Gracias a LightbulbSun volvemos con la banda de culto del progresivo estadounidense: Happy The Man, esta vez con su segundo disco, que reforzó su jararquía como una banda única y de gran calidad, además de su postura musical inflexible de rock progresivo instrumental, con algunos temas cantados. Un trabajo más rockero que su antecesor, que está lleno de excelentes interpretaciones, ingeniosas interacciones, solos bien elaborados que nunca resultan demasiado abrumadores ni demasiado extensos, muy elegante y con buen gusto en todo momento, y con ideas compositivas geniales, podemos decir que la maestría musical de este álbum es extraordinaria. Otro golazo de parte de LightbulbSun para traer algo que nos estaba faltando en el blog cabeza.
Artista: Happy The Man
Álbum: Crafty Hands
Año: 1978
Género: Progresivo ecléctico
Duración: 41:37
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU
La banda, descontenta con las mezclas de los lanzamientos de Arista y habiendo recuperado los derechos de Sony Music, solicitó la ayuda de Ray Staff, ingeniero de masterización senior en Air London Studios, para remasterizar los discos, que ahora serán reeditados el Día de la Independencia de Estados Unidos, el 4 de julio.
El bajista Rick Kennell, quien lideró los proyectos en nombre de sus compañeros, señaló que “la banda por fin puede estar orgullosa; así es como siempre se pretendió que sonaran estos dos álbumes”.
El baterista Ron Riddle comenta con entusiasmo: “¡No lo había escuchado tan bien desde que estábamos en el estudio! ¡Realmente me impresionaron! Puedo oír el espacio y la separación; no está todo mezclado. La delicadeza y la potencia realmente se perciben. Es una experiencia de déjà vu total al escucharlo como si estuviera en el estudio. Incluso puedo oír las cámaras de reverberación como las recuerdo. Hermoso material".
Aunque el tecladista Frank Wyatt falleció en 2023, los miembros originales Rick Kennell, Stanley Whittaker (guitarra) y Mike Beck (batería), junto con Riddle, siguen activos como Happy The Man, mientras que Kit Watkins continúa su carrera en solitario.
Pero vamos al comentario de nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que nos dice lo siguiente sobre este disco:
El segundo disco de HTM exhibe las mismas virtudes de su predecesor, con el añadido de un mayor reforzamiento de la sección rítmica. Esto se debe al talante mas firme del nuevo baterista Ron Riddle (quien no llego a tocar en vivo nunca con HTM, pues apenas terminadas las sesiones de grabación, abandonó el grupo para ser reemplazado pro Coco Roussel): pero esto no implico un volcamiento hacia estructuras rítmicas mas complacientes de corte rockero, sino mas bien ayudo a que la banda evolucionara como una entidad unitaria integral en la ejecución de los temas, contando ahora con una sección rítmica que sustente bien los vuelos melódicos del nuevo repertorio. No es cuestión de comparar quien es mejor entre Beck o Riddle, pero si de reconocer que el aporte de este ultimo sirvió para realzar la fuerza potencial de HTM y darle una dosis un poco mayor de consistencia a sus intrincadas estructuras rítmicas: aquí en QCrafty HandsR HTM muestra nuevos bríos sin perder ni un ápice de su delicada elegancia. El mismo tema de entrada, Service With a Smile, puede verse como un manifiesto de esta combinación de energía renovada y elegancia característica de HTM. Lo mismo vale para Wind Up Doll Day Wind, el único numero cantado de este disco.
Una vez mas, cada composición muestra que cada pieza esta en su sitio: los músicos muestran su destreza pero sin salirse de los parámetros marcados por las melodías y las texturas. En este aspecto yo quisiera destacar principalmente (ademas de los dos temas mencionados anteriormente): Open Door, una hermosa pieza que alterna texturas sinfónicas con elementos pastorales; los SjuguetonesT Ibby It Is y Steaming Pipes; el envolvente y melancólico The Moon, I Sing, que cierra el disco con un tono irresistiblemente sublime.
En resumen, otro gran disco de esta gran banda, una joya indudable de la tradicion progresiva setentera cultivada en los EE.UU.
Dicho todo esto, que no es más que palabrerío al pedo si no está acompañado de la música misma, tenemos una parte del disco para que vayas escuchando.
Y continuamos con los desarrollos de terceros donde hay gente que intenta traducir la música, algo completamente imposible, un vicio en el que muchos caemos sin sentido, pero que es reflejo de todos los aspectos que la música nos trasportan al mejor de los mundos.
