Artista: Tripolar
Álbum: Tripolar
Año: 2009
Género: Post-rock
Duración: 53:20
Nacionalidad: Chile
Año: 2009
Género: Post-rock
Duración: 53:20
Nacionalidad: Chile
Lista de Temas:
1. Un segundo antes
2. Inerte
3. Tribu
4. Fragmentos
5. Ciudad invisible
6. Musa
1. Un segundo antes
2. Inerte
3. Tribu
4. Fragmentos
5. Ciudad invisible
6. Musa
Alineación:
- Miguel Araya / Guitarra
- Nicolás Flores / Batería
- Javier Guerrero / Guitarra
Músicos invitados:
Francisco Alarcón / Bajo, Teclados
Juan Pablo Moreno / Violín
Fabián Paillacheo / Percusiones
- Miguel Araya / Guitarra
- Nicolás Flores / Batería
- Javier Guerrero / Guitarra
Músicos invitados:
Francisco Alarcón / Bajo, Teclados
Juan Pablo Moreno / Violín
Fabián Paillacheo / Percusiones
Y en una semana que hemos publicado mucho metal pero también bastante post-rock, seguimos en la misma sintonía. Y luego de traer a los argentinos AM y a los costarricences Claro de Luna, venimos con estos chilenos de Valdivia (esa ciudad sobre la que conceptualiza La Desooorden en su disco "Ciudad de Papel") que no desentonan para nada. Un post-rock quizás un poco más grunge y menos enfocado a lo emotivo, pero sí con ciertos arranques a partir de unas líneas de violín que quedna muy bien. En "Tripolar" este grupo explora en un rock instrumental, y con episodios progresivos
Y hablando de la genial agrupación que fuera La Desooorden, este grupo ha compartido compilaciones rockeras con ellos.
Pero vamos al disco en sí. Que debo decirles que está muy bueno.
Y el otro día dijeron... ¿quien fue?... Daniela! que leyendo los comentarios del post todos los discos parecían muy buenos, como que yo todo lo que ponía lo inflaba, o al menos eso me pareció que me decía. Y la verdad es que no es así, simplemente que, como ustedes podrán apreciar si es que al menos escuchan los videos y se descargan varios de los discos que aquí publicamos. El tema es que, al contrario de lo que muchos pueden pensar, el nivel musical, compositivo, instrumental que tenemos en latinoamérica es muy algo, podemos decir que el nivel promedio de todo lo que vamos publicando en el blog cabezón es muy bueno, con picos que llegan a lo excelente (por ejemplo, creo que el mejor disco del 2013 a nivel mundial fue "Tawa Sharira" de los argentinos y amigos de la casa Jinetes Negros, lo he dicho más de una vez). El problema con estos grupos es que solamente los conocen los vecinos, familiares y amigos porque la difusión en estas tierras es árida como tierra del desierto, y por eso también la necesidad de abrir este espacio cabezón, para difundir todo lo bueno que hacen estas bandas en toda latinoamérica, ya sean progresiva, jazzeras, rockeras, metaleras, experimetales, allá vamos, presentando este arte relegado a unos pocos.
Así que no es que inflo bandas, es que realmente son muy buenas. Claro, dependerá del estilo que le guste a cada uno también, pero la calidad está. Vean con esta gente de Tripolar, o con los demás grupos de post-rock que hemos presentado esta semana.
Y este post-rock lleva el sello distintivo del estilo pero también se amplía a horizontes más progresivos, a veces inclinándose a cierto grado de psicodelia y en otras ocasiones aplicando machaques más cercanos al Stoner rock, como en "Musa", tema instrumental de ¡21 minutos! donde los tripolares se dan el lujo de explorar por donde su imaginación los lleve, sin límite alguno que los logre encasillar del todo.
Y vamos a un par de estrevistas que les han realizado en los medios locales, como para que conozcan un poco más a este grupo y su entorno.
