caravan y Gong (sorprendentemente, nadie de Soft Machine) hace su aparición en el blog cabeza con sus dos discos, dos maravillas del género. Y ahora vamos a presentar al primero de ellos... con invitados como Geoff Leigh (Henry Cow), Robert Wyatt en la voz y otros, grabaron lo que muchos consideran la obra maestra definitiva de Canterbury, por lo que hoy es un día de alegría por estos pagos cabezones.
Artista: Hatfield And The North
Álbum: Hatfield And The North
Año: 1974
Género: Escena Canterbury
Duración: 46:12
Referencia: Progarchives
Nacionalidad: Inglaterra
Describir la música de Hatfield And The North es bastante difícil, ya que no encaja completamente dentro del molde de Canterbury que conocemos hoy, o al menos lo hace sin sonar parecida a ninguna otra banda de esa categoría. Definitivamente no es música rock como Gong o Caravan, ni jazz, pero llamarlo jazz-rock solo puede ser real solo en parte ya que solo es aplicable a una parte de algunos de sus temas. De verdad estos dos discos dieron forma a algo distinto, por lo que estamos profundamente agradecidos a bandas como esta que nos abrieron y nos abren la cabeza aún en hasta el día de hoy.
Estamos en presencia del álbum debut un legendario grupo del Canterbury, probablemente uno de los proyectos más icónicos e insuperables del género.
Muchas cosas se pueden decir de este primer disco, pero mejor le dejamos la palabra a nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que con sus ricas palabras nos van a tratar de explicar lo que fue el comienzo del disco y el desarrollo de este disco, su debut. Y dicho texto forma parte de una nota más amplia, que continuaremos mañana cuando presentemos el segundo y último disco de esta notable agrupación.
Comenzamos entonces con el viaje que empieza con el primer disco y lo continuaremos mañana con su próximo trabajo, que sellaría la suerte de una agrupación como pocas...
Hoy estamos aquí para echar un vistazo detallado al legado de una de las bandas más talentosas, alucinantes y amenas de esa vertiente progresiva que fue bautizada como Canterbury: HATFIELD AND THE NORTH. Este excelso ensamble conformado por el guitarrista Phil Miller, el teclista Dave Stewart, el bajista-cantante Richard Sinclair y el baterista-percusionista Pip Pyle nos dejó un pequeño y, a la vez, gigantesco legado fonográfico con dos brillantes discos de estudio: el homónimo del año 1974 y “The Rotters’ Club” de 1975. Se trataba de un auténtico supergrupo del Canterbury pues en él se congregaron expatriados de MATCHING MOLE, EGG, CARAVAN y GONG, aunque esta formación que acabamos de designar no fue la que existía desde el inicio. Los primeros pasos de HATFIELD AND THE NORTH tuvieron lugar a mediados del año 1972 por iniciativa de Pyle, Miller y Steve Miller (quienes habían sido colegas en DELIVERY, y de paso, se conocían desde los años escolares) junto al bajista Roy Babbington. Mientras el grupo se empeñaba en alejarse del idioma del blues-rock practicado por DELIVERY para entrar en el terreno jazz-progresivo, el primer cambio de alineación tuvo lugar cuando Richard Sinclair reemplazó a Babbington, y poco después tuvo lugar también el segundo cuando Dave Sinclair reemplazó a Steve Miller, quien decidió justamente volver a sus viejos fueros y reformar DELIVERY. La permanencia de Dave no duró mucho pues él se veía saturado (sin dejar de estar interesado) por la complejidad estilística a la cual aspiraba el cuarteto, siendo así que él mismo sugirió que convocaran a Stewart como su reemplazante en enero de 1973. Aunque el primer concierto del grupo tuvo lugar en julio de 1972, recién en octubre adoptaron el nombre de HATFIELD AND THE NORTH en base a un cartel en una de las carreteras de salida de Londres. La idea no fue de ninguno de los integrantes del recién nacido cuarteto sino de un amigo cantante llamado Mike Patto, quien primero quiso utilizarlo para una banda que estaba formando por aquel entonces, pero cuando prefirió el nombre DICK AND THE FIREMEN, se lo propuso a esta gente... ¡y así salió la cosa! Respecto a la experiencia musical de estar en este grupo, Stewart recuerda que al ingresar en él significó pasar por una muy marcada curva de aprendizaje pues tuvo que acomodarse en parte a las visiones jazzeras que Pyle y Miller habían cultivado por varios años mientras que él estaba enfocado mayormente en la música de cámara del siglo XX y las estructuras más firmes del rock sinfónico (una línea de trabajo que forjó durante sus años en el genial trío EGG). Por su parte, Sinclair se sentía muy feliz de tocar en un grupo mucho más ambicioso que CARAVAN: “la actividad de creación musical era mucho más grandiosa con los HATFIELD pues tiene más acordes, más ritmos, armonías inusuales, lo cual demandaba un mayor esfuerzo de mi parte, en especial en los momentos en que me tocaba cantar.” En nuestro repaso de los dos álbumes de estudio de los HATFIELD nos centraremos en las reediciones que publicó el sello Esoteric Recordings en el año 2009.
