Después del caos de la semana pasada volvemos al nuestra presentación de grandes discos y comenzamos la semana con mucha calidad. Ya presentamos a esta banda tan interesante y aún nos falta traer algunos de sus otros mejores discos al blog cabeza, pero este trabajo se destaca porque se alza, y creo que con razón, como uno de grandes trabajos del 2024, y este disco es una obra que captura el espíritu del cambio y el poder de la creatividad musical de estos chicos yankys que tan bien proyectan la propuesta de su música; un trabajo que explora la transitoriedad y los desafíos emocionales con un enfoque muy creativo tanto en letras como en sonido, combinando elementos de rock progresivo, sintetizadores atmosféricos, elementos de jazz fusión y arreglos instrumentales bastante innovadores, y de verdad en este disco no suenan a nada que hayas escuchado antes (al menos yo no logro relacionarlos con nada salvo una versión muy ecléctica de jazz fusión experimental). Otra vez liderados por la estupenda voz de su vocalista femenina, el trabajo plasma un sinfín de sensaciones perfectamente transmitidas en su música, y para adentrarte un poquito al disco, qué mejor que explorar minuciosamente el arte gráfico de su tapa. Sumamente recomendado! no te pierdas el nuevo trabajo de estos pibes que acá se zarpan nuevamente, y quizás de una forma que nunca antes lo habían hecho.
Artista: Bent Knee
Álbum: Twenty Pills Without Water
Año: 2024
Género: Progresivo crossover
Duración: 43:11
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU
Si no los conocés, te cuento que esta es una banda proveniente de Boston conocida por su eclecticismo y enfoque experimental, y sin temor a equivocarme demasiado yo los definiría como uno de los grandes grupos yankys de la actualidad, sino el mejor. Es es por algo que comenzamos la semana presentando el lanzamiento del sexto álbum de estos muchachos desde su debut homónimo de 2011.
Nunca volver a casa -la idea de no poder volver a ser como antes- se ha apoderado de nuestra conciencia colectiva y se niega a soltarla. Quizá el mundo se está desmoronando. Tal vez estemos envejeciendo. Sea como fuere, la naturaleza efímera de la vida provoca crisis existenciales y la nostalgia sigue siendo una emoción difícil de superar.
Parece apropiado que un grupo que acaba de separarse de dos de sus miembros centre su primer álbum como cuarteto en temas de ansiedad y depresión en medio de cambios tumultuosos. Con influencias de Phoebe Bridgers, Prince y Radiohead de la época de In Rainbows, 'Twenty Pills Without Water' es un álbum lleno de fantasmas y mecanismos de supervivencia.
Antes que nada aclaro que "Twenty Pills Without Water" marca un punto crucial para estos muchachos, ya que este álbum es el primero grabado como cuarteto tras la partida de dos de sus miembros fundadores. Pero la verdad, si el resultado es éste, que los tomen nuevamente y se vayan para que graben el próximo álbum.
El disco se centra en temas como la ansiedad, la depresión y la adaptación al cambio. Y otra vez, el álbum presenta una fusión de estilos y géneros que abarca desde lo sinfónico hasta lo minimalista, pasando por mucho pop, rock alternativo y gran variedad de otros estilos, pero a este trabajo yo lo siento muy jazzy, lleno de exuberantes cambios de acordes y una belleza vocal virtuosa, y no es que su estructura sea muy jazzera en sí, pero... creo que este vendría a ser casi casi un álbum "solista" de gran éxito de su vocalista, Courtney Swain, y de ahí la relación, quizás personal, porque me recuerda a esas grandes cantantes de jazz que imprimen tantas emociones en su forma de cantar, y esa piba de alguna manera, transforma su voz para imprimir a fuego las emociones que presenta el disco y creo que ahí es donde está su tremendo fuerte. La personalidad que posee en prácticamente todas las canciones de este álbum es apabullante, mostrando todas sus habilidades y talento, y por eso lo relaciono tanto con las grandes cantantes del jazz.
Por otro lado, el trabajo está tan lleno de tantos matices y capas, es tan ingenioso y efectivo en su desarrollo, que te llevará mucho tiempo y escuchas llegar a conocerlo realmente, y yo estoy en ello aún aunque hace bastante le vengo dando vueltas en el reproductor. Y con los discos que me gustan siempre los quemo hasta que me los sé de memoria pero con este se me hace complicado, tanto que me sigue costando distinguir y recordar sus secciones en cada una de las canciones, canciones que definitivamente son todas únicas y por lo tanto merecen un tipo de atención especial para lograr sacarle el jugo, porque no me parece un disco fácil de digerir, pero es un esfuerzo que vale muchísimo la pena, sobretodo porque cada escucha es una delicia auditiva que se va abriendo como los pétalos de una rosa de verano.
Pero me dejo de boludeces y mejor escuchalo un poquito...
Y vamos ahora con un comentario de terceros que nos refuerza un poquito más lo que traté de expresarles tan torpemente hasta aquí...