Este trío rockero e instrumental de Valdivia acaba de publicar su primer disco, Tripolar, y aquí habla de cómo la música puede retratar un entorno natural. Y de cómo un terremoto hace mirar ese mismo entorno con otros ojos.David Ponce
Son de Valdivia, capital de la flamante Región de los Ríos que en estos días siguientes al terremoto y al maremoto ha quedado literalmente más al sur de la tragedia. Pero nadie queda ajeno a un movimiento de ese calado y tampoco lo hace Tripolar, un trío de música rock instrumental cuya música tiene además un lazo con el paisaje sureño.
Esa música está desde fines del año pasado prensada por primera vez en un disco de larga duración. Ya habían editado dos canciones en 2007 y 2008 por el sello Discos Tue-Tue, fundado en 2007 en Niebla por el músico sureño Iván Molina. Pero ahora en Tripolar (2009) está ampliado el repertorio que Javier Guerrero y Miguel Araya (guitarras) y Nicolás Flores (batería) han venido tocando desde sus inicios en 2006.
-La salida del disco es una tarea que teníamos pendiente desde el 2007. Por eso este verano 2010 nos pusimos las pilas con los conciertos e hicimos una gira de promoción fuera de Valdivia. Siempre es bueno conocer nueva gente y tocar en otros lugares -explica Guerrero. Así los sorprendió en parte el terremoto también. Uno de ellos, el baterista Nicolás Flores, lo pasó mientras tocaba con un grupo de amigos en un bar de Valdivia. Pero Javier Guerrero viajaba en un bus camino a Santiago y el sismo lo encontró a la altura de Chillán. Cuatro días le tomó volver a su ciudad natal.
-¿La música de Tripolar tiene que ver harto con el entorno del grupo, hay una sensibilidad especial por esos lugares?
-Estoy de acuerdo -dice Miguel Araya, el otro guitarrista-. Acá las lluvias son interminables, esto hace que no puedas salir mucho de tu casa y tengas que quedarte viendo el agua correr por las ventanas con tu guitarra en los brazos.
-Creo que sí, pero no tanto como mis compañeros de banda -matiza Nicolás Flores, el baterista-. Yo lo veo más como reflejo de un paisaje interior, que puede estar perfectamente afectado en parte por el paisaje valdiviano: bosque, ciudad y gente.
-Sí, influye mucho -concuerda Guerrero-, los paisajes nublados, el bosque valdiviano, el clima. Nótese que nuestra latitud es similar a los países nórdicos, que fueron la cuna del post-rock. En algo debe afectar el clima. Pienso que estar rodeado por un entorno natural nos lleva a dibujar esos paisajes con la música. Por lo menos para mí los paisajes nublados son una gran influencia en las texturas y construcción de melodías.
-¿Qué tanto cambia de golpe ese paisaje, el geográfico y el humano, con un terremoto como el que hubo? ¿Hay una sensación de pérdida, de transformación?
Araya: Afortunadamente nuestro paisaje físico no cambió en absoluto, pero nuestro paisaje sensitivo sí. Ahora pienso diferente, valoro más las cosas simples, de un rato para otro mucha gente se quedó sin las sonrisas de sus seres queridos, algo simple pero esencial.
Flores: Uno nunca sabe a qué nivel nos puede afectar lo ocurrido, se verá en las composiciones a futuro. Sí pensé mucho en el tema "Fragmentos" después del terremoto, lo siento muy relacionado con lo que ha ocurrido estos días. Se muestra triste al comienzo, pero a medida que avanza da imágenes de esperanza, de buen ánimo, libera mucha energía al final. Como si transmitiera lo sucedido con el terremoto.
Guerrero: Queda una sensación de desolación y de vulnerabilidad ante la naturaleza, pero llega un punto en que ya basta de contemplar destrucción y es necesario volver a las cosas habituales, a nuestro orden, a nuestro día a día. Ahí es cuando dejas de ver las crudas noticias y vas retomando tu vida, donde están las cosas agradables que haces con tu gente. Acá en Valdivia no veo gran cambio la verdad, fue como una pausa, o como un golpe, pero que se sanó rapido, porque no fue tan fuerte como más al norte.