El proceso de grabación del homónimo primer álbum del cuarteto tuvo como preámbulo la grabación de unas maquetas en los Manor Studios en agosto de 1973, poco después de haber asegurado un contrato de grabación con el entonces valiente y avanzado sello Virgin Records (especialmente motivado por el masivo éxito del inmortal álbum debut de MIKE OLDFIELD). Las sesiones de grabación para el álbum a ser titulado simplemente como “Hatfield And The North” comenzaron en los mismos Manor Studios en el siguiente mes de octubre y en parte de noviembre, realizándose el proceso de posproducción en enero de 1974. Ese año era bisiesto así que febrero contaba con 29 días de duración y fue ese preciso 29 de febrero que salió al mercado “Hatfield And The North”. Apoyaron en el proceso como invitados especiales Geoff Leigh (saxo tenor y flauta), Didier Malherbe (saxo tenor), Jeremy Baines (glockenspiel y flauta), Robert Wyatt (voz), y el trío vocal femenino de Amanda Parsons, Barbara Gaskin y Ann Rosenthal (colectivamente bautizadas como The Northettes). En líneas generales, la experiencia de grabar en ese estudio supuso un lujo increíble para los cuatro músicos y su nutrida pléyade de colaboradores; de hecho, el grupo tuvo aquí su primera experiencia en un gran estudio de grabación, muy por encima de los estudios pequeños donde grababan sus maquetas, y eso les parecía agradable. Por otro lado, también es verdad que cuando se estropeaba cualquier aparato de la consola de grabación o se enredaba una cinta de grabación, había que aguardar al ingeniero de sonido Tom Newman para que arreglara todo mientras el grupo se quedaba quieto sin poder hacer nada más... y ese tiempo perdido implicaba más gasto en la producción, algo a ser remunerado a posteriori por el grupo mediante el descuento de parte de las ganancias de las ventas del disco, suponiendo que obtuviese un gran éxito comercial, claro está. Además, el baterista Pyle recuerda siempre con enojo el error que cometió Newman al borrar por accidente los aportes del bombo para la penúltima pieza del disco, una de las más complicadas del repertorio: la cosa es que Pyle tuvo que regrabar todo lo que hizo en la batería con esta pieza en particular, le tomó dos días pues sus cambios de compás y patrones rítmicos tan peculiarmente sofisticados hacían muy difícil acertar en hacer lo mismo que hizo en una primera instancia con milimétrica similitud. Siendo tan magistral como lo era Pyle, él confiesa que a la hora de tocar se olvida de la parte neuronal que le permite aprenderse el material del grupo y se centra solamente en su parte visceral, incluyendo el deseo irrenunciable de adornar los patrones rítmicos con redobles y demás adornos. Algo muy tedioso y muy aburrido, pero al final se logró: en todo caso, eso le valió al buen Newman el apodo de Bulk Erase en los créditos del álbum.