Recuerdo con exactitud la decadencia progresiva de los últimos 70´s. Los que empezamos a la par que el estilo lo vimos nacer y crecer entre 1969 y 1976 (siendo generoso) pero también arruinarse en cuestión de un año y ese fue principalmente 1978. Las producciones de rock progresivo de finales de los años 70 y principios 80 fueron en su mayoría una galería de los horrores.
A partir de 1977 no se salvó ni uno de los grandes diplodocus con dobles mástiles de guitarra, muros de teclados analógicos, baterías giratorias con gong detrás y modelitos de ropa escénica de dudoso gusto con discos horteras de “rock sinfónico” a tutiplén. Entre el 79-80 la peste de neón y plástico tiene engendros memorables. Cuando vi a los Jethro Tull con monos y botas de laboratorio para salvar a ET en una nave alienígena o a Peter Gabriel haciendo batucadas con tambores me di cuenta de que la Atlantis musical se había hundido en las negras profundidades. La lista en Europa es interminable y no se salvó casi nadie. Incluso los últimos náufragos del Canterbury hicieron alguna barrabasada en cuanto al tecno, la disco y el punk que terminaron con la música inteligente. Cuando Europa se cansó de la épica otros países como Japón principalmente comenzaron a grabar discos de progresivo estupendos y USA, algo despistada todavía, tuvo algunos ejemplos de irreductibles galos que todavía hicieron alguna grabación memorable tal es el caso de los Happy The Man.
“Crafty Hands” es un perfecto compañero del anterior. Casi juntos podrían haber sido un doble álbum aunque sin duda los expertos en el grupo que hilen fino notarán algunas diferencias. Entra un nuevo drummer: Ron Riddle con un nivel de jazz tan bueno como el anterior Mike Beck pero quizás con mayor pegada. No llegaría a hacer giras con ellos pues se separaron poco después de editar este álbum. Kit Watkins sería llamado a las filas de Camel para “I Can See Your House From Here” de 1979 y daría un toque fresco y distintivo a la banda de Andy Latimer también en el siguiente disco “Nude” (1981). En esas giras de Camel las versiones en manos de Watkins cobran un colorido especial. “Service With A Smile” es una apertura instrumental fantástica pero demasiado breve. El doble kit de teclados Wyatt-Watkins determina el estilo amable y delicado que les caracteriza, pero nunca facilón o excesivamente meloso. No hay concesiones a ese respecto. El empleo inteligente de composiciones ricas en notas y acordes poco habituales en otras bandas similares hacen de Happy The Man una banda que la escuchas y ciertamente te agrada, aunque no consigues casi nunca que las melodías sofisticadas que utilizan se queden en tu mente. Me atrevo a decir que es una banda “impresionista”. El efecto melódico queda como desdibujado adrede. Los cambios son constantes un poco a lo Gentle Giant si tú quieres y si prescindes del poderío vocal de la banda británica, pero con conceptos de composición que yo encuentro muchas veces similares, aunque sin el poderoso ramalazo hard rock de la familia Shulman.
Los Happy son ante todo una banda de jazz-rock refinado con ribetes neoclásicos y modernistas. La base clásica y académica de Frank Wyatt es inconfundible. Las rapidísimas escalas de moog solo de Kit Watkins hacen el resto. La guitarra de Stan Whitaker es complicada, retorcida y laboriosa a veces como un Phil Miller, quizá no tan fría como éste, pero de la misma escuela. “Wind Up Doll Day Wind” es la única pieza cantada por Whitaker con cierto trasfondo épico en la rítmica de marcha y bonitos contrapuntos de viento. Las partes atmosféricas en ciertos momentos del álbum indican la futura inclinación de Kit por las músicas relajantes, no en vano el contagio de la llamada “new age” enfermaría musicalmente sus futuros discos en solitario lo cual cabrea cuando descubres un teclista de la capacidad técnica de Watkins o el propio Rick Wakeman y las horas grabadas de música inocua, aburrida e insípida que ambos realizaron durante los 80´s. Todos hacemos tonterías en la vida sin excepción. Yo casi a diario. De lo contrario no seríamos humanos.
Y vamos con el último comentario, si quieren más pueden googlear y encontrarán un montón, pero es al pedo, hay mucha buena música acá como para perder el tiempo boludeando.
Es mi impresión que esta excelente banda no ha tenido todo el reconocimiento que merece. Tal vez sea su aparente inconsistencia pero la música de este grupo formado en 1973 en Harrisonburg, Virginia, tiene ese mágico elemento prog que atrae de inmediato.
El fraseo en los teclados y las guitarras, los fills de la batería, la identidad individual y colectiva, y la fusión de varios ingredientes adoptados de otras corrientes musicales como son el jazz, la música clásica y en muchos casos la música étnica.
