Increíblemente (o no tanto), el neoliberalismo fracasará de nuevo. El macrismo festejó la renovación de las Lebac y la aceptación de las nuevas condiciones de endeudamiento por parte de los acreedores. Así, tiraron la pelota para adelante sin cambiar nada de lo substancial que llevó al país a un atolladero: una bola de nieve de Lebacs que vence mes a mes, un mega endeudamiento que nos hace perder soberanía económica, tasas de referencia altísimas que vuelven imposible cualquier inversión productiva, una inflación que triplica a las metas que se votaron en el presupuesto 2018 y corroe la capacidad adquisitiva de salario, una devaluación que rápidamente se traslada a los precios, sobre todo a los productos de la canasta básica, un panorama recesivo que llevará a bajar la actividad económica y subir el desempleo, tarifas altísimas, una caída acelerada de las reservas: se pide al FMI un crédito de u$s 30 mil millones y se dilapidaron casi u$s 101.000 millones inútilmente para pisar el dola