Segundos más o menos, siempre han sido veintiuno los minutos que dura la canción más larga de este grupo. Se llama "Musa" y tal como está ahora al final del disco ya estaba al comienzo de su carrera, presente en sus actuaciones hacia 2006. Canción es una forma de decir: en rigor nadie canta en Tripolar, un trío que a veces se amplifica a cuarteto y que toca música instrumental.
–"Es como Pink Floyd del principio, cuando eran pura improvisación", explicaba Iván Molina al hablar del grupo en 2007. ¿Estaban de acuerdo?
Guerrero: Mmmh, sí, o como Los Jaivas cuando partieron. Creo que es la mejor forma de armar un grupo, pues es bastante rápido, eficiente y emocionante crear una identidad, ahí está una gran fuerza necesaria para empezar cualquier proyecto.
Araya: Cuando comencé a tocar con Tripolar no conocía mucho a Pink Floyd. Nicolás (Flores, el baterista) me pasó los primeros discos y aluciné con los sonidos. Me di cuenta de que nuestra manera de hacer música se basaba en improvisar, tocar horas hasta que saliera algo que nos gustara, y Pink Floyd tiene algo de eso. Aún así es una comparación que me sorprendió.
–En el blog que tenían en ese tiempo, en 2007, recordaban que esa canción tenía nerviosa a la animadora de un concurso de "bandas emergentes", porque no terminaba nunca.
Araya: Sí, fue divertida esa fecha. Creo que nos dijeron que tocáramos un par de canciones y elegimos las más largas, de veinte minutos, entre ellas "Musa". Y cada vez que la organizadora pensaba que íbamos a terminar se subía al escenario y nosotros seguíamos tocando. Nos fue bien, quedamos en segundo lugar entre varias bandas, pero ella nos odió.
Guerrero: Ésa canción se fue creando por partes. Al final quedó de veintiún minutos y pasa por muchos estados. He escrito harto sobre eso, sobre los paisajes o historias que se ven en el tema, y como no tiene letra es mucho más libre la interpretación.
De hecho lo que escribe Guerrero en el mencionado blog a propósito de esa composición incluye fragmentos como "Se aproxima una tormenta. Gotas de miedo chispean. Pasos monstruoso se acercan. Gigante de piedra… un segundo… samurai rompiendo todo a la velocidad del sonido. Cortando la piedra con su espada curva. Comienza la batalla. Nube oscura. Hordas de guerreros batallando, luchando en cámara lenta. Lucha épica. Duele. Temblor. Se abre una grieta en el piso… todo se congela".
–Ese relato parece el argumento de una leyenda, de una ópera rock, de un disco progresivo, una odisea. ¿Les interesan esos formatos?
Guerrero: Yo pienso que la música describe paisajes, colores, formas e historias. Por eso me es inevitable pensar en esos términos, pues son cosas que me vienen a la mente cuando la música pasa por nuestros oidos, los circuitos de los amplificadores y nuestros cuerpos.
Punucapa, Lanco y Osorno son algunas de las ciudades y localidades de la misma región que Tripolar recorrió en vivo este verano, mientras al mismo tiempo su disco está libre para ser "bajado" desde su sitio en Internet. "Pueden descargarlo gratuitamente en varios formatos y además comprar el disco físico", invita Miguel Araya. "Ofrecer el disco y que la persona pague lo que quiera por la descarga es algo que se debió hacer hace mucho. Nunca compraría un disco si haberlo escuchado entero, sin haberlo escuchado caminando".
