Circula un video a lo largo y ancho del mundo. En él, cientos de palestinos persiguen desesperadamente a un camión que lleva decenas de kilos de harina en una ciudad reducida a escombros. Las cuentas no cuadran. La comida no alcanza, y el hambre utilizado como arma causa una indignación global que se propaga. ¿Es suficiente la presión internacional para detener la crisis humanitaria? Las autoridades de la Franja de Gaza, revelan 115 muertes por inanición en el último tiempo, así poco a poco los ataques israelíes se han convertido a través de imágenes y videos en una película de terror. Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, uno de cada tres habitantes de Gaza pasa días sin comer.
Frente a este escenario, más de 25 países alzaron la voz con un comunicado conjunto en el que repudiaron y condenaron las “horribles muertes” de cientos de palestinos que se hallan a la espera de ayuda humanitaria. El comunicado supone un aumento de la presión diplomática internacional a Israel para que ponga fin a la guerra en Gaza y ha sido firmado por Canadá, Francia, Polonia, Portugal, Reino Unido y Suecia entre otros.
“Condenamos la entrega de ayuda a cuentagotas y el asesinato inhumano de civiles, incluidos niños” afirma el comunicado. A la presión que buscan ejercer los gobiernos occidentales se suma la reciente declaración de Emmanuel Macron que afirma que Francia reconocerá a Palestina como estado. El anuncio de Macron eleva el tono del reclamo internacional e incomoda y provoca a la Casa Blanca, que catalogó la intención de Francia como una “ decisión imprudente”.
Aunque Israel pierde a sus aliados uno a uno, sus planes no cambian de curso y la esperanza de un alto al fuego se diluye pese a la presión global. Estados Unidos se retiró del diálogo y no parece estar dispuesto a soltarle la mano a Netanyahu aún. Si la reacción internacional se muestra insuficiente ¿hasta dónde están dispuestos a llegar los gobiernos para detener esta catástrofe?
Ante esto recordamos lo que decía León Rozitchner, filósofo marxista, judío y argentino, en el Epílogo de su libro "Ser judío":
Una victoria póstuma del nazismo
Por León Rozichtner
¿Qué extraña victoria póstuma del nazismo, qué extraña destrucción inseminó la barbarie nazi en el espíritu judío? ¡Qué extraña capacidad vuelve a despertar en este apoderamiento de los territorios ajenos, donde la seguridad que se reclama lo es sobre el fondo de la destrucción y dominación del otro por la fuerza y el terror!
Se ve entonces que cuando el estado de Israel enviaba sus armas a los regímenes de América Latina y de África, ya allí era visible la nueva y estúpida coherencia de los que se identifican con sus propios perseguidores. Los judíos latinoamericanos no lo olvidamos.
No olvidemos tampoco Chatila y Sabra".
León Rozichtner



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