El álbum consiste en dos largas secuencias hiladas de temas individuales, cada una de ellas dispuesta en un lado respectivo del formato de vinilo: la primera secuencia se inicia de manera semejante al final de la segunda, con un loop cósmico producido por el generador de tonos de un mellotrón (por aquel entonces, Stewart todavía tenía cortedades financiares para adquirir un sintetizador). Ambos loops fueron compuestos por Pip Pyle, portando los títulos respectivos de ‘The Stubbs Effect’ y ‘The Other Stubbs Effect’; el primero es más acelerado que el último, lo cual da una idea humorística de que el grupo se cansó tras tocar. Después del primer efecto stubbs emerge la breve canción ‘Big Jobs (Poo Poo Extract)’ en la cual Sinclair nos promete dar lo mejor de sí junto a sus compañeros para mantener nuestra atención a lo largo del disco: humor autorreferencial directo a nuestros labios para hacernos sonreír. Luego sigue la dupla de ‘Going To People And Tinkling’ y ‘Calyx’, desde la cual se nos muestra un tránsito desde un dinamismo aristocrático a una grácil delicadeza, bien guiada por el tarareo en falsete de Robert Wyatt: esta última canción tenía una letra definida pero el tarareo fue considerado como una mejor opción a la hora de plasmar la versión definitiva de esta canción al público. La composición de Stewart ‘Son Of “There’s No Place Like Homerton”’ se erige como la pieza más extensa del álbum con sus más de 10 minutos de duración; aquí el grupo viaja por toda una serie de motivos que oscilan entre un sinfonismo delicado y un jazz-rock extravagante, pasando por algunos parajes primorosos donde los cánticos femeninos pasan al primer plano bajo la guía de las armonías del piano eléctrico. El momento final elabora un pleno crescendo con la adición de masivos arreglos de vientos, lo cual abre la puerta al inmediato arribo de la breve pieza ‘Aigrette’, dueña de un cándido lirismo en clave jazzera de tenor fusionesco, siendo así que el contraste aportado por el vitalismo urgente y sofisticado de ‘Rifferama’ gesta una culminación apropiadamente intensa para el lado A. Con la sucesión de solos de órgano y guitarra sobre un jovialmente sofisticado esquema rítmico solo falta el ruido de risotadas del público para asestar el brillante golpe final.
Un gran impacto nos ha causado lo que se nos brindó en el lado A y ahora llega el turno del lado B, el cual se abre con ‘Fol De Rol’, una canción coescrita por Sinclair y Wyatt que se explaya en un clima ensoñador sobre un bien delineado trasfondo tenor jazz-progresivo. Además del hermoso solo de bajo en medio de los dos tarareos, nos impresiona el efecto de sonido que se le pone al segundo tarareo como si se tratara de una inoportuna llamada telefónica. Ante todo, sentido del humor... ¿y qué mejor manera de suceder a esta pieza surrealistamente graciosa con otra que porte el genial título de ‘Shaving Is Boring’? Posiblemente se trate de nuestro título favorito de toda la historia del Canterbury, pero más allá de su título hay que destacar su estructura ambiciosamente caleidoscópica que comienza con una jovial arquitectura jazz-progresiva, derivando al poco rato y como si nada en un despliegue space-rockero repleto de lisérgicos aportes de la guitarra y los teclados que van flotando a través del aire con actitud burlona y un bagaje hipnótico durante bastante rato. Algo muy a lo GONG, ciertamente. La parte final de este homenaje a lo aburrido que es afeitarse consiste en un jam alegre que ostenta alegremente su temperamento saltarín pero su compás inusual le impide ser apropiadamente bailable. Esta sección es precedida por unos efectos de sonido de alguien que va corriendo por un pasadizo abriendo y cerrando puertas: tres puertas, para ser exactos. En medio de esos portazos sonaron segundos de ‘Big Jobs’, ‘Son Of “There’s No Place Like Homerton”’ y ‘Aigrette’. Tras esta exhibición pletóricas de majestuosidades progresivas emerge la tríada de ‘Licks For The Ladies’, ‘Bossa Nochance’ y ‘Big Jobs Part 2 (By Poo And The Wee Wees)’, la cual sirve para que el ensamble explore fehacientemente su faceta más cálida, y de paso, Sinclair nos demuestre por enésima vez cuán maestro era al canto como lo era al bajo (su voz es tal vez la más hermosa de todas ls vertientes progresivas que se hayan dado en la historia del rock británico... nos atrevemos a ser así de enfáticos). Con letras graciosas, a veces con connotaciones eróticas que rayan con una salerosa obscenidad, la banda sigue saliéndose con la suya en su misión de mezclar inteligencia virtuosa y absurdidad.
