Todos saben que a los suecos, eso del retro prog les sale mejor que nadie, y lo llevan en el alma y la sangre, y estos tipos no son la excepción, y en este segundo y último álbum, lo demuestran y con creces. Un power trío donde imperan los sonidos de teclados, órganos y sintes sobre una base tremendamente sólida, muy a lo ELP pero en versión sueca. Claro, esto está muy bueno pero ni por asomo esperes encontrar algo que suene remotamente moderno. Imagínense una explosión de órgano setentero que les recordará a gigantes como ELP, Deep Purple, Uriah Heep y Atomic Rooster, con un tecladista llamado Fredrik Andersson que es una bestia. El sonido general tiene mucha autenticidad, aún a pesar de que su sonido parece salido como si lo hubieran grabado en una cabina del tiempo, pero como los tipos son suecos; también está ese toque folklórico escandinavo que se asoma por aquí y por allá, dándole un toque especial a algo que de otra manera nos hubiese sonado ya trillado. Gran disco que les...