Una vez ha estado en grupo en Santiago, para el lanzamiento de su segundo single, en 2008. Por ahora destinarán el primer semestre a terminar sus estudios universitarios. "Estamos dedicados a crear nuevos temas, algo que nos apasiona harto", dice Guerrero. "Será un primer semestre de creación y búsqueda de nuevas maneras de transmitir lo que sentimos", agrega Araya, pero un regreso a la capital está en los planes, concluye Nicolás Flores. " Lo ideal sería planificar algo para el segundo semestre, felices iríamos a Santiago nuevamente".
Los polos suelen funcionar de a par, pero en el caso de este grupo son tres. Dos guitarras eléctricas y una batería son los vértices de Tripolar, un grupo valdiviano que en su origen funciona sin bajo para dar forma a un rock instrumental con composiciones de largo aliento y a menudo de varios fragmentos progresivos. "Fragmentos" se llama de hecho una de esas canciones, y dura seis punto uno de los minutos del flamante disco debut que el trío acaba de lanzar, por primera vez con toda su música reunida: Tripolar.MUS
Esos tres vértices corresponden a Nicolás Flores (batería), Javier Guerrero (guitarra) y Miguel Araya (guitarra), en ese orden en la foto, junto al ocasional bajista Francisco Alarcón, quien además actuó como ingeniero de grabación del disco en los Estudios Transiente. Y Tripolar apareció en los últimos meses de 2009, pero es una evidencia de años previos de historia. Fue grabado en 2007, incluye canciones que fueron lanzadas como singles por el sello sureño Discos Tue-Tue como "Inerte" en septiembre de 2007, estrenada con una actuación en el valdiviano Bar Klandstinov, o "Un segundo antes", lanzada en marzo de 2008 en un concierto en la Sala Master de la capital, su primera vez en Santiago. Y contiene canciones que el grupo ya estaba tocando en 2006, como los otros veintiún minutos que ha durado esa expedición sonora llamada "Musa" cada vez que el grupo la ha tocado en vivo en sus ya casi cuatro años de historia.
–¿Qué efecto tiene presentar esa música ahora en su primer disco? ¿Cómo han cambiado las canciones en todo este tiempo?
Javier Guerrero: Las canciones no han cambiado mucho. Lo que sí les hemos hecho variaciones, pequeños detalles de las guitarras, acortamos algunas partes a veces, o hacemos un espacio en ellas para improvisar en vivo. Una vez en el Luna Bar (en Puerto Montt) dejamos un espacio en la canción "Tribu" para una improvisación de batería del Nico (Nicolás Flores) y resultó filete. Igual en "Musa", por ejemplo, improviso con la voz.
Miguel Araya: El disco fue grabado en 2007 y ha pasado mucho tiempo. Nuestros primeros temas buscaban sentires melancólicos, por calificarlo de alguna manera, reflejar lo que sentíamos en ese momento, los inviernos valdivianos, estados mentales, una introspección. Ahora en cambio estamos experimentando con nuevos ritmos y sonidos, pero siempre pensando en despertar los sentires latentes.
–¿Ha habido descartes? En las primeras fechas tenían una canción llamada "I might", por ejemplo. ¿Qué fue de ella?
Araya: "I might" debe su nombre a "I might be wrong" de Radiohead (una canción de ese grupo rockero inglés incluida en su disco I might be wrong: live recordings, de 2001). En un ensayo comencé a tocarla y la transformamos; al final la hacíamos para entrar en calor y cada vez más tenía menos de la canción original.
Guerrero: Pasamos un tiempo sin tocarla y después nos olvidamos de cómo era, así que por eso ya no la tocamos (se ríe). Gracioso, pero verdad.
Un año de estada previa en Bélgica tiene el tercer integrante de Tripolar, el baterista Nicolás Flores, quien en ese viaje estudió el tambor djembé. Y ahora esa percusión es una de las sonoridades nuevas que se escuchan en el disco, junto al violín del músico Juan Pablo Moreno, integrante de los grupos La del Kanalla y La Kiltra, y que ya había tocado en vivo con Tripolar en 2007.
–¿De dónde salen las distintas sonoridades del disco, por ejemplo las percusiones de "Tribu"?