Tal vez eso, junto a la pasión por el progrock británico, haya sido lo que impulsó al guitarrista Stanley Whitaker y al bajista Rick Kennel a formar Shady Grove junto al teclista David Bach. Por esos mágicos caminos del destino Kennell dio a Whitaker los contactos del baterista Mike Beck y el cantante/flautista Cliff Fortney.
Lo que sería la primera encarnación de Happy The Man nacería con la incursión del saxofonista/pianista Frank Wyatt. Finalmente en 1977 vio la luz el homónimo álbum debut
Crafty Hands fue grabado entre diciembre de 1977 y enero de 1978 bajo la producción de Ken Scott, cuyas credenciales incluyen a Procol Harum, Elton John, The Beatles, Mahavishnu Orchestra y Pink Floyd, entre otros.
El teclista Kit Watkins y el baterista/percusionista Ron Riddle, pasarían a ser parte de esta primera etapa (1973-1979). La banda se reactivaría en el año 2000 para continuar hasta el presente como un cuarteto que incluye a Rick Kennel , Stanley Whitaker, el teclista David Rosenthal (Rainbow, Billy Joel) y el baterista/percusionista Joe Bergamini, cofundador de la banda prog 4Front.
Este álbum, casi enteramente instrumental, abre con la pieza “Service With A Smile”, un corto tema para el estándar prog, compuesto por Ron Riddle y Greg Hawkes (The Cars). Esta galáctica composición tiene en las manos y el clavicordio de Kit Watkins las primeras notas que conforman el tema inicial y que luego cede espacio a la guitarra de Stanley Whitaker para construir la segunda parte con delicada maestría.
La dilatada base rítmica le da una equilibrada forma a esta composición que es seguida de “Morning Sun” pieza melodiosa de Watkins que contrasta con la anterior. Es un tema de sonoridades hermosas construida por Kit y donde Whitaker tiene también una acústica participación.
“Ibby It Is” continua el repertorio con un sonido tubular y unas acentuaciones que en algo recuerdan a Yes. Compuesta por Wyatt, esta composición abre espacios dentro de un mundo sonoro dinámico. El Moog es parte de ese multi-colorido trance. El solo de guitarra al final deja deseoso por más, pues resulta un poco abrupto.
“Steaming Pipes” sorprende con las castañuelas, dando con ello un aire ibérico. Watkins se exhibe con gran maestría.
El set sigue con otra hermosa composición llamada “Wind Up Doll Day Wind”, la única cantada de todo el repertorio que en parte dice: “Comercio frío en la risa / Jade fresco en la noche / Intercambiamos imágenes en la matriz / Finos hilos de realidad, sueño y visión / Comienza el día de las muñecas de cuerda / Exhibición vertiginosa de caprichos / Cruzando la calle hacia la caja Mi caja…tu caja / Casa de muñecas robada de fantasía”
Luego sigue la menos elaborada pero elocuente “Open Book”, pieza de aires barrocos con las teclas y la flauta dulce. Hay un detalle recurrente que sorprende a mis oídos.
Los dos temas finales son obra de Kit Watkins. “I Forgot To Push It”, tema fast-tempo con Wyatt en el saxo. Guitarra y teclados forman un tramado por donde se cuela una riqueza sonora apta para demostrar la precisión de los ejecutantes.
A esa pieza de algo más de tres minutos le siguen los seis minutos de “The Moon, I Sing (Nossuri)”, uno de los más atractivos y ligeramente misteriosos finales del progrock.
Happy The Man representa un de los capítulos más interesantes del progrock norteamericano, que en términos generales debe considerarse tardío respecto a lo ocurrido en Gran Bretaña y el resto de Europa.
Demos marcha atrás para revivir las astutas manos de Happy The Man
Los podés escuchar, en su última versión, desde acá:
https://open.spotify.com/intl-es/album/50YH2O1gwLkMaLXRSlxaIj
Lista de Temas:
1. Service with a Smile (2:45)
2. Morning Sun (4:05)
3. Ibby It Is (7:53)
4. Steaming Pipes (5:25)
5. Wind Up Doll Day Wind (7:09)
6. Open Book (4:54)
7. I Forgot to Push It (3:08)
8. The Moon, I Sing (Nossuri) (6:18)
Alineación:
- Stanley Whitaker / 6- & 12-string guitars, vocals
- Frank Wyatt / piano, harpsichord, saxes, flute, words
- Kit Watkins / piano, harpsichord, Moog, (fake) strings clavinet, Hammond B3, recorder
- Rick Kennell / bass
- Ron Riddle / drums, percussion





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