Las dos composiciones de Stewart ‘Lobster in Cleavage Probe’ y ‘Gigantic Land Crabs In Earth Takeover Bid’ cierran esta segunda serie de magníficas maniobras instrumentales del grupo. La primera de ellas comienza con un talante angelical con un rol protagónico de los cantos femeninos antes de que una segunda sección instrumental exponga un motif más ágil que resuena con una meticulosa ingeniería melódica en base a los meticulosos armazones y diálogos entre órgano y guitarra. Por su parte, la segunda de ellas se proyecta hacia un nuevo ejercicio de galante extravagancia progresiva donde predomina el gusto por la musculatura en un contexto jazz-progresivo bien dibujado. La ostentosa complejidad del esquema rítmico y las vigorosas variaciones de ambiente quedan sólidamente reforzadas hasta que todo desemboca en el segundo efecto stubbs. ¡Enorme disco de debut!, ¡enorme! La reedición de Esoteric Recordings trae tres bonus tracks, siendo los dos primeros ‘Let’s Eat (Real Soon)’ y ‘Fitter Stoke Has A Bath’, lados A y B de un single publicado por el grupo en noviembre de 1974. La primera de estas canciones goza de un plácido gancho melódico que curiosamente está emparentado con la línea de trabajo de CARAVAN, y decimos “curiosamente” pues la razón principal por la cual Sinclair dejó CARAVAN era la de alejarse del estancamiento musical que él notaba en el grupo desde los tiempos de la magna obra “In The Land Of Grey And Pink”. De todas maneras, se nota en el bloque instrumental que los HATFIELD sabían proporcionar un vigor renovado a todas su composiciones, incluso las más amables. De hecho, aquí toca por primera vez Stewart un sintetiador (no suyo, prestado). También hay bastante calidez en ‘Fitter Stoke Has A Bath’ (canción que luego será retomada y ampliada en el segundo LP) pero se nota que la sofisticación jazzera cumple un rol más relevante. El tercer bonus se titula ‘Your Majesty Is Like A Cream Donut (Incorporating Oh, What A Lonely Lifetime)’, primera versión de una pieza que habrá de reaparecer en el segundo álbum de una forma más acabada de acuerdo a los deseos del grupo; la versión aquí contenida es originaria de un disco recopilatorio que el sello Virgin Records publicó en enero de 1975, y de hecho, ya indica la línea de trabajo más sofisticada hacia la cual se dirigía el cuarteto sin renunciar a la exquisitez en la ingeniería melódica.
Más conciertos y minigiras siguieron a la salida al mercado de este asombroso disco de debut que obtuvo muy positivas reseñas de parte de la prensa musical que, en sí misma, se había mostrado muy receptiva a la osada y dinámica propuesta musical de los HATFIELD prácticamente desde el primer día. El grupo era incluso muy bien recibido en clubes franceses, italianos y holandeses por lo que estaba con buen ánimo mientras creaba nuevo material para un segundo disco, el cual habría de ser titulado “The Rotters’ Club”.
El cuarteto fue simplemente asombroso con el dominio de sus respectivos instrumentos y las piruetas compositivas, los numerosos cambios de tempo y las complicaciones varias para simplemente retorcerte la cabeza, ello hace que también puedan ser un poco repelentes para la capacidad de atención normal, y que un ser humano normal saga corriendo si empieza a escuchar sus notas.