Araya: Las percusiones en Tripolar se deben a Nico. Cuando ensayábamos improvisábamos con su djembé, con guitarras acústicas y otras cosas para hacer ruido. En una de esas improvisaciones nació "Tribu", y al grabar el disco Javier habló con un amigo para que las percusiones tuvieran más peso.
–¿Y el violín?
Araya: Cuando grabamos "Ciudad invisible" sentíamos que faltaba algo. Pancho (Francisco Alarcón, el ingeniero del disco y músico invitado del trío) agregó unos teclados, pero no fue suficiente. Es así como nos contactamos con Juan Pablo Moreno para que hiciera unos arreglos en violín. Todo salió perfecto.
Guerrero: Pancho aportó mucho al sonido con el teclado, samplers y el bajo. Y yo me imaginé que en algunas canciones quedaría bien un violín, así que Juan Pablo nos ayudó. Las canciones siempre salen de nosotros tres, pero de ahí buscamos a músicos que nos colaboren o los invitamos a ciertos temas.
Entre los puntos de partida de Tripolar figuran el inicio del grupo, en enero de 2005, cuando los tres hicieron la primera improvisación conjunta en la casa del baterista; o la primera actuación en público, en septiembre de 2005 en la Casona Verde, popular local valdiviano destinado a frecuentes fiestas universitarias. Pero de algún modo también consideran como la primera una fecha en noviembre de 2006, como parte de unas Primeras Jornadas Musicales de la Universidad Austral de Valdivia.
Fue entonces cuando los vio el baterista Iván Molina, quien al año siguiente iba a iniciar en Niebla el sello independiente Discos Tue-Tue, del que Tripolar fue uno de los grupos fundadores.
–Nuestra primera tocata como Tripolar fue en esas jornadas musicales de la Uach –dice Miguel Araya–. Tocamos "Inerte", "Musa" y "Tribu" (tres composiciones que ahora figuran en Tripolar) y fue ahí donde conocimos a Iván. Él había llegado hace poco a Valdivia y estaba buscando bandas para armar lo que ahora es Tue-Tue.
–¿Qué recuerdan de ese concierto?
Guerrero: De ahí empezamos a tocar mas seguido e hicimos mas canciones, pero (esa primera vez) fue horrible la verdad; o sea salvamos, tocamos y todo, pero fue muy amateur, dando jugo con la afinación harto rato. Yo estaba terrible de ansioso. Pero después fue mejorando todo. Ahora sólo disfruto arriba del escenario, no me complico con nada. Tocar ahora es como un regalo, la oportunidad de entregar algo a la gente y más que nada de vivir una experiencia como grupo.
Esa fue además la fecha de un estreno para Tripolar, recuerda Guerrero.
–Ahí fue cuando yo me traje de Estados Unidos un DD6 (un efecto de delay para la guitarra), y creo que fue cuando nos pusimos post-rock, pues antes éramos mucho más rockeros más clásicos, con típica distorsión.
–¿Y cómo se dio la opción de hacer música instrumental?
Araya: Siempre he pensado que si la música no tiene letra la persona puede interpretarla como la sienta, crear historias a partir de melodías, y eso es lo que quiero, despertar sentires y que las personas los conviertan en imágenes, palabras. Por suerte encontré a personas que comparten esta idea.
Guerrero: Se dio de forma natural. Los dos guitarristas tenemos una personalidad en general más bien de pocas palabras, entonces creo por ahí va el tema de no tener letras, pues la música es bastante intimista a mi parecer. Igual después le saqué el rollo a la música post-rock y su filosofía y creo que calza muy bien con lo que nosotros hacemos.
Guerrero tiene su lectura personal de esa música conocida como post-rock y desarrollada a fines de los años '90 por grupos de Chicago coo Tortoise, sobre la base de composiciones instrumentales y con elementos de la música progresiva, el jazz, la música contemporánea y otras influencias.