Bent Knee y su incursión en el math pop para su último disco “Twenty Pills Without Water” (2024)
El último trabajo de Bent Knee, Twenty Pills Without Water, marca un retorno sustancial a una forma más accesible y refinada, después de la experimentación radical de Frosting y las direcciones divergentes de You Know What They Mean. En este álbum, la banda de Boston parece haber dejado atrás los enfoques más vanguardistas y caóticos, lo que ha dado lugar a un sonido más coherente, aunque todavía lleno de sorpresas. Este cambio es palpable desde los primeros compases, destacándose por una producción más centrada, y una estructura de canciones que se siente más intencional y pulida.
Con Courtney Swain al frente, su voz se convierte en una fuerza poderosa que guía cada canción, mientras que también maneja los teclados y el bajo. Gavin Wallace-Ailsworth trae una creatividad infinita a la batería, dándole a cada ritmo un toque único. Chris Baum, con su violín y guitarra, agrega un toque orquestal y casi cinematográfico a muchas de las piezas, mientras que Vince Welch, en los sintetizadores, guitarra y producción, se encarga de llevar el sonido de la banda a un nivel completamente distinto, mezclando lo electrónico con lo orgánico de manera impecable.
Este álbum es una muestra de cómo Bent Knee sigue empujando los límites de lo que una banda puede hacer, juntos han creado un sonido que es a la vez familiar y completamente nuevo.
Twenty Pills Without Water comienza con el breve pero intrigante «Enter», que da paso a «Forest», estableciendo el rumbo del álbum con una atmósfera envolvente creada por una batería reverberante y sintetizadores etéreos. La voz de Courtney Swain, contenida pero conmovedora, añade una sensación de inquietud y misticismo que se profundiza a medida que avanza el disco. La energía de «I Like It» destaca por su tono casi burlón, donde Swain brilla en un juego entre lo dulce y lo caótico, mientras que «Illiterate» continúa con en esa linea pero dobla la apuesta al incorporar estructuras experimentales y ritmos irregulares.
Uno de los momentos más memorables es «Big Bagel Manifesto», que sorprende tanto por su título peculiar como por su construcción ambiciosa. Comienza con una sección orquestal reminiscente de post-rock y permite a Swain desplegar su impresionante rango vocal, mostrando cómo Bent Knee mezcla lo instrumental con lo vocal sin sacrificar su esencia experimental. «Cowboy», por otro lado, ofrece un momento de humor e ironía con su guitarra acústica y estilo burlesco, convirtiéndose en una pieza abstracta que juega con la disonancia y el riesgo sonoro, aunque su resultado puede dividir opiniones.
«Never Coming Home» se sumerge en una melancolía palpable, con la voz de Swain transmitiendo una sensación de pérdida que es tanto personal como cruda, aunque logra mantener lo ganchero de los ritmos pop y la contradicción entre lo bailable y lo triste. «Comet», con su breve duración, actúa como un interludio espacial que prepara el terreno para lo que viene. «Drowning», uno de los temas más extensos y profundos del álbum, mantiene un interés constante a través de casi siete minutos de una fusión de elementos electrónicos y acústicos, evocando influencias de Radiohead de la era In Rainbows.
«Lawnmower» regresa a una energía lúdica en forma de una balada poderosa, mientras que «DLWTSB» se presenta como una pieza más directa y pegadiza dentro del contexto experimental del álbum, sin duda podría ser un corte para radio. Finalmente, «Exit» cierra el álbum en un tono más suave y de melancolía prematura.
A lo largo del álbum, es evidente que Bent Knee ha aprendido de las críticas a Frosting, donde algunos acusaban a la banda de perderse en su propio laberinto experimental. Ahora, han encontrado un equilibrio más adecuado entre sus inclinaciones artísticas y su capacidad para producir piezas de lo más interesantes.
Twenty Pills Without Water es una obra que muestra a Bent Knee en una fase más madura y equilibrada. Aunque todavía hay momentos donde la experimentación toma el protagonismo, el disco en su conjunto es mucho más accesible que su predecesor inmediato. Este álbum tiene el potencial de resonar con un gran amplio rango de oyentes y hasta podría escapar fácilmente del nicho del prog. Bent Knee ha encontrado una nueva dirección que, sin ser revolucionaria, promete muchos más aciertos en el futuro.
Conclusión: Este álbum es un regreso sólido para Bent Knee, que se ha adaptado a los cambios en su alineación y ha logrado producir uno de sus trabajos más consistentes hasta la fecha. La banda ha demostrado que aún tiene mucho que ofrecer, manteniendo su sello artístico mientras evoluciona hacia un sonido más refinado. Twenty Pills Without Water es un disco que merece atención, tanto por sus momentos de belleza lírica como por su capacidad para mezclar lo experimental con lo accesible.
Lo podés escuchar desde su espacio en Bandcamp:
https://bentknee.bandcamp.com/album/twenty-pills-without-water
Lista de Temas:
1. Enter (0:47)
2. Forest (5:07)
3. I Like It (3:10)
4. Illiterate (3:28)
5. Big Bagel Manifesto (5:12)
6. Cowboy (2:57)
7. Never Coming Home (4:00)
8. Comet (0:45)
9. Drowning (6:40)
10. Lawnmower (5:03)
11. DLWTSB (3:23)
12. Exit (2:39)
Alineación:
- Courtney Swain / lead vocals, keyboards, bass
- Gavin Wallace-Ailsworth / drums
- Chris Baum / violin, backing vocals, guitar
- Vince Welch / synthesizers, rhythm guitar, bass, sound design, production
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