El álbum está lleno de canciones cortas impredecibles que generalmente no respetan ninguna regla y terminan fundiéndose unas con otras, mientras el álbum representa todo lo que el género puede dar: melodías brillantes, armonías extrañas, maestría musical soberbia, patrones rítmicos peculiares y una buena dosis de humor. Algo de todo suma para que este sea un álbum clásico absoluto, que no ha perdido nada de su belleza intrínseca ni de su perfección musical con el paso del tiempo.
Y qué mejor que no pierdas tiempo y desde ya lo empieces a escuchar!
Algo para agregar, se refiere a aspectos propios de su música, que no encontramos en ninguna otra agrupación. En su música hay algunos restos de Caravan, a veces de Egg o Gong, pero sobre todo creo que hay que mirar a National Health para tener una idea de cómo suenan. No es de extrañar ya que tres de los cuatro Hatfield And The North estarán involucrados en National Health. Y desde ya que me parece que tenemos que agregar más cosas de National Health al blog cabeza.
Podríamos decir que Hatfield And The North es uno de los tres grupos más difíciles de conectar junto con Gilgamesh y National Health, pero es un gusto cuando los terminas de digerid luego de que se lo haya domesticados con múltiples escuchas.
Vamos con el último comentario, que aquí hay mucho para escuchar y hay que escucharlo muchas veces.Allí surgió un fenómeno musical a finales de los años 60 con unos rasgos y matices distintivos que encontramos en grupos como Caravan, The Soft Machine, Matching Mole, Egg, National Health y la que hoy nos ocupa con su fantástico debutante, Hatfield & The North.
Esta excelsa agrupación se originó en 1972 y duró tres años, con un espasmódico soplido en 1990 y luego rencarnar en 2005-2006. Su etapa inicial y más relevante apenas arrojó dos álbumes, éste debut y The Rotter’s Club en 1975.
Esta primogénita obra tiene como protagonistas al baterista Pip Pyle†, al guitarrista Phil Miller†, a Dave Stewart en las teclas y al bajista Richard Sinclair, quienes venían de tocar en grupos de la mencionada movida como Gong, Caravan, Egg y Matching Mole.
En nuestro festejado disco, producido por Tom Newman (Mike Oldfield) encontraremos temas con una métrica poco convencional y melodías prolongadas que son parte del lenguaje Canterbury, pero también apreciamos los riesgos que nacen de ese impulso a experimentar como se evidencia en los dos primeros temas “The Stubbs Effect” y “Big Jobs (Poo Poo Extract)”, dos breves piezas que no suman el minuto, pero que dice mucho de las habilidades de Pyle y Sinclair.
Luego, Stewart nos demuestra su lado creativo con la pieza “Going Up To The People And Thinking” donde teclas y bajo fluyen de un modo maravilloso.
Esencialmente instrumental hasta el momento, el cuarteto nos atrae con el tema “Calyx”, pieza compuesta por Phil Miller y caracterizada por una melodiosa vocalización del emblemático Robert Wyatt (Soft Machine, Matching Mole)
“Son of There’s No Place Like Homerton” es la quinta pieza del disco y la más extensa con algo más de diez minutos, lo que indica que hay cabida para muchas cosas, entre ellas la pendular dinámica.
Vale destacar la identidad que otorga el piano eléctrico que se hace de una suerte de hilo conductor. En lo vocal escuchamos: “Nevando – dentro de poco cuando el frío aumente / Con una pequeña sonrisa, conviértete en espuma de jabón o… conviértete en una carretera / Estoy cayendo y girando en una nube (Con una pequeña sonrisa, burbujea en voz alta…) / Y vueltas y vueltas voy…”
El lado A del disco culmina con las piezas “Aigrette” y “Rifferama”, la última una dosis de rock que lo dice todo en su título.
Esta singular obra maestra tuvo en la primera parte a algunos invitados notables como las voces de Robert Wyatt, Sam Ellidge, Barbara Gaskin, Amanda Parsons y Ann Rosenthal, y los vientos de Geoff Leigh, Didier Malherbe y Jeremy Baines.