–Como yo lo entiendo el post-rock es música de una ciudad en ruinas –dice–. Cuando nació el rock, con los Beatles, Rolling Stones, Pink Floyd, todo eso, se estaba construyendo la ciudad. De ahí en los '80 y los '90 la ciudad llegó a su máxima capacidad de habitantes; con el grunge se reventó, se quedó en ruinas y por eso nació el post-rock. Ahora es necesario limpiar esas ruinas para hacer una ciudad nueva o cambiarse de lugar y construir otra, que creo es lo que yo estoy haciendo con mi proyecto solista: construir un pueblo nuevo partiendo de la naturaleza. Las ruinas pueden ser muy hermosas, pero a la vez muy duras, pues son destrucción. En una ruina lo que prevalece es una profunda reflexión sobre la creación y destrucción de las cosas. Creo que eso está en el fondo del post-rock y me gustaría llegar a eso esencial con Tripolar.
En marzo de 2008 Tripolar viajo a tocar por primera vez en Santiago, para el lanzamiento de su segundo single, "Un segundo antes", en un concierto compartido junto a los músicos fosfenO y Rodrigo Jarque en la Sala Master de la capital. "No es que pretendamos auspiciar el centralismo de nuestro país, pero de verdad es una fecha para estar contentos", anotaron esa vez en la bitácora de su blog.
–¿Cómo recuerdan esa fecha en Santiago?
Guerrero: Mmh, no fue muy buena la verdad, en mi opinión. Fue un poco tensa, hubo varios problemas con la amplificación y más encima era el Día del Joven Combatiente, así que fue muy poca gente. Además estábamos presionados por el tiempo y no alcanzamos a tocar relajados, pero lo que sí sonaban filetes los equipos. La sala es piola para tocar ahí y lo bueno fue compartir con los demás músicos que tocaron.
–¿En diciembre de 2007 presentaste tu disco como solista, Amanece, en paralelo a Tripolar. ¿Cómo has manejado eso, son dos líneas que no se tocan?
Guerrero: Son líneas separadas. Los estilos son muy diferentes entre sí, son dos búsquedas diferentes, y siempre las he mantenido como algo aparte. Lo prefiero así, da más claridad al trabajo. El próximo viernes vamos a tocar en Punucapa, una localidad rural cerca de Valdivia, en la fiesta Amanitrans 2010, arte y conciencia en el bosque valdiviano, que es un festival estilo Woodstock de dos días con música electrónica, rock y terapias de yoga, ecología, toda esa onda, y donde curiosamente por primera vez tocaremos juntos Javier Guerrero y Tripolar. A ver cómo sale eso.
Otro disquito para que conozcan en este fin de semana, como siempre, espero que les guste, a mí me pareció muy bueno. Vean ustedes, les dejo unos videítos para que escuchen.
Y está disponible gratuitamente en Bandcamp, así que si les gusta, ya saben que hacer.
Download: (Flac + Mp3)
ResponderEliminarhttp://tripolar.bandcamp.com/
Coincido sobre tu comentario general sobre el buen nivel de rock que hay en latinoamerica. Especialmente toda esta musica post-rock, cerca de lo progresivo, etc., hay muy buenos exponentes. Huelga decir que CDMoog es mi referencia numero uno en lo que a estos estilos compete y coincido con sus criterios, sino el 100% de las veces, en muchos casos. Y los restantes casos en los que no coincido son simplemente cuestiones de gustos (no a todos nos pueden gustar las mismas cosas, afortunadamente!) pero la calidad musical siempre está presente. Muchas gracias por estar! y muchas gracias a los colaboradores fervientes del blog....
ResponderEliminarGracias Nico! espero poder continuar con la buena calidad que hasta ahora venimos presentando. Claro que hay cuestiones de gustos, incluso yo publico cosas que no me gustan en su estilo, como el ambient o la mayor parte de cosas de metal progresivo, pero no se puede negar la calidad general aún en estos géneros.
EliminarSaludos y continua disfrutando del blog.