Ningún gobierno podría subsistir afectando a tantos sectores de la sociedad, prometiendo ajustes y tarifas de miedo, destruyendo la industria y el comercio, endeudando el país como nunca, volviendo a las desapariciones forzadas y a los presos políticos, si no fuera por la nociva complicidad de los medios de comunicación actuando junto con el poder Judicial, y eso me hace acordar que hace unos cuarenta años el gran filósofo Gilles Deleuze llamó la atención sobre la emergencia de un "neofascismo" que ya no sería ni un movimiento ni una ideología (como el viejo fascismo), sino "una alianza mundial para la seguridad, para la administración de una paz no menos terrible, con una organización coordinada de todos los pequeños miedos, de todas las pequeñas angustias que hacen de nosotros unos microfascistas encargados de sofocar el menor gesto, la menor cosa o la menor palabra discordante en nuestras calles, en nuestros barrios y hasta en nuestros cines". El poder de este nu