Las vocalizaciones femeninas fueron luego utilizadas con mayor presencia por National Health, la banda que Stewart y Miller formaron luego de cerrar el capítulo de Hatfield and The North.
El lado B del vinilo tiene en su primera tríada los temas “Fol de Rol”, compuesto por Sinclair y Wyatt, la extensa “Shaving Is Boring” de Pyle con el sintetizador a sus anchas y “Licks For The Ladies” de Sinclair y Pyle.
Los temas, consistentes a todo lo largo del repertorio, tienen ese elemento orgánico de la movida Canterbury. La vocalización de la primera es bastante llamativa en su modo. No exactamente un scat.
La segunda pieza es un tema con características espaciales en un entorno más corto.
Luego en la breve “Bossa Nochance” el grupo nos canta: “Una cama en el cielo me haría más alto que dormir bajo este arbusto / Si tuviera una escoba mágica, la aceleraría y en el espacio yo silbaría / Te pediría que estuvieras conmigo allí para hacer lo que quieras hacer”
El resto del álbum lo abarcan cuatro temas cortos. Se titulan, “Big Jobs No. 2 (By Poo And The Wee Wees)”, “Lobster In Cleavage Probe”, “Gigantic Land Crabs In Earth Takeover Bid” y “The Other Stubbs Effects”, todos distantes de cualquier convencionalismo o cliché para aquellos gloriosos días.
En algunos de sus títulos están esos cáusticos ingredientes del humor inglés. En la melodiosa “Big Jobs No. 2…” la banda nos dice en la voz de Wyatt: “Hice un viaje durante la noche sólo para llegar aquí / Intenté ser yo mismo, recientemente / Pero hago lo mejor que puedo para que suene bien / Y espero que la música te excite / Como si se estuviera volviendo contra mí / Ciertamente debería ser una risa”
Sigue “Lobster…” con las primeras notas en el piano eléctrico y un hermoso juego vocal que luego nos deja con un ácido riff para más adelante oír a la guitarra descargar con el teclado en “Gigantic Land…” y finalmente cerrar con los 38 segundos ad libitus en “The Other Stubbs Effects”
Da cappo...
Sin duda, un imprescindible del mejor Canterbury, de hoy, de ayer y de siempre.
Lo podés escuchar desde Spotify:
https://open.spotify.com/intl-es/album/4BOWgeJvFkiCg9qa2LYHDk
O desde esta playlist:
https://music.youtube.com/playlist?list=OLAK5uy_mad_1pd-CtZCZIaLxQ2MdLjikZW9OkU2o
Lista de Temas:
1. The Stubbs Effect (0:23)
2. Big Jobs (Poo Poo Extract) (0:36)
3. Going Up to People and Tinkling (2:25)
4. Calyx (2:45)
5. Son of "There's No Place Like Homerton" (10:10)
6. Aigrette (1:38)
7. Rifferama (2:56)
8. Fol De Rol (3:07)
9. Shaving Is Boring (8:45)
10. Licks for the Ladies (2:37)
11. Bossa Nochance (0:40)
12. Big Jobs No 2 (by Poo and the Wee Wees) (2:14)
13. Lobster in Cleavage Probe (3:57)
14. Gigantic Land-Crabs in Earth Takeover Bid (3:21)
15. The Other Stubbs Effect (0:38)
Alineación:
- Phil Miller / electric & acoustic (6) guitars
- Dave Stewart / Hammond, piano, Fender Rhodes, Hohner Pianet, Minimoog (9), tone generator
- Richard Sinclair / bass, vocals
- Pip Pyle / drums, percussion, Fx (7,9,11)
With:
Jeremy Baines / pixiephone (5), flute (13?)
Geoff Leigh / tenor saxophone (5), flute (5,13-uncredited)
Didier Malherbe / tenor saxophone solo (7-uncredited)
Robert Wyatt / vocals (4)
Cyrille Ayers / vocals (8?)
Barbara Gaskin / backing vocals (5)
Amanda Parsons / backing vocals (5)
Ann Rosenthal / backing vocals (5)
Sam Ellidge / voice (7?)
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